Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor a la primera mirada por zandaleesol

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: Amor a la primera mirada

Personajes: Harry/Lucius

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen todos son de propiedad de J.K. Rowling. No percibo ningún beneficio económico por este trabajo.

Advertencia: Este es un intento de fics humorístico, quien desee correr el riego es libre de hacerlo.



Capítulo 3. Juegos peligrosos



Harry se despidió de su horrible prometido y se fue a descansar, o por lo menos a intentarlo. Una vez en su cuarto se dejó caer en la cama, aunque doliera quería pensar solo en ese rubio arrogante y hermoso que le había robado el corazón.


Estaba a punto de cerrar los ojos cuando la puerta de su habitación se abrió con sigilo. Aterrado pensó que debía ser Voldy. Al parecer ese paseo en la noche estrellada le había dado malas ideas al mago oscuro. El chico experimentó una sensación de pesadez en el estómago, el corazón le latió desbocado. Sintió que el miedo se apoderaba de él como nunca antes. Ni siquiera tenía varita con la que defender su virginidad.


La luz de una varita iluminó la habitación. Harry con el corazón a mil por hora vio que su visitante no era Voldy, sino Lucius.


Todos los temores se disiparon de golpe y una alegría loca le llenó el corazón.


-Lucius… -susurró emocionado.

-No te emociones tanto Potter, solo vine a asegurarme de que estés bien.

-Muy amable de tu parte -respondió el muchacho con una sonrisa de oreja a oreja.


Lucius guardó silencio. Ahora se arrepentía de su impulso. La sonrisa de Harry era de triunfo y eso le molestaba demasiado.


-Será mejor que me marche -dijo el rubio volviéndose hacia la puerta.

-¡No espera! -exclamó Harry saliendo de la cama con rapidez.

-¿Qué quieres ahora Potter? -preguntó Lucius dándose la vuelta para encarar al chico.


Harry sonrió embobado.


-Un beso de buenas noches.


Lucius le miró con aire disgustado, pero casi enseguida, al mirar esos ojos esmeraldas olvidó su molestia. Nunca antes alguien le había mirado con semejante embobamiento, no desde que quedara al descubierto su simpatía y fidelidad por el Señor Tenebroso.


-Pides demasiado Potter -respondió el rubio con aire arrogante.

-Lo sé -respondió el muchacho causando asombro en el hombre rubio-, comprendo que no estoy a tu altura y que…


Harry ni siquiera pudo acabar la frase. Lucius sorpresivamente se había prendido de su boca en un acto casi reflejo. Sentía que flotaba en el aire mientras esos labios quemaban los suyos con apetito voraz. El rubio finalmente lo liberó para que pudiera respirar.


-¡Guuaaauuu!

-Nunca antes fuiste besado así… y nunca lo serás otra vez.

-Es cierto -admitió el muchacho respirando con dificultad -, pero si tú quieres podrías besarme el resto de la vida.


Lucius se daba perfecta cuenta de cómo la piel de Harry ardía bajo aquel pijama. La erección del muchacho se había despertado al instante.


-Lucius… te deseo.

-Eso es evidente, Potter -respondió el rubio bajando sus ojos hacia la entrepierna del muchacho.

-¿Y qué harás al respecto? -preguntó Harry con tono medio juguetón.

-¿Hacer? -preguntó el rubio alzando una ceja con aire despectivo -. Nada Potter, es tu problema no mío.

-Pero acabas de besarme.

-¿Y eso qué?

-¡Te odio! -exclamó el muchacho sin convicción.

-Oh Potter, no seas dramático.


Harry se apartó y le dio la espalda. Ahora no fingía en absoluto, realmente se sentía herido y confuso por la actitud extraña del hombre rubio.


Lucius rodó los ojos y se volteó para marcharse. Cuando ya había tomado la manilla de la puerta involuntariamente se giró para observar a Harry una vez más. Nuevamente esa extraña sensación se retorcía en su estómago, haciendo que su animosidad hacia el muchacho desapareciera. Se acercó sigiloso y le tocó el hombro.


Harry se volvió a mirar al hombre cuando sintió ese suave toque.


Los ojos grises y la esmeraldas se encontraron.


Lucius leyó en la mirada de Harry una verdad que le espantaba. El juego había acabado. Tenía la experiencia suficiente como para comprender que el chico se había enamorado de él. Ahora le quedaba preguntarse qué haría con esa verdad. La sensatez decía que se alejara, aún estaba a tiempo de salir bien librado de aquel peligroso asunto.


-No eres nada sensato Potter, arriesgas tu vida de forma estúpida… si mi amo te descubre estarás acabado -murmuró Lucius.


Harry miró temeroso e incrédulo al rubio ¿A caso el hombre había descubierto su plan? ¿Pero cómo? No existían muchos que dominaran la Legeremancia. Hasta entonces él solo conocía a tres que lo hacían. Dumbledore, Snape y su mortal enemigo.


-Lucius yo…


El muchacho no pudo terminar porque el rubio lo atrajo hacia él por la cintura.


-No te creí cuando dijiste que me amabas… es una completa locura que te arriesgues de ese modo solo por mí. Me halagas aunque sé que no lo merezco.


Harry tardó varios segundos en comprender el sentido de las palabras de Lucius.


-Yo… no lo planee solo sucedió.

-No debes amarme, es estúpido que te pongas en peligro por mi causa.

-No puedo evitarlo.

-Es una locura -susurró el rubio sin dejar de estrechar a Harry -. Todo sería más sencillo si yo…

-Tú qué.

-No importa.


Harry miró al rubio fijamente.


-Me importa.

-Confieso que me resultara muy difícil ver cómo te unes para siempre a mi amo.

-Solo tienes que pedirlo Lucius, sería capaz de irme contigo a cualquier lugar.

-No puede ser y lo sabes.

-Me confundes Lucius.

-¿Yo? Fuiste tú quien comenzó todo este lio.

-Creo que deberías marcharte -dijo Harry apartándose del hombre.


Lucius asintió y se dio la vuelta. Estaba a punto de abrir la puerta cuando Harry se precipitó sobre él repitiéndole una y otra vez que lo amaba. Lucius no fue consciente de que ya ni siquiera hacía el intento de rechazar al muchacho moreno.


Se reanudaron los besos apasionados. Pero no solo eso, el ímpetu fue creciendo y les hizo olvidar toda prudencia.


El hombre rubio poco a poco fue empujando a Harry hacia la cama. Ya era demasiado tarde para retroceder y tampoco deseaba hacerlo. La audacia del chico lo alentaba a continuar por aquella peligrosa senda sin retorno.


Harry a pesar de ser levemente consciente del peligro que implicaba fraternizar de ese modo con el vasallo de su prometido, apartó cualquier pensamiento que le privara de ese momento de felicidad. Sabía que Lucius no le amaba, pero sí había logrado despertar su deseo y, eso ya significaba bastante en comparación con el desprecio que le mostraba el rubio hacía unos días.


Lucius despertaba en el cuerpo de Harry sensaciones maravillosas. Su deseo crecía impetuosa y salvajemente. Nada podía detenerlo ya.


El rubio por su parte, olvidando todos los peligros que implicaba aquel acto lujurioso, se dejó llevar. Con su cuerpo aprisionó el de Harry sobre el colchón y con sobrada destreza prontamente lo despojó de toda vestimenta.


Harry completamente excitado esperaba que las manos del rubio hicieran contacto lo antes posible con su piel ardiente. Cuando finalmente aquello sucedió, gimió sin ningún pudor.


-Oh Lucius… me vuelves loco. Tócame por favor, como tú quieras, donde quieras.


El rubio sonrió triunfante.


-Te das cuenta de que has caído en tu propia trampa.

-¿De qué hablas?

-Has hecho todo para que yo pierda la cabeza, pero resulta que eres tú quien está aquí, desnudo bajo mi cuerpo, completamente subyugado.

-Lo sé y no me importa. Te amo y quiero ser tuyo.

-Aún no estoy muy convencido de…

-¡Demonios! No puedes decir que no me deseas cuando ya me tienes desnudo y aprisionado contra el colchón.


El rubio sonrió maliciosamente.


-Puedo actuar como yo quiera Potter, ahora mismo puedo marcharme si me da la gana…

-No -susurró el muchacho moreno.

-¿Qué quieres, Potter?

-Te quiero a ti.

-No me convertiré en tu juguete mocoso, creo habértelo dicho antes.

-Lucius… ya no aguanto más, por favor te necesito, quiero tenerte dentro de mí… ahora.

-Eres muy atrevido. Dime Potter, ¿con cuántos has estado antes?

-Con nadie.


Lucius le miró espantado.


-¿Eres virgen?

-No. Me refiero a que no he estado con nadie como tú… nadie que tenga tu experiencia ni que sea tan hermoso y tan sensual.

-Menos mal, esto no será nada más que un polvo Potter. Te casarás con mi amo. Arriesgo mi vida al estar aquí contigo, sería peor si fueses virgen. El Señor Tenebroso no me perdonaría si se entera de que te di un bocado antes que él, pero me sacaría el alma a Crucios si además fueras virgen.


Pareció que estas últimas palabras del rubio apagaron un tanto el entusiasmo de Harry.


-Lucius… no quiero que te suceda algo malo.

-Aunque me disgusta aceptarlo, creo que el Señor Tenebroso está realmente enamorado de ti Potter. Prometió respetarte, no vendrá a tu cama y tampoco se meterá con tu cerebro.

-Pero hace un rato dijiste que si le daba la gana usaría la Legeremancia conmigo.

-Solo si tuviese motivos para desconfiar, pero no lo hace. Cree sinceramente en ti Potter, y jamás imaginaría que yo estoy aquí contigo… traicionándolo.

-Te amo -murmuró Harry.


Lucius se fijó en los ojos esmeraldas. Brillaban con tanta intensidad. Resultaban seductores aquellos ojos brillantes de pasión, de anhelo.


Tomó la varita que había dejado a un costado de la cama y con un suave movimiento se quitó la vestimenta de la cintura hacia arriba.


Le agradó ver que los ojos verdes le recorrían ávidamente y con deseo creciente.


-Eres tan hermoso Lucius.


El rubio dejó escapar una sonrisa satisfecha y presumida, pero que desapareció prontamente, pues enseguida sus labios buscaron los de Harry para fundirse una vez más en un beso lleno de lujuria.


Lucius tuvo necesidad de no solo probar los labios de Harry, sino también su cuerpo, y, lo hizo. Sus manos se hicieron dueñas del cuerpo que se le entregaba sumisamente. Los jadeos y gemidos del muchacho moreno le encendieron con prontitud. Sin más preámbulos se acomodó entre las piernas de Harry, liberó su erección y sin preparativos se hundió con una sola estocada en el cuerpo del chico.


Harry pese a lo deseoso que estaba que sucediera aquello, no pudo reprimir un grito. Era doloroso, más de lo que imaginó jamás.


Lucius comprendió enseguida. Había caído en una trampa, el chico moreno era virgen. Esto le hizo sentirse furioso y también asustado. Ahora sí que podía darse por muerto. En cuanto el Señor Tenebroso, descubriera que alguien había mancillado el cuerpo de su amado Potter, con toda seguridad los torturaría uno a uno hasta que el culpable confesara.


Apenas pudo contener su deseo de golpear al muchacho, por haberse burlado de él de ese modo.


-¡Eres virgen, maldita sea!


Harry asustado a más no poder, no solo por la reacción imprevista del rubio, sino también por lo que acababa de experimentar. Había imaginado que el sexo era algo agradable, por lo menos eso era lo que le había oído decir a sus compañeros de cuarto.


Pero nada de eso. Lo que sentía en su trasero con la embestida tan brusca del rubio sólo podía asemejarse a un Crucio. Ahora entendía que había sido muy ingenuo al pensar que Lucius sería cuidadoso con él. Por qué el hombre abría de tener alguna consideración hacia a su persona, si en realidad lo detestaba profundamente.


-¿Qué pretendías con esta estupidez, Potter? ¿Hacer que mi amo me mate? De eso se trataba todo esto, ¿no?


Harry se atrevió a negar con la cabeza.


-Lo siento… -murmuró el chico.

-Es demasiado tarde para sentirlo.


Harry volvió el rostro para no mirar al hombre que tan bruscamente se había apartado de él y ahora se paseaba furioso de un lado a otro, como tratando de buscar una solución a ese asunto que parecía insalvable. De pronto todo el deseo por el rubio se apagó y ahora era invadido por la vergüenza.


-Estoy acabado -susurró Lucius -. Después de la boda el Señor Tenebroso se dará cuenta enseguida de que ya no eres puro, y no dudará en usar la Legeremancia para saber quién fue tu amante.


-Eso sucederá después de la boda -se atrevió a decir Harry -. Puedes marcharte lejos en cuanto yo me haya casado.

-Es lo que tendré que hacer si deseo seguir vivo. Aun no entiendo cómo me dejé embaucar por ti mocoso.

-Te juro que no lo hice a propósito, realmente deseaba que tú fueras el primero.

-¿A sí? Pues debiste preguntarme si yo quería ser el primero, Potter.


Harry bajó la mirada avergonzado y herido a partes iguales.


Lucius no dijo nada más, le parecía inútil, aquello no tenía arreglo. Sin pronunciar una palabra más y sin dedicarle ni una mirada al muchacho moreno compuso su vestimenta y enseguida abandonó el cuarto.


Harry tras la salida de Lucius se cubrió con la sábana y se echó a llorar desconsoladamente. Ahora ya sabía lo que era tener el corazón destrozado. Lucius lo odiaba más que antes.


Se recostó, dejando caer la cabeza en la almohada. Definitivamente había perdido en su propio juego. Ahora lamentaba más que nunca el haber aceptado esa locura propuesta por Dumbledore. Qué pasaría si no tenía oportunidad para matar a Voldemort. Debía olvidar todo lo sucedido con Lucius, por su bien y el de todos los que habían confiado en él. Se concentraría en su tarea, no había nada más importante. Tampoco iba a preocuparse por la vida del rubio, él había elegido su camino, le gustaba servir como esclavo y ni él ni nadie podrían cambiar aquello.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Los días que siguieron a este episodio, Lucius puso todo su esfuerzo en mantenerse alejado de Harry. Solo estaba cerca del muchacho cuando había alguien más presente, el resto del tiempo lo evitaba por completo. Si bien era cierto que en un primer momento se sintió engañado por el chico, con el pasar de los días sus sentimientos cambiaron. Le avergonzaba profundamente su comportamiento, pero sabía que era demasiado orgulloso como para pedir perdón. Además no había nada que él pudiera hacer, pues estaban a un día de la boda.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


En cuanto a Harry, pues había decidido cerrar su corazón y mente a cualquier cosa que lo distrajera de su cometido. Amaba a Lucius, pero había comprendido que era imposible que el hombre más fiel a Tom, cambiara de bando, por lo tanto, debía arrancárselo del corazón. No era fácil cuando debía verlo todos los días, pero ayudaba el hecho de que el rubio lo evita casi todo el tiempo y cuando por fuerza debían estar en la misma habitación, pues Lucius jamás hacía contacto visual con él, era muy doloroso sin duda, pero aquella actitud facilitaba su tarea.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Finalmente había llegado el día fijado para la boda. Esa mañana Harry despertó con una pesadez en el estómago y un dolor agudo en el corazón.


El plan estaba trazado. En el momento en que Tom y los Mortífagos estuviesen más distraídos y confiados, él usaría su varita contra su horro-prometido. Los asistentes a la ceremonia como sus invitados se encargarían de los Mortífagos. Serían atados con hechizos anti desaparición. El lugar sería cercado por los Aurores.


Harry estaba nervioso. No podía creer que estaba a solo unos minutos de terminar definitivamente con su mortal enemigo, claro si todo salía como se suponía. Afortunadamente ese día no habían tenido ni el más mínimo contacto con Voldy. En el estado en que se encontraba de seguro que se delataría por completo ante el mago tenebroso. Hizo un esfuerzo por calmarse, todo aquello era demasiado importante, la motivación para acabar con su enemigo no podía ser sólo salvar a Lucius, aunque él en realidad no deseaba ser salvado. Lo más importante debía ser el hecho de que ese maniaco había asesinado a sus padres, y era su deber hacer justicia, por todas aquellas víctimas inocentes.


El atuendo que vestía era de una belleza que solo podía ser producto de la imaginación de un verdadero artista. Pero su imagen reflejada el espejo no revelaba un rostro que estuviese en consonancia con esa primorosa túnica. El destino de todos y el propio quedaría resuelto dentro de poco. Comprendía que pese al plan debía actuar sobre la marcha. Deseaba de corazón lograr el término de todo aquello sin que muriese alguien inocente. Y aunque Lucius no era precisamente inocente, por supuesto que no deseaba su mal, todo lo contrario.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Cuando Harry cruzó el umbral escoltado por un mortífago y vio a toda esa gente reunida esperando por él, tembló inevitablemente. Sus ojos asustados recorrieron con rapidez todo el lugar. El sitio donde normalmente Voldy llevaba a cabo las reuniones con sus seguidores era el lugar donde debía celebrarse la boda. Trató de calcular cuántos de los «buenos» asistían a la boda. En realidad eran sus más cercanos, no eran pocos, pero definitivamente los Voldy y sus mortífagos les superaban en número. Esto lo descorazonó un poco, pero luego cuando sus ojos se cruzaron con la mirada y sonrisa calma del director de Hogwarts, se tranquilizó.


Dumbledore podía estar algo tocado, pero seguía siendo un gran mago, el más poderoso. Por algo su «horro-prometido» le temía.


El primero en acercarse a Harry fue su padrino. Le dio un fuerte abrazo y luego le guiñó el ojo. Eso le infundió más valor. Miró hacia el centro del salón y ahí vio al mago tenebroso, con esa mueca horrorosa que nada tenía que ver con una sonrisa. Se le puso la piel de gallina con sólo imaginar cómo debía estar fantaseando aquel adefesio con la idea de que él se le entregara como esposo. A pesar de haberse propuesto ser fuerte sus ojos se desviaron a la izquierda de Voldy, y ahí estaba Lucius, altanero y elegante como sólo él sabía serlo. Se concentró para no recordar el desastre de aquella noche en que Lucius había irrumpido en su cuarto de modo tan inesperado. Se concentró todo lo que pudo y apartó cualquier pensamiento que le dejara en evidencia. Era más seguro pensar en ese momento cosas estúpidas como «Que bonito decorado» «Todos se ven muy elegantes» y tonterías de esa naturaleza.


-Bueno llegó la hora de la verdad, ¿estás listo? -preguntó Sirius mientras ponía la mano en el hombro del chico.

-No realmente, pero espero que todo salga bien.

-No sabría decirte Harry. Ya sabes que Dumbledore está como cabra, no sé si este plan suyo dará resultado.

-No me des tanto animo padrino -respondió Harry rodando los ojos.

-Lo importante Harry es que hagas lo tuyo… ya sabes.

-Hmm… sí -dijo el chico con tono medio dubitativo mientras sus ojos se iban de modo involuntario otra vez sobre la figura de Lucius que permanecía con rostro impenetrable.


Con las piernas medio temblorosas Harry caminó junto a Sirius hacia el sitio donde Voldy le esperaba, evidentemente ansioso. Al llegar, el mago tenebroso le tendió su larga mano pálida y huesuda.


Harry al sentir ese contacto se estremeció como nunca antes. Era inevitable comparar aquel toque con el de Lucius. Las manos del rubio eran increíblemente cálidas.


Tan ensimismado estaba recordando las cualidades de su fugaz y clandestino amante que ni siquiera se había fijado en el hombre que estaba frente a Voldy con una mueca de horror en el rostro. Era el funcionario del Ministerio que había traído Dumbledore para que efectuara el enlace.


-Ya puede comenzar -ordenó el mago tenebroso.


El funcionario asintió mientras un escalofrió le recorrió entero al ver los estrechos ojos rojos volverse hacia él.


Comenzó la lectura del contrato matrimonial.


Harry tenía los ojos pegados en el piso con el corazón golpeando alocadamente dentro de su pecho. Se preguntaba cómo iba a zafarse de semejante lío. Su cerebro discurría de modo acelerado buscando el modo de acabar con su enemigo, pero sin que produjeran bajas en su bando. Tan ensimismado estaba en estos pensamientos que ni siquiera había escuchado la aburrida y larga perorata del funcionario del Ministerio. Pareció volver a la realidad sólo cuando escuchaba la pregunta de si aceptaba a Tom Ryddle como esposo. Por supuesto que no lo deseaba como esposo, y no pensaba aceptarlo.


El funcionario se vio en la obligación de repetir la pregunta.


El chico de ojos esmeraldas por fin levantó la mirada hacia el mago que estaba frente a él, tan pálido que bien podía rivalizar con el tono de piel de Voldy. Tragó saliva y justo cuando reunía todas las fuerzas de su garganta para decir no, fue otra voz la que se adelantó con la respuesta.


-¡No!


El tenso silencio que llenaba el lugar, se hizo aún más insoportable. Todos los ojos se fijaron en la persona que había respondido en lugar de Harry.


-No puede casarse con él mi señor… él no lo ama -dijo la voz fría y opaca de Lucius.


Harry levantó la vista y observó a Lucius con ojos húmedos. Voldy por su parte rodó los ojos en señal de impaciencia.



-Lucius no seas idiota, interrumpes la ceremonia para decirme algo que yo sé mejor que nadie; no me importa en lo absoluto. Harry aprenderá a amarme.

-Eso jamás sucederá -respondió Lucius categórico.


Esta vez sí que Voldy pareció perder la calma.


-Lucius estás acabando con mi paciencia, no he pedido tu opinión, no olvides cuál es tu lugar.

-Lo siento mi señor, pero no puedo permitir que esta farsa continúe.


Ahora sí que Harry sintió miedo. Lucius iba a delatarlo.


-Lucius guarda silencio o lo lamentaras profundamente -dijo el mago tenebroso.

-No puedo hacerlo, él no lo ama ya se lo he dicho.

-Este es un día de gran felicidad para mí, sólo por eso no te mataré ahora, además eres mi testigo, pero ya me ocuparé de ti luego -sentenció Voldy.


Voldy apartó su mirada de Lucius para fijarse en Harry.


-Anda mi ángel, responde la pregunta del señor, ¿me aceptas cómo tu esposo?

-No, no lo acepta ahora ni lo hará nunca porque Harry me ama a mí -respondió Lucius en lugar del muchacho.


Una exclamación de profundo asombro recorrió todo el lugar.


Harry miró horrorizado al hombre rubio. No comprendía el porqué de tamaña confesión, ¿acaso buscaba que su mortal enemigo lo liquidase ahí mismo? Estaba seguro que era lo que sucedería a continuación, pues Voldy fijó sus estrechos ojos en él. Y lo comprendió enseguida, lo que antes no había sucedido ocurría ahora, Voldy recorría los pasadizos de su mente buscando algo que le explicara el sentido de las palabras de su más fiel vasallo, y lo encontró.


Su boca se curvó en una mueca maligna que a Harry le erizó la piel. Sabía lo que Voldy había descubierto. Él nunca había tenido habilidad para la Oclumancia. Su recuerdo más reciente y el que le marcaba profundamente. Él en su cama, completamente desnudo y con Lucius encima tomando posesión de su cuerpo.


Voldy se giró furioso hacia quien había considerado hasta ese momento su hombre de confianza.


-¡Tú! ¡Miserable bastardo! ¿Tuviste la osadía de ponerle las manos encima a «mi prometido»?


Lucius permaneció en inmutable silencio.


Harry reaccionó rápidamente y se puso delante de Lucius para protegerlo.


-Fue mi culpa… es la verdad Tom, yo lo seduje -confesó Harry.

-Es cierto, el intentó seducirme desde la primera noche de su llegada, yo me resistí todo lo que pude.

-Harry, mi ángel yo te adoro. Me rompes el corazón al decir eso.


Harry bajó la mirada fingiendo sentirse culpable.


-Sí me dices que estás arrepentido, soy capaz de perdonarte y olvidar esto, después de todo yo también tuve diecisiete años…


El muchacho de ojos esmeraldas se sentía completamente perdido, ya no sabía que pensar con respecto a Tom con esa disposición a perdonarle, no lo esperaba, como tampoco esperó que Lucius fuese capaz de traicionarlo de ese modo.


-Bueno yo…

-Bien no hay más que decir, puede continuar con la ceremonia -dijo Voldy con tono casi alegre -. Después me encargaré de ti Lucius.


Harry miró confundido hacia todos lados, no quería casarse, alguien tenía que salvarlo de aquello, pero parecía que nadie pensaba intervenir en su favor. Y entonces Lucius a su espalda habló otra vez.


-Mi señor con todo respeto, parece que no comprendió lo que dije -intervino Lucius.

-No soy imbécil Lucius, entendí perfectamente lo que has dicho y también vi lo que le hiciste a mí prometido, ya te dije que más tarde arreglaremos cuentas.

-¿Más tarde? No habrá ningún más tarde, esto lo arreglaremos ahora ¿Qué parte de que Harry me ama a mí no entendió?


-¡No me importa será mi esposo igual!

-No lo será… él será mi esposo.


Harry se le cayó la mandíbula al escuchar al rubio. Pero no fue el único todos los presentes estaban igual.


-¿Crees que permitiré que me robes a mi prometido?

-Le sugiero que se busque uno de su edad.

-Ah sí, ¿y eres tú quien me lo dice? Tú le doblas la edad.

-Y usted se la cuadruplica, podría ser su nieto.

-Yo soy el mago más poderoso del mundo.

-Pero yo soy más atractivo -respondió Lucius alzando una ceja con arrogancia.


Dumbledore se había acercado sin que nadie lo notara hasta que se encontró en medio de los dos magos que se disputaban a Harry.


-Señores, señores, por favor mantengan la calma… estoy seguro que podemos encontrar una solución civilizada para resolver este conflicto de intereses.

-Eso es ridículo Dumbledore, Harry es mío y no hay más que decir.

-Me prefiere a mí -respondió Lucius.

-¿Por qué no le preguntamos a Harry que es lo que prefiere? -sugirió Dumbledore.


De pronto todos los ojos se volvieron hacia el muchacho de ojos esmeraldas.


-Tom, yo… realmente deseo casarme contigo para que haya paz en el mundo mágico, pero… amo a Lucius.

-Yo ya te acepté Harry, ahora eres tú quien debe decir que me aceptas, anda mi vida, dile al señor que sí de una vez. Te permitiré que tengas a Lucius de entretención si eso te hace feliz.


Harry miró a Lucius, la oferta de Voldy resultaba muy tentadora, pero su instinto le decía que no confiara en esa promesa. Por otra parte él no quería a Lucius como una simple entretención; recordó el primer beso que el rubio le había dado hacía unos días en la biblioteca. Lo meditó un segundo y comprendió que no podía confiar en su enemigo, si se casaba, Lucius un día cualquiera podía sufrir un accidente mortal.


-Está bien -dijo el muchacho.


Voldy sonrió triunfante. Sacó su varita y la extendió apuntando hacia el cielo. Harry también extendió la que un silencioso Dumbledore acababa de entregarle. Pero antes de que el funcionario del Ministerio pronunciara el hechizo que enlazaría la magia de los contrayentes se escuchó:


-¡Avada Kedabra!


Todo lo que vino después parecía ir en cámara lenta.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


La confusión era absoluta en los rostros de todos los presentes. Pero ciertamente nadie estaba más impactado que Harry.


Ahí estaban de vuelta en el despacho de Dumby, desde hacía unas horas. La fortaleza de Voldy había sido invadida por los aurores y, los pocos Mortífagos que habían sobrevivido a la lucha estaban encerrados en Azkaban.


-Profesor, estuvo durante dos años machacándome con eso de la profecía y resulta que ahora dice que en realidad cualquiera podía acabar con la vida de Voldy -reclamó Harry con tono muy enojado.

-Bueno querido Harry, es lo que yo creía, pero parece que después de todo interpreté mal el asunto.

-¿De veras?

-Míralo por el lado amable Harry, no tendrás que lidiar con el título de Salvador del mundo mágico. A ti nunca te gustaron esas cosas en realidad, ¿o me equivoco?

-Mis padres murieron por causa de esa estúpida profecía.

-Bueno, te consta que hice todo lo que pude por protegerlos.

-No le creo ni un poco.

-Vamos Harry, olvida todo eso, es el pasado. Ahora solo debes pensar en el futuro y en lo feliz que serás cuando te cases con Lucius.


Al muchacho se le olvidó como por «arte de magia» su enojo. Con solo escuchar el nombre del rubio sentía que flotaba sobre una nube.


-Espero eso sí que Lucius después de esto no quiera convertirse en otro mago tenebroso.

-Yo también lo espero. No tendría gracia que se hubiese cargado a Voldy para después tomar su lugar -apuntó Harry.


En ese momento entró Sirius a la oficina del director.


-Harry, estoy tan feliz, por fin eres libre.

-Yo también estoy feliz Sirius. Ahora solo tengo que pensar en mi boda con Lucius.

-Aun no puedo creer que fuese él quien acabó con Voldy. Tantos años creyendo que solo tú podías mandarlo para el otro patio.

-Sí, quién lo hubiese creído no -dijo Harry mirando con ojos furiosos al director que en ese momento se puso a silbar mientras observaba el techo de su oficina.

-Bueno ya no hay nada que hacer -respondió Sirius poniendo una mano en el hombro del chico.

-¿Has visto a Lucius?-preguntó Harry.

-Pues ya te imaginarás donde está.

-Dando entrevista a los diarios El Profeta y Corazón de Bruja -contestó el chico.

-Claro, ahora se cree la gran cosa. Si hubiésemos sabido que cualquiera podía matar a ese engendro de Voldy hasta yo hubiese acabado con él hace rato -reclamó Sirius.


De pronto Dumby se levantó con prisa de su sillón.


-¿Qué pasa ahora? -preguntó Harry nervioso.

-Hay que darse prisa, tenemos que organizar un baile para celebrar la caída de Voldy.

-¡Baile! -exclamaron Harry y Sirius al mismo tiempo.

-Por supuesto, hace mucho que no hay motivos para celebrar. Esta es una ocasión perfecta, iré a organizar todo con los profesores y los elfos.


Harry y Sirius vieron salir al director y se miraron y al mismo tiempo rodaron los ojos. Dumby solo pensaba en fiestas y tonterías.


-Harry, ahora que estamos solos, quería preguntarte como hiciste para que Lucius traicionara a Voldy.


Harry sonrió con malicia.


-Pues utilicé mi mejor arma -dijo el muchacho dando una mirada hacia su entrepierna.

-De verás. Vaya Harry, jamás imaginé que mis consejos sobre seducción te servirían en esta ocasión.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


La fiesta en el Gran Comedor estaba en todo su apogeo. Dumby había asegurado que «Tirarían a Hogwarts por la ventana», y era lo que estaba sucediendo. Pero a dos personas en especial no les importaba ni un poco la fiesta, pues tenían asuntos mucho más importantes que tratar.


-Aun me cuesta creer que estemos juntos y felices -suspiró Harry -. Y especialmente que me ames. Tú me odiabas.

-Es cierto -concedió Lucius.

-Cuál de las dos -preguntó Harry.

-No te comprendo.

-Has dicho que es cierto, pero a qué te refieres a «que me amas» o «que me odiabas».

-Bueno es cierto que te odiaba, pero también es cierto que me enamoré de ti.

-¿Entonces me amas muchísimo?

-«Hasta el infinito y más allá».


Harry arrugó el ceño, tenía la impresión que había escuchado en algún lugar esa frase. Pero casi enseguida Lucius se apoderó de sus labios y con eso olvidó todo. O casi todo, pues de pronto le vino una duda y interrumpió el beso.


-Espera Lucius.

-¿Qué sucede?

-Quiero hacerte una pregunta.

-¿Tiene qué ser ahora?

-Sí.

Está bien, puedes preguntar.

-Lucius nosotros… eh tu dijiste que yo me casaría contigo, ¿lo decías en serio?

-¿Tú qué crees?

-Bueno…

-Por supuesto que hablaba en serio. Perdiste tu virginidad conmigo, debo asumir mi responsabilidad.

-Eso no es necesario. No quiero que te sientas obligado.

-No me siento obligado. No concibo la idea de que seas de otro.


Harry sonrió.


-Jamás podría ser de otro, te amé desde el primer momento en que me miraste, aunque tu primera mirada fuese de puro odio.

-Pero hiciste que eso cambiara en apenas unos días. Quiero que seas siempre así. Audaz, apasionado, sensual.


Harry se sintió en las nubes con esas palabras. Ahora que Voldy no existía solo tenía que pensar en el futuro y lo feliz que sería junto a Lucius.


-Lucius -llamó Harry después de un breve silencio.

-Hmm…-murmuró el rubio que en ese momento se entretenía besando el cuello del muchacho.

-¿No te convertirás en un nuevo Señor Tenebroso, verdad?

-¿Por qué crees que desearía algo así?

-Bueno, es que… ahora todos te considerarán muy poderoso y… siendo sinceros, te gusta el poder.

-Claro que me gusta, no lo niego -dijo el rubio y tras una breve pausa agregó -. Por eso pretendo ser el próximo Ministro de la Magia.

-¿Lo dices en serio?

-¡Por Merlín! Harry te agradecería que no pusieras en duda cada cosa que digo.

-No te molestes, es que… no imaginé que te gustara la política.

-Y no me gusta. Lo que me gusta es el poder y como solo hay dos alternativas… convertirme en mago tenebroso o ser Ministro, pues prefiero lo segundo.

-Me alegra oír eso, porque no podría estar a tu lado si decidieras ser un mago tenebroso.

-Eso lo sé, por esa razón elijo lo segundo. Tú hiciste que me apartara del «Lado Oscuro».

-Lado oscuro -repitió Harry -. Tengo la impresión de haber oído eso de «lado oscuro» en algún lugar.

-Entonces te suena aquello de «El lado oscuro de la fuerza».

-Sí, claro que sí… Oh Lucius, no puedo creerlo. Ahora me dirás que eres fanático de Star Wars.

-Hmm… la verdad sí.

-Pensé que odiabas todo lo que fuese muggle.

-Casi, pero no puedes negar que Star War es una historia fantástica.

-Si tú lo dices.

-Si yo lo digo -bufó Lucius -. A caso no has visto Star War.

-En realidad no.

-Pero si te criaste con muggles, cómo es posible que no vieses Star War, todos lo muggles la han visto.

-Bueno no me atrevería a afirmar eso con tanta seguridad.

-Entonces no la has visto.

-Pero he oído hablar de ella por supuesto. Pero no quiero hablar de películas muggles, hablemos de nosotros.

-Supongo que debo pedirle a Sirius tu mano.

-Para qué… Sirius ya sabe que a estas alturas has tomado mi mano y todo lo demás.

-Las formalidades no están demás.

-Está bien, si quieres hablamos con él ahora mismo.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Sirius esperaba que Harry tuviese una buena vida al lado de Lucius. El ex mortífago no le convencía del todo, pero tampoco quería negarse a darle una oportunidad. Por encima de todo estaba la felicidad de su ahijado. En cuanto a él, ahora que la guerra había acabado y era libre del todo, pensaba en formalizar su relación con Snape. Apenas podía creer que después de odiarlo con el alma ahora lo amara locamente. Sin duda que la vida, después de Azkaban le había dado muchas sorpresas.


-Lucius, si Harry te ama yo no tengo inconvenientes en que se casen -dijo el animago -. Porque supongo que después de haberlo desflorado, responderás como un hombre.


Harry alzó las cejas un poco incrédulo.


-Sirius, ¿es necesario que utilices una palabra tan ridícula? ¿Qué es eso de desflorado?

-Es una forma elegante de decir que has perdido tu virginidad, Harry.

-Eso no tiene ninguna importancia -aseguró el muchacho.

-Para mí la tiene. Soy tu padrino y debo velar por tu bienestar… en todos los aspectos.


Harry movió la cabeza en señal de negación, estaba a punto de decir algo, pero en ese momento se abrió bruscamente la puerta del despacho de Snape que era donde estaban reunidos.


-¡Padre! -era Draco que entraba con el rostro descompuesto.


Lucius se preocupó por un segundo, pero luego de ver la mirada que su retoño le dirigió a Harry, comprendió de qué se trataba el asunto.


-¿Es cierto que pretendes casarte con Potter?


Harry rodó los ojos con impaciencia.


-Claro que es cierto.

-No es posible.

-Draco, no habrás creído que envié al Señor Tenebroso para el otro patio por nada. Lo hice porque pretendía quitarme a Harry.

-Tenía entendido que fue al revés. Tú le quitaste su prometido a Voldy.

-Nunca tuve intención real de casarme con Voldy -dijo Harry.

-Claro Potter, mi padre no puede compararse con Voldy, menos ahora que será el próximo Ministro.

-Eso para mí no tiene importancia, amo a Lucius, aunque no fuese el mago más guapo, sexy, apasionado, deseable de todo el mundo mágico, igual me casaría con él.


Lucius sonrió muy pagado de sí mismo.


-Mi vida no es necesario que me halagues tanto.

-No te halago, solo digo la verdad -respondió Harry, mirando embobado al rubio mayor.


Draco alzó la ceja al estilo «Malfoy».



-Se suponía que lo odiabas, y ahora resulta que lo amas, eso no tiene sentido.

-Bueno… son cosas que pasan, no tienen explicación -dijo Lucius -. Harry me conquistó de un modo asombroso.


Draco dejó escapar el aire que estaba conteniendo.


-Bien, si eso es lo que quieres no me apondré.


Lucius alzó una ceja con gesto desconfiado.


-¿No te apondrás?

-Bueno, tú harás lo que se te dé la gana de todos modos.

-Efectivamente así será. Un Malfoy siempre consigue lo que quiere.

-Lo sé. De hecho ya que estamos hablando de bodas, yo también pretendo casarme.


Lucius arrugó el ceño y miró con desconfianza a su hijo.


-Casarte, ¿y no crees que eres demasiado joven?

-Tengo la misma edad que Potter.

-Sí, es cierto, pero no tienes su madurez.


El rubio menor miró con enfado a su padre.


-Madurez, ¿crees que Potter es maduro?

-No es que lo crea, sé que lo es.

-Así que este idiota ahora tiene todas las virtudes del mundo.

-Draco -susurró el rubio mayor -, mucho cuidado con lo que dices de mi prometido.

-Tú decías cosas peores según recuerdo como por ejemplo que Potter era un…

-¡Ya basta! -cortó el rubio -. Eso quedó en el pasado.

-Está bien -dijo Draco-, no diré nada de Potter, pero tú tampoco tienes derecho a decir nada malo de mi prometido.

-Aún no me dices quién es.


Draco tomó aire.


-Bueno… es alguien muy especial y…

-Deja de dar rodeos, Draco.

-Es el profesor Lupin.


Harry se quedó muy sorprendido, al igual que Sirius.


-¡Ese licántropo! -exclamó Lucius.

-Lucius -dijo Harry con tono de advertencia -. Ese licántropo es mi amigo.


El rubio quería decir algo, pero la mirada fría que le enviaba Harry en ese momento, lo decía todo.


-Supongo que estás consciente de lo peligroso que podría ser para ti dijo el hombre rubio, mirando ceñudo a su hijo.

-No corro ningún peligro, padre. Severus ha inventado una poción que vuelve a Remus inofensivo.

-Es cierto -aceptó Snape un tanto engreído.

-Más te vale que sea cierto -advirtió Lucius -, porque si Lupin llega a lastimarte lo encerraré en Azkaban de por vida.

-Eso no pasará -aseguró Draco.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Esa mañana Hogwarts estaba abarrotada. Mucha gente había concurrido a la boda triple. Lucius se casaba con Harry. Draco con Remus y Snape y Sirius también daban el sí. Todo el mundo estaba expectante. Era la primera vez que se celebraría una boda en Hogwarts, en realidad tres.


El funcionario estaba bastante satisfecho de realizar un enlace tan importante. El futuro Ministro se casaba con El Niño Que Vivió, aquello lo convertiría en una celebridad.


Tanto Harry como Draco se veían radiantes ese día.


El funcionario sonrió ampliamente e hizo la pregunta de rigor.


-¿Señor Lucius Malfoy, acepta a Harry Potter como su esposo?

-Lucius antes de que digas que sí, quería decirte algo -dijo Harry.


El rubio miró un poco desconcertado al muchacho, que no había perdido su sonrisa ni por un segundo.


-Me lo puedes decir después mi vida, ahora nos estamos casando.

-Quiero hacerlo ahora, es algo especial.


Lucius hizo un gesto al mago que realizaba el enlace y miró a Harry.


-Bien si es tan importante, soy todo oídos.

-Serás padre Lucius.

-Seré padre -repitió el rubio sin comprender.

-Tendremos un bebé, estoy embarazado, soy un mago fértil -dijo Harry con una amplia sonrisa.

-Un mago fértil -susurró el rubio mayor.


Harry asintió ante la cara de sorpresa con la que le observaron tanto Draco como Remus.


-¿Eres un mago fértil, Potter? -preguntó Draco sin poder creerlo.


Harry se limitó a asentir.


-No puedo creerlo, tendré un hermano -susurró el joven Malfoy -¿Existe alguna virtud que no poseas, Potter?


Harry se encogió de hombros con una sonrisa.


Draco rodó los ojos.


-Padre, hay algo que debo decirte -habló Draco.

-Draco no creo que este sea el mejor momento. Nos estamos casando, ya tendrás tiempo después -dijo Remus.

-Quiero que lo sepa ahora -respondió Draco con tono seguro.

-Lo que sea que se quieran decir lo hacen después, nos estamos casando o es qué ya se les olvidó -apuntó Sirius con tono serio.

-Sí, ya basta de tonterías -intervino Snape -. Continué con la ceremonia -pidió al mago del Ministerio.

-No -insistió Draco -. Padre, quiero que lo sepas ahora. Serás abuelo muy pronto. Estoy esperando un bebé -agregó el rubio mirando satisfecho a Harry -. No eres el único mago fértil Potter, yo también estoy embarazado.


Lucius se quedó de piedra. Harry acababa de decirle que sería padre otra vez y su hijo que sería abuelo, era demasiado.


-Draco, tienes que estar bromeando soy muy joven para ser abuelo -dijo el hombre rubio.

-No es broma padre, tengo tres meses de embarazo.

-¡Merlín Santo! -susurró el futuro Ministro -. Seré padre y abuelo al mismo tiempo. Creo que no me siento bien.


Harry abrió los ojos preocupado, Lucius estaba muy pálido como si fuese a desmayarse de un momento a otro.


-Lucius… qué te pasa -preguntó Harry nervioso.

-Está en shock por la noticia Potter, es que no te das cuenta -susurró Snape malhumorado.

-Padre, no se te ocurra arruinar mi boda -advirtió Draco con tono amenazador.

-¿Tú boda idiota? También es la mía -reclamó Harry.

-Yo soy su hijo -alegó Draco.

-Y yo su esposo -devolvió Harry.

-No lo eres Potter, aún no te da el sí.


Harry se puso rojo de ira.


-Eres un idiota Malfoy, no podías quedarte callado y darle después la noticia de tu embarazo.

-Tú fuiste quien abrió su bocaza primero Potter.

-Ya basta, están dando un espectáculo -dijo Sirius.


Harry miró a Lucius.


-Señor Malfoy, aún no me responde de si acepta al señor Potter como su esposo -dijo el funcionario del Ministerio.

-Eh… yo no…

-¿Ha dicho que no? -preguntó el mago.

-¿No? Por supuesto que no ha dicho eso -dijo Harry.

-No me siento bien -repitió Lucius una vez más, todo le daba vueltas y sin más calló al pido desmayado.

-Lucius -susurró Harry -, no puedes desmayarte ahora, tienes que responder la pregunta.

-Padre -llamó Draco mientras se inclinaba sobre su progenitor -¡Por Merlín! No te mueras no quiero ser huérfano.

-¡No digas idioteces, él no morirá solo se desmayó! -exclamó Harry enojado -. Has arruinado mi boda Malfoy, esta me la pagas.


Harry iba a lanzarse sobre el chico rubio, pero Remus lo detuvo.


-Ya basta -intervino Remus enojado -, ambos están embarazados, compórtense como adultos.


Lucius abrió los ojos.


-Tendremos un bebé -susurró el rubio -. Estoy feliz.


Harry sonrió.


-Señor Malfoy ya que abrió los ojos… acepta a Harry Potter como su esposo -preguntó el funcionario.

-Sí, claro que sí.

-Bien, entonces los declaro enlazados por toda la vida.

-Lucius mi amor, estamos casados.

-Sí, estoy feliz… muy feliz.

-Padre… -llamó el chico rubio.

-Draco… hijo, ¿es cierto que seré abuelo?

-Sí, es verdad.

-¡Por Merlín! -susurró el rubio y volvió a desmayarse.

-Lucius… amor… -llamó Harry.

-Padre…

-Vamos Draco, deja que Harry se encargue de tu padre -dijo Remus apartando a Draco -. Aún no hemos terminado el rito del matrimonio.

-No es justo, con la noticia de Potter se pone feliz y con la mía se desmaya -reclamaba el rubio.

-Ya se le pasará, no te preocupes -dijo Remus.


Remus apartó al chico y el mago reanudó la ceremonia interrumpida. Harry mientras tanto hacía esfuerzos por despertar al rubio mayor.


-Vamos Lucius, despierta de una vez… Lucius ya me estoy cansando, te lo advierto, te dejaré tirado aquí en el piso -terminó amenazando el chico de ojos esmeraldas.


Mientras el rubio continuaba desmayado las demás parejas se enlazaron. Sonó la música y empezó el baile.


-Vamos Harry, ven a bailar -apremió Sirius -, deja que Lucius siga durmiendo, ya se compondrá.


Harry miró al rubio, se encogió de hombros y lo besó en los labios.


-Sigue durmiendo mi amor, reposa está noche te quiero muy descansado.


Luego Harry se levantó con una sonrisa y se unió al baile. Había mucho que celebrar.



Fin

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).