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Mi dulce señor por zandaleesol

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Título: Mi dulce señor

Pareja: Harry/Lucius

Disclaimers: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling, yo sólo los tomo prestados para divertirme y espero que también para entretener a los lectores, no percibo ningún beneficio económico por este trabajo.



Capítulo 4. Profundas heridas


Harry abrió los ojos de pronto sobresaltado, había sentido la cercanía de alguien, era Draco, reaccionó instintivamente apartándose.


-No pretendo hacerte nada Potter, sólo deseaba asegurarme de que aún estabas vivo, ojala ese Longbottom se dé prisa, tiene que verte un sanador.


Harry no respondió, sólo una mueca de fastidio se dibujó en su rostro.


-¿Te quedarás hasta que regrese Neville? -preguntó Harry mientras dirigía su vista hacia los dos niños que estaban cerca de él, acurrucados unos junto al otro.

-Sí, no creo que demore en traer a alguien.

-Deberías marcharte.

-¿Qué?

-Lo que oíste… deberías huir antes de que sea tarde.

-¿Huir?

-Sí Malfoy huir -dijo Harry exasperado -¿No te importa lo que te aguarda?

-Yo me lo busqué, además ya es tarde… ahí viene Longbottom y trae a alguien.


Harry rogó porque ese alguien fuera Sirius, cerró los ojos esperando oír la voz de su padrino.


-¡Harry!


Era Sirius con voz agotada, temerosa, pero aliviado de verlo vivo.


-¿Estás bien?

-Está herido -dijo Draco.

-¡Cállate Malfoy! -exclamó Harry usando las pocas fuerzas que le quedaban.


Esa reacción de Harry provocó asombro tanto en Sirius como en Neville. Poco a poco la oscuridad se disipaba, el cielo comenzaba a adquirir una tonalidad de plata.


-Longbottom llévatelos -dijo Draco mirando a los dos niños que se habían puesto de pie y seguían temblando -, morirán congelados.


Neville miró a Sirius que asintió con la cabeza y tomando a los niños de las manos comenzó a hacer el camino de regreso hacia la fortaleza incendiada cuyas llamas iluminaban el cielo con un resplandor cada vez más vago.


Cuando ya se habían alejado bastante recién Draco le habló a Sirius.


-Debe verlo un sanador pronto… creo que ha perdido mucha sangre.

-¡Qué! ¿Sangre? -dijo Sirius, notando recién la ropa manchada de Harry.

-¡Cállate Malfoy! -volvió a exclamar Harry.

-No puedes esconder algo así Potter, él es tu padrino debe saberlo -dijo Draco.

-¿Qué sucede Harry? tu ropa está manchada -preguntó Sirius de forma atropellada.


La única respuesta de Harry fue un sollozo que ya no pudo seguir reprimiendo.


-Por favor Harry… qué sucede…

-Abusaron de él -dijo Draco sin más.


Sirius sólo atinó a parpadear, aún no podía o no quería comprender.


-¿Qué?

-Unos de mis compañeros violó a Potter.


Sirius volvió a depositar su mirada en Harry, era él quien ahora derramaba lágrimas.


-¿Quién fue? ¿Quién te hizo esto? Dímelo… voy a matarlo.


Harry no respondía, lloraba como si hubiesen abierto un surtidor dentro de él, las lágrimas salían incontenibles, no podía detenerlas, ya ni siquiera le importaba que Malfoy estuviera presenciando aquel quiebre de su fortaleza.


-¿Quién fue Malfoy? Tú lo sabes, dímelo -exigió Sirius y de pronto algo lo iluminó -, no será que tú…

-¿Qué estás pensando? Yo jamás sería capaz de algo semejante… fue Nott.


El rostro de Sirius se desfiguró de ira, justamente Nott era uno de los mortífagos que había sobrevivido a la batalla.


-Harry perdóname… fue mi culpa… no supe cuidarte bien…


No fueron tanto las palabras como el tono y el llanto del que fueron acompañadas lo que finalmente impresionó a Harry tanto que su propio llanto se cortó de golpe.


-No fue tu culpa.

-Sí, sí es mi culpa… ¡Maldición!


Draco los observaba en silencio, aquella escena le conmovía profundamente, a pesar de no ser una persona sensible, no podía dejar de sentir que algo se removía dentro de él al ver a un hombre como Sirius llorando sin ningún pudor.


-Harry debo llevarte para… es necesario que te vea un sanador -dijo Sirius, intentando recobrar la compostura y secándose las lágrimas.

-No… no quiero… no quiero que nadie lo sepa… por favor -suplicó Harry.

-Te juro que si no fuera necesario Harry no permitiría que nadie supiera esto, pero has sangrado mucho.


Sirius procedió a sacarse la capa negra que llevaba y se la puso a Harry, cuando ya lo había cubierto se dispuso a tomarlo en brazos y luego miró a Draco.


-¿Y tú qué harás?

-¿Yo? -preguntó Draco sorprendido -. No lo sé, ¿mi padre está…vivo?

-Tu padre sobrevivió, pero tiene una pierna destrozada… quizá la pierda, creo que a pesar de todo se alegrará de saber que estás vivo.

-Yo no le importo.

-Claro que le importas -dijo Sirius.

-Vete Malfoy… huye -dijo Harry en un susurro débil


Sirius miró a Harry sin comprender.


-Quiso ayudarnos, al menos intentó liberarnos.


Sirius miró al chico rubio y asintió con la cabeza.


-Ya oíste a Harry, vete… no creo que tu padre quiera ver cómo te envían a Azkaban.


Draco no se decidía, estaba paralizado.


-¡No seas idiota y lárgate de una vez! -repitió Sirius.


Draco retrocedió alejándose un poco, aún inseguro, miró hacia el lugar donde aún se levantaba un débil humareda, los miró una vez más antes de desaparecerse.


~**~


El fuego terminó por reducir a cenizas aquella ruinosa construcción que había albergado a Voldemort. Lo que fue el campo de batalla estaba prácticamente vacío, los heridos ya estaban en San Mungo. Sólo quedaban los muertos en la batalla, pues aún no terminaban de decidir qué harían con los cuerpos, muchos comentaban que el Ministerio pretendía enterrarlos a todos juntos en un lugar común, donde levantarían un memorial que recordara a todas las víctimas de la guerra.


Cuando Sirius apareció en San Mungo con Harry se encontró con una gran cantidad de personas, la mayoría parientes y amigos de los heridos de aquella última batalla. Todos los rostros mostraban la misma congoja, sin embargo, pese a todo, se podía palpar cierta resignación y calma. La guerra había terminado, en adelante sólo quedaba intentar sobrellevar la nueva vida con algo de esperanza, poco a poco todo recobraría su orden normal.


Entre toda la gente se encontraba Dumbledore, que intentaba consolar a las personas, agradeciéndoles la valentía con que habían actuado siempre. Por fortuna, Sirius ni siquiera debió solicitar ayuda al director de la escuela, el mago en cuanto lo vio se acercó.


-¿Cómo está Harry? -preguntó, observando el pálido rostro del chico que yacía desmayado en brazos de Sirius.

-No muy bien… debe verlo un sanador de inmediato.

-Por supuesto -dijo Dumbledore y acercándose hacia una enfermera le habló.


La mujer en ese momento se volvió hacia Sirius y se acercó rápidamente.


-¿Está herido? -preguntó y, tomando la muñeca del chico comprobó el pulso.

-Sí… ha perdido sangre -dijo Sirius despacio.

-Venga por aquí -indicó la mujer.


Sirius la siguió a través del pasillo, la mujer buscó un cubículo desocupado y le indicó que pusiera a Harry en la camilla.


-Buscaré a un sanador…

-Espere, ¿sería posible que viniera el sanador Florian Jervis?

-Bueno como usted podrá imaginar estamos haciendo todo lo posible por atender rápido a los heridos… posiblemente esté con algún paciente.

-Por favor… se lo suplico… Florian ha sido quien le ha atendido desde que Harry era pequeño.

-¿Harry? -preguntó la mujer sorprendida -¿Será el mismo Harry que fue secuestrado junto a otros compañeros de escuela, el hijo del auror James Potter?

-Sí, el mismo -dijo Sirius.


La mujer le dio otra mirada al chico.


-No se preocupe traeré a Florian como sea -dijo segura.


Sirius sólo asintió con la cabeza. Sentía alivio, prefería que un sanador de confianza fuera el que revisara a Harry. No podía evitar sentir dolor en el corazón al pensar en la terrible situación por la que había tenido que pasar su ahijado. Tras unos minutos de espera que a Sirius le parecieron horas, llegó Florian.


-Sirius… me avisó Ángela que Harry estaba herido ¿qué le ocurrió? -dijo el hombre mientras sin demora comenzaba a revisar el pulso de Harry, antes de que Sirius pudiera responder había apartado la capa con que estaba cubierto y por supuesto que al ver el vaquero del chico manchado tuvo una idea de lo que había sucedido.

-¡Por Merlín! -exclamó en un susurro, debía preguntar aunque ya presentía la respuesta-¿qué le sucedió?

-¿No lo adivinas? Fue violado por un miserable mortífago.


El sanador exhaló un suspiro.


-Florian, pedí que fueras tú quien lo examinara porque lo conoces desde pequeño… él no quiere que nadie sepa de esto.

-¿El miserable que le hizo esto está muerto? -preguntó el sanador.

-No estoy seguro si está entre los que fueron llevados a Azkaban, pero si aún vive no será por mucho tiempo -dijo Sirius con tono que resumaba odio.

-No es el momento para eso Sirius, lo pondré en una habitación privada, debo examinarlo para comprobar que tan dañado está, aunque sé que las heridas físicas sanarán, son las otras las que me preocupan más.


~**~


Había oscurecido ya cuando Sirius entró a la habitación de Harry. El chico llevaba dormido casi doce horas. esperaba con angustia el momento en que despertara, sería el comienzo de la etapa más difícil de toda esa pesadilla que recién se iniciaba para Harry.


Haría lo necesario por ayudarlo aunque presentía que serviría de poco. Acababa de estar en la habitación de Remus, le tranquilizaba saber que su amigo se recuperaría pronto a pesar de que el hechizo que lo había golpeado fue muy potente. El otro que no se encontraba muy bien era Lucius, tenía la pierna izquierda muy lastimada, según lo dicho por Dumbledore, si tenía suerte y la conservaba, era muy probable que tuviera alguna dificultad para caminar.


Sirius comprendía que de todas formas pese al triunfo, las secuelas de aquella guerra perdurarían en el tiempo y tardarían en desaparecer, todos en mayor o menor medida eran víctimas.


Florian Jervis entró en la habitación, eran pasadas las diez de la noche, quería ver a Harry antes de tomarse por fin un descanso, luego de estar todo el día atendiendo pacientes, aquella jornada era la más dura en lo que llevaba siendo sanador.


-¿Cuánto tiempo más dormirá? -preguntó Sirius.

-La poción que le administré tiene un efecto de veinticuatro horas, el sueño es el mejor modo de aliviarlo, al menos por ahora.

-Me asunta el momento en que deba despertar y tenga que enfrentarse con la realidad -admitió Sirius.

-Será el comienzo de una etapa muy difícil -dijo el sanador -, voy a derivarlo a un Psicomago… necesitará ayuda profesional para superar esta terrible experiencia.

-¿Realmente crees que eso ayudará?

-Lo hará, aunque en un comienzo parezca que no. el secuestro y violación es un experiencia límite que provoca un trauma permanente, quizá necesite algunas pociones especiales para sobrellevar de mejor forma el trauma.

-¿Pociones? ¿Realmente crees que son una solución?

-No, no lo son… se trata de un paliativo, no soy psicomago especialista, pero intuyo que será un proceso largo y muy difícil. Deberás tener paciencia y sobretodo darle mucho cariño y confianza.

-¿Confianza? ¿Cómo podría Harry volver a confiar en mí, si no lo protegí cómo debía?

-Sirius, no eres responsable de lo que le sucedió a Harry. Debes comprender que hay cosas que se escapan a nuestro control por más que nos esforcemos.

-Era mi deber… soy su padrino, le juré a James que lo cuidaría.

-Y lo has hecho.

-No, le fallé.

-Sirius, en adelante serás el soporte de Harry, sentir culpa no ayudará. No podrás cargar con tus culpas y además sobrellevar las que Harry sentirá inevitablemente.

-¿Cómo es posible que pueda sentir culpa? Sólo ha sido la víctima en todo esto.

-Justamente el ser víctima le hará sentir culpa y no sólo eso, sentirá rabia, tristeza, miedo, pasará por diferentes estados, todos muy difíciles de sobrellevar.


Sirius estaba consciente de que todo lo que venía en adelante sería complejo en la vida de Harry, todo recién iniciaba.


~**~


Abrió los ojos lentamente, había despertado hacía rato y aún se sentía somnoliento y muy cansado. Le hubiese gustado continuar en esa especie de limbo al que lleva el sueño inducido, pero era difícil, pues su mente poco a poco adquiría plena conciencia. La habitación era blanca y la luz tenue, estaba en el hospital, intentó moverse, pero unas manos suaves le contuvieron, obligándolo a permanecer quieto, miró a un costado y poco a poco sus ojos reconocieron el rostro que le observaba con preocupación.


-No debes moverte.

-¿Qué sucedió? ¿Salió todo bien?

-Sí, todo está bien ahora… está muerto.


Escuchar eso le tranquilizaba, pero de pronto otra idea lo sobresaltó.


-No deberías estar aquí… vi cuando aquel hechizo te golpeó.

-Dijo el sanador que estoy bien, no moriré, además tenía que verte, sólo de esa forma me restableceré por completo -dijo con una suave sonrisa el hombre de ojos color miel.

-¿Sabes algo de Draco? No lo vi luchando durante la batalla.

-Me temo que no se sabe nada de él, no estaba entre los heridos… ni los muertos.

-Eso significa que huyó.

-No lo sé Lucius, por el momento todo está confuso, podría ser que después sepamos algo, la mayoría se ha preocupado de los sobrevivientes… hubo muchos heridos.


Lucius guardó silencio otra vez, no podía dejar de preguntarse qué había sucedido con Draco, no estaba muerto ni herido y no sabía si estaba entre los mortífagos sobrevivientes que habían sido llevados a Azkaban.


-Intenta descansar, te prometo que mañana averiguaré que pasó con Draco -dijo Remus mientras acariciaba con ternura la frente del rubio.

-Gracias.

-No tienes nada que agradecerme.

-Ve a descansar Remus, estoy seguro que estás fuera de la cama sin el permiso de los sanadores, ese hechizo que te golpeó…

-No te preocupes, necesitaba verte y asegurarme de que estás bien -respondió Remus.

-Estaré bien, no te preocupes.


El hombre de ojos dorados volvió a acariciar el cabello rubio, luego se inclinó lentamente y le besó los labios con delicadeza.


-Te amo… siempre estaré para ti, siempre que me necesites.

-Lo sé y valoro mucho eso Remus, eres un gran amigo -dijo el rubio.


Remus se sintió algo desanimado al oír esa respuesta, desde hacía tiempo esperaba ser para Lucius algo más que un buen amigo, pero el rubio siempre decía que no podía pensar en su propia vida, primero estaba su trabajo como jefe de los aurores. Se sentía responsable por el bienestar de todos. Ahora que la guerra había terminado, Remus esperaba que el hombre quisiera por fin intentar algo más serio con él, quizá ya no siguiera a la cabeza de la oficina, ahora que tenía la pierna lastimada y que según los sanadores aún no estaba todo dicho, pues había estado a punto de perderla.


-Remus, realmente agradezco y valoro el que estés conmigo, ha sido muy valioso el tenerte cerca, creo que muchas de las cosas que he debido afrontar sin ti hubiesen sido más difíciles.

-Lo sé y jamás me he quejado, ni exigido nada, eso te consta.

-Sí, por eso valoro aún más lo que haces -dijo Lucius con una dulce sonrisa que hizo la delicia de Remus.

-Te dejaré descansar, mañana vendré temprano y te prometo que intentaré averiguar algo de Draco.


Esta vez se inclinó y besó al rubio sólo en la mejilla. Salió de la habitación y se dirigió a la suya. Sabía que Harry también estaba internado y que Sirius había pasado todo el día con el chico, que no había hecho más que dormir. Se sentía algo culpable por haber ido primero a la habitación de Lucius y dejar a Harry para después, pero confiaba en que el chico era fuerte y se repondría con rapidez de cualquier daño que hubiese recibido.


Cuando caminaba por el pasillo se topó con Sirius que salía de la habitación de Harry.


-¡Remus! ¿Qué haces caminado por ahí? ¿No se supone que tenías reposo? -preguntó Sirius alarmado.

-No te preocupes, ya estoy bien, sólo fue un hechizo que me golpeó.

-Te vi volar por el aire, pensé que habías muerto.

-Ya vez que no, ¿cómo está Harry?


Sirius en vez de responder exhaló un suspiro.


-Es difícil decirlo, todavía es muy pronto.

-Escuché decir a unas enfermeras que había sido torturado, pobrecito, me imagino como debió sufrir, pero Harry es fuerte, es como James, se repondrá muy pronto -dijo Remus con mucha convicción.

-No Remus, no se recuperará pronto, dijo el sanador que será un proceso muy largo y complicado.

-Bueno… nadie duda que tendrá dificultades, después de ser torturado no…

-No fue torturado Remus -negó Sirius.

-Pero, eso fue lo que han dicho.

-La verdad prometí que nadie lo sabría, pero necesito decírselo a alguien, esto me está ahogando -dijo Sirius.

-¿Qué sucede Sirius? ¿Qué tiene Harry en realidad?

-Vamos a tu cuarto, no quiero que nadie nos escuche -dijo Sirius, dirigiendo su mirada hacia el mesón de la guardia de enfermeras que estaba a unos metros.


Remus entró primero a la habitación y se quitó la bata con que estaba cubierto, mientras veía a Sirius acomodarse en un sillón que estaba cercano a la ventana.


-Sabes que puedes confiar en mí Sirius, cualquier cosa que me digas la guardaré como un secreto, eres mi mejor amigo y jamás traicionaría tu confianza -dijo Remus mientras se acomodaba encima de la cama.

-Eso lo sé Remus, ni siquiera tienes que decírmelo.

-¿Qué le sucedió a Harry? ¿Tiene que ver con su secuestro cierto?

-Sí, tiene que ver… es tan terrible Remus que me cuesta repetirlo, es como una horrible pesadilla, me siento tan culpable.

-Anda dime qué pasa, tal vez no sea tan grave como tú lo ves.

-Grave no es palabra que lo describe Remus, la palabra más apropiada es… doloroso.

-Me asustas… Sirius, ¿tan malo es?

-Harry… durante su secuestro… él… fue… fue violado por un mortífago -dijo Sirius, rompiendo a llorar como no lo había hecho hasta ese momento.


Remus quedó atónito, sabía que no era mentira, en todos los años que tenía de conocer a Sirius sólo en dos ocasiones le había visto llorar de esa forma, primero cuando había muerto Lily y luego James. Sin vacilar se acercó a su amigo y lo abrazó, conocía lo suficiente a Sirius como para saber que esas lágrimas sólo podían provenir del terrible sentimiento de culpa que debía estar experimentado. Luego de un buen rato, el llanto se fue calmando, hasta que sólo quedaron los hipidos que el hombre intentaba controlar con poco éxito.


-No voy a preguntar cómo está Harry… es fácil imaginarlo -dijo Remus.

-Yo creo que hasta el momento se ha controlado, pero sé que en cualquier momento esta horrible pesadilla le estallará en el rostro, creo que aún no ha tenido la oportunidad de asimilarlo.

-¿Alguien más lo sabe?

-Hasta ahora sólo Florian… fue una suerte que lo atendiera, Harry no quiere que nadie lo sepa.

-Pero Sirius… esto no puede quedar así…

-Remus el que le hizo esto es un mortífago y según supe ya está en Azkaban, acaso crees que podría recibir una pena peor.

-Existe una pena peor -dijo Remus.

-¿Te refieres al Beso del Dementor?

-Exacto.

-Pero para que sea condenado a eso, tendría que contarlo… y Harry no quiere que nadie lo sepa.

-¿Quién es? -preguntó Remus.

-Nott.


Remus sintió algo de asombro, conocía al muchacho, lo había visto muchas veces en casa de Lucius, eso le hizo recordar al chico rubio.


-Ese era el mejor amigo de Draco.

-Un par de miserables los dos… aunque creo que Draco se arrepintió de sus crímenes -dijo Sirius -, intentó ayudar a Harry y Neville… los estaba ayudando a escapar cuando nosotros llegamos.

-Entonces fue por eso que los descubrimos fuera de la fortaleza… por eso Voldemort lo estaba torturando.

-Sí fue por eso.

-¿Sabes qué pasó con él luego de eso? Nadie lo vio, no está entre los que llevaron a Azkaban, tampoco entre los muertos y heridos.

-Huyó.

-¿Cómo?

-Lo que escuchaste, Harry le dijo que huyera… supongo que lo hizo porque había intentado ayudarle.

-Sirius si alguien llega a saberlo… no sé…

-Nadie lo sabrá… tú no dirás nada y yo tampoco.


Remus sentía algo de alivio al saber que el hijo de Lucius había huido, y que parecía que al final intentó hacer algo decente ayudando a Harry, aunque la cosa no diera resultado, sin duda que eso sería un gran consuelo aunque no totalmente, el que su hijo escapara seguiría siendo una tortura constante para el hombre rubio, la misma oficina que él dirigía sería la encargada de darle caza a los mortífagos escapados.

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