Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor del demonio por Sakuriita_Henandez

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-Lo lamento - se disculpo con una mirada llena de arrepentimiento.

-Por esto? - pregunto Nagisa. Su voz temblaba -("Nervios"?).

-Por todo... Supongo que, si no hubiera aparecido en tu vida, quizás nada de esto...

-Quizás ya estaría muerto - le interrumpió Nagisa con seriedad - por ti es que mi madre no me mato, recuerdas?

-Pero las cosas que han pasado...

-No han sido culpa tuya - decreto Nagisa - si hay alguien a quien podemos culpar, pero no es a ti.

-Pero...

-Pero nada, olvida eso, curara mi herida y explicarme... ¿Como es que estas enamorado de mi?

.
.
.

El silencio devora la habitación donde, en medio de una penumbra con color de luna, el pelirrojo siente arder su cara llegando a la conclusión de que ni en el infierno había experimentado una temperatura tan alta.

Por su lado, el pequeño muchacho de ojos azules mira divertido al mas alto, tiene una sonrisa picara y de triunfo, sus ojos se muestran juguetones y atrevidos.

-("Ojala me sintiera así...")- piensa, sabiendo que su imagen exterior es la de alguien completamente tranquilo, le molesta que en su interior los nervios se adueñen de cada tejido, la gran felicidad que le da saber que Karma le ama es incomparable, y eso es lo que mas le preocupa -("Que mis latidos no lleguen a sus oídos!")- se ordena tratando de guardar la poca compostura que le queda.

Han pasado ya algunas horas desde que dejó la pregunta en el aire, pues cuando el pelirrojo se disponía a responder, sus celulares les interrumpieron.
A Nagisa, por parte de los neflilim, para informar de su nuevo objetivo y pedir por milésima vez perdón; a Karma, Asano, quien exigua saber del paradero del pequeño peliazul y de la compañía que había mencionado antes de abandonar su cada y dejarle en total intriga.

Después de cortar sus respectivas llamadas, la incomodidad hizo un espacio abismal para poder retomar el tema.

-Puedes dejar de verme así? - pregunta el más alto - se supone que el demonio soy yo...

-Nadie está diciendo lo contrario - responde Nagisa - pero no lo puedo evitar, aún no has respondido a mi pregunta...

-Cual?

-Tu sabes a lo que me refiero, Karma...

-No, yo no sé de qué me hablas, es más, ¿Quién eres?-

-Karma, por favor... Sabes a lo que me refiero - dice el más bajo abandonando su cama para llegar junto al demonio, el cual, más nervioso de lo que alguna vez pensó llegar a estar, busca alguna a vía de escape que no incluya sus poderes, pues no se encuentra en condiciones de usarlos - tampoco pretendas huir, no puedes utilizar tus poderes...

-Y tú cómo sabes eso? - pregunta el pelirrojo sorprendido, no lo había comentado con nadie así que mira a Nagisa con cautela.

-("Mierda!") - se regaña Nagisa al darse cuenta de lo que acaba de decir - puse unos talismanes en la habitación...- miente recordando que esa información la había conseguido recientemente - por eso es que tus poderes aquí son inútiles...

-Mira tu... En tu vida pasada si fuiste ratón y te llamabas Jerry...- murmura Karma sintiéndose acorralado por el pequeño peliazul.

-Anda ya Karma... Porque no me dices de una vez a lo que te referías? - dice Nagisa disfrutando de la reacción del mas alto

-En serio Nagisa? Pense que eras algo listo - suelta el pelirrojo al aire, lo que provoca que el mencionado se ofenda y le propine un golpe en el brazo - Auch! Que delicado...

-Karma, soy de gran paciencia, pero últimamente, desde que apareciste específicamente, esta se ha ido reduciendo - aclara Nagisa mostrando ligeramente su molestia - Así que habla de una maldita vez, estupido demonio exiliado del averno! - ordena tomando al susodicho del cuello y acercándolo de forma agresiva a su cara.

-Nagisa... Qué quieres que te diga? No ha quedado ya muy claro? - pregunta el pelirrojo dándose por vencido, no entiende la insistencia del peliazul por escuchar algo que ya sabe.

-A ti es a quien no le queda claro nada! - grita el peliazul desesperado soltando a Karma de forma abrupta - de que me sirve saber que la persona a la que amo siente lo mismo que yo, si no soy capaz de escucharlo de su propia boca - explica con frustración, le importa poco haberse confesado de esta forma, pero su corazón se lo exigía, al igual que el tiempo que se agotaba cada vez más - Y quita esa cara de idiota. Si,dije que te amo, pero no voy a darte afecto ni nada hasta que tú no me digas que mierda sientes por mí! - aclara al notar la enorme sonrisa que se había dibujado en la cara del pelirrojo.

-Nagisa... En los 1500 años que llevo siendo demonio, nunca me había sentido tan feliz como ahora - dice Karma extendiendo sus manos para alcanzar las del peliazul - No recuerdo nada antes de despertar en una celda que se encuentra en la parte más profunda del infierno, no sé si fui humano alguna vez, mucho menos si fui feliz antes de eso... Pero a ti siento que te conozco desde hace mucho tiempo...

Cuando logra tener las manos y no solo la atención del peliazul, lo jala hacia sí para atrapar al más bajo entre sus brazos, envolviéndolo en un abrazo fuerte pero delicado, la cara de Nagisa se refugia entre el pecho y el cuello del más alto, sus manos se aferran a los hombros del más alto, su respiración se vuelve irregular a causa de los nervios y su cálido aliento choca contra la piel del pelirrojo haciéndolo estremecer.

Por su lado, Karma siente que el corazón que creía muerto (nuevamente) comienza a latir frenéticamente, sus manos se mueven solas, una viaja hasta la parte baja de la espalda de Nagisa mientras la otra se esconde entre los azulados cabellos de su nuca.

Pega su nariz a la cabeza de su amado y aspira su suave aroma a vainilla y menta y, por primera vez en todo un siglo, siente paz.

En aquella pequeña habitación iluminada con la pálida y suave luz de luna que se cuela por la ventana a sus espaldas, donde solo existen el y Nagisa.

No hay más.

El mundo podría desaparecer y a él no le importaría en lo más mínimo.

-Te amo Nagisa, quizás desde el primer momento que te vi... O quizás desde antes... Pero estoy seguro de que yo solo existo para amarte... Ya no me importa si el cielo o el infierno me castigan por este sentimiento...

Sus labios son lo único que se mueve en ese momento y su voz lo único que se escucha, dejando a Nagisa feliz y sorprendido.

-Quero permanecer junto a ti por toda la eternidad... - declara Karma sin borrar la boba sonrisa que se dibuja en su rostro al sentir que su amado peliazul se estremece entre sus brazos - Nagisa... Si esto te hizo temblar, imagina cuando pasemos la noche haciendo el a...

La mano de Nagisa sella su boca al instante, impidiendo que concluya su frase, y no porque no le emocioné saber que Karma quiere pasar más de dos niveles de un solo golpe, no, no, no, no, no.

Lo ha callado por qué le ha dado la impresión de que alguien los espía.

Quizás su imaginación le esté jugando algunas bromas... Tal vez su exceso de convivencia con los nefilim le haya causado paranoia o, tal vez, alguien está realmente en si casa...

Y no con buenas intenciones.

-Perdón, supongo que me excedí un poco - dice Karma - pero creo que era el momento perfecto para que tú y yo...

Nagisa lo calla nuevamente y se acerca para susurrar en su oído.

-No lo sientes Karma? - le pregunta el peliazul haciendo que Karma lo mire extrañado - Hay alguien más en la casa... No sé en qué momento se metió, pero está cerca... Lo sé, lo siento...

-Nagisa... Yo... No logro sentir ninguna presencia...- confiesa Karma aún confundido.

-De verdad? - cuestiona el más bajo sin entender, el demonio podía sentir a los humanos, a otros demonios o seres sobrenaturales, incluso a los nefilim... Pero no sentía la presencia de un tercer ser en la casa - Karma, alguien se encuentra en esa dirección - indica Nagisa señalando una de las paredes de la habitación.

Todo pasa rápido.

Una explosión.

Gritos molestos del pelirrojo.

Sangre brotando de sus brazos y quizás su frente.

La luna roja.

Un hombre de blancas vestiduras, cubierto de pies a cabeza, con grandes alas blancas en su espalda camina hacia donde él se encuentra tirado.

-Es de mala educación señalar a las personas, Nagisa - dice el hombre mientras lo levanta del cuello con una sola mano - Te has estado portando muy mal también, y nuestro amado Dios está preocupado por tu alma - le aclara con voz calmada, cosa que produce en Nagisa una sensación bastante conocida.

Miedo.

Busca a Karma con desesperación y lo encuentra clavado en una pared, tiene plumas por todo el cuerpo, plumas que lo atraviesan por completo.

-Karma...- susurra a duras penas tratando de levantar una de sus brazos queriendo alcanzarlo.

-No, no, no, no, no, Nagisa, tú no deberías preocuparte por un ser tan inferior como un demonio - le reprende nuevamente - tu alma y tu linaje deberían ser tu mayor preocupación en este momento - indica el hombre arrancando otra pluma de sus alas - por lo tanto, como mi deber lo indica, terminaré con tu vida y después llevaré tu alma ante nuestro Dios, quién será el piadoso juez que decidirá si puedes regresar a los cielos nuevamente y borrar tu memoria.

Nagisa no puede decir nada, el miedo se hace nudo en su garganta impidiendo que de su boca salga sonido alguno, tiembla de los pies a la cabeza. En su mente solo se repite una y otra vez la escena que lo inicio todo.

Ve a su madre con el cuchillo en la mano y sus compañeros de culto a sus espaldas.

Entonces recuerda al sujeto que ahora lo tiene inmóvil, estaba con su madre aquel día.

Si su memoria no falla, Irina y Karasuma habían dicho algo sobre el, Shiro era como se hacía llamar.

Es en ese momento en donde el miedo abandona su cuerpo y las palabras de sus amigos resuenan en su cabeza.

"Muertes más... Muertes menos... Te irás al infierno... Pero de preferencia que sean más, ok?"

-No lo creo, Shiro-san - niega antes de golpear al mayor para lograr liberarse - el cielo... El cielo está fuera de mi ideal - aclara ante la incrédula mirada del hombre que juraba tener todo el juego ganado - Mi deseo es ir al infierno y arder junto a mi amado demonio pelirrojo, entendido?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).