"Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo"
-Ernest Hemingway
La nieve caía suavemente en el tierno cuerpo del peliplateado, habían pasado más de diez horas desde que se el niño dejo atrás al castaño omega.La gente pasaba sin mirarlo, al fin, a ellos no les importaba lo que pasara con ese desgraciado niño.
-Snif...- los sutiles sollozos escapaban del niño que lentamente se levanto, necesitaba moverse o quedaría dormido. Si se quedaba dormido la muerte cobraría otra alma. Aunque bueno, al ojivioleta que caminaba rumbo al puente principal no le importaba, de echo a eso iba al puente. Tomaría un tren con destino a la casa de su futura dueña, la muerte.
-Lo siento, snif...realmente lo siento- susurraba el pequeño que temblaba de miedo y de frío. Tenía tanto miedo de encontrarse con su madre y con el pequeño castaño en más allá. Tenía terror de que su madre le odiara por haber desperdiciado su sacrificio y que el omega que dejo atrás le recriminara por dejarlo solo.El pequeño sollozo más al divisar el puente más alto de la ciudad de Tokyo. El puente Rainbow.
-Lo siento, lo siento, lo siento...-la suave voz del niño comenzó a susurrar si parar al recordar la promesa que había echo con el castaño, le había prometido pelear, luchar contra todo lo que se impusiera entre ellos y su vida. Pero el pequeño que se encontraba observando el maravilloso paisaje del puente hizo lo contrario a la primera oportunidad que tuvo . Había huido, dejando atrás a su pequeño amigo. Lo abandono a la suerte.
-No te merezco, mamá- ya no pasaba gente ni autos, lo que no era raro al ver las condiciones del clima.
-No merezco amor- ya no salia sollozo alguno por parte del peliplateado. Sus bellos ojos violetas no tenía brillo alguno, no reflejaban nada. Solo oscuridad.
-No merezco una familia ni Amigos - una sombra se forma detrás del pequeño, esta empezó a rodear el cuerpo del niño.La oscuridad a cada segundo se volvía tan intensa y con un aura tan temible que asustaría al más valiente.
-"No mereces nada"- en un susurro, de una voz suave, dijo tales palabras al pequeño.
-"No mereces Vivir "- Esas oraciones salían de esa deformada y gran oscuridad. Sin más el niño solo asintió y junto a la ayuda de su amada oscuridad subió al barandal del puente. Cualquier ventisca y el pequeño caería.
-"Ven amor"- frente al niño de ojo violeta se encontraba la muerte disfrazada de la madre el niño. - "VEN"- la muerte extendió los brazos mientras sonreía gloriosa. Su amada Oscuridad y Destino le habían traído otro bello mangar para su colección.
-Lo siento- con voz muerta el niño susurro. Sin más cerro los ojos y dejo que la Oscuridad lo consumiera. Era tan cálida y reconfortante.
Una voz se escuchaba a lo lejos pero no le importo al niño , ya nada importaba en esta vida. Solo esperaba que su madre y su amigo le perdonaran.
-Adiós- dio un paso y con una gran ventisca el cuerpo pálido del niño comenzó a irse para enfrente. Sería una muerte segura.
-¡Te Tengo!- el niño abrió los ojos de golpe, la calidez y la soledad que sentía se esfumo por completo, en cambio sintió un dolor punzante en su muñeca derecha.- Estas pesado- Escucho otra frase, el pequeño al levantar la mirada se encontró con un chico de bello rostro, este tenia sujetada la muñeca del niño con sus dos manos. El bello chico lucho por subir al niño, un par de intentos y el ojivioleta ya no se encontraba suspendido en el aire.
-¿Quién er...- el de pelo plateado no termino la frase ya que un dolor punzante lo callo. El chico le había dado una bofetada. En su corta vida de diez años nunca nadie le había dado una bofetada.
-¡¿Eres idiota?!- le pregunto con voz quebrada y furiosa el chico de pelo rubio. El niño solo se le quedo viendo, nunca espero esas palabras.
-¿Por qué lloras?- El pequeño le pregunto al rubio, este ultimo se encontraba en llanto.
-No puedo imaginar como un chiquillo quiera morir- las palabras sonaban forzadas por el llanto contenido. El pequeño solo sonrío con tristeza dejando más descolocado al chico.
-Mi madre murió enfrente mio tratando de protegerme y deje que mi amigo fuera llevado por hombres malos, y tu preguntas por qué me quiero morir. Eres malo- el llanto del niño era suave y tierno. El chico rubio se conmovió por el llanto del pequeño.
-Encontraremos a tu amigo, lo juro - el chico rubio se saco su abrigo para colocárselo al niño. Usando sus ultimas fuerzas el peliplateado se levanto y se dirigió a un auto de apariencia lujosa, al entrar el niño y el joven el auto comenzó su trayecto.
-Kuroo llama a mi esposo y dile que prepare un equipo de investigación urgentemente- la voz del chico sonaba fuerte y autoritaria.
-Si, señor Takatsuki- El alfa que iba en el asiento de copiloto saco su teléfono y se puso en acción.
-¿Eres un alfa o un omega?- pregunto adormilado el niño mientras se acomodaba en el regazo del rubio, este solo sonrío y trato de cobijar aun mas al pequeño con el saco.
-Eso no importa- pero el pequeño al oler el dulzón y agradable aroma saliendo del chico lo supo, era un omega.
-No es como el de mi madre, pero es agradable- sin más el niño cayo en brazos de morfeo. El chico al ver como dormía el pequeño ángel de Dios comenzó a sollozar . Los alfas que velaban el bienestar de su señor no comentaron absolutamente nada, el olor de su señor lo decía todo.
-Como es posible que el destino sea tan cruel- fue lo único que dijo esa bella luz que evito que el niño se suicidara.Esa luz que sería extinguida por la Oscuridad, por el Destino y por la mismísima Muerte. Ninguna de las anteriores le perdonaría nada a esa bella luz , el Rubio les había quitado a sus bellas almas. Y esa Triada de Crueldad le haría pagar al omega del Señor Takatsuki . Se llevarían ambas almas de forma aun más cruel.