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Mi dulce señor por zandaleesol

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Título: Mi dulce señor

Pareja: Harry/Lucius

Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling, yo sólo los tomo prestados para divertirme y espero que también para entretener a los lectores, no percibo ningún beneficio económico por este trabajo.

Advertencias: AU. Mpreg. Violación.



Capítulo 17. Celos y decisiones


El regreso a la mansión fue antes de la hora de la cena. Winka, le informó a Lucius que Remus había llegado temprano, pero que al saber que Harry y él, no regresaban aún se quedó en su habitación todo el día. Lucius sabía que la conversación que le esperaba con Remus no era fácil, sin embargo ya había tomado una decisión, no era posible arrepentirse. El momento de la verdad llegaba, sus sentimientos estaban claros y así debía explicárselo a Remus. No era fácil, quería al hombre que fue su incondicional compañero por dos años.


Pero en nombre de ese mismo afecto no podía dejar que continuara pensando que lo de ellos tenía futuro, no era así. Sabía que actuaba egoístamente, pero qué más podía hacer, amaba a Harry, no era culpable, no lo planeó, sólo había sucedido y ya no podía cambiar lo que sentía su corazón.


*~*~*~*~*~*


Harry le dio vueltas al asunto todo el día, aquello no tenía solución posible. Sentía culpa porque estaba seguro que haber estropeado la relación de Lucius y Remus. Pero durante esos poco más de cuatro meses que habían transcurrido desde que saliera de San Mungo, sabiendo que llevaba una vida en su vientre, muchas cosas cambiaron en él. En ese corto espacio de tiempo logró amar a ese bebé que en un comienzo rechazaba. Se enamoró de Lucius y la pasada noche, en nombre de ese amor se había entregado al hombre rubio como jamás creyó que podría hacer en su vida, no después de la horrible experiencia vivida durante su cautiverio.


Pero aquella evolución no terminaba ahí. Todo lo que Lucius le había dado durante esos meses, le devolvió la confianza, se sentía con valor otra vez, pero sobretodo con fuerza para seguir adelante solo. Ya no tenía miedo de lo que la sociedad mágica dijese al saber de su estado que hasta ahora era un secreto, no se avergonzaba de su hijo; lo amaba de corazón y lucharía por darle una buena vida. Pero ese bebé era sólo su responsabilidad, era el padre, no había otro y aunque le hubiese gustado que Lucius fuese ese otro padre, la verdad era que no tenía derecho ni siquiera a pensarlo.


La única solución para todo ese embrollo era simplemente marcharse de la mansión. Siempre tuvo claro que ese momento debía llegar, no había esperado que sucediera tan pronto. Pero quería pensar que era lo mejor para todos, sobre todo para Lucius. Por otra parte aquella decisión la había tomado antes de pasar la noche con el hombre rubio y, se alegraba de tener el valor de mantener su propósito y dejar que Lucius hiciera su vida con Remus como debía ser, sin él estorbando.


*~*~*~*~*~*


Remus supo por Winka que Lucius y Harry ya estaban de regreso en la casa. Había esperado gran parte del día que eso sucediera, pero ahora no se sentía con valor para enfrentarse al rubio. Tenía miedo, un profundo miedo de leer en la mirada del hombre la confirmación de lo que desde hacía ya largo rato venía intuyendo, que Lucius amaba a Harry. Sentía que toda esa situación era injusta para él, había amado a Lucius de forma incondicional y ahora por causa de Harry se quedaría sin nada, eso no era justo.


Deseaba de ir a la habitación de Lucius, para confirmar de una vez que no debía abrigar esperanzas, sin embargo no se atrevió a hacerlo. El miedo y el orgullo a partes iguales se lo impidieron, no pediría explicaciones, era el hombre rubio quien debía darlas.


*~*~*~*~*~*


Lucius sabía que es noche daría un paso muy importante. Había escrito una carta para Harry durante la madrugada, explicando sus sentimientos. Decidió que le entregaría la carta al muchacho de ojos esmeraldas esa misma noche y también se sinceraría con Remus.


Salió la habitación para dirigirse a la de Harry, estando frente a la puerta golpeó dos veces, no hubo respuesta, esperó un par de segundos, pero nada sucedió. Finalmente se decidió a entrar al cuarto.


La túnica que Harry había llevado puesta estaba sobre la cama. La puerta del cuarto de baño estaba entreabierta, en ese momento el muchacho tomaba una ducha. Vaciló un segundo el hombre rubio, pero luego introdujo la mano en uno de los bolsillos y extrajo la carta, volvió a mirar hacia la puerta entreabierta. Se acercó a la mesa de noche y en ella depositó el sobre en el que destacaba con una caligrafía muy cuidada del nombre de Harry Potter. Luego sin hacer ruido salió de la habitación.


*~*~*~*~*~*


Remus vio salir al hombre rubio del cuarto de Harry. Sabía que eso era casi parte de la rutina de Lucius, siempre entraba al cuarto del chico con total libertad, pero luego de lo sucedido entre ellos, esa situación le resultaba más odiosa que nunca. Observó como Lucius se alejaba hacia la escalera, sintió una punzada de rabia, pues el hombre rubio ni siquiera había hecho el intento de hablar con él. Pensó en seguirlo, de seguro que se instalaría en su despacho mientras esperaba la cena. Hablaría con él, no podía seguir de ese modo, necesitaba por lo menos oír de labios del rubio que todo había pasado y que lo de Harry estaba cerrado. Pero algo lo detuvo frente a la puerta de la habitación del muchacho de ojos esmeraldas.


Casi sin pensarlo abrió la puerta, necesitaba enfrentar al chico que hacía peligrar su relación con Lucius. Sin embargo, su brío repentino se esfumó, el muchacho tomaba un baño, su ropa estaba esparcida sobre la cama. Se acercó y se quedó mirando ese atuendo con rabia, de seguro era el que llevaba la pasada noche, debía ser el que Lucius le quitó para hacerle el amor. Cerró los ojos intentando apartar esos pensamientos que le torturaban.


Se dio la vuelta para dejar la habitación, era una tontería de su parte, no tenía nada que decirle a Harry, era con Lucius con quien debía aclarar las cosas.


Pero se detuvo al ver la carta que estaba sobre la mesa de noche, tenía escrito el nombre de Harry, era la caligrafía de Lucius. Se acercó y tomó el sobre, lo dio vuelta en sus manos varias veces, preguntándose qué habría escrito Lucius ahí. Casi sin pensar en lo que hacía lo abrió y extrajo el pergamino, procedió a leer con temor y avidez. La lectura de esa carta transformó sus facciones, su rostro fue pasando por varias facetas a medida que recorría cada línea escrita por el hombre rubio. Decepción, tristeza, rabia, fueron algunos de los sentimientos que golpearon el corazón de Remus.


*~*~*~*~*~*


Harry salió del baño envuelto en una mullida bata, sintiéndose fresco y más relajado. Decidió que esa noche no bajaría a cenar al comedor. No tenía valor para mirar a Lucius, no sería capaz de mirarlo nunca más estando presente Remus. Se había enamorado de alguien que jamás podría corresponderle; sabía que Lucius podía quererle mucho, pero el amor, eso era otra cosa. Ya había tomado la decisión, no podía hacer más, debía dejar libre a Lucius de cualquier obligación que creyese tener, sólo ahora comprendía lo que Sirius intentó explicarle la vez en que dijo que había aceptado vivir en la mansión.


Pero no se arrepentiría jamás, había conocido el amor, aunque fuese por una breve noche. Ese maravilloso recuerdo le ayudaría a seguir adelante con su vida, de ahora en adelante viviría para su bebé que nacería en un par de meses. Los sentimientos que tenía por Lucius quedarían guardados por siempre en su corazón y serían su secreto.


*~*~*~*~*~*


Lucius admiraba desde el balcón de su despacho la noche estrellada, que jamás le había parecido tan hermosa. La estrella más brillante le recordaba la luminosidad de la mirada de Harry, se preguntaba si ya habría encontrado su carta y la estaría leyendo en ese momento ¿Comprendería Harry sus sentimientos? ¿Podría corresponderlos? Su corazón le decía que sí, que tenía grandes posibilidades. Cerró los ojos por un instante para rememorar las emociones de la pasada noche. Recordó los besos tiernos, las caricias tímidas del chico de ojos esmeraldas, los suspiros involuntarios, los gemidos dulces y apasionados ¡Cuánto lo amaba! Era imposible sintetizar todo su amor en una sola palabra, esperaba que su carta fuese un reflejofiel de lo que sentía y que Harry lo aceptara, que le permitiera ser parte de su vida, el amor de ese muchacho era todo lo que anhelaba.


Remus observó en silencio al hombre rubio por un par de segundos, su corazón se oprimió dolorosamente al recordar las palabras llenas de pasión escritas en la carta; a él jamás le había dicho tales cosas, jamás le había amado de ese modo y jamás lo haría. La rectitud de su alma le decía que debía en ese momento despedirse de Lucius, liberándolo de cualquier compromiso. Pero estaba tan atado al hombre rubio que no se creía capaz de seguir viviendo sin él, sin recibir ese afecto que no era amor, no podía, su vida no tendría sentido sin Lucius.


Se acercó hasta el hombre y silenciosamente se pegó a su cuerpo.


Lucius experimentó un involuntario sobresalto, por un instante había creído que era Harry, pero no, era Remus.


-Remus… Pensaba ir a tu habitación para hablar contigo.


Remus sintió una punzada, sabía que no era cierto. El hombre rubio ni siquiera había hecho el intento de buscarlo, todo lo que le importaba era Harry.


-Por eso vine, imaginé que desearías hablarme. Nadie te conoce como yo Lucius y nadie te ama tanto.


Lucius experimentó una punzada de culpa, creía comprender el porque de las palabras de Remus.


-Remus, es necesario que hablemos sobre lo sucedido.

-No tienes que explicarme nada, pensé mucho en todo esto. Tienes un gran corazón Lucius, hiciste todo esto sólo por ayudar a Harry, te juro que jamás volveré a cuestionarte, jamás volveremos a mencionar este asunto, te amo y eso es lo único que importa.

-Remus yo… necesito…


Remus se apoderó de los labios de Lucius y lo besó con fuerza, deseaba borrar los besos de Harry.


Lucius se sintió culpable, más que antes. Siempre había estado consiente de que sus sentimientos por Remus no tenían que ver con el amor, pero de todos modos se sentía como un traidor, eran compañeros desde hacía dos años, cómo haría para explicarle al hombre de ojos dorados que había bastado una noche con Harry para que naciera el amor en su corazón, por fuerza debería admitir que tenía sentimientos por el muchacho desde hacía tiempo, aquello sería un golpe para Remus.


-Te amo Lucius, eso es lo único que importa.

-Yo lo sé, has sido el mejor compañero que alguien podría desear y estoy muy agradecido…

-No hables de agradecimiento, eso me lastima.

-No, no me malentiendas Remus, yo me refiero…

-Sé a qué te refieres, hemos sido buenos compañeros, hemos sido una gran pareja… y lo seguiremos siendo, yo nunca voy a exigirte nada, lo juro.


Lucius sabía que esa conversación no sería sencilla, Remus no imaginaba siquiera lo que había sucedido con él, confiaba plenamente en su afecto.


-Remus yo…

-Voy por Harry, tiene que cenar con nosotros, no quiero que piense que estoy molesto con él, no debe pensarlo jamás eso le haría sufrir -dijo Remus y sin darle tiempo a Lucius de otra palabra salió del despacho.


Lucius sintió culpa otra vez, cómo le explicaría a Remus, no quería hacerle daño, no lo merecía.


*~*~*~*~*~*


Remus salió del despacho decidido a terminar con todo eso de una vez. No sería el perdedor en esa historia. Lucius no podía ahora decir que amaba a Harry, lo que sentía Lucius era lástima, estaba confundido sólo eso.


Cuando llegó a la puerta de la habitación de Harry, ya había pensado muy bien en lo que le diría al muchacho.


Harry justo iba a sentarse a la mesa donde Winka había puesto la bandeja con la cena, aún estaba con bata. Cuando escuchó los golpes en la puerta se puso nervioso, estaba seguro que era Lucius, pero al abrir vio el rostro de Remus, apenas pudo mirarlo a los ojos.


-Pensé que bajarías a cenar al comedor -dijo Remus a modo de saludo.

-No, yo preferí cenar aquí en la habitación.


Remus asintió mientras entraba al cuarto. En el bolsillo de su túnica estaba la carta que Lucius había dejado en la mesa de noche, sólo tenía que entregársela a Harry para hacer lo correcto. Pero tenía derecho a luchar por lo que amaba, había llegado a la vida de Lucius antes y tenía más derechos.


-Eso me da la oportunidad de hablar contigo, no lo había intentado antes porque necesitaba tener las ideas claras -dijo Remus con tono frío que le causó dolor al muchacho porque realmente apreciaba al amigo de sus padres.

-Comprendo Remus.

-Harry, no voy a reclamarte por lo sucedido entre Lucius y tú; no tendría derecho a hacerlo, eso fue decisión de ustedes y yo no tengo nada que decir. Además tú necesitabas ayuda, la vida de tu hijo está en juego.

-Te lo agradezco Remus… No sabes lo importante que es para mí saber que tú…

-Harry, por favor deja en paz a Lucius, vete de esta casa cuanto antes -dijo Remus sin darle tiempo al muchacho de que acabara de hablar.


Harry levantó la vista y miró al hombre sorprendido.


-Lucius te aprecia y estoy seguro de que siempre será así, pero no puedes seguir interfiriendo en su vida… en su vida conmigo.


Harry no pudo evitar sentirse dolido por las palabras y el tono frío con que fueron dichas. Pero comprendía los sentimientos de Remus, era notorio que tras esa petición estaban los celos; no lo culpaba.


-No lo haré Remus, te lo juro, no seguiré causándoles problemas.

-Te lo agradezco, Harry -respondió Remus manteniendo aquel tono distante.


Sin decir nada más salió de la habitación. Estaba seguro de que Harry comprendería y haría lo correcto.


*~*~*~*~*~*


Cuando Remus regresó al salón vio a Lucius paseándose, estaba nervioso, de seguro temía que Harry hubiese comentado algo sobre la carta. Pero eso no sucedería, Harry jamás sabría que esa carta existía. Le conocía lo suficiente como para saber que se marcharía de la mansión sin decirle nada a Lucius, no mencionaría que fue él quien se lo había pedido, era mejor así.


-¿Y Harry? -preguntó Lucius.


Remus entendía porque le preguntaba, esperaba que Harry ya hubiese leído la carta que había dejado sobre la mesa de noche, pero afortunadamente esa carta estaba en su poder y la destruiría en cuanto el muchacho se marchara.


-Prefirió cenar en su cuarto, Winka ya se encargó.


Lucius sólo asintió en silencio.


-Cenaremos solos esta noche -dijo Remus, luego le tendió la mano al rubio -. ¿Vamos? Estoy muriendo de hambre.


Lucius volvió a asentir y cogió la mano del hombre y silenciosos se fueron al comedor.


*~*~*~*~*~*


Harry aún permanecía en la cama donde se había sentado luego de que Remus se marchara. A pesar de lo que estaba sintiendo se animó a comer, debía hacerlo por su hijo. Además esa era la última vez que cenaría en la mansión. Aunque la decisión la había tomado antes de que Remus viniera a verle, de todos modos sentía tristeza, porque comprendía que algo se había estropeado entre ellos; pero la petición de Remus sólo venía a reafirmar su decisión, debía dejar a Lucius libre de cualquier compromiso que creyera tener.


No era el padre de su hijo, aunque daría todo porque sí lo fuera. Aunque Winka siempre le preparaba cosas exquisitas, esa noche la comida no tuvo ningún sabor. La tristeza era mucha.


Después que la bandeja estuvo vacía desapareció de la mesa. Aprovechó ese momento para sentarse a escribir la carta que pensaba dejarle a Lucius. En ella le explicaba que había decidido dejar la mansión, era el momento de tomar el camino definitivo que tendría su vida; no podía seguir permitiendo que los demás se hicieran cargo de él. En ningún párrafo de la carta hizo mención de lo sucedido entre ellos, sólo se limitaba a agradecerle al hombre rubio por todas las atenciones que había recibido en esa casa, le agradecía todo su afecto y preocupación; le deseaba un vida feliz junto a Remus.


Después de terminar la carta cerró el sobre. De inmediato comenzó a guardar sus cosas en el baúl, muchos de esos objetos se los había regalado Lucius, en un primer momento pensó en dejarlos, pero luego se arrepintió, podía ser que el hombre tomara eso como un desprecio, no quería ofenderlo por nada del mundo, lo amaba demasiado como para hacerlo.


*~*~*~*~*~*


Al salir de la chimenea y encontrarse en la sala de la que fue su casa por tanto tiempo se sintió vacío. Y eso sólo era porque había dejado su corazón en la mansión Malfoy. Era muy tarde y la casa estaba fría y descuidada, tal parecía que Sirius no pasaba mucho tiempo en ella. Se dirigió hacia su habitación, abrió la puerta, todo estaba tal cual lo había dejado hacía cuatro meses, el baúl con sus cosas ya estaba ahí, Winka se había encargado de trasladarlo desde la mansión. Sabía que no tenía derecho a sentirse triste, estaba en su casa. Pero de todos modos lo estaba, se recostó sobre la cama, la sintió muy fría, derramó lágrimas, sin dejar de pensar en Lucius finalmente se quedó dormido.


*~*~*~*~*~*


En la mañana Lucius bajó a desayunar. Al pasar por la habitación de Harry se sintió tentado a entrar, pero se arrepintió. No debía presionarlo, debía ser paciente y esperar a que el chico hablara con él. Cuando llegó al comedor Winka le entregó una carta que le había dejado Harry; Lucius no comprendió en un comienzo, pero luego la elfina le explicó que el joven Harry se había marchado de la mansión y le había dejado esa carta despidiéndose.


Lucius quedó impactado con la noticia. Se levantó de la mesa y se fue a su despacho para leer. Las manos le temblaban cuando rompió el sello, tenía un mal presentimiento. Y no se equivocó, la carta era una despedida, Harry le agradecía todo lo que había hecho por él, siempre se sentiría en deuda, pero creía que había llegado el momento de partir, su estadía en la mansión se había extendido más de lo que prudente, extrañaba a Sirius.


Lucius se sintió abrumado y confundido. Pero luego de leer varias veces la carta de Harry, comprendió que todo eso se debía al miedo que le había inspirado al muchacho su declaración. Harry a pesar de su juventud tenía las cosas claras, no podía amarlo y por eso decidió marcharse, seguramente para no alimentarle falsas expectativas. Lucius apenas podía creerlo, un muchacho de casi dieciocho años le había rechazado, de seguro que pensaba que de ese modo se sentiría menos humillado y herido.


Pero era imposible no sentirse herido, se había enamorado de Harry y luego de la noche que pasaron juntos su corazón alimentó grandes esperanzas de ser correspondido. Esa carta rompía todas sus ilusiones, se avergonzó de sí mismo, fue tan iluso. Cómo se le había ocurrido que un chico tan joven lo amaría, le llevaba demasiados años de ventaja, de seguro que a pesar de todo, Harry soñaba con un amor juvenil, no con el amor que podía darle un hombre tan vivido.


La desilusión le oprimía dolorosamente el corazón. Pero era un hombre fuerte, siempre en su vida había logrado sobreponerse a todos los golpes, este era uno más, doloroso, pero saldría adelante. Se quedaría con la dulce remembranza de esa noche vivida con Harry, la recordaría como un sueño hermoso, sólo eso, no era del tipo que se quedaba lamentando lo que no era posible.


*~*~*~*~*~*


Cuando llegó al comedor, Remus ya estaba esperándolo.


-Winka me ha dicho que Harry se ha marchado -dijo el hombre de ojos dorados, fingiendo perfecta extrañeza.

-Así es, me dejó una carta de despedida -respondió Lucius con tono tranquilo.

-¿Una carta? ¿Y qué decía?

-No mucho, está muy agradecido por todo, pero lo cierto es que extraña a Sirius.


Remus guardó silencio unos segundos, no pasó inadvertido el tono frío del hombre rubio. Por un instante había temido que Lucius quisiera pedirle explicaciones en forma personal al muchacho, pero no sería así, conocía al rubio. La decepción era más que evidente, de seguro había esperado una respuesta positiva, pero no sucedió, Harry se había marchado dejando sólo una carta.


Las cosas se daban a su favor, era mejor que Harry ignorara por siempre los sentimientos que había inspirado en Lucius y, que éste creyera que el chico de ojos esmeraldas se había marchado para no tener que rechazarle abiertamente. Con el tiempo Lucius olvidaría aquella pasión, al no tenerlo cerca y no saber de él muy pronto lo sacaría de su corazón.



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