Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sin corazón por zandaleesol

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: Sin corazón

Personajes: Harry/Draco

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de JK Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos, no percibo ningún beneficio económico.

Advertencia: Universo Alterno. Mpreg. Otras.



Capítulo 21.


Cuando Sirius tocó la puerta de la habitación de Remus, éste tardó en abrir. Esto le bastó para comprender que el enojo nacido de la discusión de la noche anterior aún estaba presente.


-Me marchó a ver a Harry, ¿vendrás conmigo? -preguntó con tono serio.

-Le prometimos que estaríamos a su lado y eso haremos -respondió Remus, saliendo de la habitación.


Sirius le siguió sin decir palabra. No le gustaba estar en malos términos con Remus, le tenía mucho afecto y su comentario sobre los celos estuvo fuera de lugar. Sabía que debía disculparse, pero no era muy dado a ese tipo de cosas.


Los dos hombres se aparecieron en la casa de los Weasley. Estaban a punto de cruzar la barrera mágica, pero Sirius tomó el brazo de su amigo y le detuvo.


-Remus, espera.


El hombre de ojos dorados le miró serio.


-Lo siento. Sé que me excedí en mi comentario. Perdóname… me conoces y lo último que desearía es lastimarte. Eres mi amigo, mi único amigo.


Remus no respondió enseguida. En cierto modo sabía que Sirius decía cosas sin pensarlas, se dejaba llevar por arrebatos y luego lamentaba su comportamiento.


-Sí, soy tu amigo, pero estoy seguro de que darías todo porque fuera James quien estuviese aquí ahora.

-Remus… mi vida es un poco mejor gracias a ti. Si tú no estuvieras…

-Está bien Sirius, dejemos el asunto -interrumpió el otro -.Nosotros no somos importantes. Ahora lo único que importa es Harry.


Sirius solo asintió.


Al entrar en la casa encontraron a Harry sentado en la sala y Ron le enseñaba movimientos con la varita. Se veía alegre.


Remus y Sirius se miraron con cierta sorpresa.


-Creo que esto no es lo mío Ron -decía Harry en ese momento mientras intentaba levitar una pluma.

-No te preocupes Harry, esto solo es cuestión de práctica… ya lo verás. Llegarás a ser tan bueno como cualquiera.

-No lo creo. A lo mejor no será tan fácil aprender todo lo que tú sabes y resulte todo un desastre como mago.

-No digas tonterías. Eres muy inteligente. Además tu padre según escuché era un mago muy destacado. Fred y George me dijeron que una vez los enviaron a cumplir castigo limpiando la sala de trofeos y qué no adivinas que encontraron allí.

-¿Qué? -preguntó Harry curioso e interesado.

-El nombre de tu padre. Ganó la copa de Quiddich los siete años que estuvo en Hogwarts.

-¿De veras? El Quiddich es eso que dijiste que jugaban montados en escobas, ¿cierto?

-Sí, y es genial. Lástima que los siete años que estuve en la escuela nunca ganó Gryffindor la copa de Quiddich. Siempre ganaba Slytherin, Malfoy era demasiado bueno como Buscador.


Ron se dio cuenta de que su entusiasmo le había jugado en contra, acababa de mencionar a Draco y el rostro de Harry cambió de inmediato.


Sirius decidió que era un buen momento para interrumpir a los dos chicos.


-¿Parece que te encuentras bastante mejor Harry?


El muchacho volvió el rostro y vio a su padrino, sonrió de inmediato.


-Y es cierto lo que dice Ron. Tu padre fue el mejor Buscador que tuvo la Casa Gryffindor en muchas generaciones -confirmó Sirius con una sonrisa que le iluminaba por completo -. James era un mago excepcional y no tengo ninguna duda de que tú también lo serás.


Remus escuchó casi con indiferencia el comentario de Sirius sobre el padre de Harry, pues conocía muy bien la devoción que manifestaba su amigo cada vez que el nombre de James Potter salía a relucir.


-Hola Sirius. Hola señor Lupin -saludó Harry.


Remus sonrió y Ron con solo ver aquello sintió que su estómago daba un vuelco.


-Harry, Ronald… me gustaría que dejaran de llamarme señor Lupin. Por favor solo díganme Remus, eso de «señor Lupin», me hace sentir muy viejo.


Harry miró de reojo a Ron y notó que inevitablemente se ponía rojo. Pero fingió no darse cuenta.


-Bien, no lo olvidaremos, Remus -respondió el moreno.


Se hizo otro silencio.


-Harry, me gustaría hablar contigo -dijo Sirius.


Remus trató de disimular, pero tuvo el presentimiento de que Sirius persistiría en el asunto de llevarse a Harry fuera de Inglaterra.


-Claro Sirius -respondió Harry mirando a Ron.


Antes de que el pelirrojo dijese algo, Remus habló.


-Ronald, tu madre me dijo que desde la colina se podía apreciar un hermoso paisaje, dijo que me lo mostraría, pero ya que no está aquí, ¿serías tan amable de llevarme hasta allí?


Ron sintió que todos los músculos se le agarrotaron de golpe. Hizo un esfuerzo y se levantó con precaución, temía que su cuerpo lo traicionara y terminar tropezando con sus propios pies.


-Sí, claro que lo puedo llevar señor… quiero decir…eh Remus -respondió Ron intentando controlar sin mucho éxito su nerviosismo.


Remus se marchó en compañía de Ron.


Harry los vio salir en silencio y se sintió un poco culpable por dejar a Ron metido en semejante situación. Con lo nervioso que lo ponía Remus, de seguro el pobre tendría algún accidente.


Sirius observaba a Harry en silencio y recordaba lo dicho por Remus durante la discusión de la pasada noche. Definitivamente su amigo se equivocaba, no veía en Harry a un James resucitado, aunque se parecían muchísimo. Harry tenía los ojos de la hermosa Lily y eso le obligaría a recordar siempre que su amigo se había enamorado de ella, que a él lo quiso como a un hermano. Definitivamente no veía al chico como un modo de cumplir viejas fantasías amorosas.


Quería a Harry porque era el hijo de James y Lily. Sentía que había faltado a su promesa de protegerlo. Por eso nunca más lo dejaría a su suerte. Velaría por su bienestar aunque debiera luchar contra Remus y hasta contra el mismo Harry, si era necesario.


-¿Quieres que hablemos aquí, Sirius?


El hombre guardó silencio un momento.


-Mejor vamos a la habitación. No quiero ser interrumpido por alguien que llegue a través de la chimenea.


Harry asintió y se levantó para salir en dirección hacia las escaleras. Sirius le siguió.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Ron caminaba con paso lento junto a Remus. Sus piernas aún temblaban así que debía hacer un esfuerzo extra para pisar bien. Afortunadamente para él, parecía que Remus no se percataba de nada. Era una suerte.


Quería decir algo porque ese silencio no contribuía a calmar sus nervios. Pero no fue necesario porque finalmente fue Remus quien habló primero.


-Quería darte las gracias Ronald -dijo el hombre mayor de pronto.


Ron se puso más nervioso de lo que ya estaba además de sorprenderse.


-¿Y eso por qué?

-Creo que después de las cosas que le dijiste ayer, Harry está más calmado.

-Fui muy duro con él, no tenía derecho.

-Fuiste honesto y está claro que lo necesita. Se nota que pese a conocerle tan poco lo aprecias mucho.

-Sí. Harry es genial.


Remus sonrió de ese modo que hacía que Ron se estremeciera.


-En poco tiempo has llegado a quererlo.

-No solo yo, toda mi familia.


Se hizo otro silencio y siguieron caminando hacia la colina. Ron eliminaba con lentitud el aire de los pulmones intentando que Remus no notara lo nervioso que estaba.


-Ronald, no quiero que me malinterpretes, mi interés por Harry es sincero. De todo corazón deseo lo mejor para él.


Ron se atrevió a mirar al hombre por primera vez.


-No tengo razones para pensar lo contrario.

-Por eso me gustaría que me dieras tu opinión con respecto a Draco Malfoy.


Al pelirrojo le tocó sorprenderse.


-¿Yo? Pero por qué… solo fuimos compañeros de escuela, pero nunca amigos. No podría decir que lo conozco realmente.

-Eso lo entiendo. Pero me imagino que a pesar de eso tienes una opinión, ¿crees qué ese chico esté enamorado de Harry?


Ron no entendía mucho por qué Remus le hacía esa pregunta.


-No sé si debo contestar eso.

-Ronald, yo tengo la impresión de que ese chico Malfoy sí quiere a Harry. Es el otro padre del bebé.

-Bueno yo también creo que está enamorado de Harry.

-¿De verdad?

-Sí. Es cierto cuando digo que no lo conocí mucho. Pero lo poco que sé es que Malfoy nunca ha sentido simpatía por los chicos muggles que atraían a su padre. Sus más cercanos decían que los detestaba, y en cambio con Harry fue diferente. Además, a Harry lo llama por su nombre, algo que no hizo con ningún otro.


Remus guardó silencio un momento.


-Le has comentado a Harry esto.

-Sí.

-¿Y qué dijo?

-No lo cree. Y es comprensible luego de que ese idiota lo echara de su casa.

-El modo en que actuó Draco no fue afortunado, pero yo creo que Harry debería darle otra oportunidad.


Ron miró al hombre con aire sorprendido.


-Pero el padrino de Harry no piensa igual.

-Es cierto, pero Sirius y yo no coincidimos en muchas cosas. En realidad creo que aquí no importa ni un poco la opinión de Sirius ni la mía, ni la de nadie. El único que puede decidir es Harry.

-¿Y a usted le parecería bien que Harry perdonara a Malfoy?


Remus sonrió.


-Cómo te dije Ronald, no creo que mi opinión tenga mucho peso, pero Draco Malfoy me agrada a pesar de todo. Pero mi mayor deseo es la felicidad de Harry.

-Yo deseo lo mismo. Creo que sería importante para el bebé que sus padres estuviesen juntos.

-Y hablando del bebé Ronald, quería felicitarte por lo de ayer. Tus palabras ayudaron a Harry a reflexionar.


Ron enrojeció con solo recordar lo sucedido.


-Creo que me pasé un poco.

-Era lo que hacía falta para que Harry reaccionara. Tus palabras tuvieron más efecto que las mías.


Ron solo asintió.


Remus le miró en silencio por unos segundos.

-A mí también me hubiese gustado tener hijos -dijo Remus.


El pelirrojo lo miró con algo de sorpresa.


-¿El padrino de Harry nunca ha querido tener hijos?


Remus sonrió.


-No hasta donde yo sé. Por lo menos conmigo nunca lo ha intentado -dijo Remus.


Las mejillas de Ron se pusieron rojas. Eso pareció divertir a Remus.


-No te avergüences Ronald. No eres el primero que me hace esa pregunta.


Ron hubiese deseado tener más valor para preguntarle a Remus si estaba enamorado de Sirius. Pero hubiese sido muy atrevido de su parte. Él era un chico recién salido de la escuela y Remus era todo un hombre. Sirius debía estar ciego como para no ver lo increíble que era el hombre de ojos dorados, en todos los sentidos.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Sirius no había renunciado a la idea de llevarse a Harry con él. Creía sinceramente que lo mejor para el chico era alejarse para siempre de Draco Malfoy.


-Harry, no sabes cuánto desearía que tu vida fuese distinta. Que James y Lily no hubiesen muerto en ese incendio. De haber sabido antes que tu madre era hija de un mago, quizá…

-Eso no podemos saberlo Sirius.

-Sí, ya no se puede cambiar el pasado, pero el futuro sí. Tu futuro puede ser mejor Harry y también el de tu bebé.

-Es lo que más deseo Sirius.

-Harry, entonces ven conmigo a Colonia. Tengo una casa grande… el bebé y tú tendrán todo lo que necesitan. Remus y yo cuidaremos de ustedes.


Harry se sorprendió bastante con la petición. Nunca se le pasó por la cabeza abandonar Inglaterra.


-Colonia. Eso está en Alemania.

-Sí. Es una ciudad preciosa.

-Sirius, pero a mí me gusta Inglaterra, aquí crecí.

-Pero aquí no tienes un hogar de verdad Harry. La familia Weasley ha sido muy generosa y se nota que te quieren, pero yo soy tu padrino, yo soy tu verdadera familia.


Harry se quedó observando al hombre de pelo negro. Marcharse con Sirius equivalía a no volver a saber de Draco. Y aunque hasta ese momento se había negado a pensar en el rubio como el otro padre del bebé, ahora no podía negar esa verdad tan absoluta.


-¿Qué pasará con Draco? Es el padre de este bebé.

-¿Te preocupa Draco? ¿Crees qué le importara que tú esperes un hijo?


Harry intentó imaginar la reacción de Draco, pero no pudo concluir nada porque en realidad conocía poco al chico rubio. Creyó conocerlo cuando vivió aquellas semanas en su casa, pero después comprendió que se había equivocado en muchas cosas con respecto a él.


-La respuesta es no Harry. En realidad no lo conoces para nada. Ni siquiera puedes estar seguro de que aceptará al bebé como suyo. Cuando estuvieron juntos él no sabía que eras un mago, no esperaba que te embarazaras, el bebé no formaba parte del plan.


Aunque era doloroso Harry reconocía que Sirius tenía razón.


-Es cierto, ninguno de los dos pensó que esto podía suceder. Este bebé es solo mi responsabilidad y aunque jamás lo creí posible es un hecho que está creciendo dentro de mí -dijo Harry y luego de una pausa agregó -. Acepto vivir contigo en Colonia. Necesito darle un giro a mi vida, debo dejar atrás el pasado y comenzar de cero. Debo pensar en mi futuro y en el del bebé. Aunque todos sepan ahora que tengo sangre mágica por parte de mis dos padres y que en realidad no soy un mestizo, nunca me aceptaran del todo, ni muggles ni magos. En eso Zabini tenía razón.


Sirius se quedó sorprendido. No esperaba que Harry aceptara así de rápido su propuesta.


-Harry, te aseguro que no te arrepentirás, es la mejor decisión que podías tomar. Serás feliz ahí, te lo prometo y nada te faltara. La herencia de tu padre que estaba en mí poder será tuya, es tu derecho.

-¿Cuál herencia?

-Con tantas cosas que han pasado no te lo mencioné antes. James al morir dejó una herencia y como yo creía que habías muerto en ese incendio, nunca me preocupe de ese asunto. Pero es tuya, nunca más dependerás de nadie para vivir Harry. Ni siquiera de mí.

-¿Entonces yo tengo dinero?

-Sí. Existe una cámara en el Banco Mágico que es tuya. Yo tengo la llave y te la entregaré para que dispongas del dinero como tú quieras.


Harry experimentó una sensación extraña. Nunca en su vida le gustó depender del dinero de otros, pero se vio obligado a aceptarlo, inclusive de Draco. Pero ahora ya no era necesario. Sus padres le habían dejado dinero con el que podría vivir y darle al bebé todo lo que necesitara. Esta perspectiva le hizo sentir muy bien.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Draco no había renunciado a Harry. Solo decidió dejar pasar unos días antes de buscar al chico de ojos esmeraldas otra vez, porque así le daba tiempo de que su enojo disminuyera un poco. Desoyendo todos los consejos de Severus Snape, se fue a la casa de los Weasley a buscar de Harry.


Esa mañana Harry no se encontraba ahí porque Sirius le había llevado al Banco de los magos que estaba en Londres. Remus había ido a visitar San Mungo, el hospital mágico. Solo Ron se encontraba en la casa esa mañana. Se puso un poco nervioso cuando las barreras mágicas, que aún estaban levantadas, vibraron. No imaginaba quien podía ser, esperaba que no fuese un grupo de magos fanáticos que desearan lastimar a Harry por ser hijo de una mestiza.


Con varita en mano se encaminó hacia el patio. Era un mago bien calificado en Defensa, así que no tenía por qué tener miedo. Cuando llegó al límite de la propiedad, no con poca sorpresa vio que era Draco Malfoy quien intentaba cruzar la barrera. Aunque no bajó la varita, se relajó un poco y se acercó para hablar con su ex compañero de escuela.


-¿Qué haces aquí, Malfoy?

-No es obvio Weasley, busco a Harry.

-Harry no está aquí.

-Por supuesto que está aquí. Sé perfectamente que no se ha marchado.

-Harry está en Londres con su padrino.

-¿Black?

-No tiene otro que yo sepa -respondió Ron con tono irónico.

-¿Y qué hace allá?

-Eso no te incumbe Malfoy.

-Entonces vendré más tarde -dijo Draco y se giró para marcharse, pero Ron le habló.

-Espera Malfoy.


El muchacho rubio encaró a Ron otra vez.


-¿Para qué buscas a Harry?

-Eso no es tu asunto Weasley.

-Harry es un buen amigo mío.


Draco no pudo evitar sentir celos. No porque pensara que entre el pelirrojo y Harry sucediera algo, sino porque simplemente sentía celos de cualquiera que estuviese cerca de Harry.


-Así que eres su amigo. Me parece muy bien Weasley, mientras no te pasen por la cabeza otras ideas. Harry es mío, no lo olvides.


Ron miró al rubio molesto.


-¿Harry es tuyo? -dijo Ron -. Eres el mismo imbécil arrogante de siempre Malfoy. Tal como lo eras en Hogwarts. Harry no te pertenece. Lo trataste como si fuese parte de la herencia que te dejó tu padre, pero no es así. Harry no es una cosa, es una persona. Un mago igual que tú, ya no está por debajo de ti.

-Nunca consideré a Harry inferior a mí.

-No mientas Malfoy. Lo trataste como una cosa, te aprovechaste de él y luego lo botaste a la calle. Por lo menos tu padre no arrojaba a sus amantes así como así…

-¡Tú no sabes nada Weasley! No te atrevas a juzgarme como si me conocieras.

-No te juzgo Malfoy. Solo menciono los hechos. Abandonaste a Harry a su suerte.

-Creí que tenía algo con Zabini, y estaba seguro que cuando se marchara de mi casa se iría con él. Supuse que Zabini lo protegería.

-Una equivocación muy conveniente para ti Malfoy. Metiste a Harry a tu cama y luego pensaste que te engañaba… así que lo expulsaste de tu casa.

-¿Y tú qué sabes Weasley? A caso sabes lo que yo sentí cuando creí que Harry me engañaba con Zabini, que se burlaba de mí mientras yo me había enfrentado unas horas antes a mi padrino por él; que estaba dispuesto a dejarlo todo. Que si debía irme al fin del mundo para estar con él iba a hacerlo.


Ron se quedó boquiabierto. No hubiese imaginado ni en mil años que Malfoy hubiese pensado en abandonarlo todo por Harry.


-¿Tú pensaste en dejarlo todo por Harry? -preguntó Ron con tono burlón -. Pensaste en renunciar a tu fortuna, a tu título, a vivir como mago… por Harry, un simple muggle al que acababas de conocer… Malfoy realmente eres…

-No Weasley. Harry no era para mí un simple muggle. Conozco a Harry desde que teníamos trece años… yo conocí a Harry mucho antes de que mi padre le propusiera aquel trato. Y aunque nunca nos vimos otra vez, no lo olvidé -dijo Draco con tono más sereno -. Harry estuvo durante años escribiéndole cartas a mi padre y éste me las dio antes de morir. Yo solo pensé en tirarlas al fuego en un primero momento, pero decidí leerlas aunque no habían sido escritas para mí. Conocí a Harry a través de esas cartas. No era el chico muggle que yo creí, no era como los otros, era diferente. Hasta mi padre se dio cuenta de eso y supongo que por eso guardó cada carta que le escribió Harry. Me gradué de la escuela de magia y Harry de la muggle a la que lo envió mi padre. Hice que fuera a Londres, quería conocer al chico de las cartas; pensaba decirle personalmente que mi padre había muerto y que ya no había deuda que saldar. Pero ese primer encuentro no fue muy afortunado. Zabini estaba con él y… el modo en que los encontré… pensé que tenían algo, en ese mismo instante pensé en expulsarlo de mi casa, pero entonces lo reconocí. Era el chico que había conocido en la plaza de Surrey. La misma inconfundible mirada esmeralda, la misma cicatriz en la frente… era él, al que nunca olvidé.


Ron ya conocía la historia, pues Harry le había dado su versión de eso, quizá con menos detalles de cómo lo explicaba Malfoy. En realidad él no tenía duda de los sentimientos de Malfoy, desde que le vio llegar ahí por primera vez comprendió que al rubio le importaba Harry. Ahora ya tenía certeza absoluta de que el arrogante Draco Malfoy estaba enamorado del chico de ojos esmeraldas. No podía ser de otro modo si, aun creyéndolo solo un muggle estuvo dispuesto a dejarlo todo por él.


Sin embargo a pesar de su certeza no quiso decirle al rubio que Harry estaba en Londres con su padrino haciendo trámites porque había decidido marcharse a Alemania con Sirius. Tampoco diría que Harry además resultó ser un mago fértil y que ahora esperaba un bebé y que justamente el arrogante rubio era el otro padre. Ron sentía que no tenía derecho a revelar secretos que no le pertenecían, aunque tampoco pudo evitar sentirse mal por Draco.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Remus aún no le comunicaba a Sirius que no regresaría a Colonia. No le resultó fácil tomar esa decisión, pero creía que era lo correcto. No estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo su amigo con Harry. Lo apartaba del chico rubio sin pensar en el daño que provocaría. Estaba convencido de que la vulnerabilidad del chico de ojos esmeraldas le había llevado a tomar la decisión de marcharse con Sirius. Harry tenía miedo a estar solo en su situación y Sirius usaba aquello para lograr sus mezquinos propósitos. No sería participe de semejante desatino.


Remus llegó a casa de los Weasley seguro de que a esa hora ya Sirius y Harry estarían de regreso. Pero encontró a Ron solo y le extrañó verlo caminando por el patio de un lado a otro.


El pelirrojo ni se había percatado de que Remus acababa de llegar.


-Ronald -llamó Remus de pronto.


Ron levantó la cabeza y vio al hombre de ojos dorados que le quitaba el sueño y la calma, pero no había rastro de Harry ni de su padrino. Se detuvo abruptamente, demasiado consciente de que se encontraba completamente a solas con Remus. Esto lejos de causarle alegría lo perturbó en grande, más aún cuando vio al hombre caminar hacia él con decisión.


-Señor Lupin -murmuró sintiéndose el más idiota del mundo por no poder actuar con más normalidad cuando estaba cerca de Remus.

-Ronald, por favor, te pedí que no me llamarás señor Lupin. Solo dime Remus y de pasada le quitas el «usted».


Ron solo pudo asentir, pero ni una palabra más salió de su boca.


-¿Sirius y Harry aún no regresan? -preguntó el hombre mirando al joven fijamente.

-Pero, no estaban con usted… eh digo contigo… Remus -murmuró Ron entrecortadamente.


Remus sonrió.


-No. Sirius llevó a Harry a Gringott y yo fui a San Mungo.

-Ah -fue todo que Ron fue capaz de articular.


Remus continuó observando fijamente al pelirrojo. No era tan idiota como para no darse cuenta de que el chico se ponía nervioso con él. Faltándole apenas dos años para cumplir cuarenta aquello le resultaba muy halagador. Ronald Weasley era un joven muy atractivo y parecía no darse cuenta de ello.


-Ronald puedo hacerte una pregunta -dijo Remus de pronto.


Ron no respondió, sus alarmas se dispararon inevitablemente aunque estaba seguro de que Remus haría una pregunta cualquiera. Cuando lo vio acercarse lentamente sintió que las piernas le fallaban, se sentía el idiota más grande del mundo, se estaba poniendo en evidencia frente al hombre.


Remus estando apenas a unos centímetros del chico le miró directamente a los ojos.


-Ronald, no quisiera que pensaras que soy un hombre engreído o algo parecido, pero tengo la sensación de que… te parezco atractivo y créeme que eso para un hombre de mi edad es…

-No eso… -murmuró Ron -, no me pareces atractivo Remus, estoy loco por ti…


Fue a Remus a quien le tocó sorprenderse esta vez. No le parecía extraño parecerle atractivo a un chico de esa edad, más de una vez le sucedió, pero el que le dijese alguien como Ronald Weasley que estaba loco por él, era más de lo que esperaba.


Ron pensó en el primer instante que Remus se daría la vuelta y se marcharía, pero en cambio le miraba casi con asombro ¿Era posible qué ese hombre no se diera realmente cuenta de lo que provocaba en torno a él? El pelirrojo ya no pudo soportarlo más. A pesar de ser naturalmente tímido, sin pensarlo más se arrojó sobre los labios de Remus y lo besó como nunca en su vida se atrevió a hacer con nadie. A esas alturas le daba igual que Remus fuese la pareja de Sirius.


Todos los pensamientos racionales se escaparon del cerebro de Remus. No recordaba cuando había sido la última vez que alguien le besó de esa forma tan arrebatadora y llena de inocencia al mismo tiempo. Olvidó quien era y donde estaba y solo respondió como no imaginó que podría. Ronald Weasley despertaba sus sentidos más allá de lo que las buenas maneras y la prudencia ordenaban. Su cuerpo se encendió a tal punto que además de profundizar el beso, debió atraer al chico más hacia él, porque necesitaba con desesperación sentirlo íntimamente.


Ron no creía que eso estuviese sucediendo realmente. No podía ser otra cosa que un sueño, uno de los tantos que tenía con Remus. Pero cuando sintió que el hombre mayor lo apretaba con más fuerza y ahora percibía la dureza de Remus aumentada a límites que jamás hubiese sospechado lo único que hizo fue gemir dentro de la boca del hombre que invadía la suya con una pasión que jamás esperó.


Cuando el beso se calmó y los dos volvieron a la realidad se avergonzaron por el arrebato. Pero Ron se sintió más culpable porque se había lanzado a los brazos de un hombre comprometido con otro.


-Lo siento Remus, no tenía derecho a hacer esto… yo te he puesto en una situación incómoda, por favor, olvida esto ¡Oh cielos! ¡Qué Sirius no se entere por favor!

-Ronald, Ronald cálmate… no has hecho nada malo te lo aseguro. No puedo decir que me hayas forzado, la verdad es que me gustó mucho que me besaras.

-Remus no puedes decirle a Sirius, él me mataría.

-¿Sirius? ¿Por qué?

-Cómo por qué, tú y él son pareja, están juntos. Yo me volvería loco si alguien besara a mi novio.

-Ronald, no soy esa clase de hombre. Nunca te hubiese respondido si Sirius fuese mi novio. Somos solo amigos, muy amigos, como hermanos.

-Pero -titubeó Ron -, pero todos creíamos que tú y él… viven juntos hace años.

-Es cierto, pero nunca ha habido nada entre nosotros Ronald, nunca, te lo juro.


Ron no sabía cómo reaccionar, pues estaba muy avergonzado. Aún estaba aturdido por las sensaciones. Remus hizo lo único que creyó que serviría para calmar al chico pelirrojo. Lo besó otra vez, pero ahora de un modo más pausado y se sorprendió al comprobar que de este modo experimentaba una sensación más intensa todavía.



_____o0o_____

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).