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MANADA AKASHI por LUNA OMEGA

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Notas del capitulo:

Lo siento, estoy super ocupada. Apenas encontré tiempo :( 

 

Espero que les guste <3

 
 
 
Mis manos no parecían ser suficientes para cargar su pequeño cuerpo, eran demasiado pequeñas y me temblaban demasiado por la adrenalina, podía dejarlo caer. Con cuidado sostuve su cabecita y lo atraje a mi pecho. No me importó mancharme de sangre un poco más, toda mi alfombra, el piso y mis pantalones eran un desastre carmesí de todas formas. Parecía un bebé sano y su llanto era tan fuerte que estaba seguro que se escuchaba por todo el edificio y por toda la colonia, con seguridad alguien iba a llamar a la policía en cualquier momento. Sin embargo, y a pesar de toda la sangre que lo manchaba, yo no podía dejar de admirar su bonito cabello celeste y sus ojos del mismo color. 
 
Mis ojos quemaron por las lágrimas mientras lo sostenía y veía más allá de él al cuerpo de su madre. La mujer había fallecido antes de que pudiera sacar al bebé. Cerré los ojos y sollocé en silencio por ella. Tetsuya. Ese era el nombre que su pareja y ella habían escogido con amor para su hijo y ella me lo había susurrado a pocos segundos de morir. 
 
¿Podía algo ser más horrible y triste que eso?
 
Cuando el bebé dejó de llorar de repente, miré abajo y sus bonitos ojos coincidieron con los míos. Podía recordar que la mujer tenía ojos de un color rosado y los del bebé eran de azul celeste completamente diferentes, y aún así podía jurar que eran idénticos. Llenos de vida y brillo. Sus manitas se elevaron como si quisieran tocar mi rostro y yo sonreí en medio de mis lágrimas mientras bajaba la cabeza. Sus dedos eran tan pequeñitos que casi daba risa. 
 
Comencé a arrullarlo con suavidad y él hizo sonidos demasiado tiernos. Tal vez lo correcto era que corriera en busca de ayuda, pero estaba demasiado agotado para correr y aún me sentía un poco en shock por lo que hice. Había ayudado a nacer a este bebé después de todo y no había sido nada bonito el proceso. Mi cuerpo aún se estremecía con el recuerdo de la carne abierta y la sensación de calor en mis manos cuando tuve que sacarlo del interior de su madre. 
 
La imagen y las sensaciones me perseguirían por el resto de mi vida.
 
Además, no podía dejar de sentirme prendido por el bebé en mis brazos. Verlo me traía un poco de paz después de la tormenta que llegó a mi apartamento y la verdad no quería que se fuera. No quería derrumbarme más de lo que ya lo había hecho. Él me necesitaba hasta que la ayuda llegara. –Tetsuya.- Lo llamé, y él hizo otra vez ese sonido tierno con sus labios, como si hubiera reconocido que ese era su nombre. Mi garganta estaba hecha un nudo. –Todo estará bien ¿de acuerdo? Yo voy a cuidarte hasta que tu papá venga. Haré esa llamada que tu mamá me dijo y él vendrá corriendo por ustedes. Estoy seguro que él no dejará que nada malo te pase, y tampoco yo voy a permitirlo mientras estés conmigo.-
 
Me puse de pie con cuidado y lo más rápido que las circunstancias me lo permitieron, fui hacia el cuarto de mi bebé nonato. En el pequeño mueble contra la pared tenía guardadas toallas y mantitas suaves con las que podría envolver a Tetsuya. Lo dejé un segundo ahí y corrí hacia mi cuarto, tomé una sabana y volví a la entrada para cubrir el cuerpo de la mujer. No me parecía correcto dejarla ahí solo con una sabana, pero era todo lo que podía hacer por ahora. 
 
Regresé al cuarto de mi bebé y saqué a Tetsuya de la cuna para llevarlo al baño. Lo limpié lo mejor que pude para retirarle la sangre y luego lo envolví en las toallas. También le coloqué uno de los trajes que yo había comprado para mi bebé cuando naciera y, gracias a Dios, se había quedado dormido para cuando lo llevé de regreso a la cuna. 
 
Me quedé mirándolo. Parecía irreal que él estuviera aquí conmigo, durmiendo tranquilamente en la cuna de mi hijo, mientras el cuerpo de su madre muerta estaba en la entrada de mi apartamento. 
 
Tomé un segundo para procesarlo. Todo esto era simplemente demasiado.
 
Me fui de regreso a la entrada y tomé el celular que había dejado olvidado en el suelo. El nombre de Midorin en la pantalla aún estaba ahí. Me senté cerca del cuerpo, en el suelo, y toqué el icono de llamada, esperando mientras la línea me conectaba. Los tonos parecían durar una eternidad hasta que por fin tomaron la llamada. La voz de un hombre alterado contestó. -¡Satsuki! ¡Maldita sea, ¿se puede saber dónde estás?!, la familia entera no ha parado de llamar a todo el mundo preguntando por ti. Ya hemos hablamos de esto, estas a punto de tener a tu hijo y no puedes ir por donde te de tu gana. Sabes que es muy peligroso.- 
 
–Eh, ¿Hola? No soy... Satsuki.- Tragué duro. -¿Es usted su pareja?.-
 
La línea se quedó en silencio por varios segundos hasta que el hombre volvió a hablar. -¿Quién eres? ¿Por qué tienes el celular de Satsuki?.- 
 
-Me llamo Furihata Kouki señor y yo, eh, no he robado este celular. Lo juro.- Quise darme un golpe contra el suelo por decir eso. Sacudí la cabeza y me aclaré la garganta. –Quiero decir, yo no lo he tomado sin permiso. Esta mujer, Satsuki, me lo dio. ¿Es usted su pareja?.- 
 
-No soy su pareja joven, soy su doctor.- 
 
Era mejor que nada, supongo. -Necesito comunicarme con su pareja. Es muy importante.- 
 
-Eso va a ser fácil.- El hombre casi se burló. -Solo espera y él va a llegar por ti, y te matará. ¿Dónde esta Satsuki?.-
 
Gemí. -Yo no quiero morir.- dije a consecuencia. Ni yo ni mi hijo.
 
-Estoy seguro de que no, y si tienes un poco de instinto de supervivencia vas a entregarle el celular de vuelta a Satsuki. Necesito hablar con ella.- 
 
Tenía y mucho, pero pasarle el celular a Satsuki no iba a ser posible ni aunque quisiera. Ella estaba muerta por el amor de Dios. De acuerdo, esto no estaba yendo bien y sonaba a que iba a ponerse peor. Lo sentía en los huesos. Dios mio, ¿en qué problema me había metido?. 
 
-Escuchéme por favor, esto es un completo malentendido. Yo no le he hecho daño a nadie señor... no intencional.- 
 
-Seguro.- Me respondió con sarcasmo.  
 
-Fue ella la que llegó a mi casa llena de sangre y me dijo que sacara al bebé. ¡Lo juro! ¡No he tenido nada que ver con el resto del daño que sufrió!.- 
 
-Eso tendrás que... Espera, ¿dijiste que lo sacaste? ¿Sacaste al bebé?- 
 
El hombre jadeó y luego hizo un ruido extraño parecido a un gruñido, pero no estaba seguro. Ya no estaba seguro de nada. Sólo estaba enfocado en la posible sentencia de muerte que me esperaba por cualquier daño mínimo a esta mujer. 
 
Oh señor, debí llamar a la policía desde el principio. Ahora estaba tan jodido.
 
-¡¿Qué es lo que has hecho?!- Me gritó.
 
-¡Lo que ella me dijo que hiciera¡ ¡Yo le dije que era una locura, que no podía hacerlo y no quería, pero ella insistió!- Respondí de la misma manera.
 
Además tampoco podía dejar morir a Tetsuya. Si yo no hubiera hecho lo que hice, él habría muerto con ella y eso hubiera sido peor que no haberlo hecho. Satsuki había hecho lo correcto al pedirme que salvara la vida de su hijo y yo hice lo correcto al hacerlo. Lo supe desde el momento en que lo sostuve en mis brazos y nadie podía decir lo contrario. 
 
Exhalé. –¿Puede sólo venir por favor? Yo no… ella esta…- Ni siquiera podía decirlo, todo esto ya era demasiado para mí y para mi bebé. Necesitabamos, ambos, un descanso. Contuve el llanto que amenazaba con regresar y hablé. -Venga por favor. Sólo quiero que esto se acabe ya.-
 
El hombre al otro lado tomó una fuerte respiración, como tratando de contener su furia. -¿El bebé esta bien?-
 
Asentí, aunque sabía que no podía verme. –Esta durmiendo. Él esta… creo que esta sano. Lloró un poco cuando nació, pero luego se calmó y esta durmiendo ahora.- De repente me acordé de algo importante. Me limpié la nariz y pregunté. -¿Debo darle de comer? No lo hice antes, pero tengo leche y puedo hacerlo.- 
 
Fórmula y también leche materna, sin embargo ese dato no iba a compartirlo con éste desconocido. Tenía entendido que Tetsuya no lo necesitaría hasta después de un par de horas o algo así, pero no quería arriesgarme. Con la muerte de su madre realmente no tenía idea de qué hacer. Pero si el bebé necesitaba leche podía dársela. 
 
-¿Cuánto hace que nació?- 
 
-Una hora, tal vez un poco más.-
 
-Sería lo ideal cuando despierte, hazlo.- Dijo. Se escuchaba más calmado, incluso preocupado. –Necesito que me des tu dirección. Todo puede ir bien ahora, pero aún necesito revisarlo para estar seguros de que esta realmente sano. Debe ser llevado a un hospital.- 
 
-lo haré, la enviaré-
 
-Bien.- Guardó silencio un momento. –Satsuki está muerta ¿cierto?- 
 
Miré el cuerpo de Satsuki cubierto con la sabana. La verdad era inminente. –Sí.- 
 
-Y tú no tienes nada que ver.- No era sarcástico, no me estaba culpando, sólo lo dijo.
 
-No.- Respondí con un nudo volviendo a formarse en mi garganta. -Ella ya estaba muy herida cuando llegó conmigo. Creo que pudo ser atacada por algún animal o algo, no estoy seguro.- No quise decir que pudo ser un shifter porque no estaba seguro si este hombre, Midorin, estaba al tanto de su existencia. No quería arriesgarme. –Sus heridas eran horribles, había demasiada sangre y aunque hubiera llamado a una ambulancia no creo que sobreviviera. Ella no me dejó de todas formas, solo me dijo que te llamara y que… bueno, el resto ya lo sabes.- 
 
El hombre suspiró. –Envíame la dirección e iré. Dejaré que su pareja sepa la ubicación también y, pase lo que pase, no vayas a ninguna parte Furihata Kouki. Huir es lo peor que puedes hacer en tu situación.- 
 
Me confundí. -¿Mi situación?- 
 
-Hasta probar tu inocencia.- 
 
-¡Yo no he hecho nada!- Grité. Creí que lo había dejado claro y que este hombre lo entendió, pero parece que no. 
 
-Eso no lo debo juzgar ni yo ni nade, sólo el esposo de Satsuki.- Dijo con tono serio.  -Hasta entonces eres el principal sospechoso de la muerte de Akashi Satsuki, esposa de Akashi Seijuro.-
 
 
Oh mierda. 
 
 
 

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