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El último Milagro de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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Se besaban con desenfreno olvidando todo lo que los rodeaba, el calor iba en aumento, John estaba aprisionado entre el cuerpo de Sherlock y la pared del apartamento, por fin el detective había dejado atrás las dudas y la fría racionalidad que tanto lo caracterizaba  para atreverse a amarlo, regocijándose con sus labios.

John comenzó a moverse sutilmente contra el detective sin ser consciente de sí mismo, Sherlock  por unos segundos apretó con sus  manos la espalda de Watson, apegándose aun más a él para continuar sintiendo la exquisita fricción que le ofrecía el cuerpo de su compañero, los labios de John le provocaban sensaciones endemoniadamente agradables que lo hacían dudar si esto realmente estaba sucediendo o si solo era parte de una ensoñación.

De pronto Holmes reaccionó abriendo los ojos de golpe, viendo a John besarlo apasionadamente mientras sentía la dureza de su entrepierna rozar contra su propia excitación. Se alejó abrutptamente volteando hacia la ventana, dando algunos pasos tambaleantes hasta apoyarse en el escritorio, necesitaba sostenerse de algo o se desplomaría, eran demasiados datos siendo asimilados por su mente a gran velocidad, cada detalle, cada sensación…una gran culpa comenzó a invadirlo por completo, ¿cómo podía llegar a ser tan desgraciado?, estaba ensuciando la pura amistad que había mantenido durante años con su John Watson, él no podía permitirse  caer en ese tipo de tentaciones, no estaba bien.

John observaba atentamente a Sherlock esconder el rostro entre sus largas manos negando con la cabeza, dándole la espalda, ¿ahora que le sucedía al detective?, primero lo besaba con desenfreno acariciándolo con tanta pasión contenida que lo hacía olvidarse de absolutamente todo a su alrededor y luego se alejaba abruptamente, dejándolo confundido y con el sabor de su beso aún en los labios, expectante y deseoso de más. John aún no lo sabía, pero Sherlock Holmes se había convertido en su droga letal, se estaba volviendo adicto a él y si no lograba controlar esa dependencia Holmes sería su perdición. 

John se mordió los labios dudando si debía iniciar algún tipo de conversación, Sherlock se notaba visiblemente arrepentido, pero afortunadamente para John no podía cambiar lo sucedido. El doctor Watson intentó calmarse, aún su respiración estaba lejos de normalizarse, y había un par de cosas que delataban su evidente excitación. Finalmente logró retomar el control de sí mismo, para luego decir.

-¿Sherlock, que ocurre?

El detective no volteó, pero profirió una carcajada sarcástica y algo hiperventilada a modo de respuesta - ¿de verdad quieres saber que ocurre John?, ¿Qué acaso no te das cuenta de lo que acaba de suceder?, ¡esto está mal!, ¡está horriblemente mal! -vociferó exaltado, dando un fuerte golpe con ambos puños sobre el escritorio.

-No entiendo a que te refieres- replicó el rubio intentando conservar la calma.

-Si lo sabes, John yo no soy bueno…para ti. Ni para nadie, solo te haré sufrir, todo lo que acaba de suceder…está mal, es peligroso. -Sherlock miraba a la nada, se sentía realmente afectado, no quería darle esperanzas de nada a John, él solo lo llevaría al fracaso, todas las personas que se le acercaban siempre terminaban heridas o muertas, si sucedía algo más íntimo con John, ese se convertiría en su principal debilidad. Por otro lado, jamás había pensado en tener este tipo de acercamientos con otro ser humano y sabía que John estaba ilusionado, era un romántico empedernido, seguramente imaginaba que ambos terminarían siendo una pareja, que se casarían y adoptarían hijos…pero a Sherlock ese plan de vida normal destinado para personas normales le causaba repulsión, él era feliz con la emoción de sus casos, estaba casado con su trabajo y era el único compromiso que estaba dispuesto a cumplir sin importar nada.

 John permanecía en absoluto silencio, no entendía que podía estar pasando por la meticulosa cabeza del detective en estos momentos, ni siquiera podía ver su rostro, la decisión más acertada sería marcharse a su cuarto, Sherlock estaría de mejor humor por la mañana pero una obstinación desconocida se apoderó del rubio, avanzando hasta llegar hacia Sherlock y abrazándolo fuertemente por la espalda…el detective se tensó al instante poniendo sus manos en los brazos de John con la intención de terminar inmediatamente con esa muestra de afecto…pero por alguna razón se detuvo al sentir la piel del otro bajo sus manos, finalmente solo las depositó ahí, sin fuerzas ya para seguir con la disputa.

-no me importa que no seas bueno para mi Sherlock…la concepción que yo tengo de ti es totalmente distinta a la imagen que tienes de ti mismo, puedes pensar que eres una mala persona y que jamás lograrás mantener una relación con nadie pero Sherlock yo no te estoy exigiendo nada…te conozco Sherlock Holmes, más de lo que crees.

-¿me conoces completamente?, ¿puedes asegurarlo John? -preguntó con incredulidad, sin esperar respuesta, quizás se estaba interrogando a sí mismo…¿por qué se había mostrado tal cual era frente a John?, ¿por qué lo había dejado acercarse tanto?, ¿por qué se había involucrado con él?…

-nadie puede fingir ser un idiota presumido todo el tiempo Holmes -sonrió mientras Sherlock emitía una pequeña carcajada

-John…de verdad no quiero volver a hacerte daño- respondió Sherlock- no puedo ofrecerte nada…

-Sherlock…estoy haciendo esto por voluntad propia asumiendo las consecuencias, solo estábamos disfrutando de un gran momento juntos -dijo el doctor, tocando la espalda cubierta por esa largaba bata dorada, finalmente desprendiendo al detective de esa prenda- un momento completamente nuestro- susurró, casi sin aliento al ver esas múltiples marcas en la piel de Sherlock, depositando suaves besos en las cicatrices que cubrían  su espalda con toda la dulzura que le fue posible, palpando cada fibra sensible de Sherlock quien se apoyaba fuertemente con ambas manos sobre el escritorio intentando conservar la poca cordura que le quedaba a esas alturas, conteniendo sin éxito los suspiros que salían por sus labios ante el exquisito tacto del doctor sobre su cuerpo.

-por favor John…aun estas a tiempo…solo vete -dijo débilmente el detective en un susurro suplicante, pero el rubio comenzó a palpar la dura excitación de Holmes sobre el pantalón con la presión precisa, robándole un par de jadeos.

-Sherlock…no me iré de aquí, este también es mi piso -le recordó Watson- soy el que te ayuda a pagar la renta.

Sherlock intentaba concentrarse, debía moverse de allí de inmediato y volver a su espacio de confort, a la seguridad que las poderosas barreras de su mente le proporcionaban, no recordaba que John fuera tan terco, su obstinación lo desconcertaba. Le ordenaba a gritos a su cuerpo que reaccionara, debía caminar hasta su cuarto y encerrarse, era lo más sensato hasta lograr discernir con claridad en la mañana y tomar las decisiones correctas. Sin embargo, una parte de él, quizás la más humana, se lo impedía, deseaba tocar a John, recorrer cada parte de su cuerpo, hacerlo suyo…no podía seguir luchando contra sus sentimientos y deseos, se había privado de ellos la mayor parte de su vida pretendiendo ser una máquina sin sentimientos una especie de autómata, jamás había sentido las imperiosas necesidades que John le hacía sentir.

Decidió dejar de cuestionarse cada posible acción, ya habría tiempo suficiente para lamentarse, ahora solo quería sentir con John. Se volteó y comenzó a besar al rubio de forma calmada, apoyando su espalda en el escritorio, disfrutando al máximo de cada exquisita sensación que la boca del doctor le ofrecía. Mientras se apoyaba en el escritorio, John comenzó a desabrochar lentamente el pantalón del rizado sin obtener ningún tipo de negativa para luego introducir una de sus manos en su interior y envolver el miembro del detective masajeando rítmicamente.

Sherlock cerró los ojos fuertemente intentando no gemir, mientras imitaba las acciones de John tocando la parte más sensible del doctor, ambos estaban envueltos en un mar de gemidos, Sherlock recorría el cuerpo de John sin reparos hasta memorizar cada lunar, cada detalle, saboreando cada parte de su anatomía, sin cesar en su exploración, entregándose por primera vez a las múltiples formas del placer humano que tanto había temido experimentar.

Notas finales:

gracias por leer, por favor dejen sus comentarios! 


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