A la mañana siguiente Kyuhyun una molestia sobre los ojos y los abre perezosamente recordando poco a poco lo vivido en el viaje, mira su celular y se da cuenta de que se había quedado dormido toda la noche, recuerda a su compañero de viaje y va a su habitación - ¡conejo!
Mira la puerta con pereza – está abierto… pasa y no grites tanto
Entra a la habitación y mira al otro – levanta, no seas perezoso – se sienta al borde y lo sacude – no estamos hibernando…
- nos quedamos dormidos… - se endereza y sonríe – tengo hambre...
- si comes como empujas el chocolate, no me sorprendería – ríe y se levanta – quien tarde más en alistarse paga el desayuno – toma las colchas y las jala hasta hacer caer a Sungmin al piso – hasta ahora voy ganando
- ¡oye! – lo mira irse desde el suelo y como puede le lanza una almohada fallando completamente - ¡ya verás pulgoso! – se levanta farfullando contra el menor – que lobo ni que lobo, es un cachorro pulgoso y molestoso, empujarme al piso por diversión – toma sus cosas y se mete a la ducha, se da la ducha más rápida de su vida, pero cuando sale casi se cae del susto - ¿Qué haces aquí?
- gané – lo mira divertido desde la cama, se había bañado tan rápido que aún tenía el cabello mojado y la ropa se le pegaba en algunas partes donde no había secado bien – por lento ahora me debes el desayuno
- y te ríes – le pega con una almohada y empieza a reír también – tramposo, ahora te aguantas porque me encanta vestir mucho más lento de lo que me baño – le saca la lengua y saca ropa de su maleta, frunce el ceño con flojera y alza el primer pantalón que encuentra –
- no piensas ponerte eso, ¿verdad? – mira desde la cama el horroroso y ancho pantalón – vas a parecer un campanario andante
- no parece campanario – alza el pantalón para mostrárselo – es muy bonito
- para un museo de ropa hippie, quizás – se levanta y rebusca entre su ropa hasta encontrar un pantalón que le parecía decente– usa este, seguro que te queda mejor
- pero es ajustado… - mira el pantalón que había comprado mucho tiempo atrás pero casi nunca se ponía para que su pareja no se pusiera celoso –
- exagerado – le entrega el pantalón – ajustado dices, otra cosa es que tienes trasero, pero tranquilo, te aseguro que no vas a parecer un actor porno – se recuesta en la cama de nuevo – apura, ya me debes el desayuno, ¿acaso quieres pagar el almuerzo también?
- eres maligno… - se mete al baño y se pone el pantalón mirándose ves tras ves al espejo – no sé… - sale del baño y se pone el poleron más ancho que encuentra – ahora si
- en serio – lo mira con los ojos entrecerrados y le lanza una almohada - si no es el campanario es un saco de papas, ¿verdad?
- no quiero que me anden mirando el trasero – le devuelve el golpe con la almohada – y no es un saco de papas, es un polo muy bonito – termina de alistarse – vamos, deja de mirar mi ropa con esa cara
- no lo miro de ninguna forma, solo no entiendo porque ocultarte detrás de esas ropas anchas, pero, tenemos toda la semana para arreglar eso – sonríe fingiendo inocencia – vamos conejo, si no desayunamos pronto me pondré muy gruñón –
Lo mira sonreír y se estremece – pareces el sabueso de los Baskerville, ni cachorro ni lobo, un sabueso aterrador
- ¿sabueso? – ríe – bueno, no ando bañado en fuego ni asesinando para que se queden con la herencia, y te aseguro que no estoy famélico
- ¿sabes de que estoy hablando? – lo mira sorprendido –
- ¿no debería saber? Si conocer las historias de Sherlock Holmes son cultura general – entran en el restaurante y se sienta en la primera mesa que ve –
- créeme, hay mucha gente que ni siquiera sabe que Sherlock es un personaje literario y no una serie de televisión – toma la carta y sonríe al ver el costo de los desayunos – debo admitirlo, eres listo
- y también económico, no necesitas despilfarrar para disfrutar de un viaje
Tener mascotas podía ser complicado, ya era el tercer par de zapatos que su cachorro malograba y ahora tenía que reponerlos, miraba las estanterías cuando escucha un griterío, curioso busca el origen y ve tumulto de gente, se acerca y al instante reconoce a una de las personas, el chico que había conocido en el aeropuerto discutía a voz en cuello con otros dos de aspecto grotesco
- ¡¿acaso son imbéciles?! Si una persona te dice que no, es no –
- tú no te metas, a ellas les gusta que las toquen, otra cosa es que se hacen las difíciles
- no, tú eres un retrasado, ¡ella te dijo que no y en lugar de respetar la ofendes!
- a mí no me insultas, seguro querías que a ti también te toque, marica de mierda
- marica yo – suelta una carcajada burlesca – lo dice el tipo que necesita acosar a una chica para que le haga caso
- como te atreves… - enfadado por no tener un mejor argumento lo golpea en el rostro – ahora vas a aprender no meterte donde no te llaman
Se toca la mejilla golpeada y sonríe – cobarde – se endereza y le devuelve el golpe –
Miró aterrado la rapidez con la que había evolucionado de discusión a pelea, pero cuando vio que una tercera persona se metía en la pelea y entre dos agredían al chico lindo su cuerpo reaccionó antes que su mente, molesto por la injusticia se mete en la pelea igualando los números – hola de nuevo –
frunce el ceño al ver como se metían dos más a la pelea, pero logra reconocer a uno de ellos - ¿tú otra vez? ¿acaso eres un acosador?
- ¿y si conversamos después? – logra evadir un golpe y enganchar uno en el hígado dejando al tipo sin aliento en el piso, se gira para ayudar al otro y sorprendido ve como con un ágil movimiento doblega al otro y lo manda al piso – vaya… creo que no necesitas ayuda
- ahora va a entender que no es no – sonríe mirando al piso y luego a la chica que había sido la víctima, ella solo hace una venia y susurra un “gracias” antes de irse, eso es suficiente para sentir que la pelea había valido la pena –
- vámonos antes de que venga la policía – susurra al oído del chico –
Irritado por la cercanía se aleja - no me hables tan cerca, es molesto – escucha un barullo – maldición – toma del brazo a Siwon y se aleja del lugar hasta llegar a una plazuela – maldición, no necesito problemas ahora – se deja caer en una banqueta – ahora sí, explícame ¿cómo es que vuelves a aparecer en mi vida?
- soy yo quien debería de preguntar, ¿Cómo es que cada vez que nos encontramos estas en peleas? Diría que eres un peleonero, pero se nota que no eres de pelear – señala las heridas de sus manos –
- no me gustan las injusticias ni la gente estúpida – se encoge de hombros – bueno, gracias por la ayuda – se levanta para irse- espero no volverte a ver nunca mas
Lo mira irse y suspira, ese chico siempre se las arreglaba para dar la última palabra, pero no estaba conforme, había algo en él que lo atraía, era como un magnetismo que no entendía. Olvidando que tenía que comprar y más preocupado por el otro y sus heridas empieza a seguirlo, necesitaba asegurarse de que al menos curara sus heridas.