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CUENTOS AL ESTILO VONGOLA por Sayurayaoista

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Notas del capitulo:

SAYURA: PERDONAND EL LIGERO RESTRASO

ANA: YA SABEN UNIVERSIDAD + FINAL DE SEMESTRE = SOBRECARGA DE TRABAJO

NINA: ESPERAMOS SUBIR LA OTRA HISTORIA EL VIERNES

XÓCHITL: GRACIAS POR LOS REVIES 

TODAS: ¡A LEER!

Tsuna despertó mientras sonreía al ver a su hijo más tranquilo el pequeño príncipe de Vongola había recuperado la alegría que lo caracterizaba.

-parece que ya tienes energía de sobra mi pequeño Aki-

El infante balbuceaba mientras alzaba sus manitas, Tsuna lo cargo mientras sentía como se apegaba a su pecho desnudo; Reborn y su bendito fetiche, de dormir con el torso al descubierto que se le había pegado.

-aun así, es bueno para ti sentir a mami-

Un ligero sonrojo cubrió sus mejillas aun le daba extrañeza llamarse a si mismo madre, se río sutilmente y dejo a su bebe en la cuna mientras se cambiaba.

Una explosión se dejo escuchar y dio un suspiro sabiendo de sobra que se trataba de sus guardianes. La preocupación lo embargo cuando se activaron las alertas rojas de la mansión.

Salió de su habitación con rapidez provocando que su hijo llorase, lo calmo en sus brazos entregándoselo a una mujer del personal de servicio.

-llévalo al búnker-

La mujer tomó en brazos s su pequeño hijo mientras veía con preocupación como se iba, cuando la vio desaparecer en el pasillo y corrió hacia la sala.

En esta había una lucha campal, Hayato había activado el sistema C.A.I protegiendo a parte del personal de seguridad malherido quienes enfrentaban a un grupo fuertemente armado.

-Judaime-

-calma Hayato, reporte de la situación-

-entraron por la casa del personal de seguridad, al parecer se infiltraron entre nuestros compañeros, ellos le dieron el paso a mas de ellos, la mansión está rodeada Mukuro y Chrome ya se encargan de ello, Kyoya se abrió paso hacia el frente, Lambo esta en el techo, Ryohei está cubriendo los flancos y Takeshi está apoyándole-

-bien, lluvia ¿me escuchas? –

-fuerte y claro Cielo-san-

-ve con el príncipe, está en el bunker; no te despegues de él, nosotros resolveremos esto-

-sí, señor-

El guardián de la lluvia corrió hacia la entrada especial, como siempre la orden en estas situaciones era la misma; alguien debía cuidar a Akira todo el tiempo, era el futuro heredero de Vongola así que debían cuidarlo con sus vidas de ser necesario, así como a su cielo.

Takeshi entro al bunker siendo recibido por un potente llanto mientras la empleada le entregaba al príncipe quien gimoteaba en sus brazos; mientras el guardián reía calmando al bodoque; las empleadas veían con ternura como la lluvia cargaba al príncipe.

-parece que debo adelantar tu cuento mi pequeño Aki-chan-

El guardián se llevo al pequeño a una de las habitaciones de ahí mientras se acostaba a su lado evitando que se cayera, él bebe parecía más calmado, una mujer le dio una mamila mientras agradecía y la ponía en la boquita del bebe.

Érase una vez en un reino muy lejano una pareja de reyes gobernaba de forma pacifica a su reino aquellos reyes eran muy felices especialmente cuando la reina salió embarazada, lamentablemente ella cayo enferma antes de dar a luz a su pequeño bebe-

-no puede ser él bebe…-

- ¿hay alguna forma? –

-no mi señor, si no sacamos al bebe ambos morirán-

-yo conozco algo, es una leyenda; una de una flor mágica si la reina bebe un té hecho con sus pétalos podrá sanarse…es nuestra última opción-

-el rey mando a sus hombres a buscar aquella flor que podía ser la única salvación de la reina y del bebe en su vientre; al mismo tiempo una bruja anciana vagaba por el bosque en busca de la misma planta a parte de sus poderes curativos existían otra leyenda que hablaba de sus poderes de rejuvenecimiento-

- ¿Dónde está? –

La bruja se escondió al oír las voces de los guardias, pero pudo observar de reojo aquella planta que tanto buscaba, corrió en busca de ella esquivando a los guardias del rey saco una hoja mientras tarareaba una canción, la flor empezó a brillar haciendo que la mujer se viese más joven para su mala suerte aquello atrajo la atención de los guardias.

-por ahí-

-no, no me la quitaran-

La bruja intento huir, pero no conto con que los guardias empezarían a disparar sus flechas para alejarla, con rencor y odio observo como los guardias tomaban aquella flor con cuidado y se la llevaban, los siguió por el bosque hasta observar el castillo.

-recuperare esa flor, nunca debieron meterse con la bruja Bianchi-

La mujer que les dijo de la flor hizo el te mientras cantaba la canción que la bruja había dejado olvidada al lado de la flor mientras este brillaba y se lo dieron a tomar a la reina su vientre emitió un brillo y con el paso de los días se sintió mejor, cuando el bebe nació tenía el cabello castaño y ojos color avellana, aunque detrás de su cuello había una marca en forma de estrella que brillaba cuando su madre le cantaba aquella canción que resulto ser una de cuna.

Lastimosamente pocos meses después de que naciera el castillo fue atacado, en medio de la conmoción la reina huyo con el príncipe, pero poco después fue hallada mientras le arrebataban al bebe, el rey logro salvar a su esposa, pero no a su bebe quien fue secuestrado por esos rufianes.

-deténganse-

- ¿una bruja? –

-ese niño me pertenece-

-la bruja ataco a los hombres que habían secuestrado al bebe y se los quito, mientras cantaba la canción que se había aprendido de memoria cuando la estrella brillo en su cuello la mujer sonrió mientras el infante dejaba de llorar-

-Tsuzel eres mío-

La vieja bruja se llevo al bebe mientras los devastados reyes lanzaba globos de cantoya por los muertos y por una leve esperanza de que su hijo estuviese bien; la reina enfermo poco después por la preocupación de no saber de su hijo y cuando al fin atraparon a los culpables, estos mencionaron que una bruja se lo había llevado rompiendo el corazón de la reina provocando su muerte, el rey estaba furioso; y muy dolido cada año cuando era el cumpleaños de su hijo lanzaba globos de cantoya que brillaban en el cielo.

-si los ve, sabrá cuál es su camino-

Los años pasaban mientras en lo oscuro del bosque una torre se alzaba ocultando un secreto, la bruja que hace 8 años había secuestrado al príncipe Tsuna sonreía al entrar por este, mientras tomaba varios caminos hasta una entrada secreta que daba a aquella torre.

-Tsuzel, Tsuzel lanza la cuerda-

-si mami-

Un pequeño niño de cabello castaño lanzaba una cuerda hacia el suelo, la mujer la tomo mientras una especie de columpio se alzaba, se sentó en él mientras utilizaba la cuerda para subir; entro por ventana mientras ese adorable niño la recibía dando pequeños brinquitos ansiosos.

-mami… ¿me trajiste mis pinturas? –

-siempre tan ansioso mi pequeño Tsuzel-

-lo siento mami-

-pero aquí están-

La mujer le entrego un estuche de pinturas mientras el pequeño sonreía enormemente; y corría a guardar los instrumentos.

-Tsuzel ven aquí, deja que mama te cepille el cabello-

El niño asintió mientras la mujer colocaba un pequeño banco frente a la ventana dejando que el menor se sentase ahí, después se sentó detrás de él con un cepillo en mano mientras el menor de forma tranquila se dejaba hacer moviendo sus piernas, sus ojos se maravillaron al ver cientos de luces en el cielo sin ser consiente de la mirada furiosa de la mayor detrás suyo.

-mira mami las luces; aparecieron este año de nuevo-

-no te muevas Tsuzel, te puedo hacer daño-

-lo siento mami-

La mujer sonrió tarareando la canción de cuna que hacía brillar aquella estrella el mero contacto con el menor cuando esa estrella estaba iluminada provocaba que la juventud regresara a su rostro y manos.

-mami ¿Cuándo iremos a ver aquellas luces? Siempre que aparecen siento que me llaman-

-nunca…ya he hablado contigo de esto Tsuzel, el mundo afuera es peligroso; y si vas solo a ese lugar te secuestraran y no podrás regresar a mi lado ¿no te asustaría eso mi pequeño? A mí me asustaría mucho, no vuelvas a decirlo ¿está bien? –

-lo siento mami-

-solo prométeme que no iras afuera-

-lo prometo-

Los años pasaron y el hermoso príncipe creció encerrado en aquella torre a sus ahora 16 años era un conjunto de gracia y belleza; Tsuzel se recostó en su cama mientras observaba aquel mural que había hecho con el pasar de los años, pese a que le había prometido a su madre no salir siempre soñaba con ir a donde las luces brillaban algo en su interior le decía que debía ir.

-iré a comprar a la ciudad Tsuzel, tardare una semana, ¿estarás bien mientras tanto? –

-si mama, estaré bien-

El castaño sonrió aquella era su oportunidad en dos días las luces que brillaban regresarían y con su madre fuera podría salir, solo quería verlas de cerca; después de eso regresaría a casa antes de que su mama regresara.

-me voy-

El chico asintió mientras la veía bajar y como siempre recogía la cuerda para que nadie subiera su madre cubrió el columpio para que nadie lo viera y se fue; Tsuna esperaba pacientemente mientras jugaba con un camaleón pequeño de nombre León a quien había adoptado hace unos meses.

- ¿deberíamos hacer esto León? Y si ella vuelve antes, me regañara por escaparme, pero las luces no puedo dejar este sentimiento de lado-

Después de una hora que vio que nada pasaba se decidió con cuidado descubrió el columpio mientras lo levantaba hacia la torre, llevaba 16 años sin salir de ahí no conocía el mundo exterior; ni el mismo sabía cómo saldría, conocía el bosque a la perfección -ya que llegaba a escaparse algunas veces en la noche- pero fuera de eso no; dejo de pensar mientras ponía el primer pie en el columpio sintiendo algo de vértigo debido a la altura.

-vamos León, bajemos-

El camaleón se poso sobre su hombro mientras con cuidado bajaba a tierra firme, armado con una sarten -por si alguien quería secuestrarlo- y una pequeña mochila con víveres piso tierra firme.

-esto es… ¡FANTASTICO! –

Empezó a moverse libremente mientras sentía cada aroma de la naturaleza en su nariz, sus pies danzaban mientras su sonrisa se ampliaba por primera vez en su vida se sentía vivo, se sentía libre; corrió a la salida secreta y empezó a correr por en medio del bosque, su corazón agitado lo guiaba por diferentes parajes mientras olía, veía y sentía todo a su alrededor; un ruido lo asusto provocando que diese un salto al ver a un caballo blanco saltar encima suyo, el animal corrió un poco como si estuviese asustado y Tsuna pudo observar una persona inconsciente en su montura corrió donde el animal quien se detuvo en un claro mientras observaba al hombre.

Corrió a auxiliarle mientras suspiraba al bajarlo del animal, se veía algo herido no lo suficiente se agradeció a si mismo por llevar vendas y demás solo por si acaso, cogió agua del rio y se dispuso a cuidar al hombre que seguía inconsciente.

-termine-

Tsuzel se limpio las manos mientras observaba al sujeto era apuesto, alto al menos mas que él de cabello negro con unas extrañas patillas y piel blanca; labios rosas, su pulso se acelero por un instante mientras sus mejillas enrojecían.

- “¿Qué estoy pensando?” –

Sin considerarlo mucho se acerco al hombre inconsciente mientras se acercaba a su rostro, solo un poco más y sus labios se rozarían, el mencionado empezó a abrir sus ojos y Tsuzel se alejo de golpe; se sentía nervioso y mucho más cuando unos ojos negros como la noche le observaban.

-no deberías moverte, sigues herido-

Se acerco recostando al hombre en el suelo mientras este lo observa de manera analítica provocando un sonrojo más grande en el menor.

- ¿Quién eres? –

-mi nombre es Tsuzel, tu caballo me asusto; pero estabas malherido y te cure, ¿Quién eres tú? –

El mayor se levanto mientras se recargaba en el árbol cercano, ese niño; sus ojos denotaban pureza y su cuerpo era de infarto; dio un suspiro mientras ocultaba media sonrisa no estaría de más comprobar aquello que rondaba su mente ¿o sí?

-me llamo Reborn Arcobaleno soy un busca tesoros-

- ¿busca tesoros? –

-hayo cosas perdidas que la gente quiere encontrar-

- ¿Cómo las luces? –

- ¿Qué luces? –

-las que aparecen en el cielo, regresaran en dos días; ¿podrías llevarme a ellas? –

-no son luces, son globos de cantoya y provienen del reino del rey Iemitsu, las lanza cada año para recordar a su mujer fallecida y buscar a su hijo-

Reborn observo el rostro de total desconcierto de Tsuzel mientras analizaba su vestimenta, pareciera que llevaba años en ese bosque algo se removió dentro de sí y empezó a narrarle lo que se contaba por ahí.

-ya veo…pero, yo quiero algo me dice que debo ir-

- ¿Qué? –

-intuición-

-eres realmente molesto, pero te llevare de todas formas fui llamado por el rey para hallar a su hijo; aunque salir de este bosque es un verdadero fastidio-

-hagamos un trato; tu me llevas a donde las luces y yo te saco del bosque-

El de cabello negro observo al chico realmente era ingenuo ¿Cómo confiaba tan fácilmente en él? Lo analizo por unos momentos, pero accedió le sería fácil terminar su misión y cobrar la recompensa que el rey daba a quien encontrase a su retoño.

-está bien-

-YaY ¿escuchaste eso León? Iremos a donde las luces-

Reborn se preguntaba con quien hablaba hasta observar a un pequeño camaleón que aparecía cerca del hombro del chiquillo su caballo relincho mientras suspiraba de nueva cuenta. Si lo observaba bien solo era un chiquillo de ¿15? Años.

-deberías lavarte y quitarte la sangre seca, tus heridas son menores; el río está cerca-

-de acuerdo… ¿vienes? –

Tsuna se sonrojo mientras se cubría si mismo aquello pese a extrañarle se le hizo condenadamente tierno al mayor.

-ni pensarlo-

- ¿Por qué? –

-soy…especial, aquí-

El menor señalo su vientre mientras Reborn se sorprendía ¿Cómo no lo había notado antes? Las caderas estrechas y las delicadas facciones.

-soy un doncel-

-no te voy a comer-

- ¿comer?  Me refiero a que puedo tener un bebe aquí-

- ¿sabes cómo se hacen los bebes? –

-no-

El castaño se sonrojo en demasía mientras buscaba en sus memorias, su madre le había conseguido algunos libros, pero ninguno con ese tema; movió sus manos, nervioso ante la mirada tan profunda del sujeto mayor.

-ven aquí, no te hare nada; lo prometo; después te enseñare como se hace un bebe-

Su sonrojo alcanzo proporciones épicas cuando sintió los labios del mayor besar su mejilla; Reborn dio un suspiro de cansancio se había topado con un lindo doncel virgen; esta era una dura prueba para su cordura, pero si lo hacía bien se llevaría un sensual y delicioso premio.

-vamos, muéstrame el camino o me perderé-

El chico se calmo un poco mientras asentía a las palabras del mayor guiando su camino; Reborn suspiro se sentía sudoroso se retiro los vendajes que cubrían su torso y se metió al agua sin retirarse el pantalón aquel chico era tan inocente que se moriría antes de entrar al agua.

-entra-

-esta bien pero no mires, mama me ha dicho que los hombres no deben mirarme-

-esta bien-

Se giro dejando al chico desvestirse mientras esperaba cuando sintió el agua moverse se dio la vuelta viendo como la mitad del rostro del menor sobresalía en el agua, lo halo hacia él metiéndolo en el agua.

-mójate todo te resfriaras si no lo haces-

Tsuna se levanto tosiendo un poco de agua mientras el mayor no perdía detalle de su cuerpo, era hermoso horas después salieron del agua mientras llegaban a encender la fogata que el castaño había preparado con anterioridad; Reborn observo con curiosidad una marca en el cuerpo del menor y se acercó rozándola superficialmente mandándole cientos de escalofríos.

- ¿Qué es esto? –

-una marca de nacimiento, es mágica-

-eso no es posible, la magia no existe-

-solo porque no las visto-

El chico termino por vestirse mientras ambos disfrutaban algo que el mayor cazo; esa noche durmieron ahí y al día siguiente partieron; la salida del bosque fue más rápida de lo que alguno de los dos pensaba, pero pese a ello se había formado un vinculo especial; por otro lado, la bruja buscaba a Tsuzel con desesperación había regresado dos horas después de que se fue ya que había olvidado algo hallando la torre vacía.

-ese niño, no huira; me pertenece-

Reborn y Tsuna llegaban a la ciudad mientras el menor parecía emocionado de todo lo que veía en la noche había logrado conversar con el menor, tenía 16 años y su madre lo había encerrado en una torre por miedo al exterior; esa mujer debió tener una mala experiencia con el padre del chiquillo, pero eso era exagerar demasiado.

-no te emociones aun, nos hospedaremos en un lugar; tengo una cita con el rey, después de ello si quieres podemos mirar juntos el festival-

La sonrisa del menor hizo que su corazón latiera de forma agitada cubrió al chico con la capa que le habían comprado a una mujer en la entrada y buscaron donde quedarse; no paso mucho para hallar un buen sitio Reborn subió a Tsuna sin quitarle la capa mientras suspiraba al llegar era más que consiente que no todas las personas eran buenas y si algún rufián veía a alguien tan hermoso como el doncel bueno…no quería ni pensar.

- ¿podrías esperarme aquí? Solo un par de horas en lo que veo al rey-

-he esperado toda mi vida por esto, puedo esperarte Reborn-san-

-esta bien, solo debes recordar una cosa; no le abras la puerta a desconocidos, Tsuzel no todas las personas son buenas como yo, ahí personas malas por favor quédate aquí hasta que regrese-

-sí-

El de patillas sonrió mirando por ultima vez al chico dio media vuelta para salir, pero se giró sintiendo la presencia del más chico detrás suyo y le robo un pequeño pico en los labios.

-regresare pronto-

Tsuzel se quedó anonado mientras observaba al mayor salir, el sonrojo subió a sus mejillas mientras cerraba la puerta con fuerza y colocaba el seguro; su corazón latía a mil y simplemente pudo pegarse a la pared mientras seguía sonrojándose.

- “¿Qué fue eso? Acaso… ¿me gusta Reborn?” –

Mientras tanto en la ciudad la bruja rondaba las calles buscando a su protegido, se escondió en la calle al ver salir al hombre con quien lo había visto; miro el lugar era una posada sonrió con malicia se llevaría de ahí al niño si o si

Reborn escuchaba al rey con algo de desánimo debía buscar a un chiquillo que probablemente debería estar muerto ya, y no es que no tuviera corazón simplemente le interesaba el dinero.

- ¿algo más que agregar Rey Iemitsu? –

-mi hijo tiene una marca en el hombro derecho en forma de estrella-

Aquello fue un balde de agua fría para su persona mientras analizaba las palabras de mayor 16 años, cabello castaño y ojos avellana con una marca de estrella en el hombro acaso aquella descripción no cuadraba con la de ¿Tsuziel?

- ¿estás bien? –

-ya vuelvo-

¿Cómo no lo había notado? Bueno sinceramente nadie más que el rey, sabia como era él bebe; después de tantos años era normal que hubiese cambiado y lo único que podía ser identificable era la marca en el hombro; de pronto todo se conectó, la bruja; aquella bruja que lo secuestro de infante era la supuesta madre de Tsuzel…Tsuna…el príncipe, debía correr un mal presentimiento lo embriago mientras corria, llego a tiempo solo para observar como aquella mujer intentaba llevarse al chico.

- ¡alto ahí en nombre del rey! –

Aquel grito llamo la atención de las personas cercanas quienes los empezaron a rodear mientras la bruja se veía acorralada, Reborn saco un arma mientras observaba al castaño completamente palido.

-Tsu…Tsuzel aléjate de ella…es una bruja-

- ¿Qué? –

El joven quedo en shock mientras la gente daba aviso a los guardias del rey que empezaban a llegar, la mujer se veía acorralada mientras su cara iba tomando la forma de una vieja arrugada; Tsuzel se asusto mientras decidía que hacer, poco a poco se fue alejando de la mujer totalmente asustado mientras se acercaba a Reborn; la bruja se asusto perdería lo que le pertenece.

-soy tu madre-

Los guardias le apuntaron también a él y Reborn tuvo que intervenir calmando al chico que lloraba en el suelo.

-no lo eres, porque su nombre no es Tsuzel; su nombre es Tsunayoshi príncipe heredero al trono Vongola-

Tsuna abrió los ojos grandemente mientras la noticia se esparcía rápidamente; estaba en shock tantas emociones en tan poco tiempo; se sostuvo la cabeza en medio de aquel campo de batalla, la mujer puso una cara de miedo.

-si no eres mío no serás de nadie-

- ¡Tsuna! –

Tsuna alzo el rostro observando en cámara lenta como una espada atravesaba el pecho de Reborn, su corazón se detuvo mientras corría antes de que cayese al suelo sus ojos se llenaron de lagrimas y una poderosa angustia embriago su ser recorriendo el cuerpo de cada uno de los presentes; aquel poder de transmitir los sentimientos; solo lo habían sentido con una persona.

-él es el príncipe-

El castaño había dejado de escuchar hace tiempo mientras su mente pensaba que hacer; hasta sus oídos llego aquella canción de cuna que activaba su poder; la bruja poco le importaba y había ignorado el mundo a su alrededor se sentó en el suelo mientras colocaba la cabeza de aquel hombre agonizante en sus piernas.

-Tsuna…yo…-

-Shh, ¿aun no crees en la magia cierto? –

-no-

-te la mostrare-

La multitud callo cuando las primeras estrofas de aquella voz armoniosa se dejaron escuchar mientras observaban con asombro como no solo su cuello si no su cuerpo entero comenzaba a brillar.

-no te voy a perder-

El joven príncipe unió sus labios con los del de cabello negro mientras todo a su alrededor se volvía brillante. Reborn despertó en medio de aquel centellante conjunto de luces viendo los ojos de Tsuna que por un momento parecían anaranjados.

-te amo-

-eso debía decirlo yo primero, tonto Reborn-

-tu me besaste primero así que es justo-

-tonto-

-mi príncipe-

-mi amado-

Cuando aquello acabo ambos terminaron desmayados unos días después y aclarada la situación; Tsuna tomo el lugar que le pertenecía y tiempo después anuncio su compromiso con Reborn; pese a las molestias de su padre al fin ambos terminaron casándose y de esa unión nació el nuevo príncipe de nombre Akira.

Takeshi cerro el libro mientras observaba al bebe durmiente a su lado, esperaba que todo acabase pronto; afuera del bunker varios malhechores conectaban un aparato para abrir la puerta su deber principal era llevarse al heredero de Vongola sus compañeros habían hecho un excelente trabajo de distracción.

-ya casi-

-solo ahí un guardián y personal inútil según lo que sabemos-

-asesinaremos al guardián y a todo el que se interponga y tomaremos al bebe ¿entendido? –

-sí señor-

- ¡X-BURNER! -

  

Notas finales:

SAYURA: NOS VEMOS

nINA: SIGAN DEJANDO LINDOS REVIEWS

ANA: YA CASI LLEGAMOS AL LEMON

XÓCHITL: BYE BYE


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