El dolor que atravesó sus articulaciones fue suficiente como para hacerlo perder el sentido de su alrededor. Inútil, pensó su agotada mente. Quiso hacerse un patético intento de héroe, creyendo que el solo podría contra ellos. Tan equivocado estaba, tan estúpido.
Solo le quedo el rogar a Arceus porque sus amigos estuviesen bien. No vio lo que sucedió con ellos al ser levantado y llevado lejos, la culpa que lo atravesó al pensar que los rocket los tenían en su poder fue aun más dolorosa que las mismas heridas.
Cuando los pasos se detuvieron, Red no supo que pensar. Ni siquiera pudo pensar para empezar. Fue tan rápido que su mente tuvo que tomarse unos segundos para procesar las variaciones y fluctuociones que hubo de un momento a otro en el mismo espacio, todo a su alrededor se movia a tanta velocidad que sintio como si el mismo estuviese corriendo con todas sus fuerzas, casi se sintio viendo estrellas, o tal vez si eran estrellas, como si el mismo estuviese frente a millones de nebulosas, todas y cada uncolternando entre diferentes colores con tanta violencia que su cabeza empezó a arder y tuvo que cerrar sus ojos para protegerse de aquella caótica danza de colores.
Se dio cuenta gracias a esa sensación familiar de desasosiego que siempre venia después.
-Teletransportacion."
Pero jamás se había sentido así, tan fuerte, tan... tan violento.
Red sintió ganas de llorar, estaban obligando al pokemon a usar sus poderes psíquicos para su beneficio. Y dicho pokemon los odiaba, pudo percibirlo al usar el teletransporte.
Los rocket los estaban usando como armas, Giovanni los estaba usando como armas. Simples objetos que fácilmente podían desechar una vez cumplida su función.
Su odio, el odio que estaba sintiendo Red era equivalente a poner una tetera al fuego.
Solo el humo era visible, pero en su interior ardía con fervor su deseo de ayudar y hacer justicia.
Cuando abrió sus ojos, su cabeza palpitaba tan fuerte que los tuvo que cerrar unas cuantas veces para acostumbrar a su a dolorida vista. La visión que recibio a cambio
Consiguió que alternara las cejas en confusión. No por el lugar en donde se encontrarán, no, si no porque Red ya conocía dicho lugar y no entendía el porque se encontraban ahí. La Central de Energía.
Tuvo que morderse los labios cuando una patada en sus piernas casi lo hizo perder su equilibrio, casi; Porque un Rocket mantenía uno de sus brazos en un agarre de hierro.
Red casi se sintió agradecido por que tuvo la amabilidad de que fuera su otro brazo. Y no el roto.
-Camina.
Red sintió un tirón por parte del otro Rocket en una silenciosa pero mortal orden.
Pero Red sólo consiguió dar dos pasos temblorosos hacia adelante, sus piernas cansadas y lastimadas se negaban a responder. Un contraste tan fuerte comparándolo con la inmensa adrenalina y energía que tenia hace algunos momentos en el edifico Sliph SA.
Recibió un grito y otro golpe a cambio, pero ni siquiera lo noto.
Al igual que su brazo. Roto y doblado, tampoco podía sentirlo, ni sus otras heridas.
Su cuerpo pedía descanso y Red no podía negarse a eso.
La inconsciencia fue recibida con brazos abiertos.
_______
Cuando despertó, ni siquiera podía recordar quien era y que hacia allí.
En esos breves instantes que trato de orientarse, fue como el frío antes del infierno.
Porque su cuerpo le recordó todo lo que sucedió en ciudad Azafrán, recordó quien era, que hacia ahí, y recordó que se suponía que no debía ser.
"Nunca podrás ser un entrenador, Red"
solo pudo ahogar un silencioso grito. Y se recostó contra una pared, cada movimiento que hacia por minimo que fuera se sentía como si le clavaran agujas al rojo vivo.
Tal era el dolor que no entendia porque no se había vuelto a desmayar.
Pasaron segundos, minutos. Y después horas para que el dolor disminuyera. Aun dolía, claro. Pero ya no se sentía como si quisiera arrancarse las extremidades a mordiscos. Te negaste a mirar tu brazo, no podias.
No estabas en una celda, que fue tu primer pensamiento sobre el lugar en el que te encontrabas. Si no una oficina. No una cualquiera, te obligaste a rectratarte, si no una muy elegante. Y a primera vista increíblemente costosa.
Un pensamiento perturbador te hizo estremecer.
-Estoy en la oficina de Giovanni"
El sonido de la puerta abriéndose fue tu única respuesta.
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