Izzy estaba tratando de soltarse de Catarina, desde que vio a su hermano quedar atrapado trató de liberarlo, sin embargo la bruja le impedía que esta se acercara, ambas sabían bien que no podían intervenir. El dolor para Alec en aquel momento era insoportable, sentía como sus órganos colapsarían en cuestión de segundos debido a la fuerte descarga que estaba sintiendo en aquel instante, sus gritos aumentaron con cada segundo que pasaba, de golpe todo se detuvo y cayó en seco en el piso, su cuerpo y cabeza dolía, aún podía sentir un suave cosquilleo por todo el cuerpo.
Nr. Alexander.
Tomé en aquel instante grandes bocanas de aire, mi corazón estaba latiendo con fuerza, juraría que estaba muerto de no ser porque mis ojos se enfocaron en aquel vampiro que era tan cercano a mi novio y futuro esposo, si esposo, pensaba pedirle matrimonio a Magnus luego de que las cosas se calmaran. Raphael estaba parado justo en la entrada de la habitación de mi brujo, como pude me levante y acerqué con curiosidad, mi corazón se puso a latir con fuerza, necesitaba y queria verlo.
—Vaya, a pesar de todo él sigue queriendo verte... Su corazón quiere verte a pesar de que por tu gente lo pusiste en bandeja de oro en las manos de su padre. —Escuchaba como el chico hablaba con cierta tristeza en su voz, iba a adentrarme a la habitación, ya que no quería seguir escuchando como me culpaban, pero él me detuvo y siguió hablando.— Magnus me ayudo mucho, en todo mi proceso, me ofreció un hogar, estuvo en los momentos difíciles y ahora por un simple cazador esta así... En este corto tiempo simplemente hace lo mismo una y otra vez, mueve sus manos, no come, no duerme, aunque su padre no este habla con él.
Mi mirada fue directamente a donde se encontraba mi pareja, nunca esperé ver a Magnus tan desarreglado, sus cabellos estaban opacos, su cuerpo a pesar de que paso tan solo dos días estaba más delgado, no había rastros de purpurina en ninguna parte de su ser, este Magnus no brillaba. Me quedé mirando con tristeza y culpa como movía sus manos en un intento inútil de que su magia volviera a ser uno con él, a medida que me iba acercando podía notar cada vez más las cosas que cambiaron en él
Nar.Normal.
—Padre, recíbeme en tu reino, disculpame por rechazarte, disculpame por mis ofensas... Padre, Rey de Edom, recíbeme en nuestro reino, es momento de que el hijo vuelva a vivir con su padre. —Aquellas palabras salían de los labios del gran brujo de manera de suplica, aunque él odiara suplicar y disculparse, sabia que necesitaba de Asmodeus, necesitaba de aquel hombre que abuso de él en su niñez, de aquel hombre que le hizo hacer cosas terribles, pero con ese hombre también pasaron momentos buenos.
—Magnus, amor. —El joven cazador se acercaba lentamente y se atrevió a tomar ambas manos ajenas, el azul de los ojos de Alec se encontraron con los ojos opacos del brujo, en ellos el cazador podía ver toda la tristeza y dolor que estaba sintiendo, vió lo caro que le salió liberar a su Parabatai—. Lo siento tanto por lo que hice, no debí dejarte solo, Magnus, necesito que reacciones o Izzy te va a patear tu brilloso trasero. —Lo último lo soltó en un tono gracioso aunque con un deje de tristeza, de repente Alec vio como el brujo sonreía con felicidad, el cazador pensó que había logrado traer de nuevo al chico pero toda esa idea se vino abajo con el grito de Raphael el cual se encontraba observando todo.
Cuando Alexander volteo pudo notar un pentagrama con llamas de color rojo oscuro, en el centro la figura de un hombre apareció. Este tenía un porte elegante, un traje que resaltaba su perfecto físico, tenia el pelo casi hasta los hombros, su piel era morena y sus ojos rasgados quedaban a la perfección con sus ojos de gato.
En aquel momento Alexander supo quien era, su rostro paso de felicidad a horror, horror al ver como Magnus caminaba hacia el pentagrama. No dudo dos veces y junto con Raphael corrieron a sostener al brujo.
—Pero si es el querido novio de mi pequeño niño, perdona mi malos modales, la emoción de tener a mi pequeño queriendo volver a casa hace que los olvide. Soy Asmodeus, rey de Edom. ¿Tu suegro? ¿Ex suegro? Quién sabe.—Las últimas dos preguntas salieron con un tono de burla, el demonio abrió sus brazos en dirección de su hijo el cual luchaba por soltarse—. Ven mi niño, es hora de volver con tu padre.
—No te lo llevaras, puedes ser un Ángel que ni así te lo daría. ¿Cómo es que estas aquí? No puedes salir de tu reino.
—Niño estúpido, soy un Ángel caído, por lo tanto Magnus tiene sangre de demonio y de ángel. Magnus es lo mejor de tres especies, demonio, ángel y humano, y simplemente no estoy aquí, tan solo ves un reflejo mío. Ahora basta de discusiones familiares. —Los ojos de Asmodeus brillaron con fuerza provocando que los dos chicos que sostenían a Magnus salieran volando contra un mueble, realmente su magia era inigualable como para no estar presente en aquel momento. Magnus al verse libre fue directamente donde su progenitor, cuando se abrazo a este el aspecto del brujo empezó a tomar vida, lucia tan vivo, guapo, brillante.— Hora de volver a casa, mi pequeño.
Alec y Raphael gritaban desesperadamente que no fuera, que se quedara, pero nada de eso pasó. En un abrir y cerrar de ojos padre e hijo no estaban, toda la casa volvió a la normalidad y la barrera de entrada se rompió. Alec fue el primero en reaccionar de ellos dos, fue directamente a donde con anterioridad se encontraba el pentagrama.
—No, Magnus, no... Por el ángel, juro que iré al mismísimo infierno y te traeré de los pelos, no te vas a liberar tan fácilmente de mi, estúpido brujo. —El cazador soltaba aquellas palabras con decisión, enojo y tristeza—
Cuando el vampiro reaccionó tomó de manera inmediata al cazador del cuello y le enseño los colmillos en señal de enojo, ya había perdido a su hermana Rosa y ahora a alguien que era como su padre, con su hermana sintió toda la impotencia de no poder ir a su funeral, con Magnus sentía la impotencia de no poder hacer nada, nada por salvarlo.
[Con Catarina e Isabelle]
Para ambas chicas los minutos parecían horas, desde que Alexander había logrado atravesar la barrera no habían tenido noticias, tan solo escuchaban ligeros gritos los cuales salían distorsionados a causa de la barrera. Isabelle estaba como para tirarle su larga colección de zapatos a aquel maldito impedimento para entrar al Loft.
Por su parte Catarina trataba de controlar su magia pero bien sabía que su poder al lado del de Asmodeus era como poner a una hormiga con un león a pelear, le enojaba no poder hacer nada, tenía miedo de que Magnus terminará como Ragnor.
—¡MIERDA RAGNOR, DEBERIAS ESTAR ACÁ! Tirar está jodida barrera y sacar a Magnus de los pelos. —Grito la bruja a su inexistente amigo, y como si el deseo se le hubiese cumplido la barrera desapareció.—
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