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Mi dulce señor por zandaleesol

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Título: Mi dulce señor

Pareja: Harry/Lucius

Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling, yo sólo los tomo prestados para divertirme y espero que también para entretener a los lectores, no percibo ningún beneficio económico por este trabajo.

Advertencias: AU. Mpreg. Violación.



Capítulo 23. Amor, amor


Las circunstancias para ese nuevo encuentro eran completamente diferentes. Ahora sabían lo más importante de uno con respecto al otro, se amaban. Ya no era necesario esconder lo que sentían, pues por fin se habían liberado de sentimientos de culpa y obligaciones para con otra persona. Lucius a pesar de que Remus intentó redimirse aún estaba muy enfadado por cómo había actuado, esperaba que ese sentimiento con el tiempo desapareciera, no quería que nada empañara su felicidad con Harry.


Esa mañana tenía algo diferente, muy diferente. Era feliz, y ese sentimiento era porque finalmente estaba junto a la persona que le hizo conocer el amor. Ahora paseaba con Harry tomado de la mano por los jardines de la mansión, esos últimos días del verano deseaba pasarlos cada minuto con Harry. El muchacho caminaba a su lado con una leve sonrisa en los labios y los ojos esmeraldas más brillantes que nunca.


Lucius había pensado toda la noche en la proposición que le haría a Harry, estaba seguro que la respuesta esta vez sería positiva.


-¿Harry, eres feliz? -preguntó el hombre rubio de pronto.


Harry buscó su mirada y sonrió.


-Soy tan feliz que hasta me da miedo.

-¿Miedo? -pregunto Lucius confuso.

-Sí, es que a veces pienso que esto no está pasando en realidad y que sólo es un sueño.


Lucius sonrió comprensivo.


-Esta felicidad es tan real como mi amor por ti Harry.

-¿Y durará siempre, verdad?

-Sí, porque este sentimiento jamás tendrá final.


Harry no se contuvo y le echó los brazos al cuello.


-Para mí tampoco tendrá final, sólo deseo hacerte feliz.

-Tú amor ya me hace feliz -dijo el hombre mayor con una gran sonrisa.


Se quedaron un par de minutos abrazados en completo silencio.


-¿Cómo crees que tome Draco la noticia de que estamos juntos? -preguntó Harry de pronto.

-¿Sirius iba a contarle?

-Eso me dijo esta mañana antes de que tú llegaras a buscarme.

-La verdad no lo sé, quizá le parezca demasiado extraño o puede que le dé lo mismo.

-No puedo creer que no le importe, es tu hijo.

-Sí, pero hace tanto tiempo que perdimos contacto.

-Tal vez sería una buena idea que tú y él intentaran un acercamiento. Nadie tendría porque enterarse de que has visto a tu hijo.

-No creo que él quiera verme, de ser así ya le hubiese comentado algo a Sirius.

-Lo último que él dijo era que tú lo odiabas, sería un comienzo que le hicieras saber que no es así.

-Será posible que piense algo semejante.

-Me encantaría que Sirius y él pudieran tener una vida normal, sin tener que ocultarse. ¿Lucius no crees que sea posible que Draco sea perdonado y pueda volver al mundo mágico?

-Me gustaría pensar que es posible Harry, pero hay mucho resentimiento contra quienes integraron las filas de Voldemort, y aunque él sea mi hijo no creo que la comunidad le perdone.

-Draco estaba arrepentido por las cosas malas que hizo, nos ayudó a escapar, eso debería ser tomado en cuenta.

-¿En qué estás pensando Harry?

-En la posibilidad de un indulto para Draco.

-Para llegar a eso primero tendría que ser juzgado por el Wizengamot.

-Dumbledore es jefe de magos del Wizengamot.

-Eso ya lo sé, ¿crees que podría ayudar a Draco?

-Dumbledore siempre ha dicho que todos merecen una segunda oportunidad.

-Sí, yo sé cómo piensa Dumbledore, pero eso no significa que los demás magos del tribunal lo hagan igual.

-Lucius, hagamos el intento, quiero ver a Sirius feliz y sé que mientras Draco sea perseguido no podrá serlo.

-Tienes un corazón tan puro y generoso Harry, te amo con toda mi alma -dijo el hombre rubio con efusividad.

-Yo también te amo con toda mi alma Lucius, y te juro que siempre haré todo para ser digno de tu amor.

-No es necesario, ya lo has hecho Harry, ya lo has hecho.


Caminaron hasta llegar a la pérgola y ahí descansaron en silencio. Disfrutando de esos últimos días del verano.


*~*~*~*~*~*


Aquella noche Lucius acompañó a Harry hasta su casa a través de la chimenea y como Sirius aún no regresaba decidió quedarse a hacerle compañía al chico de ojos esmeraldas. Además de eso tenía algunos asuntos que tratar con Sirius, primero con respecto a Harry y luego en relación a Draco. Sabía que había tardado mucho en hacer algo concreto por su hijo, pero ahora que conocía la relación que tenía con Sirius, estaba seguro que éste podía ser el nexo para restablecer aquella relación, necesitaba hacerle saber que no le odiaba, y esperaba de corazón que el muchacho tampoco lo odiara.


El cómodo sillón que Sirius había adaptado para que Harry descansara ahora era más grande, Lucius no quería perder la oportunidad de tener al chico muy cerca de él, sintiendo ese agradable calor que le llegaba el alma. Dejándose llevar por los deseos que despertaba en él aquella cercanía se entretuvo besando suavemente el cuello del muchacho y Harry deseaba con todo su alma que Lucius quisiera ir más allá, había esperado que durante ese día que habían estado en la mansión el hombre rubio quisiera hacerle el amor, pero nada sucedió y se sintió algo decepcionado. Por eso cuando sintió aquellos suaves besos en su cuello, con alegría pensó que de un momento a otro Lucius sugeriría que fuesen a la habitación; pero la llegada repentina de Sirius de golpe derrumbó todas sus esperanzas.


Sirius notó el rostro levemente rojo de Harry, y a Lucius acomodándose la túnica, imaginó que había interrumpido un momento de intimidad, pero como él era un hombre educado simuló no darse cuenta de nada y sólo se limitó a saludar al hombre rubio con algo de torpeza, pues le resultaba algo extraña la situación.


-Lucius, me alegra que aún estés aquí, acompañando a Harry.

-No lo dejaría solo por nada del mundo, además necesitaba hablar contigo.

-Sí, me imagino que deseas que hablemos de Draco -dijo el hombre de pelo negro.

-Exactamente.

-¿Quieres que hablemos en privado?-preguntó Sirius dándole una mirada a Harry.


Antes de que Lucius pudiera contestar Harry ya intentaba levantarse del sillón, Lucius se apresuró a ayudarle.


-Gracias mi amor -dijo Harry sonriéndole al hombre rubio -. Creo que ustedes deben hablar en privado.

-No creo que sea necesario, ni Sirius ni yo tenemos secretos para ti -respondió Lucius.

-Lo sé -concordó Harry con una sonrisa -, pero en realidad prefiero dejarlos a solas.


Tras estas palabras el chico besó tiernamente la mejilla del rubio y luego de sonreírle a Sirius salió de la sala en dirección a su habitación.


Sirius ya había adivinado de lo que Lucius deseaba hablar.


-Ya habrás adivinado que vengo de estar con Draco.

-Lo suponía.

-Le conté lo tuyo con Harry.

-¿Y qué dijo?

-No se asombró en lo absoluto y tampoco le molestó, al contrario, se alegra por ti y por Harry, dice que merecen ser felices, sobretodo Harry.

-¿De verdad Draco piensa eso?

-Sí Lucius. Ha cambiado mucho, no te imaginas cuanto, ya no siente odio, su corazón se liberó de ese resentimiento que le hizo unirse a Voldemort. Pero si siente mucha culpa por todo lo malo que hizo en el pasado, no se perdona, me dijo que no era digno de ser amado por nadie.

-¿De mí te ha dicho algo? -preguntó el rubio.

-No debes preocuparte Lucius, tu hijo no te odia.

-Eso ya lo comprendí, pero me gustaría saber si él desea verme.

-Bueno no me lo ha dicho claramente, pero creo que sí, estoy seguro que le daría algo de paz obtener tu perdón.

-¿Podrías darme la dirección de dónde vive?

-Bueno… La verdad es que…

-Por favor Sirius, él no fue el único que cometió errores, yo también y necesito que lo sepa.

-Está bien Lucius, si quieres mañana por la tarde te llevo al apartamento.

-Te lo agradezco de verdad -dijo el hombre rubio.


Sirius sólo asintió con una sonrisa.


-Voy a despedirme de Harry.


*~*~*~*~*~*


Cuando Lucius entró a la habitación de Harry, el chico miraba el cielo nocturno brillante de estrellas. Se acercó silencioso hasta rodearlo con sus cálidos brazos, Harry sonrió.


-La noche está muy hermosa -dijo Harry

-No más que tú -susurró Lucius en su oído.

-¿De verdad te parezco hermoso?

-Ni siquiera deberías preguntarme eso, eres lo más hermoso que existe en el mundo.


Harry no respondió enseguida y dejó escapar un involuntario suspiro.


-Este día que pasamos juntos fue muy especial. Lucius pensé que me pedirías que hiciéramos el amor, pero supongo que así como estoy no soy nada deseable.


Lucius se quedó paralizado al oír esas palabras. Pero enseguida llegó la comprensión a su mente.


-Harry… No tienes la menor idea de cómo tuve que luchar contra mis impulsos, he deseado todo el día quitarte la ropa y hacerte el amor hasta quedar sin aliento.


Harry volvió el rostro y le miró intensamente.


-¿De verdad me deseas a pesar de estar así?

-Soy yo el que no comprende cómo puede pasar por tu cabecita loca la idea de que no te deseo.

-Es que… bueno yo imaginé que luego de tener certeza absoluta de nuestros sentimientos nos uniríamos íntimamente para…


Lucius no dejó que terminara de hablar, se apoderó de su boca y lo besó con energía. Después de unos segundos por fin se apartó para que el muchacho respirara.


-Quiero que el momento en que estemos juntos sea tan especial como lo fue la primera vez. Le encargué a Winka que hiciera algunos cambios en la mansión, mañana estará todo listo y entonces compensaremos los días que estuvimos separados, te prometo que será maravilloso.


Harry sonrió ampliamente, su corazón se alborozaba ante la expectativa.


-Mañana… creo que esta noche se me hará eterna.

-Pues a mí también, soñando contigo, recordando aquella noche… Oh Harry apenas puedo contener mis deseos por ti, si no fuera porque Sirius está en la sala…

-¿Qué harías? -preguntó Harry con tono ansioso.

-¡Oh por Merlín! No me preguntes porque si continuo pensando en ello haré una locura.

-Anda dime, ¿qué harías si no estuviera Sirius en la sala?

-Eres un perverso sabías -dijo Lucius en un susurro apegando su cuerpo un poco más al de Harry.


Harry rio alegremente y echó la cabeza hacia atrás dejando su cuello expuesto para que el hombre rubio le besara. Por supuesto que Lucius no se hizo de rogar y aprovechó la oportunidad.


Aquel contacto bastó para subir la temperatura de los dos.


-Lucius por favor… no pido demasiado sólo algo para soportar la noche que será muy larga sin ti.


Lucius no dijo nada que hiciera pensar al chico que lograría algo más que besos. Pero el hombre se quitó la capa y ayudó a Harry a desprenderse de también de la suya. A continuación lo recostó sobre la cama.


-¿Qué vas a hacerme? -preguntó el muchacho con voz agitada.

-No preguntes, cierra los ojos y disfrútalo… Porque yo lo haré.


Harry sintió como su túnica fue desabotonada lentamente dejando al descubierto su abultado estómago.


-Nuestro bebé ha crecido muchísimo -dijo Lucius mientras acariciaba la cálida barriga de Harry, que sintió que un estremecimiento le sacudía todo el cuerpo.


Lucius miró con ternura y asombro el estómago de Harry al ver que se formaba una protuberancia en un costado.


-¿Harry, ese es el bebé? -preguntó con un hilo de voz.

-Aja… Creo que sentir el calor de tus manos lo ha emocionado porque ahora se está moviendo mucho.

-Oh por Merlín, es cierto, puedo sentirlo -dijo el hombre rubio -, será que sabe que es su otro padre el que está acariciándolo.


Harry se emocionó tanto al oír aquello que debió morderse los labios para no dejar escapar un sollozo.


-El bebé reconoce tu magia amor, la aceptó aquella noche, ¿recuerdas lo de la empatía mágica? -dijo el muchacho esforzándose porque su voz no sonara quebrada por la emoción.

-Claro que lo recuerdo Harry, es imposible olvidarlo, los sentí tan míos aquella noche -dijo Lucius con tono dulce.

-El bebé y yo te pertenecemos Lucius, para siempre.


Lucius acarició un poco más el estómago mientras Harry se debatía entre sentimientos de ternura en su corazón y de excitación en su cuerpo. El hombre rubio no quiso privarse ni un minuto más de lo que tanto deseaba y con suavidad fue deslizando la ropa interior de Harry hasta liberar su erección. Harry gimió de placer cuando sintió como era cubierto por la humedad y calor de la boca del hombre rubio.


Lucius sintió un exquisito placer al escuchar los suaves gemidos de Harry, le hacía muy feliz procurarle este instante de felicidad a quien tanto amaba, y por supuesto que él mismo se sentía fascinado por aquel momento apasionado. Esas eran las cosas que era capaz de despertarle Harry, pasión y ternura al mismo tiempo. Llevó a cabo su faena con lentitud, casi con pereza, disfrutándola al máximo, su deseo se hacía más intenso al imaginar que aquella era sólo la primera vez de las muchas en que tendría a Harry para él.


Harry se esforzaba por contener sus deseos de gritar de placer, mientras sentía a Lucius perdido en su entrepierna, lamiendo su longitud unas veces, las otras succionado con gula. Aunque levantaba la cabeza no podía ver como el hombre devoraba su intimidad. Sintió que una especie de convulsión se apoderaba de él, comprendió que estaba a punto de liberarse, fue en ese momento cuando sintió que era engullido por la boca del rubio, la punta de su miembro golpeó el paladar de Lucius, aquello fue demasiado para él, su mano buscó a tientas la colcha de la cama, la jaló y la metió en su boca para acallar justo a tiempo el gemido ronco que salió de su garganta en el mismo instante en que vaciaba su esencia dentro de la boca de Lucius.


Tardaron unos minutos en recobrar la calma.


Harry oyó murmurar al rubio algo por lo bajo, al segundo siguiente su ropa interior era regresada a su sitio y la sensación de humedad había desaparecido. Después Lucius abotonó la túnica mientras el chico poco a poco recuperaba el ritmo normal de su respiración.


La sensación de bienestar recorría todo el cuerpo de Harry y su mente era invadida por un sentimiento de felicidad total. De pronto el muchacho recordó que su padrino estaba en la sala.


-Lucius, ¿crees que Sirius intuya lo que estábamos haciendo?

-Harry, por favor no me preguntes sólo lograras que me avergüence.


Harry se incorporó un poco sobre sus codos para mirar al rubio a los ojos.


-A mí no me importa, y de seguro que a Sirius tampoco, de seguro hace las mismas cosas con Draco.


Lucius arrugó el ceño. La imagen que golpeó su mente de pronto le causó una extraña sensación.


-Harry por favor, estás hablando de mi hijo.

-No seas tontito amor, ellos son pareja y es lógico que disfruten de…

-Ya basta, no sigas Harry.


El chico miró al hombre rubio un tanto asombrado.


-Está bien, lo siento… No quise molestarte…


Lucius sonrió al instante para tranquilizar a Harry.


-No es que me moleste… es un poco difícil para un padre imaginar a su hijo haciendo ciertas cosas…

-Creo que entiendo -respondió Harry con una suave sonrisa.


Lucius tomó las manos de Harry para ayudarle a incorporarse. El muchacho se lanzó sobre sus labios enseguida.


-Gracias amor, fue maravilloso -dijo Harry acariciándole el rostro.

-Soy yo quien debe dar las gracias por el privilegio.

-Me siento de maravilla, estoy seguro que tendré sueños muy agradables.

-¿Y supongo que esos sueños serán conmigo?

-Claro que serán contigo -respondió Harry con tono falsamente ofendido.

-En cambio yo no dormiré tan tranquilo luego de esto.

-Oh mi amor, lo lamento soy tan egoísta sólo he pensado en mí.

-No, no eres egoísta, es sólo que te has vuelto muy consentido, pero a mí me encanta estar a tu lado para complacer todos tus caprichos -dijo el hombre sonriente.

-Entonces siendo así… Puedo pedir algo más.

-Pensé que había hecho un buen trabajo…

-No se trata de eso, fue magnifico ¿Te quedarías a mi lado hasta que me duerma? -preguntó el chico con una sonrisa inocente.


Lucius también sonrió feliz.


-Será un privilegio hacerlo, te confieso que muchas veces mientras vivías en la mansión, cuando iba a darte las buenas noches, deseaba quedarme contigo para verte dormir. Inclusive una noche en que no cenaste, luego yo fui a darte las buenas noches, pero ya te habías dormido con un libro encima, te lo quité y luego acomodé las cobijas. Esa noche por primera vez observe tu rostro, me parecías tan hermoso, me quedé observando tus labios y deseé tanto rozarlos con mis dedos, dibujar su contorno, pero no lo hice me contuve porque comprendí que era demasiado íntimo y estaría traspasando la línea.


-Aquella noche yo no estaba dormido Lucius, sólo fingía -declaró Harry.


Lucius le miró con asombro.


-Escuché cuando dijiste que me querías luego de darme un beso en la frente.

-No entiendo, por qué te fingiste dormido.

-Porque la noche anterior tú te habías marchado con Remus sin darme las buenas noches, eso me dolió y… además en ese momento no lo comprendía, pero lo cierto es que estaba totalmente celoso.


Lucius se quedó estupefacto.


-Harry…

-Mi falta de experiencia no me permitió darme cuenta que ya entonces estaba enamorado de ti Lucius.


El hombre rubio se quedó mirando al chico por unos cuantos segundos.


-Mi pequeño, si lo hubiese sabido entonces te juro que mi forma de actuar contigo hubiese sido muy diferente.

-Pero tú no los sabías y yo tampoco. Y además no importa, ya pasó, ¿te quedarás hasta que me duerma?

-Por supuesto que me quedaré.


Harry sonrió y lo besó brevemente en los labios. Luego fue hasta uno de los cajones del armario y sacó un pijama limpio.


-¿Me ayudas? -preguntó Harry.

-Por supuesto.


Con lentitud Lucius fue desabotonando la túnica de Harry hasta que se la quitó por completo, luego le ayudo a vestir el pijama. El muchacho apartó la ropa de cama y se deslizó entre las sábanas que encontró muy frías.


Lucius con su varita las calentó y Harry sonrió más que satisfecho. Después el hombre se acomodó junto al chico.


-¿No quieres meterte aquí debajo? -preguntó Harry con voz melosa.

-Suena muy tentador, pero será mejor que no, estoy seguro que acabaría sucumbiendo a tus encantos.

-Mis encantos -repitió Harry - ¿cuál de todos? Suponiendo que tengo más de uno.

-¿Suponiendo? Por supuesto que tienes innumerables encantos, pero ese que me hace perder la cabeza está entre tus piernas.


Harry enrojeció de golpe, pero no de vergüenza como pensó Lucius, sino a causa de la súbita excitación que le provocó escuchar aquello.


-Oh Lucius sólo escucharte decir eso me hace enloquecer, se me ha puesto... bueno ya sabes.

-Harry…

-Lo siento, intento controlarlo pero no puedo… es más fuerte que yo.


Lucius miró al chico entre sorprendido y risueño.


-No debería extrañarme, después de todo sólo tienes dieciocho años. Creí que por tu avanzado estado no estarías tan bien dispuesto, supongo que debí preguntar mucho antes.

-Estoy muy dispuesto, ¿por qué no deslizas tu mano acá abajo y me ayudas con esto?


Lucius comprendió que Harry comenzaba a masturbarse.


-Eres un chico muy travieso. Me estás tentando de una forma muy poco decorosa Harry.

-¡Lo siento ya no puedo más! -exclamó Harry y con una destreza que asombró a Lucius apartó la ropa de cama y acabó sentándose a horcajadas sobre el rubio.


Lucius dejó escapar un involuntario gemido cuando sintió la erección del chico restregarse con intensidad sobre la suya.


-Harry… ahhh… por Merlín… esto es… maravilloso…

-Claro que lo es amor, te deseo tanto.

-Y yo a ti amor, pero deja que yo me encargue -dijo Lucius mientras con fuerza y lentitud fue moviendo al chico para cambiar la posición, siendo Harry quien terminó recostado en la cama.


En apenas un instante fue despojado otra vez de parte la baja de su pijama, quedando totalmente expuesto. Lucius lo fue estimulando aún más con suaves caricias y cuando estuvo seguro de que ya estaba completamente preparado embistió lentamente hasta quedar completamente empalado dentro de la estrechez suave y cálida que tanto lo anhelaba.


Las sensaciones eran intensas tanto para Harry como para Lucius. Mientras que con sus embestidas del rubio buscaba llegar más profundamente no dejaba de escudriñar el rostro del chico, no quería perderse ni un solo gesto del placer que estaba otorgándole. Y por su parte Harry hacía lo mismo; disfrutaba ver el rostro de Lucius ruborizado por el placer, le resultaba deliciosa la forma en que el rubio entrecerraba sus ojos grises cada vez que hacía su retirada para luego volver llenarlo más profundamente.


Pese a que no era un momento de coherencia Harry no olvidaba que esa unión íntima no era un favor de Lucius hacia él. Era maravilloso tener la certeza de que aquel acto de entrega total era obra del amor, de la pasión que despertaban el uno en el otro, y que esa entrega mutua duraría el resto de sus vidas.


Lucius calculadamente demoró el momento de la culminación, le resultaba demasiado maravilloso sentirse aprisionado dentro de Harry. Un estremecimiento le recorría la columna al sentir la fricción de cada embestida.


-Mi vida eres tan cálido y tan estrecho… Eres maravilloso -susurró Lucius sobre los labios de Harry.


La respuesta del chico fue un beso totalmente apasionado. Y se dejaron llevar por las emociones y, extraviándose en ellas hasta que perdieron el control de sus cuerpos que actuaron sólo por impulsos.


Finalmente Harry había logrado lo que tanto soñaba, su amor por Lucius se había consumado en esa unión perfecta y sublime. Esta vez sus pensamientos fueron muy diferentes a los de la primera vez en brazos del hombre rubio. Su corazón no fue agobiado con ese “ya terminó” de aquella noche.


Ahora su pensamiento fue «este es sólo el comienzo». Cuando Lucius se retiró poniendo fin a ese contacto tan íntimo, no se sintió vacío, sino totalmente feliz y satisfecho.


-Gracias amor -susurró Harry.

-Fue un placer, literalmente -respondió Lucius con una sonrisa dulce.


Después de unos cuantos besos más. Lucius utilizó su varita para eliminar las evidencias. La sonrisa que adornaba el rostro de Harry le indicó que esta vez el chico si se dormiría totalmente tranquilo. El hombre rubio se levantó de la cama y arregló su ropa, después ayudó a Harry a hacer lo mismo con su pijama.


-Bueno, creo que no será necesario que me quede hasta que te duermas porque estoy seguro que lo harás enseguida.

-Gracias a ti.


El chico se cobijó bajó las mantas y Lucius se inclinó para besarlo una vez más.


-Si aún está Sirius en la sala no sé con qué cara voy a mirarlo.

-No te preocupes estoy seguro que él comprende.

-¿Comprenderá que he me haya aprovechado de ti frente a sus narices?


Harry rio.


-Creo que más bien haber sido yo quien se aprovechó de ti, amor.


Lucius lo meditó un segundo.


-Sí, por increíble que parezca creo que fue así como sucedió -respondió el hombre con una sonrisa dulce.

-¿Vendrás por mí mañana temprano?

-Al mediodía estaré aquí. Buenas noches mi amor, soñaré contigo toda la noche.

-Yo también soñaré contigo señor Lucius Malfoy, mi dulce señor.


Lucius finalmente tras una última sonrisa salió sigiloso de la habitación. La luz en la sala era tenue, y Sirius no estaba allí. La luz provenía de las llamas de la chimenea encendida, el rubio imaginó que aquella había sido una gentileza de Sirius para cuando él se marchara. Tal parecía que Harry tenía razón después de todo pensó Lucius. En aquella actitud había una implícita comprensión de parte de Sirius.


Sin más demora y con una amplia sonrisa en los labios Lucius entró a la chimenea y tras girar en las llamas desapareció.



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