Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Coma profundo por Fullbuster

[Reviews - 103]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Durante años he leído tantas cosas sobre el coma que toda esa información me bombardea en este instante. Me había preparado mentalmente para la posibilidad de que un día despertase y cómo debía reaccionar, pero ahora mismo, estoy paralizado, siendo atacado por toda esa información que viene a mi cerebro.


"Hablarle con normalidad", "no elevar el tono", "ser familiar con el afectado", "no discutir frente a él su estado de salud" o "acudir a sus recuerdos para facilitar su incorporación". Todo eso son cosas básicas para una estimulación sensorial, pero no puedo sobrecargarle. Me dirijo a la ventana y la abro para ventilar la zona, necesita aire limpio allí, pero cierro un poco las cortinas para regular la intensidad de la luz. Sé que ahora mismo, sus sentidos están muy perdidos y no sé el daño cerebral que puede tener.


No responde a nada y puede que en un largo tiempo, sea incapaz de reconocer fotos, o seguir con la mirada, posiblemente su audición también esté afectada. Es un largo recorrido lo que le queda por delante. Mi supervisor empieza a sacar a los enfermeros de la zona, sabe igual que yo que eso puede ser un problema. Las visitas sobrecargan sus sentidos, es mejor visitas cortas de una o dos personas y luego... largos periodos de descanso para que pueda adaptarse.


Tras las primeras impresiones, dejamos que Sasuke descanse. Sigue con los ojos abiertos, pero no responde a absolutamente nada. Mikoto es la primera en acercarse a mí en cuanto salgo por la puerta y la cierro para que pueda descansar.


- ¿Naruto? ¿Cómo...?


- Está bien por ahora. No hay pruebas médicas que podamos hacerle para saber su daño cerebral, es algo que tendremos que esperar y ver cómo evoluciona. Hay que tener paciencia. Sus sentidos han estado dormidos siete años, necesitará tiempo para volver a activarse, entonces podremos empezar con pruebas cognitivas para ver sus reacciones y saber hasta dónde está afectado.


- Al menos ha despertado – intenta ser positiva.


- Sí – sonrío – está aquí, ¿vale? Está con nosotros. Voy a llamar a su hermano, seguro que vendrá en cuanto lo sepa.


- Yo llamaré a mi marido.


- Pero, Mikoto, sólo recuerda no atosigarle demasiado, visitas de dos en dos como mucho. Dejadle descansar y habladle con normalidad. Intentad recordarle cosas pero sed sobre todo muy familiares con él.


Me gustaría quedarme en el hospital, estar todo el día metido en esa habitación, pero no es nada recomendable. Sasuke necesita descansar. Ahora estará bien cuidado, las enfermeras le atenderán y su familia está aquí para él. Va a necesitar tiempo. Saco el teléfono de mi bolsillo y llamo a Itachi. Sólo hay dos opciones: o está trabajando o se ha ido con Deidara a algún lugar.


Llego a casa por la noche y lanzo las llaves sobre la bandeja de encima del mueble de la entrada. Todo está solitario y eso me hace sonreír con tristeza. Echo de menos a Sasuke, él siempre estaba aquí, me recibía con una sonrisa, un insulto o con cualquier estupidez que se le ocurriera. Llegar y verme solo es deprimente, sin embargo, tengo la esperanza de verle mañana en el hospital. ¡Por fin ha despertado! Es lo que tengo en mente.


Tres días después:


Reviso sus ojos una vez más y por fin es capaz de seguir la luz. En tres días no ha dicho ni una palabra, aunque me mira muy extrañado. Por suerte para mí, no he tenido operaciones y doy gracias. Sin Sasuke a mi lado, no estoy seguro de mí mismo y, de hecho, ya estoy planteando renunciar al trabajo. Lo mío siempre ha sido la panadería, me gustaba lo que hacía y ya no tengo un objetivo siendo neurocirujano. Mi supervisor se ha extrañado por mi comportamiento. Él cree en mí, cree que soy uno de los mejores estudiantes que ha tenido, un portento y yo no puedo decirle que ése era Sasuke. Nadie iba a creerme.


Mikoto está a mi espalda junto a Itachi, mirando cómo le hago pruebas y más pruebas. Ahora he pasado a cosas más cognitivas y es capaz de agarrar las cartas e indicarme correctamente lo que le pregunto.


- Vale... ¿Puedes señalarme la manzana? – le pregunto.


Su mano es lenta y su cerebro todavía más, pero pese a la lentitud y a que pasan varios minutos mirando las cartas sobre la sábana que cubre sus piernas, finalmente agarra con temblor en su mano la carta con el dibujo de la manzana. Eso me hace suspirar aliviado. Al menos no parece que su cerebro haya sido gravemente dañado, al menos no a estos niveles aunque necesitará un largo periodo de recuperación.


Cuando no le pregunto nada, sus ojos me miran. Evidentemente sabe que soy su médico pero hay algo raro en él. Siento que no es el mismo chico con el que he pasado siete años, es alguien diferente, un chico con dudas. A sus padres parece reconocerles pero cuando me mira a mí... me hace preguntarme si realmente me identifica.


No es hasta un par de días después, cuando voy a entrar al cuarto, que escucho la primera conversación. ¡Por fin habla! Pero... sus palabras sólo son como puñales clavándose en mi corazón. Le miro desde la puerta y todos saben que estoy aquí, pero siguen intentando saber qué es lo que Sasuke recuerda exactamente.


- Yo... estaba comprando – dijo finalmente – compraba... algo para comer.


- Sí, Sasuke, estabas en una tienda. Te habías escapado del instituto – intenta hacerle memoria su madre.


- Sí... íbamos a la playa, pero llovía, hacía mal día. Es raro – mira hacia la ventana viendo el espléndido sol que hace, casi como si lo que relatase hubiera pasado ayer cuando fue hace siete años – yo...


Se mira las manos, sus brazos escuálidos y faltos de musculatura por todo el tiempo en cama. Su madre es la que le da un espejo al ver que lleva sus manos hacia el rostro y sus dedos, ahora lentos, agarran su largo cabello.


- Yo... ayer estaba...


- Sasuke, llevas siete años en coma – intenta explicarle su hermano – ha pasado mucho tiempo.


- Siento como si fuera ayer, como si me hubiera despertado de una siesta, pero me siento... débil.


- Vas a necesitar rehabilitación. De hecho, vas a necesitar mucha rehabilitación para volver a ponerte en forma. ¿Te ocurre algo? – pregunta Itachi al ver que no deja de tocarse el cabello.


- Está largo, no me gusta.


- Puedo cortártelo si quieres – sugirió Itachi.


- Sí... es incómodo. Córtalo, por favor.


No deja de mirarme y eso me intimida un poco. Su madre comenta de ir a por algo de beber y evidentemente, Itachi quiere ir a buscar unas tijeras para cortarle el cabello a su hermano, así que me dejan a mí a su cuidado por ahora.


- ¿Cómo te encuentras hoy, Sasuke? - pregunto por curiosidad, sin ceder a las ansias por contarle toda la verdad sobre nosotros, por preguntarle si me recuerda.


- Estoy... cansado y algo agobiado.


- Supongo que son muchos recuerdos de golpe y demasiada información que asimilar.


- No soy capaz de hacerme a la idea de que han pasado siete años.


- Yo... me preguntaba si... ¿recuerdas algo de estos siete años?


- ¿De estos siete años? Estaba durmiendo – dijo sin más – lo último que recuerdo es estar en la tienda comprando algo antes de irme con unos compañeros de clase.


- ¿Sabes quién soy yo? – pregunto, tragando saliva con esfuerzo.


- Mi médico – dice completamente convencido.


- Ya veo – me fuerzo a sonreír pese a la puñalada que sentía al escuchar esas palabras.


Toda su vida como fantasma... se ha esfumado. Él no recuerda nada, como si nunca hubiera existido en esos siete años. Eso me hace cuestionarme si no me lo habré imaginado. Estuve en coma unos días, quizá tuve algo... quizá todo lo he soñado y sólo ha existido en mi imaginación.


- Descansa, ¿vale? – le digo con tristeza y sé que él puede verla por el rostro extrañado y serio que pone.


- ¿Estás bien? – pregunta, pero yo asentí antes de salir de allí.


Saliendo me cruzo con Mikoto y con Itachi que volvían. Ambos tratan de frenarme, seguramente quieren intentar explicarle a Sasuke que yo soy su novio pero... no quiero quedarme, no quiero que le confundan. Es cierto que no éramos nada, nuestra relación inició hace sólo dos años y era un fantasma. ¿Cómo va a recordarme? Él no ha vivido nada de eso.


***


Todo es confuso. Mi médico se marcha cabizbajo y mi familia parece tenerle cierto cariño. Quizá en esos siete años, él ha estado cuidándome pero... ¡no! No es posible. Es un chico joven, de unos veinticinco o veintiséis años como mucho, debía ser un crío cuando yo me quedé en coma. ¿De qué le conocen entonces? A mí no me suena de nada excepto que fue al primero al que vi al abrir los ojos.


- ¿Estás bien, Sasuke? – me pregunta mi hermano.


- Confuso. Es que... ese chico, el médico... no me suena de nada.


- ¿Estás seguro?


- Completamente. Intento acordarme pero... ¡Ay! – me quejo ante el dolor de cabeza inminente al tratar de recordar cosas.


- Debes descansar, Sasuke, no fuerces por ahora.


- Pero... él parece conocerme y... yo no... Itachi, ¿quién es? ¿Quién se supone que es?


- Es tu novio – susurra ante mi asombro.


¿Novio? ¡Yo no tengo novio! De hecho, no me llevo bien con nadie de clase. Iba a irme con Suigetsu y sus amigos, iba a dejar manosearme un poco por él para que dejen de llamarme "mojigato", eso es lo que yo recuerdo. Miro hacia el pasillo por donde ese chico rubio desaparece. ¡No le conozco! ¿Por qué dicen que es mi novio?


- Yo no tengo novio – expreso ante la sorpresa de Itachi.


- Puede que no lo recuerdes ahora mismo – susurra – pero él conocía muchas cosas de ti, dijo que era tu novio.


- No sé por qué diría algo así, de verdad que yo no tengo novio – intento aclararle a mi hermano, pero él me mira extrañado antes de girarse hacia el médico que se marcha por el pasillo.


- Qué raro.


- ¿Crees que está enfadado conmigo? – pregunto, porque me sabe mal por ese médico. Él lleva días cuidándome, me visita todos los días, me ayuda con la rehabilitación y verle así de triste... me ha afectado un poco.


- No, claro que no. Sólo... quizá está triste porque no le recuerdas.


- Ya veo – susurro.


Me siento mal y no sé por qué. A mí nunca me han importado demasiado las personas ni los sentimientos pero... de mis ojos caen lágrimas. No es que esté llorando, de hecho, no tengo ganas pero... mis ojos dejan caer alguna gota que consigo apartar con mis dedos.


- ¿Estás bien? – me pregunta Itachi.


- S-Sí... debe haberse metido algo en mis ojos, no sé.


- ¿Estás llorando?


- No, realmente no.


Es cierto, no tengo ganas de llorar. ¿Por qué me pasa esto entonces? Sólo son un par y al limpiarlas, dejan de salir. No entiendo mi cuerpo, siete años en coma lo ha debido de trastocar completamente.


- Mamá tiene que irse hoy, pero yo me quedaré toda la noche aquí contigo, ¿vale? En unos días te darán el alta pero tendremos que venir a la rehabilitación. Estás bajo de musculatura, así que por ahora, debes permanecer aquí hasta que te recuperes un poco.


- Lo entiendo.


- Es tu móvil. Ha estado apagado estos años pero lo he cargado por si necesitabas hablar con alguien o responder mensajes.


- ¿Mensajes? – pregunto con una sonrisa - ¿De quién tendría mensajes? Sabes tan bien como yo que no tengo demasiados amigos. Dudo que me hubieran mandado mensajes.


- Ya, bueno... por si acaso, es tuyo. Por cierto... no sé si te acordarás de Deidara.


- ¿Deidara? ¿Deidara? – pienso el nombre, pero no me viene nada a la cabeza.


- El chico de la pista de tenis, el del club. ¿Te acuerdas?


- ¿El chico de cabello largo y rubio? ¿Ése con el que no te atrevías a hablar?


- Sí, bueno... estamos saliendo. Sé que no te lo dije y lo siento, nos contábamos todo pero...


- Te gustan los chicos, ya lo sabía, bueno no lo sabía pero me olía algo – sonrío.


Miro de nuevo hacia el pasillo. Ni siquiera recuerdo el nombre del médico, sé que me lo dijo, pero no le presté demasiada atención. Mi cerebro está realmente lento y aún parece estar funcionando algo mal en algunas cosas. No puedo dejar de pensar en él y en lo triste que se ha ido.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).