Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Coma profundo por Fullbuster

[Reviews - 103]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La idea de Naruto es absolutamente una tontería. ¿Cómo voy a ser él médico? Sólo soy un fantasma y encima, como bien había dicho, nadie conoce el cerebro humano. Puede ser que salga yo solo del coma o puede ser que no salga nunca.


Doy vueltas y vueltas por la casa, deambulando como lo que soy, un fantasma sin un sentido por el que vivir, ni por el que morir, una fuerza extraña que hace que permanezca agarrado a esta dimensión sin sentido, viendo vivir a los demás una vida que yo debería haber vivido y que ya no haré.


Llego a la habitación de Naruto. No sé si nos llevamos bien o no, pero es el único con el que puedo hablar y eso hace que no me sienta tan solo. Entro en la habitación como suelo hacer siempre y al hacerlo, me doy cuenta de que se está cambiando. Su camiseta está arrugada en el suelo y busca una limpia en el armario, pero no me fijo en eso, sino en ese tatuaje del que nunca me había percatado.


¡Me gusta! Siempre me han gustado los peces Koi, los tenemos en el estanque y él… lo tiene tatuado en su hombro y parte del omóplato derecho. No puedo apartar los ojos de él.


- ¿Estás bien? – escucho a Naruto preguntarme mientras se pone la camiseta.


- Lo siento… sólo… miraba tu tatuaje.


- ¿Te gustan los Koi?


- Sí. ¿Sabes la leyenda sobre ellos?


- Seguro que vas a contármela – sonríe Naruto.


- Vale… paso.


- Sasuke, no era para que lo tomases a mal, de hecho, me gusta escucharte. A veces eres un poco sabiondo pero… me gusta oírte. Haces que aprenda cosas.


- Dicen que el pez Koi fue capaz de subir la gran cascada del río Amarillo en China. Como recompensa por su esfuerzo, le convirtieron en dragón. La gente dice que es el motivo por el que parece tanto en sus colores como en forma a un dragón.


- No sabía la leyenda – sonrió Naruto – pero es un pez muy fuerte, dicen que supera grandes problemas. El Koi rojo que tengo en el hombro… - susurra tocando su hombro – el rojo en este pez simboliza el amor o la fuerza que puede tener el ser humano para atravesar todo tipo de adversidades en la vida. Sé que puede sobrevivir en aguas adversas y quise tener esa fuerza, recordarme siempre que se puede luchar aunque la vida te dé la espalda.


- Es muy bonito – sonrío.


Naruto termina de colocarse la camiseta corta y aún puedo ver parte de su tatuaje recorriendo el brazo. Tan sólo la cola del pez, pero por algún motivo no dejo de mirarlo.


- ¿Tienes algún consejo para el instituto? – pregunta Naruto.


- No sé, no he sido muy popular en él precisamente. Supongo que sólo tienes que ser tú mismo.


- Se preguntarán qué hago allí, en tu lugar.


- No tienes por qué responder si no quieres. Pero disfruta de tu experiencia. Dijiste que era tu último año y querías saber qué se sentía, ahora puedes vivirlo.


- Sigo queriendo ir a la universidad.


- Ya te he dicho que es imposible con tu nivel de estudios. Yo no tengo nivel suficiente como para ayudarte en los niveles universitarios. Sólo he estudiado el instituto, puedo ayudarte en esos exámenes, pero no en la universidad.


- Pero puedes estudiar.


- ¿Cómo? No puedo tocar nada, no podría ni pasar las páginas de un libro, es absurdo, Naruto.


- Puedes utilizarme, yo pasaré las hojas.


- Naruto, por favor… deja esa idea de una vez, tan sólo disfruta del instituto.


- Está bien – renuncia por ahora a la idea, aunque con lo cabezón que es, supongo que volverá sobre ella de nuevo más adelante.


***


Han pasado tres días y, finalmente, los tan esperados resultados de los exámenes. Yo no estoy nervioso realmente, pero Naruto sí parece estar muy tenso. No es que hayamos hablado en gran medida sobre el instituto, pero sé de sobra que es un buen chico, que ha estado solo mucho tiempo y esto es lo único que podía hacer por él. Irá al instituto, acabará sus estudios y, con suerte, le daré un futuro algo mejor de lo que le esperaba.


Por otro lado, sólo podía ver aquellos panes que Naruto preparaba. ¡Cómo me habría gustado probarlos! Pero para mí es imposible. Estoy destinado a morirme lentamente, yo lo sé, aunque Naruto se rehúsa a pensar en ello. Finalmente, los tan ansiados resultados vienen de la mano de mi padre, dejando la hoja encima de la mesa.


- Felicidades, te han aceptado – dice Fugaku. Yo ya me imaginaba que superaría las pruebas, ¡las hice yo!


- ¿En serio? – pregunta Naruto como si se quitase un peso de encima – wowwww, increíble – sonríe al ver su notable alto.


- Muy bien, cielo – le felicita mi madre y entonces me fijo en un sorprendido Itachi.


Sé que él no se lo traga, estuvo estudiando con Naruto un par de veces y sabe mejor que nadie lo mal que se le da estudiar. Por eso mismo está tan sorprendido y, sin embargo, sonríe de golpe y entrecierra los ojos.


- ¿Puedo verlo? – pregunta Itachi, mirando sus notas y luego echando una ojeada a la copia del examen de matemáticas, sonriendo con incredulidad.


Se lleva el café a los labios y le felicita antes de ponerse en pie para marcharse a clase. Ya es raro que tome un desayuno en familia, pero supongo que quería estar allí para saber los resultados de Naruto.


Prefiero quedarme en la cocina junto a mis padres. El rostro de mi madre siempre cambia a uno de tristeza cuando Naruto e Itachi se marchan, seguramente piensa en mí. Todas las mañanas viene al hospital a verme y me trae flores. Me echa de menos y yo también les echo en falta. Me duele verla así. No es fácil para nadie la situación pero no puedo hacer nada por ellos.


Decido ir a ver el motivo por el que Naruto tarda tanto, pues quiero acompañarle a su primer día de instituto, en cambio, escucho su conversación con mi hermano en el pasillo. Hablan sobre algo de una conversación anterior, pero no sé muy bien qué es.


- No sé cómo has podido superar estas pruebas – comenta mi hermano.


- ¿Sigues sin creerte nada?


- Eres un chico muy raro y cuesta creer algo semejante pero… reconozco este sistema de hacer ecuaciones, mi hermano siempre las hacía de esta manera. El profesor enseña otra forma algo más compleja y los profesores suelen reñirle por simplificarlo – sonríe Itachi – él siempre dice que da igual cómo llegar al resultado si al final da con el resultado correcto. Vuelve locos a los profesores, pero no pueden decirle mucho pues el resultado es correcto. Este sistema de resolver… es de mi hermano, supongo que debió enseñártelo antes del… accidente.


- Itachi… ya te dije…


- Es imposible lo que me dijiste. Tengo que irme a la universidad, te veo luego. Que vaya bien tu día.


Itachi se marcha enseguida y yo me quedo pensando en su conversación. ¿Ha sido capaz Naruto de contarle algo y yo no enterarme? No estoy seguro, pero tampoco soy de los que me quedo callado. En cuanto veo que da la vuelta a la esquina, le abordo, consiguiendo que dé un grito asustado al verme allí.


- Oh, joder, Sasuke, ten cuidado, me has asustado.


- ¿De qué hablabas con mi hermano?


- De nada en concreto. Ecuaciones.


- ¿Qué le dijiste de mí?


- Nada, no te preocupes.


- Mientes – le digo antes de que se aleje – me estás mintiendo.


- ¿Quieres que seamos sinceros? – pregunta Naruto algo molesto – bien… empieza tú y cuéntame cómo te sientes.


- ¿Qué importa eso?


- Eres demasiado cerrado, Sasuke, estás aquí, ayudándome en todo. Primero me salvas la vida, te quedas en coma y ahora me metes en tu plaza del instituto ayudándome a superar las pruebas pero eres incapaz de hablarme de tus sentimientos, en cambio, quieres que yo sea completamente abierto contigo.


- ¿Quieres que de verdad te cuente cómo me siento? – le grito enfadado.


- Sí, maldita sea, sí. Grita, saca todo lo que llevas dentro.


- Soy un maldito fantasma. ¿Cómo crees que me siento? Cada minuto que pasa podría ser el último para mí – le grito – estás viviendo mi vida, estás aquí… metido en mi casa, vivo, despierto, en mi instituto, con mi familia… y yo… yo estoy en una maldita cama de hospital. Haces pasteles y panes que quiero probar y que no puedo, me gustaría poder ir y tomar de la mano a mi madre, decirle que todo está bien pero no puedo tocarla, no puedo hacer nada excepto veros a todos vivir la vida. ¿Es lo que querías? – pregunto molesto.


- Le conté a tu hermano sobre ti – me dice abiertamente – pero no cree nada de lo que le digo.


- Evidentemente, suena a locura, suena a locura hasta para mí y eso que lo estoy viviendo.


Me siento… triste y decaído. No soy una persona que sea capaz de expresar cómo se siente pero Naruto me obliga a hacerlo, ese chico me pone de los nervios y acabo explotando. Quizá sí me sienta un poco celoso, celoso de que él esté despierto en este momento, disfrutando de todo lo que es mío mientras yo me muero en un hospital. Ahora parece caer él en eso.


- Sasuke… mira… te estoy muy agradecido por lo que hiciste, pero yo no te estoy sustituyendo aquí. Todos te echan de menos, todos van al hospital todos los días a verte y quieren que te recuperes. Sobre todo yo – me confiesa – me encantaría que despertases, Sasuke y poder decirte a la cara cuánto agradezco que me salvases aquel día.


- ¿Me haces un favor?


- El que sea – me dice con una sonrisa.


- Quiero un tatuaje.


- No sé si podría llevar a un tatuador al hospital – comenta con ciertas dudas – y no sé si tus padres lo consentirían.


- Inténtalo, por favor.


- ¿Qué es lo que quieres?


- Quiero un pez Koi como el tuyo, azul – me dice – en la muñeca, uno pequeño.


- Puedo intentarlo pero… es difícil.


- Dijiste que el pez Koi representaba la capacidad de superar las adversidades, pues estoy en medio de una – le digo.


- No sé cómo convencer a tus padres de una locura así, estamos hablando de un tatuaje, algo para toda tu vida, algo que debes decidir tú.


- Y lo estoy haciendo, lo hago ahora mismo.


- Sí, puede que sí, pero yo no puedo decirles eso a tus padres. No puedo ir y contarles que un fantasma me ha dicho que quiere un tatuaje.


- Por favor…


- Déjame pensar en algo, ¿vale? Dame unos días al menos.


- Vale. Gracias.


- Pero un tatuaje no cambiará nada. Lo sabes, ¿no?


- Sí, lo sé.


- ¿De qué tienes miedo, Sasuke? – me pregunta ahora más confuso, casi como si intuyese que no le he contado todo lo que siento y guardo.


- De nada. Venga, va, ve a clase.


¿Miedo? ¡Sí tengo miedo! Tengo miedo de no despertar, tengo miedo a la muerte, a no volver a ver a mis padres, pero lo que más me asusta… es despertar y darme cuenta de que no soy el mismo. ¿Y si mi cerebro está dañado? ¿Y si pierdo la capacidad de hablar? ¿O la capacidad para caminar? ¿Y si no recuerdo absolutamente nada? Mi cerebro puede estar tan dañado… que es posible que incluso si despierto… todo haya cambiado. Pero no soy capaz de decir algo así en voz alta, me asusta demasiado ese hecho.


Si despierto y veo el tatuaje del Koi… ¿Me acordaría de Naruto o también le olvidaría a él? Por alguna razón… le he tomado cariño a ese chico y cada día, tengo más confianza con él, estoy empezando a verle como un amigo, un auténtico amigo en el que puedo confiar, al que respeto, una persona que sé que no tiene intención de fallarme. ¡No quiero olvidarle! ¡Tengo miedo de despertar y tengo miedo a morir! Siento como si caigo por un pozo y no encuentro salida alguna. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).