Como todas las mañanas, aunque hiciera frío, ya se encontraba sentado en su escritorio revisando algunos papeles, últimamente había tenido mucho trabajo, tenía que cumplir con las expectativas de su abuela, que esperaba su regreso junto a su familia, tenía muchas ganas de verlos.
Esa mañana estaba extrañamente tranquila, tenía todo lo que necesitaba para empezar su día, su café matutino con dos terrones de azúcar, y un poco de leche, sin saber porque sentía, que ese día sería.
Un buen día
La mañana transcurrió de manera normal revisando papeles, y corrigiendo algunos documentos tratando de absorber toda la información que podía, su actual secretaria le ayudaba, en varias cosas que no entendía, era normal nunca había pensado que tendría que llevar el título de presidente, de la empresa farmacéutica de su abuela, llegó el mediodía, y como todos los días llamó a Gaara para saber si almorzaban juntos pero éste le dijo que no, que tenía una reunión de negocios importante lo cual era muy poco común.
Pero tenía que entender, que el pelirrojo, tenía muchas obligaciones, y tampoco podía quejarse todo el tiempo libre que tenía se lo dedicaba a él.
Salían a cenar, a pasear o simplemente estar en su pequeño departamento viendo películas, riendo y jugueteando. En este punto podría decirse que su vida era casi perfecta lo único que opacaba su felicidad era que extrañaba mucho a su familia, el cambio de horario le había afectado mucho los primeros días aún no podía creer que estuviera en Alemania a pesar de que ya había pasado casi 2 años, sonreí al mirar por la ventana el día estaba bastante soleado. Me encontraba ensimismado en mis pensamientos el pitido del teléfono llamó mi atención la única que podría ser a esta hora era May, la secretaría de Gaara y mía también
—Señor… Señor alguien lo busca
— ¿Y quién es? — Pregunté con extrañeza generalmente no recibía visitas a no ser que fuera Karim
—Su nombre es Shimura Sai y dice que tiene que hablar con usted
Me puse un poco pensativo ya que no recordaba ese nombre no sabía quién era volví a presionar el botón de mi teléfono para hablar con May —Dile que pase por favor—
El Sol de la mañana me hizo abrir los ojos para encontrarme solo en esta gran cama, un día más… Ese sueño se presentaba todas las noches, seguía recordando, el cómo había conocido, ah aquel que pondría de cabeza su mundo llenándolo de inseguridades.
Ciertamente desde que Gaara dejó el departamento, después de que le di la libertad de escoger, me sentí débil, la tristeza me embargaba, cuando se fue con su maleta en la mano, quería decirle que se quedará, que no se fuera, pero en ese momento de que me serviría, de que habría servido todo si no estaba completamente seguro de que me amaba.
Mi corazón aún sufre, Tal vez sea por eso que recuerdo tan vívidamente el día que lo conocí no puedo decir que es malo, no puedo decir que me robó algo que era mío, si ni yo mismo estaba seguro de eso.
Me levanté de la cama con pereza, tenía que darme un baño no importa cuánto me duele el alma, o el corazón. Tenía trabajo y no podía echarme a morir, no en este momento no ahora, Karim se había puesto como loca cuando le conté lo sucedido, el enojo re reflejaba en su rostro las claras intenciones de golpear a Gaara, y me reclamaba una y otra vez mi decisión, después de su arranque de ira me abrazó, y comenzó a llorar lo cual me hizo llorar a mí también, pero le agradezco de todo corazón que estuvo ahí estuvo para mí.
Yahiko estuvo conmigo varios días intentando hacerme sonreír con helados, regalos, realmente era un gran amigo, Él es el único que sabía todo lo que mi alma guardaba.
Como me adentraba en este oyó profundo del cual no sabía cómo salir
Sasuke iba a visitarme de vez en cuando a la oficina diciendo, —tiene que almorzar vamos juntos—uno de los muchos días de los cuales fuimos a comer, el pelinegro me dijo que me veía triste, esa revelación me puso nervioso, a la vez me dio un golpe de realidad, tanto se me notaba tan poco podía ocultar sus sentimientos, pero solo le pude responder un —estoy bien no he tenido una buena noche por el trabajo— respondí con una sonrisa fingida, Sasuke me creyó, y no preguntó más, simplemente no podía decirle y admitir que nuevamente había fracasado que había dejado ir una vez más a la persona que amaba, simplemente no podría hacerlo.
Mi comunicación con Gaara era esporádica unos días si y otros no, unos mensajes de buenos días, simples preguntas como ¿Estás bien? sólo eso… Yo sé que él necesita tiempo para analizar, y decidir. Cuándo se fue del departamento él me dijo que no se iría a vivir con Sai, qué necesitaba tiempo para pensar, y me dio la dirección de un departamento que había rentado.
Para mí estar en este departamento que fuel de los dos me duele, aunque tiene pocos recuerdos felices de él y de mí. Pero para mí cada vez es más difícil estar aquí porque me duele despertar sólo todas las mañanas, no poder sentir el calor de sus brazos la tranquilidad que me daba estar junto a él, la tristeza me estaba consumiendo y el problema es que en este momento no sabía si el volvería conmigo o se quedaría con él.
Y esa duda es la que me carcomía por dentro