TÃtulo: Mi dulce señor
Pareja: Harry/Lucius
Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling, yo sólo los tomo prestados para divertirme y espero que también para entretener a los lectores, no percibo ningún beneficio económico por este trabajo.
CapÃtulo 5. Un nuevo dÃa
Cuando Harry despertó no se encontraba solo. Sirius dormÃa en un sillón. AgradecÃa que su padrino hubiese sobrevivido a la batalla, sin duda que toda esa situación serÃa más terrible de lo que ya era de no ser por la presencia de Sirius. Apartó su mirada y la fijó en un punto vacÃo, no podÃa dejar de preguntarse cómo harÃa para seguir viviendo, tendrÃa cargar con su vergüenza por el resto de la vida, pero no estaba seguro de tener valor para eso. Le hubiese gustado estar lejos de ahÃ, encontrarse a mucha distancia, estar en otro lugar donde nadie conociera ni su vida, ni su nombre.
Escuchó como Sirius se removÃa en el asiento, sin embargo, no apartó la mirada del vacÃo donde estaba clavada. SabÃa que serÃa muy difÃcil afrontar la realidad al salir del hospital. DeberÃa regresar a la escuela, pero no deseaba hacerlo, a pesar de que todos ignorarÃan lo sucedido no querÃa regresar, ya no era el mismo, sentÃa que con la pérdida de su inocencia también habÃa perdido su juventud, se sentÃa viejo, como si todas las ilusiones de su vida ya no fueran posibles.
Sirius tenÃa los ojos cerrados aunque ya estaba despierto, se sentÃa culpable y sabÃa que ese sentimiento lo acompañarÃa por siempre. Nada de lo que habÃa hecho por Harry en siete años parecÃa tener valor, cuando en el momento más importante falló, quizá alguna vez Harry pudiera perdonarlo, pero él no podrÃa perdonarse jamás.
Harry volvió la vista hacia donde estaba Sirius, era evidente para él los sentimientos de su padrino, sabÃa que el hombre se culpaba por lo sucedido.
-Sirius.
El hombre abrió de inmediato los ojos y cambió de posición para mirar al chico.
-Ya despertaste -dijo sin ser capaz de decir otra cosa.
-No debiste dormir en ese sillón -reprochó Harry.
-Estoy bien, no te preocupes.
-¿Cuándo saldré de aqu� Quiero ir a casa.
-Pronto vendrá Florian a verte, él dirá si ya te puedes ir -respondió Sirius.
-¿Él me atendió?
-SÃ.
-¿Se lo dijiste?
-SÃ Harry, tuve que hacerlo.
El muchacho apartó la vista otra vez, Sirius se levantó del sofá y se acercó despacio a la cama.
-Harry, lo lamento.
-No importa, comprendo que debÃas decÃrselo -respondió el chico.
-No me referÃa a eso Harry, lamento… lamento que hayas tenido que vivir todo eso… yo…
-No fue tu culpa Sirius.
-Claro que fue mi culpa, era mi deber protegerte, debió ser terrible vivir algo asÃ…
-Sirius si deseas ayudarme no me hables de eso.
-Pero, Harry no es posible ignorarlo.
-Sirius, hablar constantemente de ello no cambiará nada, pasó y ya no se puede arreglar… te lo repito si deseas ayudarme no vuelvas a mencionarlo.
Sirius guardó silencio, luego de un breve instante de mirar al chico extendió su mano para tomar la de Harry, pero éste en una reacción instintiva de defensa la apartó, Sirius se sorprendió y bajó la vista dolido.
-Lo siento… es que yo…
-No tienes que explicarme Harry, creo que comprendo.
En ese instante abrió la puerta el sanador Florian Jervis, Harry no levantó la vista para mirar al hombre que se ocupaba de su salud desde que era pequeño.
-Me alegra encontrarte despierto, Harry.
-¿Ya puedo irme? -fue toda la respuesta de Harry.
-Sirius, podrÃas dejarme a solas con Harry un momento -pidió el sanador.
Sirius miró a Harry, notó como las facciones del chico se tensaban, sin embargo, sin decir palabra salió de la habitación.
Florian acercó una silla que habÃa en un rincón y se sentó, entrelazó las manos y adoptó una posición un poco menos docta.
-Harry hay algo de lo que me gustarÃa hablar contigo -dijo Florian evaluando las reacciones del chico.
-¿De qué? -preguntó Harry medio a la defensiva, presintiendo lo que se avecinaba.
-Estoy enterado de lo que sucedió durante tu cautiverio Harry y me gustarÃa hablarte no como sanador, sino como tu amigo.
Harry no levantó la vista.
-No eres culpable de lo sucedido Harry.
-Tú no sabes nada -dijo Harry con tono enojado.
-Es cierto, no sé nada… no estuve ahÃ, no puedo imaginar siquiera lo que tuviste que afrontar, pero lo que haya sido Harry, no fue tu culpa, tú no lo provocaste.
-Yo no lo provoqué, pero eso no me sirve de nada… no es un consuelo para mÃ, eso no cambia lo que siento -respondió Harry, dejando las lágrimas resbalar por su rostro.
-Sé que no lo cambia, pero tú sà puedes cambiarlo, tienes el poder para convertir todo ese dolor en algo positivo Harry.
-¿Positivo? ¿Te burlas de m� ¿Realmente piensas que puedo encontrar algo positivo en todo esto?
-Ahora no Harry y tal vez deba pasar mucho tiempo antes de que puedas verle algo positivo a todo esto…
-¡Jamás! Nunca le veré nada bueno a esto… no quiero seguir escuchándote, déjame solo.
Florian observó a Harry por un breve instante y luego se levantó de la silla.
-Negarse a hablar de ello no hará que desaparezca Harry, puedes ignorarlo, soslayar el dolor, pero eso no evitará que lo sigas sintiendo, necesitarás ayuda -dijo Florian y, sacando una tarjeta del bolsillo de su bata la dejó sobre la mesa de noche -. Aquà está el nombre de un amigo que se especializa en este tipo de cosas, él podrá ayudarte.
Harry no respondió, sentÃa una inusitada furia contra Florian aunque sabÃa que el hombre no era responsable de su dolor y que sólo intentaba ayudar.
-Dejé en tu ficha anotada una cita para dentro de un mes Harry, espero que asistas.
-¿Para qué? ¿A caso tengo algo malo?
-No, nada malo, fÃsicamente estás bien… sólo será algo rutinario, espero que vengas, es importante Harry.
El chico miró al hombre con cierto aire desconfiado, no le encontraba razón a esa cita médica.
-En todo caso le diré a Sirius para que sepa. Adiós Harry, espero que visites a ese psicomago, te aseguro que será de ayuda. Hay cosas que no pueden cambiar Harry, pero el hecho de poder hablar con alguien ayuda aunque tú no lo creas.
Luego de esto el sanador salió de la habitación. Harry miró la tarjeta mientras las lágrimas brotaban otra vez de sus ojos, estaba seguro que nadie, absolutamente nadie podrÃa curarlo del tremendo dolor que sentÃa. ComprendÃa la buena intención de Florian, pero en ese momento las buenas intenciones no le servÃan, nada borrarÃa el sufrimiento de su alma, sentÃa que ya nada importaba, no habÃan esperanzas, su mundo se habÃa roto, ya no amaba la vida.
~**~
Remus esperaba pacientemente a que Lucius despertara, la noche anterior fue sedado para que durmiera sin dolor. Remus ansiaba darle a Lucius noticias sobre su hijo, estaba seguro de que el hombre rubio se alegrarÃa de saber que Draco estaba vivo, seguramente no le tranquilizarÃa saberlo huyendo, pero a lo menos vivÃa y eso en tales circunstancias era mucho.
Lucius fue abriendo los ojos poco a poco, sentÃa un gran relajo, aquellas horas de sueño sin sobresaltos fueron reparadoras, hacÃa años que no disfrutaba de un sueño como ese, aunque aún habÃa algo que no lo dejarÃa estar tranquilo hasta no saber que sucedido con Draco finalmente. Cuando volvió el rostro se encontró con la sonrisa de Remus que le miraba desde el sillón donde se habÃa acomodado.
-Buenos dÃas, cómo te sientes -preguntó el hombre de ojos dorados, depositando un suave beso en la frente del rubio.
-Mucho mejor, hacÃa mucho que no dormÃa tantas horas seguidas y supongo que tú ya estás bien.
-Estoy perfectamente ´-dijo Remus con una suave sonrisa -, estaré mucho mejor cuando te vea salir de aquÃ.
-Con esta pierna asà no creo que sea tan rápido –respondió Lucius con una mueca de fastidio.
-Eso no importa, te quedarás el tiempo que sea preciso… la herida fue muy seria, pudiste perder la pierna.
-Los sanadores dijeron que aún no está todo dicho, debo superar la etapa más peligrosa donde podrÃa contraer una infección, si paso eso, entonces podrÃa estar más confiado de que al menos pueda conservar la pierna.
-Todo saldrá bien, no te preocupes… voy a cuidarte mucho para que sigas al pie de la letra las indicaciones de los sanadores.
-¿Y sà la pierdo de todas formas? ¿SeguirÃas sintiendo deseo por un hombre con una pierna menos?
-SeguirÃa sintiendo deseo por ti aunque perdieras las dos piernas y los brazos… lo que más me gusta de ti está felizmente intacto -dijo Remus, besando los labios del rubio.
Lucius no pudo evitar sonreÃr. Remus recostó su cabeza con suavidad en estómago del rubio y asà se quedó, mientras el hombre acariciaba su cabello con delicadeza. Lucius sentÃa un profundo afecto por Remus, la relación que tenÃan no era formal, pero ya hacÃa dos años que mantenÃan relaciones sexuales, sabÃa que Remus lo amaba y él sentÃa cariño profundo por el hombre de ojos dorados, pero no lo amaba, no entendÃa porque pese a todo lo especial que era Remus no habÃa logrado enamorarse de él. No era que no lo deseara, pero simplemente no habÃa sucedido y no podÃa comprender por qué.
Remus se quedó disfrutando de la dulce sensación que le provocaba esa caricia casi sedosa de la mano de Lucius. Muchas veces sintió temor de perder al rubio en esa guerra, por eso, ahora que todo habÃa acabado y que podÃan pensar en el mañana, estaba dichoso, ese miedo constante habÃa desaparecido para siempre. Lucius estaba vivo, sabÃa que para el rubio significaba demasiado el conservar la pierna, pero lo cierto era que para él no era lo más importante, lo amaba y tal como dijera, no le importaba el aspecto fÃsico de Lucius. Lo amarÃa con cualquier aspecto que tuviera. SentÃa una gran alegrÃa, con la guerra terminada estaba seguro que tendrÃa oportunidad de conquistar definitivamente su corazón, sin los avatares de la guerra Lucius estarÃa más predispuesto, se sentirÃa más libre, estaba convencido de que se consolidarÃan como pareja, pudiera ser que hasta se casaran.
Lucius se preguntaba inevitablemente qué serÃa de su vida ahora que la guerra habÃa acabado. Era algo que agradecÃa y celebraba, pero no podÃa evitar pensar que durante siete años su vida habÃa girado únicamente en torno a su trabajo como jefe de aurores. Qué le depararÃa la vida de ahora en adelante, en cierto modo sabÃa lo que Remus esperaba de él, posiblemente consolidación de la relación informal que mantenÃan, pero no estaba seguro de que fuera lo correcto. Quizá debÃa volcar su vida a intentar recomponer la relación con su hijo, pero Draco habÃa desaparecido, no sabÃa nada de él.
-Remus…
El sonido de la voz de Lucius sacó al hombre del maravilloso limbo en el que se encontraba disfrutando de las cálidas manos que mecÃan su cabello, y cambió de posición para quedar con su rostro mirando al rubio.
-¿Qué ocurre?
-¿Pudiste averiguar algo sobre mi hijo?
-SÃ, Sirius me dijo que habÃa huido.
-¿Sirius? ¿Pero cómo sabe él que Draco huyó?
-La verdad es que no conozco los detalles, pero me dijo que habÃa tratado de ayudar a Harry y a los demás a escapar.
-¿De verdad?
-Creo que deberÃa hablar con Harry, necesito sabe que sucedió.
-Lucius no creo que sea conveniente hacerlo ahora, tú no puedes levantare y…
-Por favor Remus, te lo suplico, necesito hablar con él… ayúdame a levantarme.
-¿Estás loco? Eso nunca, aún estás en peligro de perder la pierna.
-Remus por favor, necesito sabe qué pasó con Draco.
Remus miró seriamente al rubio, sabÃa que no se quedarÃa tranquilo, debÃa hacer el intento de hablar con Harry, aunque era posible que en el estado en que debÃa estar el chico no quisiera ver a nadie, pero debÃa a lo menos intentarlo.
-Lucius intentaré hablar con Harry, pero no te prometo nada, él tampoco se encuentra bien.
-Es comprensible, fue torturado.
-SÃ… asà es, iré a su habitación a ver si me dice algo de Draco.
-Gracias Remus.
El hombre sólo asintió con la cabeza y sonrió, luego de eso salió de la habitación para ir a la de Harry, no tenÃa muchas esperanzas de poder hablar con él, pero tal como habÃa prometido a Lucius lo intentarÃa.
~**~
Harry habÃa terminado de vestirse, deseaba salir cuanto antes del hospital y regresar a casa, aunque eso no cambiarÃa nada en su vida. sólo querÃa estar solo, ni siquiera pensaba en la posibilidad de retomar sus estudios en Hogwarts pese a que ese era su último año, era diferente ya no podÃa estar con sus amigos y compañeros pretendiendo que nada habÃa sucedido.
Abrió la puerta para dejar el cuarto y se encontró con el rostro sonriente de Remus que le saludaba con la naturalidad y la alegrÃa de siempre.
-Me alegra que estés mejor Harry -dijo Remus.
Harry no atinó a hacer otra cosa que asentir con la cabeza.
-Imagino que deseas ir a casa y descansar, te hará bien estar tranquilo -agregó el hombre de ojos dorados.
Harry otra vez respondió con un movimiento mudo.
-Harry sabes… yo querÃa pedirte un favor muy especial ¿Crees que sea posible?
-¿De qué se trata?
-Sirius me contó lo que sucedió con Draco Malfoy.
-¿Qué fue lo qué te contó? -preguntó Harry medio a la defensiva.
Remus comprendió de inmediato que el chico temÃa que Sirius le hubiese contado algo con respecto a lo que le habÃa sucedido con Nott, y aunque era cierta la indiscreción no habÃa sido hecha con mala intención.
-Harry… supe que Draco intentó ayudarlos a Neville y a ti y sé que tú le dijiste que huyera.
-SÃ, es verdad creo que Malfoy no era tan miserable como los otros… me pareció que estaba bastante arrepentido de unirse a los mortÃfagos -explicó Harry.
-A su padre le dará algo de alivio saber eso -repuso Remus.
-¿Cómo está el señor Malfoy?
-No muy bien… estuvo a punto de perder la pierna y la verdad aún no hay seguridad de que no ocurra.
-Lo lamento por él, espero que se recupere -expresó Harry con sinceridad -, en la guerra todos pierden algo.
Remus miró a Harry con profunda tristeza, intentando ocultar cualquier indicio que pusiera en evidencia que sabÃa la verdad de lo que le habÃa sucedido.
Harry a pesar del dolor que le llenaba el alma, no habÃa perdido esa capacidad de condolerse ante el dolor de otros, imaginaba que Lucius Malfoy debÃa estar muy triste por lo sucedido con su hijo, tal vez él debÃa decirle que Draco al final sintió arrepentimiento por unirse a las filas de Voldemort.
-Remus… ¿crees que pueda hablar un instante con el señor Malfoy?
Remus miró sorprendido al chico.
-¿Quieres hablar con Lucius?
-SÃ, hay algo que me gustarÃa decirle de su hijo.
-Yo creo que Lucius te agradecerá infinitamente eso Harry.
Harry sin siquiera mirar en derredor salió del cuarto y siguió a Remus por el pasillo, doblaron a la derecha y luego de cruzar una puerta de vidrio, llegaron a la sala donde se encontraba el cuarto de Lucius.
-Espera aquà un instante, le diré a Lucius que has venido -dijo Remus.
Otra vez Harry sólo se limitó a asentir silenciosamente, mientras Remus entraba a la habitación que tenÃa el número 212. Tras una breve espera el hombre de los ojos dorados salió y con una sonrisa en el rostro le indicó que podÃa entrar.
Empujó suavemente la puerta, de inmediato vio al hombre rubio que le acogió con una cálida sonrisa.
-Buenos dÃas, señor.
-Buenos dÃas Harry, por favor acércate.
El chico caminó hacia la cama, pero se mantuvo a una distancia prudente.
-Fue muy amable de tu parte el venir hasta aquà ¿Cómo te encuentras?
-Estoy bien -respondió Harry, bajando la vista hacia el suelo.
Lucius lo observó por un breve instante, la tristeza del chico se le hacÃa evidente, con seguridad tuvo que enfrentar una situación muy difÃcil en aquellas horas en que fue cautivo de los mortÃfagos.
-En los siete años que duró la guerra conocà a pocos que sobrellevaran con valor la situación a la que tú debiste enfrentarte.
Harry levantó la vista sorprendido por las palabras del hombre rubio.
-¿A qué se refiere?
-No han sido muchos los que han sido secuestrados y salieron con vida Harry.
-Hubiese sido mejor morir -dijo el chico.
Lucius lo observó por dos segundos, le parecÃa increÃble que siendo tan joven pensara de esa forma.
-Harry, la muerte nunca es la mejor opción… la vida es un privilegio que nos fue dado y que no debemos rechazar, mucho menos lamentar el estar vivos.
Harry no entendÃa porque las palabras de ese hombre que él apenas habÃa visto unas cuantas ocasiones calaban tan dentro de él, quizá porque en el fondo de su corazón sabÃa que lo que decÃa Lucius era cierto, pero que él por el tremendo dolor que sentÃa no podÃa aceptar positivamente.
-Privilegio o no… no puede negar que a veces la vida se vuelve tan miserable para algunos que es imposible seguir adelante -dijo Harry sin poder contener las lágrimas que salieron de sus ojos.
Lucius lo observó con profunda tristeza, se preguntó qué situación tan terrible habÃa tenido que vivir como para que estuviese tan lleno de dolor al punto de despreciar la vida.
-Harry… tal vez no le encuentres sentido a mis palabras porque estás demasiado dolido en este momento, pero te aseguro que el dolor pasará, siempre pasa, busca esa fuerza que llevas dentro. Porque eres fuerte, eso lo sé a pesar de que no te conozco demasiado. No te rindas nunca, si lo haces quienes te lastimaron habrán ganado entonces. Los que viven sólo para hacer mal a sus semejantes en realidad son débiles, el hacer mal les da fuerza, se sienten poderosos, destruir la vida de otros les causa placer, no permitas que te destruyan, no los dejes ganar.
Estás palabras impactaron profundamente a Harry, jamás imaginó que un hombre a quien conocÃa sólo de vista serÃa capaz de hablarle de ese modo. Estaba seguro de que Lucius no sabÃa lo que debió vivir, pero tal parecÃa que podÃa comprender lo doloroso que habÃa sido. Sin darse cuenta se habÃa acercado a la cama a medida que escuchaba las palabras del hombre rubio, de pronto se encontró en los brazos de Lucius llorando, y ese hombre que casi era un desconocido lo contenÃa con dulzura e infinita calidez.
Cuando las lágrimas se le agotaron, no llegó a saber cuánto tiempo lloró en los brazos del rubio, se apartó con el rostro enrojecido.
-Perdóneme… no debÃ…
-A veces es bueno tener un hombro en el que llorar -señaló Lucius con una sonrisa.
-Se supone que vine aquà para hablarle de su hijo, para hacerle sentir mejor y es usted quien termina consolándome -dijo Harry, limpiando sus lágrimas.
-¿Es cierto que Draco, huyó?
-SÃ es cierto.
Lucius sólo asintió con la cabeza, su tristeza era evidente.
-Draco huyó porque yo le dije que lo hiciera, no tomó parte en la batalla, yo… estaba herido y él se quedó a mi lado… intentando ayudar, arriesgó su vida para salvarnos. Voldemort estaba a punto de matarlo cuando ustedes llegaron.
-Harry, ¿crees que mi hijo estaba arrepentido de haberse hecho MortÃfago?
-Lo estaba señor Malfoy, su hijo aún tiene sentimientos nobles, me pidió que le dijera que lo lamentaba mucho.
Lucius miró hacia la ventana, le dolÃa demasiado no haber tenido la oportunidad de hablar con su hijo y decirle que pese a todo lo amaba.
-Gracias Harry… gracias por venir hasta aquà y decirme esto.
-Ojala usted y Draco tengan la oportunidad de estar junto otra vez.
-Yo también lo espero, Harry.
Harry se levantó de la cama, aquella situación era muy extraña. Lucius era casi un extraño para él, pero con todo lo que le habÃa dicho sentÃa que acababan de crear algo asà como un puente que los llevaba a sentirse unidos pese a ser tan distintos.
-Espero que todo salga bien para usted, estoy seguro de que su pierna mejorará -dijo el chico.
-Y yo estoy seguro que tú saldrás adelante Harry, superarás todos los obstáculos que te ponga la vida, un dÃa volverás a sonreÃr, también estoy seguro de eso.
Harry asintió con la cabeza, no entendÃa porque esas palabras le daban algo asà como una esperanza, lejana, pero esperanza de todas formas.
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