Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor del demonio por Sakuriita_Henandez

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La mañana corría de forma normal.


A escasos dos días de la celebración planeada por el convento, ver a las novicias y a las madres correr de un lado a otro llevando telas para decorar la capilla, candelabros, restaurando los dibujos que adornaban sus paredes y ensayando nuevamente los platillos para el banquete, era lo "normal" en ese lugar.


El peliazul realizaba sus actividades junto a las otras chicas, siempre con una sonrisa en el rostro, impidiendo que el resto del mundo supiera que se estaba rompiendo a causa del dolor que la ausencia de Karma, apenas habían pasado unos días, pero el sentía su ausencia como si fuesen años sin ver sus traviesos ojos ámbar o escuchar su tono coqueto al llamarlo.


-Realmente es duro estar solo...- murmuro con tristeza terminando de acomodar una de las mantas que lucían en el altar.


¿Dijiste algo Nagisa? – le pregunto la chica que trabajaba junto a él.


-No, nada Sumire – negó el peliazul apenado – es solo que ya estoy un poco cansada.


-Te entiendo, estos días han sido muy pesados – justifico la chica – lo bueno es que ya no falta nada para la fiesta y, una vez que se termine, volveremos a nuestra tranquila vida de siempre.


- Eh... Si... Tranquila...


Ambos siguieron en sus tareas hasta que la chica volvió a hablar.


-Y dime Nagisa, ¿Siempre has sido tan fiel al señor? – cuestiono la chica con curiosidad.


- ¿Perdón?


-Si bueno, veras, no es muy normal ver a chicas tan jóvenes decididas a dar su vida a la iglesia – explico la chica – muchas de aquí no tuvimos otra opción y es por eso por lo que hemos optado por esta vida, pero tu te ves diferente al resto de nosotras.


- ¿A qué te refieres Sumire? – pregunto Nagisa nervioso y temiendo haber sido descubierto.


-Tu tuviste una infancia normal, ¿o no? – pregunto la chica dejando de lado sus tareas para ver directamente a su compañera – tuviste un padre y una madre, fuiste a la escuela normal y eso...


- ¿Cómo puedes saberlo?


-Se ve en tu rostro, puede que algunos no lo noten, pero hay personas que pueden leer algunas líneas en tu rostro y yo, claramente, leo un pasado normal, así que – hizo una pausa antes de continuar - ¿Por qué decidiste encaminar tu camino a la iglesia?


-Vaya... eso es sorprendente...- respondió Nagisa haciendo a un lado sus tareas para mirar directamente al a chica – tienes razón, quizás tuve una infancia normal hasta que mi padre murió y mi mamá cayo en la demencia – respondió sintiendo nostalgia al soltar cada palabra – sabes, hacia mucho tiempo que no hablaba de mi madre, es extraño pero reconfortante – aseguro colocando una de sus manos en su pecho – puedo sentir como mi corazón se estremece un poco, la ultima vez que estuvimos juntos intento sacrificarme en un ritual satánico – narro soltando una risa sarcástica – después de eso quede al cuidado de mis tíos, ellos eran muy buenos conmigo, de hecho, llegue a considerarlos mis padres, estaba a punto de convertirme en hermano mayor incluso... Pero también los perdí en un accidente aéreo.


-Nagisa, eso es demasiado triste...- comento Sumire a punto de llorar.


-Si, pero por suerte no estuve sola... Karma siempre estuvo conmigo y me apoyo en todo momento – confeso sintiendo que una daga atravesaba su pecho al recordar el cuerpo ensangrentado de Karma entre sus brazos – siempre me acompaño y me animo a sonreír una vez más. Claro que tengo mas amigos, pero Karma siempre fue especial, era como...


-Tu mejor amiga.


-Si... "mi mejor amiga"- termino de contar Nagisa.


-Entiendo, supongo que es entendible que hayas elegido refugiarte en la iglesia – dijo la chica volviendo a sus deberes – es un lugar tranquilo y en el cual puedes sentirte cerca de algo divino... Aunque te diré que yo no me encuentro precisamente tranquila dentro de un templo o una capilla – admitió entre risas – que no me escuche la madre superiora porque me castigaría por hereje – comento.


- ¿No te gusta estar aquí dentro? –pregunto el peliazul intrigado – pero entonces ¿Por qué estás en este lugar?


-Como te dije, muchas no tuvimos otra opción – aseguro la chica – yo también soy huérfana, solo que ha diferencia de ti, yo jamás conocí a mis padres. A mi me dejaron en una banca dentro de una iglesia, las religiosas al notar mi presencia se compadecieron de mi y se encargaron de mi crianza y, a modo de agradecimiento, quise volverme parte de la comunidad que me salvo – explico la chica.


-Ya veo...


-Si, bueno... De igual forma en pocos días podre regresar con ellas a mi hogar y no tendré que entrar a un templo hasta que haya otra celebración oficial.


- ¿Te permiten eso?


-Digamos que si, estoy bajo la protección de la hermana superiora de mi convento, así que, mientras no haga nada indebido, puedo saltarme las misas y el tener que ir al templo para rezar y así.


-Que buena vida...- afirmo Nagisa terminando de acomodar su lado del altar – supongo que las extrañas.


-Exacto, pero hoy es día de correo, así que posiblemente reciba una carta de su parte.


-Me alegro por ti – aseguro el peliazul con una sonrisa muy cálida.


- ¡Gracias! Pero quizás tú también consigas una carta de tu amiga Karma, ya debió llegar a su destino, ¿No te parece?


-Si, yo estoy segura de que ya está "ahí" – respondió el tratando de ocultar su tristeza – realmente me afecta su ausencia...


 


.


.


.


 


El infierno es frio, lúgubre y, dependiendo de los pecados que hayas cometido durante tu vida, la tortura que experimentas es horrible. Pero... ¿Qué opinan los demonios de su hogar?


 


.


.


.


 


¡Ya quiero irme de esta pocilga! – gritaba un pelirrojo que caminaba desesperado de un lado a otro en la celda donde estaba encerrado – ¡Ni la sala de castigo en el mundo humano era tan horrible!


-Por favor Karma, ¡solo fuiste a parar ahí una vez! – reclamo la chica rubia que ya se encontraba cansada de escuchar los lloriqueos de su amigo – compórtate como el demonio de 1500 años que eres y aplástate ya en tu maldita cama! – le ordeno.


-Pero Nakamura! ¡Estoy aburrido! ¡Extraño a mi amado Nagisa! La comida aquí es un asco y no puedo dormir porque me falta la cálida sensación de las caderas de Nagisa entre mis manos – se quejaba Karma con dramatismo.


-Si no puedes descansar por falta de caderas, puedo llamar a Okuda para que te ayude, estoy muy segura de que le encantara la idea – comento ella con malicia.


-No Nakamura, eso es pasarse de lanza.


-Entonces compórtate.


-Ash... Tu no sabes lo que es estar lejos de una persona a la que le has ofrecido tu corazón, de hecho, ¿Tienes corazón? – pregunto el pelirrojo.


-Ja ja ja... Muy gracioso - le respondió Rio dejando a un lado el libro que leía - para tu información, en estos momentos me encuentro muy feliz y ocupada seduciendo a una hermosa chica humana.


-Carajo, mis gustos si se pegan - comento Karma divertido ante la declaración de la rubia.


-Si, supongo... De no ser por ti y por Nagi-chan, no la hubiera conocido - acepto la demonio sonriendo - así que gracias por presentarme al amor de mi vida, Karma.


-De nada, Cupido negro me llaman - respondió Karma en tono alegre - que te parece si como agradecimiento me liberas de está más morra y me dejas volver junto a mi amado angelito.


-Mmm... Si, yo creo que no amigo.


-¡¡¡Por favor!!! ¡He estado encerrado en este lugar por días! No me han dejado ni ir al baño solo! - se quejo con desesperación - de verdad, tenerme aquí es anti... Demoníaco? Iba a decir humano, pero humano no soy... Bueno, ¡Tu me entiendes Nakamura! Déjame salir.


-Primero que nada, a mí no me vas a ordenar, demonio fracasado - grito la chica golpeando el escritorio - estoy a dos de ir por Okuda, así que, a no ser que la extrañes, te empezaras a comportar.


-Me amenazas - dijo el pelirrojo fingiendo sorpresa e indignación.


-Uno...


-Ya pues, ya pues, ya pues...- acepto el pelirrojo caminando a su cama para volver a recostarse y, por un minuto, Nakamura creyó que al fin tendría un poco de paz.


Pero no.


Un solo suspiro después, Karma ya se encontraba golpeando la pared y tarareando alguna canción que, muy posiblemente, el había inventado.


La rubia boto el libro que sostenía entre sus manos y se dirigió amenazante a su "amigo", dispuesta a callarlo así le tuviera que romper la cabeza. Claro que no pudo lograrlo, ya que, cuando se disponía a dejar caer una roca del tamaño de su cabeza invocada con magia un tentáculo amarillo la sujeto alejándola del chico.


-Pero que ángeles!? - pregunto Karma sorprendido al sentir y escuchar caer la "piedrita" a un lado - Otra vez con las rocas!? Pensé que ya habías superado esa etapa!


- ¡Y yo que te callarías! - respondió Rio desde la otra esquina de la habitación siendo sujetada por su profesor amarillo - Ya suelte me Koro-sensei!


-Creí que cuidarías a Karma por mi sin tener que recurrir a matarlo - comento con diversión el demonio de cabeza redonda - El pobre ya fue marcado con el poder divino, creo que ese es suficiente castigo por algunas molestias durante estos días.  


-Pero usted no es quien tiene que aguantar sus lloriqueos.


-Obvio no, por eso te lo deje a ti.


-Es un maldito! - grito la chica tratando de golpear a su profesor, fallando cada uno de sus intentos - deja de moverte maldito pulpo!


-Que fea forma de hablarle a tu profesor - se quejo el "adulto" soltándola - pero lo dejare pasar, necesito hablar con nuestro paciente - indico Koro haciendole algunas señas para que los dejara solos.


-Entiendo, iré a desahogar mi frustración al mundo humano, espero que se tarden bastante - acepto ella desapareciendo de inmediato.


-Que suerte tiene ella, seguramente ahora ira a ver a su ser amado, ¿Y yo? Aquí, sólito como el perro o el gato triste y azul...


-Me gustaría saber como termina tu novela, pero me temo que necesito de tu seriedad en estos momentos, Karma - dijo el pulpo cambiando a una actitud mas seria, llamando por completo la atención de su pupilo - Karma, lo que te voy a decir quizás cambiara tu opinión sobre los de arriba y también trataras de convencer a Nagisa...


-Es una broma, ¿no? - pregunto el pelirrojo sorprendido por las palabras de su maestro - después de todo lo que nos ha pasado, ¿quieres que cambie lo que pienso y siento por aquellos que nos han condenado a Nagisa y a mi? - cuestiono el chico con molestia - no puedo creerlo,¡se supone que tu estabas de mi parte!


-Yo no estoy de parte de nadie, Karma - remarco el mayor - Mi trabajo en el infierno es instruir a los demonios, verificar que las cosas marchen como se debe y, particularmente, revisar que el orden natural de los tres mundos no se vea alterado.


-Pues hace algunos años no lo hiciste muy bien...


-Debes comprender también que no es algo tan fácil - le explico tratando de comprender su postura - cuando Dios toma una decisión, nadie puede contradecirla, el tiene planeado cada segundo que corre en este mundo, por eso no puedes  responsabilizarme por algo como aquello.


-Bueno, bueno... Y solo venias a evangelizar me o que?


-No, en parte no...


-Entonces...


-Logre conseguir un cuerpo recipiente para dos almas en particular... y quieren hablar contigo...


- ¿Almas? - pregunto el joven.


No era nada fácil lograr que a dos almas se les diera un cuerpo recipiente para andar por el infierno, de hecho, era sumamente imposible, se requería de un pago muy alto y un alma realmente atormentada para resistir el peso del mismo contenedor, por lo que, si dos almas lo habían logrado y querían hablar con el, sin duda se trataba de algo malo.


-¿Son personas que dañe o algo así? - pregunto el pelirrojo un poco nervioso.


-Mmm... pues no las dañaste, pero las conociste bastante bien... De hecho, fuiste bastante cercano a ellas - respondió el ser amarillo causando que Karma se preocupara un poco - pero mejor que los veas tu mismo - sugirió el pulpo abriendo la puerta de aquella celda y dejando pasar a las dos almas que había comentado.


-Hola Karma...


-Ustedes...


 


.


.


.


 


El infierno es una carcel, es el lugar al que vas a pagar por los pecados que cometiste.


El cielo es un premio, es el lugar al que tu alma viaja para ser premiada por todas aquellas acciones que cometiste y fueron gratas a los ojos del creador.


Pero la tierra... El mundo de los vivos... ¿Qué es?


Que castigo vienes a cumplir si desde pequeño te va mal, por que te premian si has vivido bien.


La tierra es el lugar de la incertidumbre.


Y la incertidumbre te mata lentamente al mostrar su rostro indiferente cuando pides respuestas.


La tierra es buena y es mala.


Es blanca y negra.


Es castigo y recompensa.


Lo es todo y no es nada...


 


.


.


.


 


Ella ya no era la niña pura e inocente que fue abandonada a las afueras de una iglesia.


Su cabello, blanco como la nieve, delataba las décadas de angustia que había soportado a lo largo de su vida.


Sus ojos denotaban la ira frustrada que consumía su alma.


Su rostro demacrado narraba con amargura la culpa de todas aquellas vidas perdidas que bien pudo proteger.


Se odiaba...


Odiaba haber nacido, adiaba haber tenido esa vida y, especialmente odiaba a aquellos hombres a los que la habían enseñado a obedecer.


Los odiaba tanto o quizás mas de lo posible.


Por eso estaba ignorando aquellas pequeñas esferas que Nagisa estaba colocando dentro de las decoraciones que  colocaban en altar.


Quizás no sabia mucho de explosivos, pero era claro que se trataba de alguna especie de bomba.


Y si eso podía terminar con aquella cadena de dolor, pondría toda su alma en ayudarla.


Después de todo, solo faltaban dos días para  la fiesta.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).