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Los padres de mi kaichou por lauritachan

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Notas del capitulo:

Hola, queridos lectores que siguen este pequeño fanfic fome, les habla la creadora. Ojala esten disfrutando de esta lectura que originalmente estaba pensado ser un one shot. Espero les encante este ultimo capítulo tanto como a mi me fascinó escribirlo. Algunas aclaraciones seran reveladas al finalizar.

La situación era incomoda en ese momento para Nishimiya Ryou...
Esta nueva revelación era terrible, era peor que cuando se enteró del fanatismo de su modelo a seguir por sanrio, aquel que se encontraba a metros de distancia tras el hombre que decía ser su madre, mirandole espectante por una respuesta.

- "Una vez mas el mundo era cruel conmigo"- pensaba irritado, recordando su ultima rabieta.

Y es que el rubio era un chico orgulloso, en aquella ocasión se sintió tan culpable que terminó llorando mientras se disculpaba con un Seichirou semi consciente en la enfermería de la escuela.

Juró jamás volver a hacer una escena asi por lo que muy a su pesar, y dejando de lado su descontento por la nueva situación, hizo una reverencia de forma automática ante aquel individuo.

-Soy Nishimiya Ryou, estoy encantado de conocerle- habló serio, forzadamente y con el ceño levemente fruncido.

Para nada le agradaba esto, pero no quería causarle otro disgusto al muchacho que le ofreció su ayuda desde un inicio.

El hombre de cabellos miel soltó un pequeño suspiro, le miraba como si conociera justo lo que por su mente se cruzaba y aun sonriendo gentilmente le respondió.

-El gusto es mío, Ryou...- el hombre se inclinó también, imitando la reverencia.

Ruou se incorporó mas relajado y le miró a los ojos.

Sus ojos verdes brillantes del color de las aceitunas eran semenjantes a los del joven de cabellos negros, eran profundos y se reflejaba muy bien lo que el pensaba como si fuera un espejo.

-Gracias por cuidar de mi hijo- habló sincero, no solo como la formalidad que se acostumbra y su rostro lo reflejaba a la perfeccion.

Ryou estaba sonrojado al respecto, confundido mas que nada, vió de reojo al de cabello negro que parecía sonrojado y algo avergonzado por la confesión de su familiar.

-um...- el ojilila solo asintió, titubeando inseguro.

-¿Tienes hambre, Ryou?- preguntó el mayor una vez el ambiente dejó de ser tan incómodo para el rubio.

Y él simplemente no alcanzó a contestar la pregunta... el ruido de su estómago lo dijo todo por él...

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Cualquiera que viera al hombre pensaría que era hermano mayor de su kaichou.
Lucía bastante joven a pesar de sus treinta y tantos años, era apuesto y nadie creería que en realidad era la madre del chico.

El mismo rubio aun no lo creía, simplemente era inconcebible que ese hombre frente suyo fuera capáz de concebir a un niño; ¿en que mundo era eso posible?

Tenía tantas preguntas, pero el sabor de los emparedados y la amena platica acerca de la antigua vida como teniente del individuo le hacían callar.

-...este era yo con algunos compañeros de equipo- señalaba con su unica mano a una de las fotografias del album que Seichirou sacó anteriormente

-No logro entender porque solias tener la misma expresion en todas las fotos- habló el pelinegro antes de darle una mordida a su emparedado.

-¿Algun problema con mi rostro?, recuerda que tienes mis ojos, niño-

El castaño le dio un pequeño empujoncito con su unico brazo a su retoño fingiendo molestia, el solo reía mientras el rubio miraba las fotografías.

En muchas de estas se veían las mismas personas haciendo diferentes cosas pero todas con algo en común y era que en todas parecía haberse tomado en alguna base militar.

De improvisto, se escuchó la puerta corrediza deslizandose, seguido de algunos golpes en el suelo de madera.

Ryou giró su rostro solo para darse cuenta de la prescencia de un nuevo extraño que debía ser el padre de su sempai.

-Ya estoy en casa- anunció una voz grave, Ryou no supo porqué pero en el fondo la conocía de algún sitio.

-Bienvenido de vuelta, capitán- gritó el de cabellos miel con una sonrisa en su rostro y se apresuró a levantarse de su sitio para ir a recibirle.

-Llevamos ya unos 20 años de casados y aun sigues llamandome asi- él aludido sonrió de lado con los brazos abiertos.

El mas joven recibió gustoso el abrazo, casi olvidandose de su alrededor.

Ryou solo los miraba perplejo, una mueca adornaba su rostro disgustado por completo de lo que estaba viendo.

-Es como ver a Yuu y a Shunsuke...- murmuró por lo bajo, siendo escuchado por Seichirou

-Ellos no son tan pegajosos como Yuu y Shunsuke- susurró cerca suyo, haciendo que se sobresaltase

-¿Cuanto tiempo estuviste ahi?- ahora estaba ofendido y sonrojado

-Lo suficiente como para oir tus pensamientos-

El rubio infló las mejillas y rodó los ojos en señal de desagrado, antes de poder reclamar nada, sintió como alguien estaba mirandole fijamente.

-...Sei, no dijiste que teníamos un invitado-

Ryou no supo en que momento ese hombre se había acercado lo suficiente a ellos. 
Estaba ahí, de pie a unos metros de la mesa del comedor sonriendoles amigablemente; tenía un aspecto que, te daría miedo si te lo toparas en un callejón sin salida.

-Lo siento, padre... pensé que no estarían hoy en casa- confesó el muchacho apenado por su descuido

-No te preocupes hijo, esta bien- le calmó

El chico entonces se puso enmedio de el adolescente ojilila y el hombre frente a el.

-Padre, este es el chico del que te hablé... Ryou, este es mi padre-

El rubio se levantó velóz y se apresuró a hacer la reverencia.

-Soy Nishimiya Ryou, es un gusto conocerle-

-No es necesario que hagas eso- advirtió divertido, despues de todo el parecía no estar acostumbrado a la etica japonesa a diferencia de su pareja.

-Lo siento- el rubio se reincorporó y le miró con mas detenimiento.

Era realmente alto, mas fornido que su pareja, sus ojos azules intensos tenían una tonalidad grisácea que contrastaba perfecto con su rostro rígido. De cabellos negro como los de su hijo, con algunos destellos plata a causa de la edad y una barba ligeramente crecida, le daba un toque maduro similar al de algun lider de la mafia, el toque final era el traje negro que portaba...

-Sei nos ha hablado bastante sobre ti, nos alegra finalmente conocerte-

-en...serio?- preguntó algo sorprendido

-claro, de ti y del resto de los muchachos que se juntan con el- esta vez habló el hombre castaño, caminando hacia el.

El pequeño sonrojo que se había formado en sus mejillas desaparecio al escuchar la mención de Kouta y los demás, su rostro se tornó neutro y solo pudo decir un "oh" como respuesta.

-Nuestro Seichiro siempre parece ocupado como para tener amigos- añadió el pelinegro mayor, acercando a su hijo en un abrazo, revolviendole el pelo en el proceso.

-basta, padre- reía divertido

-por eso cuando escuchamos sobre ustedes nos sentimos tranquilos-

El castaño miel se acercó al muchacho rubio y le abrazó de forma inesperada.

-"¿oook que sucede?"- pensaba para sus adentros, la situacion se ponia de nuevo incomoda... y de pronto tuvo esa sensación, como si algo fuera a suceder.

Y no estaba equivocado...

Un fuerte golpe seguido de varias cosas siendo proyectadas hacia su dirección le dejaron incrédulo, de pronto la casa de su kaichou parecía diferente en todo sentido y el cuerpo que le rodeaba ahora lo hacía de forma protectiva.

-Seichirio, proteje a Ryou- ordenó el hombre a su hijo.

Este se alejó de el, poniendose en posición de ataque.

-¿Como nos encontraste?- escuchó la voz del otro hombre desde el extremo opuesto de la habitación.

El joven rubio no podía ver nada mas que siluetas borrosas, no sabía con exactitud a quien le estaba hablando.

Seichiro llegó a su lado sin que se percatara y lo atrajo a su pecho, limitandole mas su campo de visión.

-No pueden desaparecer para siempre... y tu lo sabes a la perfección, o me equivoco... ¿Chris?-

El hombre de cabellos negros pareció tensarse desde la vista de Ryou, su postura se tornó rígida al igual que la de su pareja.

-Sabía que pasaría... pero no tan pronto- murmuró el muchacho, siendo escuchado por el adolescente de ojos lilas.

-Tranquilo Sei, les daré tiempo para que huyan- tranquilizó su "madre".

-"¿Huir?"- 

-Entregame al híbrido, Chris... o lo tomaré por la fuerza-

-"¿Hibrido?"-

-Tsk- gruñó enojado, apretando los dientes, dispuesto a lanzarse a atacar a aquel sujeto, este iba acercandose cada vez mas a ellos de forma amenazante.

-No dejare que los toques- escupió el castaño claro y se dispuso a atacar.

Lanzó una corriente electrica que  impactó contra el hombre, debilitandole temporalmente.

-¡Seichiro, llevate a Ryou, ahora!- gritó desesperado el castaño claro.

Seichiro asintió tomando a su kohai, cargandole sobre sus hombros como una simple muñeca para correr escaleras arriba. 
Tras ellos, unos extraños seres sacados de algun manga o novela, de aspecto grotesco, color negro como el petróleo, inestables en sus estructuras los perseguían.

-¿Que esta sucediendo?- Ryou estaba confundido.

Cuando el mayor se dio cuenta de aquello, abrió la primera habitación que encontró y cerró como pudo, luego dejó bajar a un histerico rubio.

-Han venido por mi- habló Seichiro para si mismo, buscaba cualquier cosa para bloquear el acceso.

-¿De que hablas? Sempai, exijo saber que fue todo eso-

-Debemos encontrar una forma... o moriremos- el muchacho ignoró su pregunta totalmente, poniendo mas enojado al menor.

"Eso no estaba pasando, en definitiva no estaba pasando..."

El rubio de ojos lilas estaba mas agitado que aterrado por todo. ¡¿Como fue que de una visita casual pasó a estar encerrado con su kaichou en una habitación ocultandose de esas cosas?!

Pero estaba pasando...

-¡Esto no puede ser!- gritó frustrado, asustando al muchacho que estaba ahí, a su lado, inspeccionando sus posibilidades.

-¡Ryou! No grites, vas a guiarlos hasta nosotros- le regañó con tono firme

-¿Como esperas que me calme? Un monton de bichos mutantes nos mantienen acorralados esperando para asesinarnos...- gritaba histerico mientras su amigo trataba de calmarle para que ya no siguiera subiendo la voz

-Ryou...-

-¡Esto es perfecto! ¡Simplemente perfecto-

-Ryou...-

-¿Es que no podria ser peor?- preguntó sarcástico

-¡Ryou!-

Un golpe fuerte hizo que giraran sus cabezas, solo para volver a la histeria.

-¡Mierda, nos encontró!- maldijo Seichiro, forzando la puerta para intentar salir, pero como en toda ironía esta estaba trabada.

Ya no había escapatoria...

Ryou se ocultó tras el  sin saber que hacer al respecto.

Gemidos lastimeros y gorgoteos se escuchaban mientras las criaturas intentaban hacerse paso por el concreto.

-Sempai...-

-Todo estara bien, lo prometo- se puso frente suyo, usando su cuerpo como escudo cubriendole por completo.

Ryou se percató como de su brazo salía una especie de relampago.

La pared cedió, Ryou cerró los ojos y lo último que escuchó fue a esas cosas rodeandolos por completo.

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Abrió los ojos de golpe, miraba al techo de su habitación iluminada solo por la luz natural de la luna. Se incorporó en su cama para poder mirar la hora en su telefono movil.

-Media noche- murmuró tallandose los ojos

Su madre debió haber apagado el televisor sin que el lo notara, se levantó para poder meterse en las cobijas, cuando el sonido de algo golpeando el suelo lo hizo detenerse. Se bajó de la cama e inclinándose lo recogió, reconociendo inmediatamente la caja del videojuego que había estado jugando anteriormente.

-Mamá tenía razón...- susurró para hacer el menor ruido posible, y no despertar a sus hermanas.

Estuvo parte de la tarde jugando ese título encerrado en su habitación. Su madre había irrumpido un par de veces para que fuera a cenar, pero el estaba tan ensimismado en su partida que había ignorado los llamados de la mujer. Esta le había advertido que debía parar o terminaría teniendo pesadillas.

En algún punto de la misión debió quedarse dormido sin darse cuenta.

Dejó la caja con el inconfundible 6 en la portada encima de su mesa de noche y aún con el telefono en la mano observó un mensaje enviado a la 8pm por su kaichou.

-"Mañana reunión en mi casa con Kouta y los demás... vienes?"-

Entonces Ryou lo recordó, debían ponerse de acuerdo sobre lo que harían para el festival de la escuela; había sido idea de Kouta hacer algo ese año pero aun no sabían que exactamente.
Bostezó escribiendo una respuesta rápida pues quería volver a dormir

-"Claro, no me lo perdería por nada del mundo"-

Dejó su celular aun lado y se metió entre las cobijas, acurrucandose y dejandose llevar por los brazos de Morfeo.

Con algo de suerte no habrían mas zombies en sus sueños...

Notas finales:

Hola hola hola!!! Soy la autora. Si, se que esta historia es bastante rara, hasta yo me arrepiento de haberla pensado xD pero que se le va a hacer? Surgió en base a una conversacion con mi novio en la que se resume a: "hey! Me encanta sanrio danshi y ya hasta tengo un husbando" *le muestra la foto* "oye, luce como chris redfield pero en anime" y entonces dije "yo diria que sería mas como su hijo, mira! Tiene el color de ojos de piers"

Y pum! Surgió la idea, meter a Ryou y que fuera como un sueño se me hizo bastante divertido en un inicio pero ya cuando empezaba con la historia me fui dando cuenta que no era tal como lo imaginaba. Aun asi me encantó escribirla, fue bastante entretenido aunque no sea de mis mejores trabajos. Me costó bastante hacer este ultimo capítulo, no soy tan buena describiendo escenas de pelea.
Espero a ustedes tambien les gustara leerla.

Nos vemos en el siguiente fanfiction!

 

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