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Mi dulce señor por zandaleesol

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Título: Mi dulce señor

Pareja: Harry/Lucius

Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling, yo sólo los tomo prestados para divertirme y espero que también para entretener a los lectores, no percibo ningún beneficio económico por este trabajo.

Advertencias: AU. Muerte de personajes. Mpreg. Violación.



Capítulo 7. Corazones cercanos


Harry parecía flotar en el espacio, era como si le hubiese sacado de su propio cuerpo por el efecto de un fuerte golpe. No entendía dónde estaba ni como había llegado ahí. Sólo sentía que unos brazos lo conducían y era instado a sentarse en lo que debía ser un sofá. La mullida alfombra bajo sus pies de tono claro absorbía las lágrimas perladas que salían abundantes de sus ojos mientras mantenía la cabeza baja intentando ocultarla con sus brazos.


Lucius luego de sentar a un dócil Harry en el sofá, intercambió una mirada de preocupación con Remus, éste por su parte se encogía de hombros manifestándole de esta manera al hombre rubio que tampoco comprendía que le pasaba al chico. Luego de un rato de sólo observar a Harry que lloraba frente a ellos, fue Remus quien finalmente decidió acercarse y le tomó la mano para llamar su atención, pero sólo consiguió que Harry reaccionara espantado y se apartará bruscamente. Remus lejos de sentirse ofendido por aquella reacción creyó comprender.


-¿Harry, sucedió algo en el hospital? ¿Alguien te hizo daño o hizo algo que te puso en ese estado? -preguntó Remus con preocupación.


Harry no respondió y siguió llorando. Remus miró a Lucius preocupado.


-Creo que deberías llevarlo arriba para que descanse, le diré a Winca que le prepare una poción calmante -dijo Lucius.


Harry al oírlos recién recuperó el control sobre sí mismo, levantó la vista y pareció que recién veía a las personas que estaban con él.


-¿Dónde estoy? -preguntó mirando en derredor.

-Estás en mi casa, Harry -dijo la voz de Lucius con tono cálido -No podíamos dejarte solo en ese estado.


Estas palabras de Lucius hicieron que Harry volviera a derramar lágrimas, le recordaron la terrible situación en que estaba.


-¿Harry qué sucedió? ¿Qué hacías en San Mungo? -preguntó Remus.


Harry no tenía como explicar lo que le ocurría y el terrible dolor que llenaba su corazón, esperaba algo que lo pudiera sacar de esa pesadilla, pero no había nada.


Al no obtener respuesta Remus miró otra vez a Lucius, éste le hizo un levísimo gesto de negación para indicarle que no debía insistir en preguntar.


-Harry, sabía Sirius que ibas al hospital -preguntó Remus.


El muchacho sólo asintió con la cabeza.


-Harry creo que te hará bien descansar un poco, ve con Remus, nadie te molestara… puedes quedarte el tiempo que desees -dijo Lucius.


Harry levantó la vista recién y miró a Lucius sin comprender porque era tan amable con él cuando no era digno de eso.


-Harry… ven conmigo -dijo Remus ayudando al chico a ponerse de pie.


Harry se dejó conducir como si fuese un niño pequeño, poco le importaba lo que hicieran con él, deseaba salir de su propio cuerpo y no saber de nada, ni comprender nada. Su vida en apenas un instante se había vuelto una maraña de dolor y angustia que no sabía cómo sobrellevar.


Lucius en cuanto vio a Harry subir las escaleras hacia la segunda planta en compañía de Remus, llamó a su elfina Winca y le ordenó que preparara para el chico una poción de sueño, aunque no tenía certeza de lo que le sucedía a Harry estaba seguro de que le vendría bien dormir un poco para dejar en el sueño todo lo que le causaba tanta angustia.


Harry no entendía que hacía en esa habitación, pero de todos modos dejó que Remus le quitara la chaqueta que llevaba puesta y lo condujera hacia la amplia cama.


-¿De quién es esta habitación? -preguntó Harry, sólo por decir algo aunque en realidad nada le importaba.

-Esta es la habitación para visitas. Dormir un poco te hará bien.

-No creo que pueda dormir.

-Te preparemos una poción para que duernas un poco, sólo será para que te relajes.

-Sería bueno dormir para siempre y no despertar jamás -dijo Harry con tono dolido mientras unas lágrimas le resbalaban por el rostro.

-¡Por Merlín Harry! ¿Qué fue lo que sucedió como para que digas algo semejante? -respondió Remus asombrado ante las palabras del chico.


Harry no dijo más y lágrimas abundantes salieron de sus ojos. Remus le miró con verdadera preocupación, tenía el presentimiento de que aquello se relacionaba con lo que le había sucedido al chico durante su cautiverio.


Después de un largo silencio en el que Remus no se atrevió a decir nada, la puerta de la habitación se abrió y entró el elfo doméstico de Lucius, traía una copa con un líquido espumoso.


-El amo Lucius ordena que el joven beba esto, dijo que se sentirá mucho mejor.


Harry volteó la cabeza y miró al elfo y luego a Remus.


-No quiero beber nada Remus, sólo deseo regresar a casa.

-Harry… por favor bebe esa poción, te vendrá bien dormir un poco, al menos por unas horas olvidarás aquello que te causa tanto dolor.


Harry miró otra vez la copa, le hubiese gustado poder olvidar para siempre su dolor, pero sabía que eso era imposible. Por fin aceptó beber y cuando lo hizo, de inmediato comenzó a sentir que su cuerpo se relajaba, como si por entero fuera un nudo que comenzaba a desatarse.


Remus se quedó a su lado hasta que finalmente lo vio dormirse. Sentía mucha tristeza por la situación del chico, era muy injusto todo lo que le había sucedido durante el secuestro. De todo corazón esperaba que ese miserable muchacho que tanto daño le hizo estuviese viviendo un infierno en Azkaban, el acto tan infame que cometió había marcado a Harry para el resto de su vida.


~*~*~*~*~*


Remus utilizó la chimenea de la sala de Lucius para ir hasta la casa de Sirius, tenía que decirle lo que había sucedido con Harry. Cuando salió de la chimenea encontró a su amigo preparándose para salir.


-¡Remus! Estaba a punto de ir a buscarte, estoy preocupado Harry, tenía cita en San Mungo y aún no regresa.

-Justamente a eso venía Sirius. Harry está en Malfoy Manor.


Sirius miró a su amigo con extrañeza.


-¿Pero qué hace Harry allá? Tenía una cita con Florian.

-Pues lo encontré en San Mungo, acompañé a Lucius y nos topamos con Harry, estaba muy alterado

-¿Alterado?

-Sí, no sé qué le sucedió, pero no se veía nada bien, Lucius quiso que lo lleváramos a la mansión.

-¿Te dijo qué le sucedía?

-No, pero debió ser algo muy serio, la verdad nunca lo había visto de esa manera.

-Tengo que ir por él ahora mismo, Florian me advirtió que esto sería difícil, me dijo que Harry sufriría depresión y que tendría muchos problemas por causa de lo sucedido.

-Yo creo que lo de esta mañana no tenía que ver con la depresión, algo más debió sucederle.

-Tengo que hablar con él ahora mismo.

-No será posible, antes de venir aquí le di una poción a Harry, estaba muy alterado y creímos que le vendría bien dormir un poco.

-De todas formas me gustaría verlo, estoy seguro de que necesita sentir que estoy cerca de él.

-Por supuesto que sí -respondió Remus.


Los dos magos ingresaron a la chimenea y un momento después se encontraron en la mansión Malfoy.


-Lucius, ¿dónde está Harry? -fue lo primero que dijo Sirius al ver al hombre rubio.

-Está en la habitación de visitas, pero está dormido ahora -respondió Lucius.

-Remus me dijo que lo encontraron en San Mungo.

-Así fue, creí que era mejor traerlo aquí, la verdad no me gustó su aspecto, algo muy malo debió suceder.

-Peor de lo que ya ha pasado, no creo –conjeturó Sirius.

-Tal vez ahora está asimilando lo que sucedió durante su cautiverio -dijo Remus.


Lucius no quiso hacer conjeturas delante de los dos hombres, pero estaba seguro que lo de Harry se debía algo repentino, algo que había venido a complicar más la terrible situación que ya vivía.


-Sirius, ahora Harry está dormido y el efecto de aquella poción durará unas cuantas horas, creo que sería mejor que pasara la noche aquí.

-Si de verdad no te incomoda.

-En absoluto, me sentiré feliz de poder ayudar a Harry de esta forma -aseguró Lucius.


Remus miró a Lucius sonriendo en señal de aprobación, sin embargo, algo que no alcanzaba a manifestarse le preocupaba en la actitud de Lucius con respecto a Harry.


-Vendré mañana a buscarlo, por favor díganle que estuve aquí -pidió Sirius.


Sirius después de agradecer a los dos hombres se adentró en la chimenea y desapareció.


~*~*~*~*~*


A la hora de la cena Harry tardó unos segundos en recordar cómo era que despertaba en una cama y en una habitación que no eran suyas. Recordó lo sucedido en la mañana, aunque sólo estaba suponiendo que habían transcurrido horas, aunque ya era de noche.


Unos suaves golpes en la puerta lo alertaron, pero no respondió, no se sentía con derecho a autorizar o negarle la entrada a nadie, pues no se encontraba en su casa. Tras unos breves segundos la puerta se abrió despacio y la cabeza de Lucius se asomó.


-Harry estás despierto-dijo el hombre mientras se introducía en la habitación y cerraba la puerta.


El hombre rubio se acercó lentamente hacia la cama y sin pedir permiso se sentó en el borde de ella.


-Tienes mejor semblante, estas horas de sueño parece que te han sentado muy bien.


Harry no respondió, otra vez la terrible realidad lo abrumaba y no creía que el dormir fuera la solución a semejante trance.


-Sirius estuvo en la mañana aquí, pero tú estabas dormido así que se marchó.


Harry sólo asintió con la cabeza.


-¿Tienes hambre? Puedo decirle a mi elfina Winca que te traiga algo de cenar si te apetece.

-No debería ser tan amable conmigo… no lo merezco -dijo Harry de pronto.


Lucius arrugó el ceño, le extrañaban esas palabras, estaba seguro de tener un lazo especial con Harry luego de aquella conversación en San Mungo.


-¿Amable? Debo decir que me ofende un poco que digas que intento ser amable, pensé que luego de aquella conversación en San Mungo, era para ti algo más que una persona amable.


Harry de inmediato sintió culpa y vergüenza, Lucius estaba mostrando más que amabilidad, mostraba preocupación y en realidad no tenía por qué hacerlo.


-Lo siento, no debí decir eso. Es que… muy a menudo no estoy seguro si la gente está siendo amable conmigo o es que sienten lástima.

-No puedo hablar por los demás, pero en lo que a mí respecta, jamás tendrás mi lástima y en cuanto a la amabilidad sólo la practico con los desconocidos y por pura educación a decir verdad. Mis demás actos son motivados por afecto o el aprecio que me puedan inspirar quienes están en mi entorno.

-Yo soy un desconocido para usted.

-Nunca lo has sido. Eres el ahijado de Sirius, un hombre al que estimo. Después de lo que hiciste por mi hijo sentí agradecimiento, pero luego de aquella conversación mientras estábamos en el hospital, te has convertido en alguien especial, alguien a quien aprecio mucho.


Harry está vez sí levantó la vista para mirar a Lucius, pero aquello sólo fue un breve instante.


-Gracias señor Malfoy.

-Creo que en aquella ocasión te pedí que me llamaras Lucius y sí no lo hice, pues lo pido ahora.

-Gracias… Lucius-dijo Harry mientras sentía que sus mejillas se encendían a causa de la intensa mirada que le dirigía el hombre rubio.


Lucius al mirar a Harry sin querer se preguntó cómo era posible que existiera un chico tan especial, tan dulce, tan hermoso… ahí se detuvo, justo a tiempo antes de que acudieran a su mente pensamientos demasiado locos. Se levantó de la cama por fin.


-Ordenaré que te traigan la cena aquí Harry… a no ser que desees cenar con Remus y conmigo.

-Creo que… cenar aquí está bien -dijo Harry mirando a Lucius y sonriendo con timidez y agradecimiento.


El hombre rubio respondió a esa sonrisa y luego asintió en silencio.


~*~*~*~*~*


Media hora después Lucius se encontraba disfrutando de la cena en compañía de Remus.


-¿De verdad notaste a Harry más tranquilo? -preguntó Remus.

-Sí, mucho más que en la mañana, sin embargo esa tristeza que carga parece que nada la atenúa -dijo Lucius.

-Es lógico después de lo que debió vivir el pobre -dijo Remus.

-No merecía algo como eso.

-Nadie lo merece -dijo Remus.


Remus suavemente fue llevando la conversación hacia otros asuntos, no quería que toda la atención de Lucius se centrara en Harry, aunque no lo reconocía ni siquiera en su fuero interno, le perturbaba el interés que Lucius mostraba por el chico.


~*~*~*~*~*


Era ya muy tarde cuando Lucius dejó su despacho. Ahora que finalmente tenía el tiempo que antes tanto le escaseaba, estaba dedicado a los asuntos financieros, pues su patrimonio se había resentido por causa de los vaivenes de la guerra. Ahora se dedicaba a restablecer relaciones con todos aquellos que alguna vez habían tenido que ver en sus negocios.


Remus y él, a pesar de no tener una relación formal, compartían la cama de vez en cuando. Últimamente con más frecuencia, pues el tratamiento que le daban en San Mungo a su pierna había tenido excelentes resultados y le permitía desenvolverse con más facilidad. Sin embargo, esa noche acordó con Remus dormir cada cual en su habitación, pues con la presencia de Harry en la mansión no lo consideraba apropiado. Remus aceptó, aunque no muy convencido, había asegurado que con unos cuantos hechizos Harry estaría a salvo de escuchar algo que pudiera afectarle.


Eran casi las doce cuando Lucius decidió ir a dormir. Sin pensarlo se detuvo en la puerta de la habitación de Harry, pensó en asegurarse de que el chico estuviese durmiendo bien. Tiró de la manija y abrió despacio, sintió alivio de haberlo hecho, la luz en la habitación era tenue y pudo ver a Harry dormido, pero no teniendo un sueño tranquilo precisamente, el chico lloraba y gemía. Lucius sintió pena, de seguro aquello era la secuela del cautiverio y la violación.


Se acercó con sigilo y se sentó en la cama, pasó la mano por el cabello de Harry, el chico tenía la frente empapada en sudor y lágrimas le resbalaban por el rostro.


-Harry… Harry… despierta… Harry…


Harry no despertaba, lo movió con más fuerza. El chico abrió los ojos de golpe, completamente asustado y con la respiración agitada, se incorporó en la cama con brusquedad.


-Sólo fue una pesadilla Harry… estas a salvo, nunca permitiré que nada malo te suceda, lo prometo –dijo el hombre rubio mientras sostenía al muchacho por los hombros.


El chico miró en todas direcciones como si no comprendiera, luego de un instante pareció finalmente volver a la realidad; miró a Lucius con ojos llenos de lágrimas y sin poder evitarlo se lanzó en los brazos del hombre, buscando alivio a la angustia que aún le martilla el corazón.


-No… no estoy bien… nunca más volveré a estar bien -dijo Harry sin poder contener las sacudidas que acompañaban sus sollozos.

-No digas eso… eres fuerte Harry, lo has demostrado. Saldrás adelante… aunque ahora todo se vea mal…

-No, yo sé que no podré… creía que podría olvidarlo todo… con el tiempo, pero ahora eso jamás pasará.

-Harry, el tiempo es el mejor remedio para todos los dolores por muy fuertes que estos sean, ya lo verás.

-No, ahora no… nunca podré olvidar… ese maldito me violó y ahora llevó dentro algo que siempre me lo recordará -dijo Harry sin poder contenerse.


Lucius estuvo seguro de que aquello se le había escapado a Harry sin querer, pero lo que más le preocupó fue la última parte.


-¿Qué significa eso Harry? ¿A qué te refieres?


El chico se apartó de Lucius avergonzado, no había sido su intención decir todo eso.


-No… lo siento, no quise decir eso.

-Por favor -dijo Lucius, tomando la mano de Harry -, confía en mí… sólo quiero ayudarte.


El muchacho miró al hombre a través de sus lágrimas y bajó la mirada.


-No puede ayudarme, nadie puede.


Lucius estuvo seguro de que la conversación con el chico terminaría ahí, sin embargo no se movió y Harry habló otra vez lentamente, como si cada palabra le costara un montón.


-Durante el secuestro estuve seguro de que moriría. Hubiese sido mejor, pero no sucedió. Supongo que darme muerte era demasiado piadoso para ese miserable; me violó… sin darme siquiera la oportunidad de defenderme, de pelear. Cuando desperté casi congelado Draco estaba a mi lado… sentía tanta vergüenza, tanta rabia y ahora esto… Florian dijo que estoy esperando un hijo de ese miserable... resulta que soy un mago fértil.

-No fue tu culpa Harry, no debes sentir vergüenza, no fue tu culpa -dijo Lucius en un tono profundamente dolido que no pasó inadvertido para Harry.

-Sé que no fue mi culpa, pero eso no me quita el dolor… a veces quisiera morir para no sentir todo esto.


Lucius, completamente impactado por estas palabras, sin pensarlo volvió a abrazar al chico y éste no lo rechazó, al contrario, se abrazó más fuertemente al hombre rubio.


-Oh mi pequeño no digas eso… no lo digas, no estás solo, yo estoy aquí, te cuidaré y protegeré siempre… lo juro.


Harry sintió que sus emociones se desbordaban, era tan dulce el tono de Lucius y no entendía porque le provocaban aquella necesidad de abrazarlo más fuertemente. Ni siquiera con Sirius le sucedía aquello, a pesar de que era su padrino, la persona con la que tenía un lazo estrecho desde la muerte de sus padres hacía siete años.


Con Lucius no podía callar, no podía esconder sus sentimientos, el hombre rubio conseguía algo que nadie más lograba, hacerlo hablar con el corazón. Ahora más que nunca deseaba que alguien lo protegiera, que alguien le dijera que todo estaría bien, aunque no fuera cierto, pero oírlo era ya importante y más si quien lo decía era Lucius.


-Gracias, gracias Lucius… tus palabras me hacen tanto bien -dijo Harry dejando atrás la barrera que significaba hablarle de «usted».


El hombre rubio no dejó de abrazarlo, sintió alegría de que las barreras entre ellos desaparecieran. De pronto dejaba de ser a sus ojos un niño asustado e indefenso, para convertirse en un hombre, en todo un hombre. Este pensamiento provocó un calor especial en su corazón, como si de pronto tuviese la acuciante necesidad de amar a Harry. Pero aquellas ideas pasaron por su pensamiento en la fracción de un segundo.


-Me hace feliz saber que puedo hacerte bien, significa mucho para mí Harry.

-Es la verdad… gracias por todo.


El hombre rubio sonrió y le acarició el pelo.


-Voy a dejarte descansar.


Harry asintió en silencio, le hubiese gustado que Lucius se quedara a su lado. Pero el hombre se levantó de la cama y luego de sonreírle salió de la habitación.


~*~*~*~*~*


Recién después de dejar la habitación Lucius mostró la verdadera preocupación que sentía tras haber oído la revelación de Harry. No quiso preguntar más, no era necesario, todo quedaba muy claro. Ahora comprendía la actitud tan extraña de Harry durante la mañana cuando se lo encontraron en San Mungo. Era lógico que el chico se sintiera desesperado. Sin duda que el esperar un hijo hacía su situación más lamentable.


El hombre rubio se sintió tan acongojado por todo lo que sucedía con Harry que caminó cabizbajo hacia su habitación que estaba unos pasos más allá. Remus que había ido por una poción lo vio cuando salía de la habitación de Harry; una sensación de malestar lo invadió, pero intentó apartarla de inmediato. Lucius finalmente entró a su habitación. Remus se detuvo unos segundos frente a la habitación que ocupaba Harry, tomó la manija de la puerta con la intención de entrar, pero al instante se arrepintió. No era un hombre celoso, nunca lo fue, no había motivos para estarlo, Harry sólo era un chico que estaba pasando por un momento, era el hijo de sus mejores amigos, no podía ni debía sentir celos de él.



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