Dormir es una de las necesidades del cuerpo se dice que por lo menos un ser humano debe dormir por lo menos 8 horas al día…y no podía entender que siendo las tres de la mañana no pudiera dormir, y no era por la falta de sueño claro que no se moría de sueño ya que dormir se había convertido en uno de sus grandes placeres, no era porque fuera un flojo no claro que no solo que las tres últimas semanas no había podido dormir correctamente, y ahora que pensaba que podría hacerlo venia este tormento a despertarlo a las tres de la mañana, claro este tormento tenia nombre y apellido.
— ¡KARIN UZUMAKI ME PODRIAS EXPLICAR PORQUE TENIAS QUE INTERRUMPIR MI SUEÑO SOLO PARA MOSTRARME TODOS ESTOS KIMONOS!
—Primero… no me grites Naruto que no es mi culpa que estés de mal humor
— ¡Que no es tu culpa! Si entraste a mi habitación gritando con todas estas cajas— reprendió el rubio con el ceño fruncido, tenía claras intenciones e ahorcar a su prima, porque si Karin era prima del rubio.
Karin una mujer de tez clara, de ojos color carmesí y un cabello rojo igual al de su madre, era hija de la prima de su madre no la veía desde que eran niños grande fue su sorpresa la mañana que la encontró con una maleta en la puerta del departamento que compartía con Gaara, y no supo cómo sucedieron las cosas que antes que se diera cuenta ya estaba viviendo con ellos, y de eso ya hacía ocho meses Karin una persona de múltiples personalidades, en ocasiones es fría y ruda, mientras que otras es pasible, coqueta y atrevida todo en una sola persona, para el rubio era muy divertido vivir con su prima y sus múltiples ocurrencias, pero lo que no podía tolerar que se metiera con su sueño y con su ramen porque la pelirroja tenía la loca idea de que debían comer más sano y esa era la pelea de todos los días.
—son cajas que mando tu abuela Naruto y todos los kimonos que traen son hermosos, recuerda que solo faltan dos semanas para que volvamos a Japón y en cuanto lleguemos se hará tu presentación como nuevo presidente de la compañía farmacéutica de tu abuela— y era verdad ya habían pasado 2 años y ocho meses desde que había llegado a Alemania, ya había terminado sus estudios y estaba más que listo para volver le habían pasado muchas cosas pero la mayoría fueron buenas algunas no tanto pero bueno las cosas no pueden ser perfectas, ya quería que pasaran las dos semanas para Gaara él y Karin que se invitó sola volvieran a Japón se moría de ganas de ver a sus padres y poderlos abrazar estuvo en comunicación con ellos en estos dos años pero sentía que no era lo mismo también extrañaba mucho a Deidara tenía muchas cosas que contarle.
—entiendo que tengo que probármelos para la fiesta de presentación Karin pero porque tengo que hacerlo a las tres de la mañana no podías esperar hasta las ocho de la mañana por lo menos necesito dormir y con el escándalo que estás haciendo seguro ya despertaste a Gaara— explico lo más calmado posible
—justamente por esotienes que probártelos ahora para que Gaara nos dé su opinión recuerda que se va a trabajar muy temprano— afirmo la pelirroja con una gran sonrisa
— ¿Y porque Gaara nos tiene que dar su opinión?—pregunto extrañado el rubio
—ay Naruto no sé si eres o te haces— dio un gran suspiro —Gaara es tu novio y su opinión es muy importante además que cuando escojamos tu kimono podremos escoger un traje para el para que combinen como la pareja que son— explico la pelirrojo al rubio sintió un escalofrió ya se imaginaba que esta pruebas durarían horas y lo peor es que su novio pasaría por lo mismo en ese momento Naruto ya estaba resignado a que no dormiría dio un gran suspiro y dijo
—bueno entonces cual me pruebo primero—solo esperaba que la tortura pasara lo más pronto posible y poder dormir después
— ¡Este!—respondió la rubia emocionada entregándole un hermoso kimono de seda de color turquesa con un estampado de flores blancas —tu póntelo y yo iré al cuarto de Gaara a despertarlo y traerlo para que nos dé su opinión—la pelirroja estaba a punto de salir de la habitación del rubio y antes de irse dijo —todavía no entiendo porque no duermen en la misma recamara sería más fácil para mi si estuviera aquí— al escuchar esa palabras el rubio se pudo rojo como un tomate y su corazón empezó a latir descontroladamente, porque su prima tenía que decir eso, es cierto que el pelirrojo y el ya eran novios y disfrutaba de sus besos y caricias pero aún le daba un poco de vergüenza dormir en la misma recamara, y con su prima ahí le daba aún más vergüenza después de que su corazón se tranquilizó comenzó a ponerse el kimono, a decir verdad le gustó mucho el Obi era dorado y combinaba perfectamente.
El rubio se paró frente al espejo que tenía junto a su ropero para ver cómo le quedaba, y al verse embozo una sonrisa se veía muy bien aún no podía creer como había cambiado en este tiempo que había pasado, estaba un poco más delgado que antes intento arreglarse su cabello alborotado con la mano estaba un poco más corto que antes pensó que con un pequeño adorno en el cabello combinaría perfecto no le gustaba nada muy ostentoso, a pesar de que su estilo al vestirse había cambia un poco en el transcurso de este tiempo se sentía bien pero cuando Karin llego tuvo que cambiar aún mas no porque quisiera, sino porque lo necesitaba porque la pelirrojo quemo todo su guarda ropa al segundo día después que llego al departamento alegando que su ropa era muy gris demasiado formal, y paso casi un día completo entrando, y saliendo de varias tiendas probándose mucha pero mucha ropa siendo prácticamente arrastrado por la pelirroja al terminar ese día tenía un nuevo guarda ropa más juvenil como decía su prima, y a decir verdad le gustó mucho la ropa que compraron tenía varios jeans muchas camisas pero su favorita fue una chamarra de cuero negro se la ponía mucho, y un día que estaba en el centro comercial se le vino a la mente la idea de hacerse una perforación en la oreja derecha siempre había querido tener una pero nunca se animó a hacérselo, y al final de ese día tenía un hermoso arete pequeño en forma de luna, mientras el rubio seguía ensimismado en sus recuerdos escucho la puerta abrirse, y la voz de su prima que día —vamos rápido Gaara Naruto ya debe de tener el kimono puesto sí que tienes el sueño pesado eh— el rubio se giró para verlos entrar, y el pelirrojo que aun bostezaba al entrar a la habitación se quedó con la boca abierta por lo hermoso que se veía su Naru, pasaron varios segundos hasta que por fin pudo articular unas palabras.
—te vez hermoso Naru— aquellas palabras isieron que el rostro del rubio se iluminara.