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Amor del demonio por Sakuriita_Henandez

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-"¿Porque no vez al espejo?"- pregunto aquella voz haciendo que el peliazul mirada el reflejo frente a el, llevándose una impresión que casi lo mata.

Era el en su totalidad, su rostro era el mismo, mismo cabello, mismos ojos, pero a la vez, eran completamente diferentes, alas grises y raquíticas, uñas negras, un cuerno sobresaliendo de su frente y, lo que mas le impactaba, marcas iguales a las de Karma en su fase demoniaca, solo que a el solo le cruzaban la parte izquierda del cuerpo, haciendo que contrastara totalmente con su lado derecho.

-Un demonio...- susurro refiriéndose a el mismo.

-"Ya quisieras... No somos ni un demonio, ni un ángel, de hecho, ni siquiera un humano completo" - le replico aquella voz con desden - "Mira, mas fácil y sin tanta vuelta, tu cuerpo es el envase del espíritu angelical y demoniaco de un mismo ser que fue expulsado tanto del cielo como del infierno".

-... ¿Que?

-"No eres humano, no eres un ángel y tampoco un demonio" - aclaro - "Sin embargo, se los sentimientos que tienes por ese demonio, y quiero que estés con el, por lo que ahora debes escuchar con cuidado".

-Y por que lo haría? Cuando niño, siempre me decías que hiciera cosas incorrectas...- dijo Nagisa con desconfianza.

-"Porque yo también amo... Ame a un demonio, pero cono eramos opuestos fuimos separados por el "infinito amor" de un tirano al que no le pareció que nosotros nos amáramos..."- explico la voz con melancolía y odio grabados en cada palabra - "Por eso te quiero ayudar..."

-Y como planeas ayudarme?

-"Debes corromper tu alma... Ser igual a el en todos los aspectos... Convertirte en un demonio aun estando vivo..."

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-Y, ¿como planeas corromperme? - pregunto el peliazul intrigado.

-"Existen muchas formas de manchar un alma" - hablo la voz con natural malicia -"Aunque, he de admitir, algunas ni a mi me parecen... ¿Correctas?"- aclaro dudando un poco del término empleado.

-Entonces, ¿hay cosas que ni a los demonios les parecen? - pregunto Nagisa sorprendido, había visto que Karma era un poco especial, algo similar a un demonio justiciero ya que solo le gustaba causar disturbios entre rufianes, pero escuchar que todos eran así, sin duda era algo extraño.

-"Para empezar, no soy un demonio y, para continuar, dentro de mi, aun existe una naturaleza que no puedo dejar por mas que quiera " - confeso la voz con pesada resignación.

-... Entonces?

-"Llegado el momento te lo diré, por lo pronto, regresa y actúa de forma normal con Karma, pero no lo dejes acercarse demasiado, podría ser peligroso... Tanto para el como para nosotros..."

-Nosotros?

-"Si idiota, yo vivo dentro de ti. Todo lo que te pase me afecta"- aclaro la voz como si de algo obvio se tratara -"Cuando la loca de tu madre nos apuñalo, pensé que volveríamos a morir... Fue horrible!"

-Sabes, loca o no, sigue siendo mi madre...- dijo el peliazul molesto abriendo la puerta del baño - Y como esta eso de "pensé que volveríamos a morir"? - le cuestiono haciendo una imitación chillona de la voz en su cabeza.

-"En primer lugar, mi voz es igual a la tuya, así que no hagas ese tipo de cosas, es molesto..."- bufo con irritación - "En segundo, el hecho es que no es nuestra primera vez como humanos, aunque si es la primera vez que olvidas todo lo referente a nuestra historia..."

-Tenemos historia? - volvió a preguntar el peliazul deteniéndose antes de abrir la puerta de su dormitorio.

-"Si, pero aun no es momento para que tu la sepas..."

-Comienzas a molestarme con eso de "aun no es momento", " cuando llegue el momento", si me vas a decir algo me lo dices ya y dejas de estar jodiendo con el maldito momento!- reclamo Nagisa desesperado por el misterio.

-"No deberías gritar Nagisa... No estamos solos..."- sugirió la voz antes de que la puerta del dormitorio se abriera dejando ver a un agitado pelirrojo que miraba sorprendido y apenado al de ojos celestes -"Te lo dije... Recuerda, no debe acercarse a ti demasiado..."

-Karma... Yo...

-Lo siento! Realmente lamento lo que sea que te haya hecho, no del todo, pero realmente lo lamento! - le interrumpió el ojos cobrizos dejando ver un sonrojo culposo en su rostro.

-No importa... Yo... Creo que lo mejor será no compartir cama... No, nada hubiera pasado si respetaras el espacio personal desde un principio... Pero ya fue... Así que... Abraza una almohada o consigue un oso de felpa, pero en mi cama no vuelvas a dormir - ordeno Nagisa apartando a Karma para poder entrar - y donde vuelvas a intentarlo, le pediré a Gakushū que me enseñe a poner una barrera como la de aquella vez - advirtió ya desde su cama, donde se tapaba hasta las orejas para ocultar el carmín en las mismas.

-Que!? No! Respeto lo de dejarte dormir en tu cama, solo... Unos días... Pero no hay que meter al pelirrojo desteñido en esto! - reclamo molesto el pelirrojo tratando de acercarse al peliazul.

-Te dije que no te acercaras! - le grito Nagisa retirando de golpe la mano que intentaba quitarle la sabana que le cubría - no te me acerques o esto no terminara del todo bien...- advirtió recitando las palabras dichas anteriormente por aquella voz en su cabeza.

-Me estas amenazando? - pregunto Karma incrédulo ante lo que acababa de decir Nagisa.

-No te estoy amenazando - dijo el peliazul incorporándose para poder ver directamente al pelirrojo - Te estoy advirtiendo.

La voz fría, sus ojos fijos y peligrosos como cuchillas a centímetros de la piel.

Ese no era el mismo Nagisa que había visto partir presuroso al baño.

¿Tan malo había sido lo que había hecho, para hacer a Nagisa cambiar en segundos?

El sabia que el peliazul era por demás bipolar, pero eso iba mas allá de lo que la bipolaridad podía generar.

Doble personalidad? Había escuchado que fuertes traumas conllevan a generar este tipo de trastornos en la personas, pero el no creía haber traumado al pitufo.

Quizás sus clases indirectas para conseguir lo que quería habían rendido frutos al fin.

.
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Fue al tercer día, después de dormir rodeado por molestos palos en forma de cruz, que descubrió algo nuevo sobre Nagisa.

Si prometía algo, lo cumplía.

Sin dudar ni tentarse el corazón.

-(Así se sentirían los vampiros con los ajos?) - pensó sintiendo que el estomago se le revolvía por el olor del incienso.

Estaba en su cama, rodeado por una maldita barrera que el peliazul aprendió a realizar en cuestión de minutos, sorprendiendo tanto a Asano como a el.

Aun podía recordar la cara de idiota que tenía Asano cuando vio la facilidad con la que Nagisa hacia algo que había visto apenas, mientras que el había tenido que practicar por mas de tres semanas.

-(Supongo que es lo único divertido de esta situación...) - pensó el demonio soltando un largo suspiro - (¿Tu que opinas?) - trato de preguntarle a su parte humana, pero como desde esa noche, no había recibido respuesta - (oh... Vamos! Se que la cague, pero vas a seguir molesto por eso? Ni Nagisa se puso así!) - le reprocho enfadado, pero ni así pudo hacer que su parte humana le respondiera.

Quizás no lo aparentara y tampoco lo pensara (no quería que ese molesto humano dentro de el lo supiera), pero comenzaba a preocuparle ese silencio.

Comenzaba a preocuparle que el ser dentro de el desapareciera.

Era el de igual forma. Le gustara o no, que desapareciera "ese" no le auguraba nada bueno...

O eso había dicho el pulpo.

-Tendré que preguntarle después - se dijo acomodándose en la cama, la falta de Nagisa entre sus brazos no le permitía conciliar el sueño tampoco - y, quizás, deba conseguir un peluche también... Uno de pitufo. ¿Tu que piensas Nagisa?

-Que ya dejes de moverte y hablar! Son las malditas tres de la mañana! - le respondiera dio molesto el peliazul.

-Bueno, es normal que a esta hora este inquieto. Recuerda que las animas y los demonios, somos mas activos de madrugada... En todos los sentidos - le regreso el demonio con un descarado tono sugerente.

-Te gusta tentar tu suerte, ¿verdad?

-Soy un demonio, ¿que me podría pasar?

-"Desaparecer es una opción"- susurraron en la cabeza de Nagisa, quien solo se limito a negar tal hecho.

-Solo duerme de una vez...

-Okok... Solo recuerda que tu eres el causante de mi insomnio - añadió el pelirrojo cerrando los ojos y cayendo de inmediato en el sueño.

-"¿Lo haz notado?- pregunto la voz de forma preocupada.

-(¿Que cosa?) - cuestiono el peliazul sin entender que quería esta vez.

-"Puede que solo sea algo que imagino, pero..."

-(¿Tu puedes imaginar?)

-"Sabes, comienzo a entender por que repruebas en algunas materias..." - respondió molesta resonando fuerte en su cabeza - "¿Te costaría mucho, prestar un poco de atención y luego preguntar lo que quieras? Esto es serio..."

-(Perdón... Solo que... Olvidalo, ¿que era lo que me decías?) - pregunto Nagisa poniendo todo de si para no distraerse de lo que fuera que estuvieran hablando.

-"Decía, que si has notado la conducta de Karma estos días. Esta actuando de una forma muy..."

-(Humano...)

-"Correcto" - afirmo aquel ser - "Esta teniendo comportamientos muy normales; o sea, muy anormales en Karma... Es preciso que comencemos a actuar, esto no había pasado anteriormente" - expreso.

-supongo... ¿Anteriormente? - pregunto Nagisa sorprendido.

-"Si... Recuerda que no es nuestra primera vez en este mundo" - le recordó.

-Cierto... Oye, ¿como fueron nuestras vidas pasadas? - pregunto Nagisa con curiosidad.

-"Por que quieres saber eso?" - le respondió esa voz con evidente incomodidad - "Vivimos y morimos, así de fácil, no quieras ver más detalles".

-Eso solo me da mas curiosidad, ¿lo sabes, cierto?

-"Si, lo se... Pero creeme, lo digo por tu bien... Nuestro bien..."

-Nuestro?

-"Si... Los recuerdos dañan Nagisa, existen momentos en los que es mejor olvidar lo que fue y pensar en lo que sera..." - expreso la voz melancólica.

-¿Tan mala a sido nuestra suerte?

-"... Nagisa... Nuestra maldición consta en no morir espiritualmente y, en cada vida, ser el ser mas miserable que pueda existir..."

-Eso... Eso es muy cruel... Tan malo es enamorarte siendo un ángel?

-"Sera mejor que lo olvides... De verdad..."

-Ok... Buenas noches...- acepto el peliazul acurrucandose, listo para dormir.

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"Recuerdo que mirabas al vacío.

-detente...

Quizás mirabas algo que otros no podíamos ver, quizás pensabas mas de lo que algunos hacen.

Nunca supe que era lo que hacías.

Recuerdo tu sonrisa vacía.

-No sigas...

Siempre la tenias cuando viajabas a ese mundo que jamas conocí. 
Era como una estampa que compensaba la sequedad de tu silencio en medio de aquella habitación de blancas paredes y ventanal con protección.

Recuerdo tu voz suplicante y tus manos letales.

-Tu no debes ver esto...

Su recuerdo sigue fresco en mi piel.

Gritabas pidiendo a un ser invisible que se alejara de mi, lanzabas espejos, zapatos y cuchillos al aire mientras me arrastrabas por la casa hasta llegar al armario de tu habitación y nos encerrabas en el, prometiendo que todo estaría bien.

Recuerdo el miedo que sentí cuando tus ojos se posaron en mi.

-Despierta!

Te arrojaste en mi contra llamándome "demonio", exigias saber donde estaba tu hijo, que había hecho con el.

Me estrangulabas mientras jurabas matarme.

Trate de apartarte.

Trate con toda la fuerza que un niño es capaz de tener, pero al ver que era inútil, decidí entregarme a los brazos de la muerte en manos de la persona a la que mas amaba.

Recuerdo el alivio presente en el rostro de mi abuela.

Desperté en el hospital, con un incomodo vendaje en el cuello. El doctor decía muchas cosas, cosas que no entendía y a las que no les preste atención. Yo solo quería saber una cosa.

-¿Donde esta mi mami?-

Recuerdo el silencio sepulcral manifiesto en aquel momento, la mirada triste y preocupada de mi abuela, la notoria incomodidad del doctor y la repentina aparición de un oficial de policía dentro de la habitación, recuerdo, también, las lágrimas escapando de mis ojos cuando me explicaron que " mamá" no volvería.

Recuerdo la soledad, la tristeza, el dolor y mi negación.

Recuerdo las burlas en la escuela, los apodos y las visitas al psicólogo.

Pero esos no son mas que algunos de mis recuerdos, en mi memoria hay mas.

Tus caricias mientras dormía en una noche de tormenta, tus abrazos y besos cuando me iba y volvía de la escuela con un dibujo mas para tapizar el refrigerador, tus palabras, dulces y tranquilizadoras, cuando algo me preocupaba.

Mis memorias están bien, no hay nada que yo quiera olvidar pues, aun en tu demencia, solamente pensabas en mi.

Por eso, todos los días a la misma hora, estoy contigo, entre estas cuatro paredes blancas, en un ala especial del hospital, te acompaño, hablo contigo, dibujo tu rostro y respondo cuando llegas a preguntar por tu "pequeño", ya que, para ti, el tiempo no avanza."

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Nagisa despertó agitado, sus ojos bañados en lágrimas, un dolor presente en su cuello pero mas notorio en su corazón.

-Siempre ha sido así? - pregunto triste.

-"te lo advertí... Nuestro tiempo como seres vivos siempre es terrible... Un castigo a ni pecado... Tu no debías verlo..." - admitió aquella voz con desesperación.

Nagisa no dijo nada...

Su mirada se predio en la inmensa oscuridad de aquella habitación, aun era temprano, las estrellas tintineaban en el cielo como faros de esperanza para las almas melancólicas como el.

Dirigió su vista al pelirrojo, que pernoctaba tranquilo.

-Quien no lo conociera, pensaría que es una persona normal...

-"Cuando estuvo con los vivos, lo fue, una persona normal, inteligente, fuerte y bastante terco..." - comento aquella voz con una pizca de diversión - "Le gustaba pelear, y era malvado, de una forma positiva, ayudaba a todo aquel que considerara necesario ayudar... Era un gran general, experto en estrategias y ataques sorpresa..."

-Ok... Ya lo entendí, lo conociste desde antes...- le callo Nagisa molesto, o mas bien celoso, y eso le molestaba... Mucho.

-"Lo siento... Solo que siempre me pareció alguien interesante y..."

-De esas personas a las que es imposible ignorar...- completo el peliazul suspirando pesadamente - en mi destino también esta amarlo?

-"Si, pero es algo raro... Tu lo amarás en todas tus vidas... Pero se supo e que no podríamos verlo nuevamente... Teníamos negada dicha casualidad" - explico la voz contrariada - "Se supone que, cuando termine nuestra condena en la tierra, nos espera una celda al lado de los ángeles guardianes en alguna gruta cercana al infierno... O en Bulgaria... Da igual, de ella nunca podremos escapar y el jamas vaya a poder encontrarnos..."

-Carajo... Eso es mucha condena por solo habernos enamorado...- dijo Nagisa atónito - Cuantas vidas nos quedan por andar?

-"Esta es la ultima..."- soltó aquel ser en una frase seca, carente de emociones tanto negativas como positivas.

-Entonces debo resignarme a morir nuevamente y despertar después en una celda? - inquirió el humano apretando la sabana entre sus manos.

-"No, por eso es preciso que me atiendas cuando te diga que hagas algo, sin dudar ni pensar en las consecuencias"- respondió el ente con firme seguridad - "pase lo que pase, terminaremos de la mejor manera, lo prometo..."

-Ok... Confiare en ti.

-"Gracias..."

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Todo lucia normal esa mañana, su caminata a la academia, las clases, el descanso lleno de bromas, risas patrocinadas por Maehara y las ya muy habituales peleas de Asano y Karma.

Todo normal, todo tranquilo; hasta que el timbre que anunciaba el final de las clases sonó.

Nagisa se levanto de su asiento y se dirigió a la salida, si que Asano, Karma o Maehara lo notarán.

Camino tranquilo por los pasillos hasta llegar a un aula en particular. Abrió la puerta con indecisión, su yo angelical le había dicho que hay encontraría ayuda, pero no sabia que ayuda seria ni por que la necesitaba, además, existía la posibilidad de que esas personas le juzgaran loco.

-(Confía Nagisa, ya estas aquí. Además, ¿que podría pasar, que fuera peor a lo que la vida nos ha dado hasta ahora?) - se "animo" antes de deslizar la puerta y ver de que salón se trataba - La sala de computación? - se pregunto dando unos pasos al interior.

La puerta se cerro a sus espaldas, el sonido de sillas siendo arrastradas le advirtió que no estaba sólo en medio de la penumbra de a que salón.

Entonces se hizo la luz.

Tres personas estaban de pie frente a el, un chico de blancos cabellos y ojos amarillos, una chica de cabello lila y ojos verdes, una chica de cabello y ojos castaños, se mostraban serios y analíticos, como si estuvieran escaneando su persona, y quizás era eso lo que estaban haciendo.

-Nagisa Shiota - dijo el chico con voz robótica.

-S-si...?

-Tu...

-Nagi-chan! A pasado tanto tiempo! - interrumpió la chica de pelo color lila rompiendo el crudo silenció y abrazando de manera sorpresiva al pequeño prliazul.

-Eh?

-Ritsu-chan! Rompiste el ambiente! - regaño la castaña dando una palmada en la cabeza de la mencionada - Itona quería dramatizar un poco...

-Lo siento, solo me emocione y actúe antes de pensar - se disculpo la pelilila aun colgada del cuello de Nagisa.

-Bueno, ya no tiene caso...- fijo la castaña negando con una sonrisa, esa chica era incorregible, no importaba cuantas siglos pasaran, ella seguiría actuando de esa forma con el peliazul - Es bueno verte de nuevo, Nagisa.

-Ammm... Gracias...

-Te pasa algo Nagisa? - cuestiono ahora el albino notando la incomodidad y la duda presente en el peliazul.

-Lo lamento! - se disculpo el mencionado apartando a Ritsu de su cuerpo - Se que me conocen, eso me ha quedado mas que claro, pero... Yo...

-Tu no nos recuerdas, ¿cierto? - completo Itona mirándolo con seriedad recibiendo una mirada de disculpa en forma de respuesta - bueno, en alguna vida debía pasar... Supongo que has venido para encontrar respuestas de tu pasado y lo que sera tu futuro, ¿o me equivoco?

-No... Como lo sabes? - pregunto curioso el de ojos azules.

-Soy un gusiano... Me viene por gracia...- le respondió mientras tomaba asiento frente a una computadora de la sala.

-Gusiano- murmuró Nagisa pensando en alguna oruga en el pasto y regalándose por dejar fluir de esa manera su imaginación.

--Un tipo de ángel...

-Ah... Un ángel... *Nagisa processing* ¿¡Un ángel!? - grito sorprendido e incrédulo.

-Si - contesto el peliblanco con desinterés - todas las personas aquí lo son - añadió haciendo un gesto para incluir a las chicas y a el.

-¿Ustedes también? - cuestiono Nagisa asustado y asombrado.

-Sip! Y hemos sido tus amigos/informantes desde la primera vez que abriste los ojos en este mundo! - informo la chica de ojos verdes y entusiastas.

-Siempre te llevamos la información de lo que Karma hace, donde esta y como - aclaro la chica castaña - soy Megu, por cierto.

-Entonces por eso sabia que no había pasado con anterioridad...- murmuro el peliazul entendiendo como había hecho su otro yo para estar al pendiente de Karma pese a la restricción de no encontrarse con el - Y pueden ayudarme ahora? No entiendo muy bien que es lo que quiere que haga...

-Ok, primero que nada te explicaremos como estarán las cosas - informo Itona - Un ángel "original", por así decirlo, es quien nos ayudo a lograr que te encontraras con Karma, también es quien hizo posible que el Karma humano fuera visto por el demonio... Y es quien nos dijo que podías hacer para liberarte de tu condena.

-En serio!? - pregunto Nagisa fascinado - ¿A quien hay que matar? - bromeo tratando de liberar el estrés que había sentido hasta antes de esa confesión.

Claro que nunca espero recibir la respuesta que le dieron.

-Me alegro que estés dispuesto a matar... Ya que eso es justo lo que vas a hacer desde hoy...- dijo Itona.

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" La vida es algo hermoso e inesperado, por eso mismo no debe tomarse a la ligera.
Aunque, como en todo lo existente, tiene sus excepciones y es entendible realizar tal hazaña...

Aunque en el cielo jamas te vuelvan a admitir..."

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