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De fuego y sueños por Yusei156

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Existe una leyenda muy popular entre los enamorados. La gente solía contar que al llegar a los 21 años algo mágico sucedía. Cambiabas de lugar con tu ser amado y a partir de allí se cerraba un pacto silencioso que los uniría de por vida. Un día, podías vivir como la persona con quien estás destinado a pasar el resto de tus días. Una historia romántica, muchas personas hubieran dado lo que fuera por conocer el amor verdadero y dejar de seguir equivocándose con otro más. 

  Pero esa era una historia muy distinta a la que deseaba Severus Snape. El solo quería ser feliz con alguien que ya ocupaba un lugar en su corazón. Nunca imaginó como ese día pondría fin a sus planes a futuro.    La cabeza le dolía, a decir verdad no recordaba haberse ido a dormir esa noche, sabía que el seminario de OGM sería pronto y debía de entregar los avances de su ponencia. Se regañó mentalmente mientras buscaba mantenerse con los abiertos, ni siquiera recordaba que sus sábanas eran de color rojo.    —¡Las sábanas!— exclamó con sorpresa, jamás en la vida había tenido sábanas de colores y si tuviera que escoger definitivamente ese no sería. Con cuidado comenzó a inspeccionar la habitación, no se le hacía conocida, al analizarla con un poco de detenimiento se dio cuenta de que no era parte del campus, era una habitación mucho más amplia y se notaba la diferencia de calidad en los muebles.    Al levantarse observó algo más, no estaba solo. En la misma cama que había despertado se encontraba un chico durmiendo, no sabía distinguir bien la altura pero sabía que era castaño y de cabello corto, una mala descripción considerando que habían muchos de esos en el campus.    Busco su ropa en el suelo, seguramente había llegado allí drogado o algo similar. Siendo Omega instintivamente tocó la parte trasera del cuello, poco después suspiró con alivio. Solo agradecía que el descarado que se atrevió a llevarlo hasta allí al menos no lo había marcado como suyo. Esa hubiera sido una de sus peores pesadillas cumplida en un abrir y cerrar de ojos.    Por más que busco no encontró nada que le perteneciera, es más, había ropa de una tercera persona pero ni rastro de la suya. Eso comenzaba a impacientarlo así que decidió revisar en alguno de los cajones al menos podía tomar algo de ropa sin sentirse culpable.    Severus se dirigió al baño esperando poder limpiarse antes de llamar al maldito que seguramente lo había dejado en ese lugar, todo tenía el sello de Barty. Lo que no se esperaba era que en el espejo del baño encontraría a un hombre muy distinto.    —¡¿Qué mierda!?— gritó intentando recordar qué había hecho la noche anterior. Con cuidado se tocó el rostro y confirmó que era exacto el que estaba en el reflejo. Detallo su piel con la yema de los dedos, era suave aunque estaba un poco reseca, delineo un rostro atractivo, bien definido, parecía tener una simetría perfecta. Fijó su mirada en los que ahora eran sus propios ojos y por fin lo notó. Esos ojos plateados resplandecientes, esa sonrisa que era inconfundible con los años.   —¡Tú!— exclamó al reconocer a la persona frente suyo, bueno, en realidad era solo el cuerpo pero era inconfundible, sin duda alguna se trataba de aquel niño que había conocido años atrás. Él que le había prometido volver por él y jamás lo hizo.    No entendía que esta sucediendo pero si había algo que hacer era salir de allí y encontrar su propio cuerpo, porque claro, alguien debía de estar allí. Con algo de pena entro a la ducha y se dio un baño, odiaba admitirlo pero ese cuerpo despertaba en él pensamientos insanos.    En silencio y tratando de no despertar a quien fuera que estaba aún dormido en la cama se puso una muda de ropa y salió. No sabia en que parte de la ciudad estaba, ni si estaban en la misma ciudad. Pero si estaba pasando de acuerdo a la leyenda al final del día estaría de regreso.    Bajo las escaleras con cuidado, no sabía si habría alguien más en el departamento pero era mejor ser prevenido. Lamentablemente su táctica no funcionó, no contaba con que él otro dueño del lugar estaría limpiando justo la entrada.    —¡Sirius! Hermano, que bueno verte despierto temprano. Apuesto que es un gran día para que salgas de compras todo el día y llegues como a eso de las 11 de la noche—comentó como si fuera lo más casual del mundo. James Potter era el peor para guardar secretos.    —¿Disculpa?— contestó Severus confundido, más que nada porque se acababa de enterar del nombre del chico en el que estaba. Había imaginado durante años volverse a encontrar pero nunca supo nada de él.    —Que si te puedes desaparecer todo el día, Remus ha planeado esto por meses y me mata si se entera que te dije, así que necesitamos el camino libre para que todo salga perfecto— le pidió casi suplicando.    —Si bueno, ¿Sabes a donde debería ir si estuviera preocupado?— preguntó intentando pensar un lugar al que se dirigiría su cuerpo. Tenía que encontrarlo para ver como solucionar las cosas.    —¿Un bar? No se amigo, luego solo desapareces— bromeó James, no entendía porque la pregunta pero seguro habría una buena broma tras ello.    Sin pensarlo mucho salió de aquel lugar. Definitivamente no volvería ese día, no podía asistir a una fiesta que no era para él, mucho menos convivir con una pareja que no era la suya, sería como engañarlos a ambos.    Con atención se fijó en el edificio y trato de memorizar la dirección, si la leyenda era cierta entonces volvería allí en múltiples ocasiones. Severus suspiró con pesar, jamás había imaginado que al salir del edificio habría solo dos calles de distancia de su actual universidad.    La universidad de Hogwarts, única en todo Londres y la primera en aceptar alumnos Omega en los mismos salones que beta y alfa sin hacer distinción por su condición. Un paraíso para todo omega que como él había sido discriminado una vida entera.    Comenzó a caminar por el campus, para su buena suerte había sido reconocido por el portero así que no hubo problema al momento de entrar. Parecía ser que se trataba de una persona agradable. No tardó mucho en llegar a su habitación, porque si, él de hecho tenía beca completa así que no podía darse el lujo de vivir en otro lado que no fueran los dormitorios.    Al entrar a su habitación se dio cuenta de que no había nadie pero la puerta estaba abierta, no sabría si agradecérselo al dichoso “Sirius” o a su tan “agradable” compañero, que si bien no era del todo molesto eso no quitaba el hecho de que era un niño consentido en muchos aspectos.    —¿Sirius?— escuchó la pregunta detrás de él y quedó muy sorprendido. No esperaba que su compañero lo conociera. No sabía qué tipo de relación tenían y mucho menos si se llevaban bien.    —Barty— contestó intentando sonar formal, ni siquiera sabía de donde se podían haber conocido.    —¿Viniste a buscarme? ¿Te interesa mi oferta de la otra noche? Te prometo que lo disfrutarás tanto que tendrás que rogarme por una segunda vez— coqueteo con todo descaro, tenía tiempo de que el joven Black estaba en su lista y desde que había formalizado con el Beta su oportunidad se había reducido considerablemente —No recuerdo haberte dicho donde dormía— le dijo mientras se acercaba más y más a él. Esa cercanía comenzaba a incomodar a Severus quien por acto reflejo se echó para atrás.    —Vine a ver a Snape, ¿sabes donde esta? — se limitó a preguntar, claro que quería saber más de la relación de Barty con ese chico pero ese no sería el día.    —¿Sabes que es propiedad de Lucius, no? Mejor aléjate Black, no es para ti— le contestó cortante el rubio. No podía creer que no solo lo rechazará, sino que además le preguntará por otro.    —¿Su propiedad?— contestó alzando una ceja, era claro que esas últimas líneas no le habían gustado para nada. Sin decir una sola palabra se dio la vuelta, cuando estuviera en su propio cuerpo se encargaría de mostrarle a Lucius lo que la palabra “propiedad” significaba.    Decidió irse de aquel lugar, era suficiente para un solo día. No sabía que debía de hacer en ese momento así que comenzó a caminar sin rumbo alguno.    <<Sirius Black>>   Pensó por un momento, desde que había empezado a compartir habitación con Barty en su primer año en la Universidad comenzó a conocer a los miembros de Slytherin y en los tres años que llevaba de carrera podía haber jurado que conocía a todos los Black que cursaba alguna carrera. Nunca había escuchado ese nombre.    Con frustración se dirigió a la habitación de la única persona que podía resolver sus dudas y con la apariencia que tenía en ese momento no existiría una persona que se le pudiera oponer. Sobre todo porque eran familia.    Camino por los pasillos de Slytherin con la frente en alto, no podía creer cómo es qué había tanta gente que le miraba con desprecio. Parecía como si todos los que se encontraba supieran de su existencia y además le odiarán por ello.    Cuando por fin llegó a la habitación de su buen amigo comenzó a dudar en tocar, era extraño pensar en que tal vez estaba en el cuerpo de un chico que había herido a su familia. Quizá era una mala persona y por eso el resto de sus familiares lo pasaban de largo. Sin embargo antes de que pudiera hacer algo la puerta se abrió, entonces se dio cuenta de que no había marcha atrás.    —¿Sirius? Supongo que no viniste a seducirme y tener sexo salvaje— dijo Ethan Nott tan pronto lo vio, a decir verdad le parecía raro ver al desheredado Black frente a su puerta, pero pocas veces tenía una oportunidad tan buena como esa.    —¿Dónde está Regulus?— preguntó Snape intentando modular el tono de su voz, lo último que quería era armar un escándalo frente a la habitación de su amigo.    —¿Reg? Creo que ya dejó muy en claro que no desea verte— le contesto cortante, no podía creer que se atreviera a buscarlo. Intentó cerrar la puerta, pero una mano lo detuvo, sabía que no era tan fácil deshacerse del mayor de los Black.    —¿En serio? Quiero que él me lo diga en la cara— Severus no sabía con exactitud lo que estaba haciendo, pero su curiosidad era más grande. Necesitaba saber qué había pasado entre ellos.    —Pues tú querido hermanito no esta y si creías que por ser tu cumpleaños te iba a hablar estás muy equivocado— sonrió de forma cínica para después cerrar la puerta en la cara del desconcertado Alfa que tenía frente suyo.    En cambio Severus se sentía más confundido que nunca, por lo que sabía Regulus si había tenido un hermano, pero siempre que hablaba de él era como si estuviera muerto. Solo una vez había salido el tema y al darse cuenta cómo es que comenzó a llenarse de lágrimas decidió no volver a mencionar al hermano que hasta ahora creía muerto.    Comenzó a caminar más confundido que nunca, si no recibía respuesta de su propio “hermano” suponía que seria una perdida de tiempo ir a buscar a las primas de Reg. Ya algo cansado de no obtener respuestas decidió dedicarse a lo único que podía hacer de productivo por su día.    Se dirigió a la biblioteca, no tenía ni idea de que estudiaba el hermano de su amigo, ni si es que en verdad estaba inscrito así que decidió ir a la biblioteca central, al menos allí conseguiría información para la ponencia que daría en un par de semanas.    Angustiado por lo que fuera que pudiera estar haciendo su cuerpo decidió centrarse en leer y siguió así durante horas hasta que por fin vio un rostro conocido. Quizá esa sería su mejor oportunidad de enterarse de todo lo que quisieran ocultarle. Salió caminando tranquilamente, sabía perfectamente a dónde se dirigía Lucius, no había manera de perderlo.    Le siguió por los pasillos hasta llegar a la sección de Ciencias Sociales, porque si, estudiaba política en la Universidad. A pesar de que estuviera haciendo su maestría le veía muy seguido en la biblioteca central, de hecho odiaba admitirlo pero había veces que solo iba allí esperando encontrarlo.    —Malfoy— le saludo a unos cuantos metros y aun así el rubio no había dudado ni un segundo en ignorarlo como si su existencia pasará desapercibida. —Así que no te dignaras a hablarme— dijo en voz alta, sabía que si algo no le gustaba a Lucius eran los escándalos.    —Si estás buscando a Regulus olvídalo, tiene mejores cosas que hacer que enfocarse en su hermano muerto— le contestó sin voltear a verlo, era un desperdicio de tiempo.    —¿Y si te digo que no vine por Reg? Estoy buscando a un chico, se llama Severus Snape ¿Lo conoces?— preguntó con un obvio tono de sarcasmo.    —Si, es compañero de cuarto de Barty— dijo como si fuera un tema carente de importancia, algo que Snape no podía ignorar, no después de haber estado saliendo con él por más de 8 meses.    —Me alegra saberlo, lo conocí hace poco y creo que esta hecho para ser mío— declaró antes de darse la vuelta y salir de aquel lugar. No le bastaba con llamarlo “su propiedad” ahora ni siquiera podía admitir que era algo más frente aún futuro enemigo.    Con frustración y tristeza comenzó caminar hacia el parque que estaba a unas calles del campus. No podía creer cómo es que había dejado que todo lo controlarán sus emociones. Se sentó en una banca intentando pensar que ya pronto terminaría ese día, aunque sería una lástima que el famoso Sirius se perdiera la sorpresa preparada por su pareja.   

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