El cantinero estuvo feliz de responder a sus otras preguntas mientras comían, Arthur y Merlín se encontraron al final de la noche llenos de comida y conocimiento que no poseían anteriormente.
Y para variar Arthur se emborracho un poco.
Después de que Winn, el cantinero, le hubiera dado a Arthur su sexto hidromiel, Merlín decidió que probablemente debería hacer que el rey volviera a la habitación antes de que hiciera algo que lamentara.
Merlín finalmente había logrado arrastrar a Arthur por las escaleras y en cuanto llego a la habitacion lo arrojó sobre la cama y encendió las velas con una mirada.
Suspiró con exasperación, "Honestamente, ¡Seis! ¿Dónde está tu cerebro?"
"¿Por qué me llamaste Artie?" Arthur murmuró cansado. Él era así cada vez que se emborrachaba; cansado, desorientado y muy propenso a tener la lengua muy suelta.
Merlín gimió, " Porque Winn sabía que estábamos conectados con Camelot y llamarte Arthur habría sido demasiada coincidencia". Se quitó las botas de Arthur viendo que el rey no se estaba moviendo para hacerlo él mismo. "¿Por qué tenías que ir y emborracharte de todos modos?" Se las arregló para quitarse la túnica de Arthur, era la única que traía y tenía que estar algo limpia mañana o hasta que pudiera limpiarla. En cuanto a los pantalones, no había traído un par extra.
"Parecía una buena idea en ese momento". Su discurso fue lento y vacilante. Merlín hizo una mueca y se sentó para quitarse las botas y luego se puso la chaqueta y el pañuelo al cuello. Luego se quitó la camisa. "¿Por qué te pones eso todo el tiempo?"
Merlín levantó la vista sorprendido por la pregunta. "¿Qué cosa?"
El rey gesticuló vagamente a la mano de Merlín, donde sostenía su pañuelo al cuello, "Eso".
Merlín frunció el ceño, "Es un regalo de mi madre". Le dijo al rey "Me lo dio antes de irme a Camelot". No mencionó que también cubría las cicatrices en su clavícula, esa era una de las razones por las que solía ponérselo para dormir.
Se dejó caer en la cama junto a Arthur y miró las velas en la habitación dejando fuera a todos menos uno.
"¿Merlín?"
"¿Sí, Arthur?" Merlín preguntó mirando a Arthur a la luz tenue.
Estaba oscuro afuera y la luz de la vela apenas era suficiente para iluminar la habitación.
Merlín no tenía duda de que Arthur se quedaría dormido pronto, la combinación de alcohol y su viaje acabarían con el rey bastante rápido.
Arthur empujó a Merlín para que se diera la vuelta completamente para enfrentarlo. Cuando el brujo finalmente lo encontró, encontró a Arthur mirándolo con ojos vidriosos.
"¿Estás bien?" Merlín preguntó en voz baja.
Arthur no dijo nada, solo siguió mirando a Merlín.
Merlín suspiró y se puso cómodo antes de cerrar los ojos. El idiota podía mirarlo todo lo que quisiera él dormiría un poco.
Sintió que Arthur se movía y se sobresaltó cuando sintió que el rey tomaba una de sus manos. Abrió los ojos y vio que el rey estudiaba su mano y la volteaba para que la palma de la mano estuviera baja.
"¿Arthur? ¿Qué estás haciendo?"
Merlín estaba acostumbrado a que el rey actuara de manera extraña cuando estaba borracho, pero por lo general era como resultado de olvidar cosas. Arthur miró a Merlín y su mano antes de dejarla caer y meterse debajo de las sábanas y ponerse cómodo.
Merlín suspiró, ese era su rey. Arthur todavía lo estaba mirando y Merlín puso los ojos en blanco, "¿Alguna vez he mencionado que eres un borracho extraño?"
Arthur asintió débilmente, "Creo que dijiste algo acerca de eso". Su voz era tranquila y Merlín se rio de la pequeña palabrería.
"Ve a dormir, Arthur. Te espera una resaca en la mañana".
Arthur se encogió de hombros y se dejó caer ocupando la mayor parte de la cama.
Merlín le empujó, "V-vamos imbécil, no seas infeliz".
"Traidor..." Arthur murmuró algo en la almohada, pero movió su brazo para que no empujara al brujo fuera de la cama. Merlín hizo una mueca, Arthur iba a provocar su muerte algún día.
El rey borracho lo miró, "Oro". Dijo lentamente, como tratando de recordar por qué eran de ese color. "No me dijiste lo que pasó antes". Dijo en voz baja.
Merlín lo miró con dureza, "Y si te dijera ahora lo olvidarías por la mañana".
"No es verdad." Arthur dijo.
Merlín frunció sus labios mientras pensaba, "Bueno, entonces, en esencia, la cueva me dio acceso completo a la magia a la que no había podido acceder. Me dio una conexión más profunda. Aparentemente no soy solo un hechicero, sino la magia misma. "
Arthur frunció el ceño, "Esto realmente se volvió muy confuso".
Merlín le palmeó el hombro a Arthur, "Y es por eso que no debes emborracharte".
"Tu magia". Arthur dijo lentamente, "¿Eso significa que nunca te quedarás sin poder?"
Merlín se encogió de hombros, "Tal vez, no estoy muy seguro de lo que implica".
Arthur frunció el ceño, "Me duele la cabeza".
"Entonces ve a dormir." Merlín sonrió.
Arthur extendió la mano y trazó las cicatrices en el cuello de Merlín, "Cubres esto". Dijo en voz baja, sus ojos conectados con los otros que los acompañaban.
Merlín frunció el ceño, "¿Es por eso que has estado mirando?"
A Arthur no pareció molestarle el comentario, "No te entiendo a veces".
"No me entiendes gran parte del tiempo". Merlín respondió.
El rey asintió y tocó la cicatriz. Merlín se puso rígido y tomo las manos de Arthur, "Detén eso. Puedo sentir tus toques ¿sabes?".
Arthur hizo un puchero y Merlín alzó los ojos molesto haciendo una mueca que habría señalado a alguien sobrio que estaba exasperado.
Sin embargo y como era de esperarse eso no detuvo a Arthur, "¿Tienes más?"
Merlín parpadeó y luego asintió lentamente.
"Un par en mis piernas. Tres en mi parte superior derecha, dos en la izquierda y luego pequeñas en mis pantorrillas".
Los párpados de Arthur cayeron, pero siguió mirando a Merlín. "Debiste decírmelo." Él murmuró.
Merlín suspiró y alcanzó las cicatrices en su cuello, frotándolas distraídamente mientras le sonreía suavemente al rey. "No te cuento las cosas que creo que te haran más daño en vez de ayudarte. Pensé que sería una molestia si supieras que me lastimé".
"Te quejas de que soy obstinado, pero creo que eres del tipo de los que deberíamos preocuparnos más". Arthur dijo adormilado "No te das cuenta de lo asustado que me siento cuando te veo herido".
Merlín resopló y se movió, "Puedes ser muy sobreprotector, ¿sabes?".
"No sé de qué hablas". Arthur replicó. "Yo no..." Se detuvo y Merlín se rio suavemente al ver que el rey finalmente se había quedado dormido.
"No sabes muchas cosas". Merlín dijo mientras se ponía cómodo, "Buenas noches".
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Merlín se despertó y al instante se dio cuenta de que tenía a Arthur a su lado, todavía dormido. Se sentó cuidadosamente, alejándose del rey dormido antes de pararse. Cuando abrió las cortinas volvió a mirar al rey que se dio la vuelta para apartar la mirada de la ventana y gimió.
"Despierta Arthur". Merlín dijo tratando de no reírse.
"Uf, mi cabeza". Arthur gimió, "Cierra las cortinas. Esta demasiado brillante".
"¿Disfrutando de la resaca?" Preguntó Merlín con una sonrisa mientras caminaba para poder mirar la cara del rey.
"Cállate, Merlín". Arthur gruñó, "No necesito un reproche. Una cura para la resaca sí". Abrió un poco los ojos para mirar a Merlín, "¿Tienes una cura para la resaca?"
Merlín lo pensó y luego suspiró "Siéntate".
Arthur frunció el ceño e hizo una mueca que claramente decía que no quería moverse.
"¿Quieres que te cure o no?" Merlín dijo y suavemente levantó a Arthur por los hombros, "Normalmente te dejaría asi porque te lo buscaste, pero estamos viajando y las resacas no van bien con los caballos".
Arthur tragó saliva e hizo una mueca, "Mi estómago".
Merlín resopló y puso sus manos en la cara de Arthur y obligó al rey a mirarlo antes de decir algo en voz baja.
Arthur sintió una cálida sensación de hormigueo en las manos de Merlín y se extendió al resto de su cabeza y su cuerpo, despejando el dolor de cabeza y el mareo y el dolor en el que había estado. Se relajó mientras el sentimiento se extendía. Lentamente, apoyándose en las manos de Merlín.
"¿Mejor?" El hechicero preguntó cuándo el rey abrió los ojos.
El rey asintió y sonrió a regañadientes, "Gracias".
Merlín resopló, "De nada, amigo. No cuentes conmigo para hacer eso cada vez, solo te dejaré sufrir".
Merlín comenzó a levantarse pero Arthur lo agarró por el hombro, deteniéndolo. Merlín miró a Arthur confundido cuando el rey agarró su barbilla y movió la cara de Merlín hacia un lado. "Tus ojos todavía son dorados". Le dijo.
Merlín gimió, "Genial".
Arthur soltó y se encogió de hombros, "Te queda bien, no me quejaré".
Merlín parpadeó y luego negó con la cabeza, "No es que me moleste que sea diferente o no se vea bien. Es el hecho de que es bastante obvio que tengo magia así".
Arthur sonrió, "Entonces no lo escondas".
Merlín miró al rey, "¿Sugieres que solo lo deje asi?"
"Bueno, me sorprendería si toda la ciudadela no lo sabe ahora, y no necesitas esconder quién eres por aquí". Merlín frunció el ceño y luego asintió lentamente.
La mirada de Arthur se posó en las cicatrices del hechicero, lo que dio por resultado un gemido exasperado antes de lanzar a Arthur con una almohada, sin usar sus manos.
"Arthur" dijo con severidad.
El rey levantó sus manos, "Bien, pero no te escondas de mí, tu magia o tus cicatrices. ¿De acuerdo?"
"Bueno." Merlín gruñó mientras se levantaba para agarrar sus cosas y prepararlas para el día, "Ahora levántate, tenemos que irnos pronto". Se tiró la camisa y arrojó a Arthur hacia él.
Arthur frunció el ceño, "No recuerdo haberme quitado la camisa".
"Por supuesto que no. Porque no lo hiciste. Estabas borracho y medio dormido". Merlín se ató el pañuelo al cuello.
Arthur frunció el ceño, "Sí. Lo siento, pero recuerdo algo de eso".
Merlín frunció el ceño y se puso la chaqueta. "No tiene sentido pedir perdón, pero si planeas emborracharte, al menos dime de antemano".
Arthur abrió la boca para dar un argumento contra eso, pero Merlín lo interrumpió, "Y no me importa si eres el rey, todavía te estoy diciendo qué hacer".
Arthur hizo un pequeño puchero, pero se rio de todos modos, "Realmente tienes algo único, Merlín".
El hechicero sonrió levemente mientras se movía para ayudar al rey a ponerse su camisa, "Tú también Arthur”.