El cerebro de Sherlock reaccionó, saliendo de su lapsus abruptamente ¡estaba besando a John! El detective aparto al rubio lentamente, quien lo miró sonrojado con las pupilas dilatadas, mientras que Sherlock se veía más pálido de lo normal.
Intentó hablar, pero sus palabras salieron atropelladas y algo tartamudas, ¿qué le pasaba? precisamente él, el gran Sherlock Holmes estaba actuando como un adolescente hormonal-Lo siento John, no debí dejar que pasara esto, siempre intenté ser cuidadoso. Debo…debo irme, tengo…pues tengo que resolver un caso…tengo que estar solo- y dicho esto se incorporó rápidamente con la intención de salir lo antes posible del apartamento.
John comprendió que las cosas se habían salido de control, intentó calmarlo-Sherlock podemos hablar de esto por favor- dijo de la forma más tranquila que le fue posible, ya que aún su respiración no se normalizaba.
-¡Debo resolver un caso John! Tengo que ir a Scotland Yard.
- ¿No quieres que te acompañe? -Pero el rizado ya se había puesto el abrigo y la bufanda, caminando apresuradamente escaleras abajo. Típico de Sherlock, jamás huiría de una escena del crimen por más peligrosa que fuera, como un sabueso buscaría a los culpables, pero en cambio cuando comenzaba a sentir, cuando su cerebro se quedaba en blanco y no podía dar una explicación racional a lo que había sucedido, huía como un niño asustado. John sabía que dejar las cosas así sería peor, la tensión aumentaría entre ellos, por lo que decidió seguirlo, aún podía alcanzarlo, tomó apresuradamente una chaqueta y bajó.
Se encontró a Sherlock discutiendo con la señora Hudson por los gritos que se habían escuchado en el piso de arriba instantes antes. Cuando Sherlock se percató de su presencia lo observó fijamente una milésima de segundo dirigiéndole una mirada resentida, como diciéndole “vete de aquí, te dije que me dejaras solo” luego se dio vuelta y se dirigió rumbo a la calle.
John se quedó petrificado en lo alto de las escaleras, pero reaccionó a tiempo y siguió los pasos del detective, sabía que no podía dejar solo a Sherlock con todas esas confusiones en su cabeza.
La señora Hudson salió a su encuentro preocupada- Qué sucede querido, Sherlock se veía alterado, ¿estuvo consumiendo de nuevo? Es peligroso que salga solo en ese estado.
Pero John ya estaba en el umbral de la puerta- no se preocupe, lo traeré de vuelta-.
Al salir ubicó enseguida esa oscura figura que se alejaba a grandes zancadas del 221B así que corrió tras él.
- ¡Sherlock! Gritó intentando alcanzarlo, las piernas cortas no le favorecían-¡Sherlock detente!
- ¡déjame en paz John vete al apartamento!, necesito pensar. -
- ¡pues si necesitas pensar vuelve arriba y quédate en el maldito sillón Sherlock! Deja de preocuparnos a todos no te dejaré solo mientras estás drogado, además lo de resolver un caso es mentira, no tienes ningún caso a cargo, resolviste el último esta mañana.
En ese instante Sherlock se detuvo en seco y lo observó fríamente- ¿de verdad piensas que me estoy drogando de nuevo? Te dije que no lo haría más, ya no tengo motivos para hacerlo…
- ¿Entonces por qué actúas tan extraño?…
-Sherlock estalló ante la pregunta, no podía entender como John no le tomaba el peso a lo que había ocurrido- ¡Porque acabas de besarme John!, ¡te parece poco! -respondió un Sherlock hiperventilado.
John se quedó callado, no supo que decir, entonces se dio cuenta que estaban armando una escena en plena calle, habían llegado nuevamente a los gritos. Bajo la mirada algo avergonzado, no quería que todos supieran lo que sucedía dentro de las paredes de su apartamento. Solo pudo articular cuatro palabras para corregir al más alto. -Nos besamos, fue mutuo…-
Sherlock estaba muy pálido, su cara era un poema, se notaba a simple vista que estaba ofendido y dolido. -Sabes que, ve a escribir en tu estúpido blog John y déjame caminar por las calles de Londres y absorber su aire, necesito pensar, necesito analizar lo que acaba de suceder y aclararme. Por…por favor solo déjame solo, necesito estar solo, la soledad me protege-dijo esto último más para sí mismo, como si estuviera intentando autoconvencerse, pero John siguió caminando atrás de él hasta que llegaron a un callejón. Sabía bien que había colmado la paciencia de Sherlock, y que éste era capaz de hacer lo que fuera para huir de su presencia y estar solo, Incluso correr por los techos de las casas hasta perderse, pero en este minuto estaba aparentemente acorralado por John.
El doctor se repitió así mismo que Sherlock tenía prácticamente una experiencia nula en acercamientos amorosos, se preguntó si alguien lo habría besado antes, fuera de las escenas que alguna que otra vez montó para resolver los casos como su “novia” Janine. Se preguntó si alguien lo había besado de verdad, como John se había atrevido a hacerlo esa tarde de otoño. Sherlock seguía de espaldas con las manos fuertemente apretadas, tanto que sus nudillos estaban blancos, tenía la cabeza inclinada hacia abajo, John asumió que sentía culpa, que estaba arrepentido.
-Sherlock… ¿te…arrepientes? …pues si te arrepientes está bien, enserio podemos hacer como si nada pasó, costará un poco, pero en unos días habremos superado esto, mira no quiero obligarte a nada ¿me entiendes? Se que no te gusta el contacto físico, que intentas evitarlo a toda costa y también se que odias involucrarte sentimentalmente con otro ser humano. Lamento que no te haya gustado ese beso, puedes ir olvidándote de esto, fue mi culpa- John se había acercado hasta tocar el hombro de Sherlock, estaba muy rígido y se tensó aún más con la cercanía del rubio-Sherlock solo te pido que vuelvas al departamento, has estado muy extraño estos días no comes ni duermes. si te vas solo a tus recorridos nocturnos estoy dispuesto a contactar a Mycroft para que la misma guardia real te regrese al departamento, hasta que estés bien para salir por tu cuenta a Londres-intentó bromear el doctor.
Sherlock compuso el gesto y volvió a su postura elegante de siempre, volteó a ver a John con una media sonrisa que demostraba una tristeza enorme-ese no es el problema John, como siempre ves, pero no observas…-
John abrió los ojos en señal de sorpresa, la reacción de Sherlock había sido bastante clara, estaba enfadado y desconcertado. -No entiendo a qué te refieres-
-El gran problema es que…me gustó, mucho más de lo que…debería-admitió el rizado con el ceño fruncido, parecía estar luchando consigo mismo, estaba muy confundido.
-John abrió la boca, pero no supo que decir, Sherlock finalmente decidió ser franco, así John dejaría de hacer preguntas estúpidas, cerraría la boca por fin y tendría tiempo a solas para pensar y buscar una explicación lógica a lo sucedido. -yo solo estoy molesto por, todo esto, estuve tanto tiempo intentando no involucrarme, midiendo mis acciones, controlando mis pensamientos, manteniéndome al margen de la situación. Mycroft me advirtió que esto era peligroso, los sentimientos son una gran desventaja para personas como nosotros. Y jamás estuve tentado a nada, jamás sentí curiosidad por el contacto humano, pero ahora vienes tu y me besas…-dijo todo esto tan rápido que a John le costó trabajo asimilarlo
-Siempre pensé que debías tener impulsos, que eras humano Sherlock, debías serlo, aunque a veces la gente pensara que eres una máquina sin sentimientos…y está bien- John intentó sonreír sin lograrlo con éxito ya que Un incómodo Holmes apartó la mirada e intentó bromear -bien…regresemos al 221B o la señora Hudson es capaz de llamar a Graham para que nos siga la pista por todo Londres. Creo que la preocupamos con nuestros gritos.
-John lo miró enfadado- ¡su nombre es Greg! -pero Sherlock lo ignoró- Sherlock espera- El detective consultor se detuvo y ladeó la cabeza hacia John esperando a que comenzara a hablar- sé que esto es difícil para ti, entiendo que estés desconcertado, pero…podemos afrontar esto juntos, sabes que puedo ser paciente podemos…intentarlo-.
Holmes lo pensó un instante y sin darle tiempo de reaccionar volteó hacia donde estaba el rubio acorralándolo contra el callejón. Se observaron fijamente hasta que Sherlock susurró lentamente en el oído del doctor-si…definitivamente impulsos…interesante, podría llegar a investigarlos y ver a donde nos llevan- John lo miraba algo intimidado, solo Sherlock podía cambiar tan abruptamente de humor y llevarlo a ese tipo de situaciones, y en ese instante Sherlock lo besó, fue un beso atrevido y rápido quizás una pequeña venganza por la iniciativa de John en el apartamento, fue un roce apasionado de labios, para luego separarse lentamente de John y sonreírle-pues bien John Hamish Watson, intentémoslo, de todas formas, ¿que podría salir mal?- Dijo a viva voz mientras caminaba elegantemente de vuelta a Baker Street. Dejando a un John algo aturdido y desorientado por lo que acababa de suceder en ese callejón.