Llevaba casi una semana sin hablar con su amigo, lo extrañaba muchísimo, pero sus palabras habían sido muy hirientes y sabía que eso significaba una gran fractura en su amistad, quizás incluso sería el final, y aunque dolía, lo aceptaba, después de todo, no hay peor ciego que el que no quiere ver y lamentablemente su amigo no quería ver lo tóxica que era su relación, pero ya no insistiría, dejaría fluir la situación y aceptaría las consecuencias.
- Eh… ¿Hee? –
- Estaba con sus compañeros cuando escucho una vocecita algo tímida pronunciar su nombre, no necesitó girar el rostro para reconocer la voz de su amigo, tomo aire profundo y giró listo para hablar con él y solucionar las cosas – Sungmin – lo observo de pies a cabeza, su amigo se veía más delgado, con unas ojeras marcadas y algo desgarbado –
- Hola – susurró tímido – podemos… - tomo aire profundo para tomar valor - ¿podemos hablar? Por favor…
- Miró a su amigo, y, aunque quería hacerle sufrir un poco, verlo y notar el evidente decaimiento de su pequeño conejo era suficiente para romper su muro, después de todo, no era capaz de ignorar a su mejor amigo. Rodó los ojos y soltó con simpleza – sabes que sí, no tienes por qué poner esa carita asustadiza – se levantó y con un movimiento de manos se despidió de sus compañeros y camino junto a su amigo, o más bien, delante suyo hasta un lugar más privado –
- Dejo salir un suspiro de alivio cuando vio la sonrisa de su amigo y lo siguió en silencio, aunque había pedido hablar no tenía ni idea de cómo comenzar una conversación, mucho menos sabia como haría para disculparse –
- Llego a una pequeña plazuela y se sentó, para su suerte estaba vacía, así nadie los interrumpiría y podrían hablar como se debe – entonces… ¿puedes dejar de temblar? Sabes que no te voy a comer
- Lo… lo siento – tomo aire varias veces para juntar valor y mirar fijamente a su amigo – yo… yo dije cosas malas, te dije cosas muy crueles, ¡pero te juro que yo no pienso así!
- Alza una ceja observando fijamente a su amigo – no lo haces, pero aun así me dijiste todo eso, disculpa si no te creo
- Hee… - se muerde el labio para evitar llorar – en serio lo siento, eres mi mejor amigo, es solo que… pensamos tan distinto y yo solo… solo me deje llevar por la frustración. Por favor discúlpame, te necesito en mi vida…
- Min… - suspira - ¿Qué te puedo decir ahora que no te haya dicho antes? Tú sabes mejor que nadie lo que pienso, también sabes que te quiero demasiado y tu bienestar siempre será mi prioridad
- Lo sé, créeme que lo sé, pero yo no pienso como tú, yo me siento feliz con Kang, te lo juro – lo mira y no puede evitar sentir unas inmensas ganas de llorar –
- Mira a su amigo y siente un terrible dolor instalarse en su pecho – aunque intento hacerme el difícil, eres mi mejor amigo – se levanta y abraza a su amigo – igual tengo un par de cosas que decirte, pequeño conejo
- Heemin… - lo abraza con fuerza y se pone a llorar, lo había necesitado tanto en esos días, su relación no mejoraba mucho, no podía concentrarse en sus clases, sus notas empeoraban, y encima estar peleado con su mejor amigo había sido demasiado para él – escucharé todo lo que digas, no volveré a hablar sin pensar ni nada, lo prometo
- Tranquilo mi pequeño, primero tranquilízate, luego podremos hablar con calma – hace sentar a su amigo y le acerca un pañuelo –
- Gracias… - sonríe como puede y se limpia las lágrimas – siempre terminas consolándome, seguro ya estas aburrido
- Muchísimo – suelta con sorna y besa su frente – uno de estos días en lugar de pañuelo te pasaré una lija – bromea –
- Malvado – ríe entre lágrimas – deberías decirme lo mucho que me extrañaste, no esas cosas feas
- Pero así me quieres – sonríe más tranquilo – yo también te extrañé muchísimo, eres un conejo que se hace extrañar – pellizca sus cachetes de forma juguetona –
- ¡Auch! – toca su enrojecida mejilla y suspira sintiendo la carga sobre sus hombros menos pesados – tengo muchas cosas que contarte, te vas a sorprender
- ¿Me contaras del otro pequeño que a veces camina contigo?
- ¿Nos viste? – lo mira sorprendido – es Wookie, lo conocí el día que pasó eso – se muerde el labio intentando evadir el tema – y pues… escucho nuestra, ya sabes, lo que conversamos, y me habló, me contó que él estaba pasando una situación similar, su novio está lejos por trabajo
- ¿Otro amor a distancia? – alza una ceja mordaz – y supongo que su relación se parece bastante a la tuya, ¿verdad?
- No necesitaba ser un genio para saber lo que estaba pensando su amigo, pero no quería pelear con él – si… nos parecemos bastante, él me ayudo a comprender bastantes cosas
- Me imagino que si – suspira – entonces, ¿arreglaste las cosas con tu… pareja? – odiaba hasta mencionar la existencia de Kangin, pero tampoco quería pelear –
- Si… algo así – sonríe, no se atrevía a decir lo que de verdad estaba pasando, y por la mirada de su amigo supo que tampoco lo podía engañar – bueno, quizás no estamos a la perfección, pero, ninguna pareja es perfecta, y ambos damos lo mejor para que funcione
- Ambos… - asiente – me imagino que sí, y si me dices que ahora te sientes mejor con tu… con Kangin, de corazón te digo que me alegro, solo quiero que tú seas feliz
- Lo soy, lo prometo – sonríe, no había dicho toda la verdad, pero era lo suficientemente veraz para que su amigo este tranquilo – ahora, como disculpa, ¿me aceptarías un helado de fresas?
- ¿fresas? – suelta una carcajada al escuchar el soborno que le ofrecía su amigo, la respuesta que le había dado no lo convencía, pero por el momento era suficiente, después podría sacarle la verdad completa – me tendrás que dar muchísimo más que un helado, pero por ahora está bien – se levanta de un salto y toma la mano de su amigo – vamos pronto, antes de que se terminen