Ya no tenía a quien acudir, todos sus conocidos le decían lo mismo, que Ariadna no seria la misma cuando saliera de ahí.
Aun quería mantener la esperanza de que cuando saliera, podrían estar juntas.
El sonido de su teléfono la saco de sus pensamientos, al mirar la pantalla salió un numero desconocido, dudo un poco al contestar pero decidió atender.
-Diga?
-Irene? Eres Irene
-Si, quien habla
-Soy Noemí, no nos conocemos pero por favor no cuelgues
-De donde sacaste mi numero
-Mira no puedo hablar mucho, estoy con Ariadna, no cuelgues nadie debe saber que tengo encendido el teléfono, ella no podrá escucharte pero tu a ella si, así que por favor espera
No supo que decir, así que solo se quedo en silencio, no podía creer que después de casi dos años volvería a escuchar su voz, quizás no directamente pero por fin sabría como se encuentra.
Escuchaba pasos, demasiados pasos, parecía que la persona que le había llamado tenia un largo camino por recorrer.
Después de unos minutos el sonido por fin se detuvo y se escucho el abrir de una puerta.
-Gracias, será posible que me quede a solas con ella
-De acuerdo, estaremos del otro lado de la puerta, y recuerde no debe darle un celular ni nada, esta siendo grabada todo el tiempo, si lo hace ya no tendrá permitido venir aquí
-Si, si, cada vez que vengo me dicen lo mismo, y hasta ahora todo bien, así que por favor quiero estar a solas… Necesito el consejo de mi amiga… Es la única que puede ayudarme
-Solo serán cinco minutos, después de eso entraremos y nos quedaremos
-Esta bien, gracias -fingía limpiarse las lagrimas al entrar a la habitación-
-Amiga, estas bien, por que lloras te hicieron algo –le miraba con preocupación-
-Estoy bien, no me hicieron nada, solo abrázame
-Claro que si –abrazo a su amiga con algo de preocupación pero no dijo nada-
-No te alteres pero tengo al teléfono a Irene –le susurraba, sin dejar de abrazarle- no puedo dártelo para que hables con ella, pero si quieres decirle algo ella podrá escucharte –le sonrió y se aparto de ella-
-Es enserio?... –le miraba fijamente pero sentía como se le cristalizaban los ojos-
-SI en serio –asintió y le acaricio el cabello- Por ellos quiero tu consejo, necesito que me digas que todo estará bien o algo
-SI yo… SI yo estuviera ahí, también seria difícil para mi –bajaba la mirada mordiéndose los labios-
-Se que es difícil aceptarlo, pero ya no quiero estar sola, quiero estar con esa persona
-Lo siento… -le miro y sonrió- Sabes que te quiero mucho, y que me digas eso, pues es un poco difícil controlarse, es una pena que no pueda salir para acompañarte, pero te aseguro que me esforzare mas para poder salir y celebrar, quiero estar contigo
-Lo se, pero cuando salgas haremos la mejor fiesta de todos, y si es necesario volveremos a celebrar mi boda
-Mientras este aquí –suspiro y sonrió- Pensare en todas las formas posibles de compensarte mi ausencia, no creas que me he olvidado de ti, aun eres una parte importante de mi vida
-Gracias amiga, sin ti no podría dar este paso –reviso su reloj- No puedo quedarme mas tiempo, pero vendré después
-Oh… Esta bien –le tomo de la mano- Una cosa mas
-Dime
-Te quiero mucho –sonrió y se mordió los labios para no llorar-
-Yo también te quiero Ariadna
-Gracias por avisarme, y mucha suerte
Cuando los guardias iban a entrar a la habitación, ella salió y se despidió de ellos.
Se volvieron a escuchar los pasos silenciosos, luego de unos minutos se escucho el ruido de la calle.
-Sigues ahí? –Preguntaba mientras se alejaba de aquel lugar-
-SI… -se limpiaba las lágrimas-
-La escuchaste bien
-Si… G-Gracias… -rompió en llanto, ya no podía aguantar mas-
-No es nada, lo hago por ella, no se merece estar ahí
-De todos modos muchas gracias, no nos conocemos pero me has ayudado mas que cualquier otro
-Ya me lo compensaras después, ahora ya deja de lamentarte por todo y trata de no deprimirte mas, a ella no le gustaría verte así
-De acuerdo, espero poder conocerte pronto
-Cuando ella salga, de acuerdo
Asintió y corto la llamada.
Por primera vez después de dos años, sintió algo de alivio al saber que la persona que mas ama, aun piensa en ella.
Se limpio el rastro de lágrimas y decidió volver al departamento.
Mientras tanto Ariadna, se encontraba sola en su habitación, estaba triste a pesar de que pudo decirle algunas palabras a su gran amor, no era suficiente, sabia que había podido aguantar esos dos años gracias a una vaga ilusión que tenia.
Pero ahora cuando pudo decirle algo, lo hizo pero al quedarse sola sintió un nudo en la garganta y sus pensamientos se confundieron, ya no estaba segura si lo que había dicho era verdad o solo lo dijo para que Irene se sintiera mejor, sabia que aun la quería, pero la habían obligado a cambiar y por que quería resistir, sentía que estaba perdiéndose a si misma.
Flash Back
-Lo siento mi amor, quisiera quedarme contigo y huir pero sabes que a donde quiera que me vaya me van a buscar, no quiero arriesgarte a ti
-No me importa, no quiero dejarte sola
-No estaré sola –le tomo las manos y sonrió- Siempre voy a tenerte en mi corazón y en mis pensamientos
-Pero quiero estar contigo –le acaricio la mejilla- Si vas a ir a ese lugar iré contigo
-Jamás estaríamos juntas ahí –negó y le miro- No saben que vivimos aquí, así que quédate, será poco tiempo, un par de meses a lo mucho, ya sabes como es mi madre no soportara tenerme tanto tiempo lejos
-Lo se, pero tu madre esta loca, que tal si decide dejarte ahí mas tiempo, no quiero que te lastimen –le miraba con preocupación-
-Estaré bien, no te preocupes
Beso suavemente sus labios y se aparto de ella.
-Volveré pronto –le sonrió y salió del departamento-
Fin Flash Back
-Al final te mentí… Lo siento Irene…
Pasaron un par de horas, llegadas las cuatro de la tarde ya sabia que significaba eso.
Otro día de tortura, otro típico día en ese horrible lugar.
Primero llegaría su madre, después se alteraría tanto que llamaría a los médicos para que le den una terapia especial, pasaría cerca de dos horas en alguna clase de terapia, la dejarían sin cenar y la encerrarían bajo llave y así acabaría otro día perfecto.
Dio un suspiro y se sentó al borde de su cama. No pasaron ni cinco minutos antes de que tocaran su puerta, con o sin su permiso entraron igual que siempre, y tenia razón era su madre.
-Hola Ariadna –se sentó en la única silla que estaba ahí-
-Hola
-Por que tienes los ojos hinchados, tuviste alguna terapia extra
-No –negaba-
-Entonces que te paso, estas tratando de lastimarte de nuevo para salir de aquí
-Tampoco es eso –suspiro- Solo vino Noemí a visitarme
-Oh si, tu amiguita, aja y que con eso
-Bueno me dijo que planea casarse –miro hacia la ventana- Se casara y yo seguiré aquí
-Y estuviste llorando por eso
-Pues si, ella es mi mejor amiga, es la única que puede visitarme aparte de Leonardo
-Eso es lógico, es la única de tus amigos que es normal, no se como puede haber tanto jovencito desviado, mira que besar a alguien de tu mismo sexo… -hizo una mueca de asco- Es realmente asqueroso
Se quedo en silencio, sabia que si le respondía a su madre empezaría el drama, ya estaba harta de ese lugar, quería salir cuanto antes. Pero solo había un modo de salir de ahí, y era demostrarle que ya se había “curado”.
- Y papa como esta, no ha venido a visitarme desde que estoy aquí
-Pues esta bien, ya sabes igual que siempre, esta igual que yo, esperando a que entres en razón –le tomaba las manos y le miraba fijamente-
-Entiendo… -bajo la mirada para evitar la de su madre-
-Ariadna, se puedes cambiar si te esfuerzas lo vas a lograr y pronto podrás volver a casa
-Y … Si por alguna razón, la que sea no llego a curarme –le miraba con preocupación- Si no me curo nunca podre salir de aquí…
-No digas eso –le abrazo- Yo se que podrás hacerlo, eres mi niña
Quería contestarle muchas cosas, tenia tanto por decirle, pero prefirió callar, fingiría todo lo que fuera necesario, así tuviera que engañar a todo mundo.
Si esa era la forma adecuada para ser libre lo haría, quería volver a estar al lado de Irene.
-Bueno hija, le diré a Leonardo que vega a visitarte mas seguido, así que no te pongas triste, el es un buen muchacho te va a ayudar en esto
-Esta bien –asintió y se aparto de su madre-
-Sera mejor que te deje descansar
Espero a que su madre su fuera, dio un largo suspiro y se dejo caer sobre la cama.
-Esto es horrible… Ya no puedo mas…
Mientras tanto Irene, cuando volvía a su departamento se topo con alguien que apenas recordaba.
-Hola hermosa –le sonreía y le daba un beso en la mejilla- No te has olvidado e mi verdad
-Ah… Hola Vanessa –la aparto un poco-
-Oh vamos, pensé que lo nuestro había sido especial
-Pues no lo fue
-Estuviste llorando de nuevo –le acaricio la mejilla- Tienes la misma mirada que la primera vez que nos conocimos
-No se de que me hablas –desvió la mirada-
-Aquel día, estabas realmente necesitada
-Te dije que no volveríamos a vernos
-Lo se, sin embargo me buscaste, cuantas Umhh, cuatro o cinco veces en los últimos seis meses
-Eso fue un error, no volverá a pasar
-Eso me dijiste las veces anteriores, pero esta bien –sonrió y le abrazo del cuello- Cuando quieras alguna parte de mi, solo llámame –beso la comisura de sus labios y se aparto-