Sherlock me dedicó una mirada elocuente mientras juntaba sus manos en mi dirección. Era la señal para comenzar nuestra conversación, sin embargo me sentía confundido, habían sido demasiados acontecimientos por un día…en esos momentos me debatía conmigo mismo si comenzar una charla de la que quizás después me arrepentiría o irme a mi cuarto a descansar
—¿problema? —preguntó Sherlock mientras cogía su violín y se sentaba elegantemente frente a mi junto a la chimenea, haciendo vibrar las cuerdas distraídamente.
—muchos…—admití suspirando con cansancio
—Si me los dices quizás pueda ayudarte a resolverlos—dijo con voz grave mientras mantenía su mirada conectada con la mía
—eso es poco probable—dije entrecerrando los ojos con ironía—porque…resulta que tu eres mi principal problema Sherlock
—¿preferirías que no hubiese vuelto? —lo observé con extrañeza, su rostro se mantenía expectante a mi respuesta…deseaba que fuera franco
—¿por qué hablamos de esto? … quiero aclarar lo que sucedió con Mary—declaré intentando evadir el tema, no me sentía preparado para hablar de sentimientos con Sherlock Holmes...
—está bien…—dijo moviendo afirmativamente la cabeza—pero antes…deseo que me digas que fue exactamente lo que soñaste conmigo
—deja de jugar Sherlock
—me encanta jugar juegos contigo…no puedo evitarlo—admitió con franqueza mientras movía lentamente los dedos por la madera del violín, acariciando suavemente la pulida superficie…por unos segundos me perdí en los círculos que sus dedos trazaban en el instrumento, la yema de sus dedos se deslizaba de forma lenta y elegante…había algo sensual en sus movimientos
—y al parecer yo no puedo evitar caer en ellos—dije con algo de molestia aun observando el violín en su regazo
—que soñaste John—preguntó volviendo a su actitud seria de siempre, su rostro inexpresivo parecía hecho de mármol.
—por qué te importaría a ti—respondí sarcásticamente.
—tú me importas…—Sherlock abrió los ojos en señal de sorpresa al ser consciente de sus propias palabras, ¿sería posible que por fin estuviésemos hablando sin máscaras? ¿podíamos ser sinceros respecto a lo que sentíamos por el otro? ¿Sherlock sería lo suficientemente valiente para asumir sus propios sentimientos?
—tienes una extraña forma de demostrarlo—dije esbozando algo parecido a una sonrisa, aun tenía demasiadas dudas, demasiados sentimientos encontrados, antiguos rencores por todo lo ocurrido en esos últimos meses ¿Cómo podía confiar de esa forma en él otra vez? Después de todo lo que me había hecho…
—soy extraño—admitió bajando la mirada, dejando el violín a un lado para luego cruzar las manos sobre su regazo—siempre me he sentido ajeno al resto del mundo, como sabrás John, no me importan los convencionalismos sociales, ignoro la decencia y me desconcierta ver personas normales sonriendo satisfechas con sus miserables y corrientes vidas…pero por ti…en ocasiones desearía ser más “normal”.
—¿normal? —pregunté con incredulidad
—lo suficiente para no incomodarte John…para no fastidiar tu vida a diario—dijo sonriendo con sinceridad—se que puedo ser un completo idiota la mayor parte del tiempo.
Lo escruté con desconfianza—quieres que te perdone por todo lo que me has hecho este último tiempo Holmes, esa es la razón de este discurso tan emotivo…solo quieres verte bien a pesar de que te has portado como un cretino—Sherlock guardó silencio por unos segundos, observándome atentamente con las manos juntas bajo el mentón…me estaba analizando
—No—dijo inclinándose frente a mi—Mi objetivo en estos momentos es otro
Sus abruptos cambios de ánimo me desconcertaban, no sabía como reaccionar…—¿Cuál? —dije carraspeando, hundiéndome en mi sillón para mantener la distancia
—deseo saber que soñaste conmigo
—y si no quiero decirte…—dije reponiéndome, intentando imponer mi postura, no iba a permitir que sus arrebatos me intimidaran, pareció sorprendido ante mi actitud desafiante, detuvo su acercamiento para estudiar mis expresiones con cuidado, entonces decidió volver al ataque
—si no quieres decírmelo con palabras…tendré que deducirlo por mi cuenta— amenazó, en ese instante me di cuenta que estábamos susurrando, su rostro estaba a tan solo unos centímetros de mí, sus manos apoyadas en los brazos de mi sillón, parecía una especie de depredador frente a su presa, inoportunamente recordé el sueño de esa mañana…
—bien detective…—dije sin disimular en lo más mínimo la ironía de mis palabras…continuando con mi desafío, quería probar hasta donde llegaba su aparente astucia—dedúcelo por ti mismo—dije retando su envidiable intelecto
Al oír mis palabras una bella sonrisa complacida se dibujó en su rostro iluminando su mirada que descendió por un instante hasta mis labios—quizás antes de aventurar conclusiones…—dijo lentamente para luego humedecer sus labios…tentándome—necesitaré recrear la escena que se encuentra escondida en las profundidades de tu inconsciente—dicho esto terminó con la escasa distancia que nos separaba y poso sus labios en los míos, en un roce lento y delicado, una de sus manos envolvió mi rostro, para evitar que me alejara…pensé en resistirme, en levantarme y dejarlo con el deseo a flor de piel a modo de venganza por todas las odiosas y desconsideradas actitudes que había tenido antes conmigo. Pero no tuve la suficiente fuerza, yo también deseaba sentirlo…y después de tanto tiempo por fin podía experimentar ese indescriptible placer al tenerlo cerca, su aroma único, la calidez de sus labios…su forma inigualable de besarme.
Subí mis manos enterrándolas en esos indomables rizos negros, tirando un poco de ellos, gimió en mis labios y profundizó el beso atrayéndome a su cuerpo, me tenía atrapado entre el sillón y su pecho. Una de sus manos bajó sugerentemente trazando un camino desde mi cuello hasta mi abdomen, necesitábamos más del otro…más de ese placer embriagante que nos recorría cada fibra sensible de nuestro ser.
Por el arrebato del momento apoyó uno de sus brazos en mis piernas y gemí de dolor audiblemente, aun las heridas estaban recientes y mi piel hipersensible, retiró instantáneamente su brazo
—Lo siento—dijo jadeando—yo...no quería
—Lo se…—dije con la respiración acelerada, sentía el rostro arder envuelto en sus brazos
—¿esto está bien? —dijo de pronto con actitud titubeante—tu…te sientes bien
—si…¿y tú…?—pregunté con algo de indecisión
—el contacto físico contigo es realmente placentero…tus labios se amoldan perfectamente a los míos…creo que no me cansaría de besarte jamás—dijo finalmente rozando mis labios con la yema de sus dedos. Lo observé con extrañeza…Sherlock no era de los que hablaban de sus sentimientos o sensaciones normalmente se guardaba absolutamente todo. Emití una sutil carcajada…a veces olvidaba que Holmes tenía escasa experiencia en el contacto físico…sus manos se dirigieron hacia mis pantalones.
—¿puedo? —preguntó observándome desde abajo con expectación. Asentí y comenzó a bajarlos, dirigió sus manos a la zona de mis heridas, rozando con increíble suavidad el área circundante con la yema de sus dedos, tiré la cabeza hacia atrás apretando los labios, había vuelto a sentir ese indescriptible placer— ¿te gusta? — Interrogó con sus ojos fijos en mis expresiones…solo emití un sonido en forma de respuesta, repitió ese movimiento varias veces, hasta que sentí como sus dedos fueron reemplazados por el roce de su lengua sobre mi sensible piel, ese maldito Holmes se empeñaba en arrancarme gemidos, en dejarme fuera de juego. Finalmente, sus dedos comenzaron a ejercer la presión precisa en la punta de mi miembro, sobre la ropa interior
—¡ohh Sherlock!— exclamé sin ser consciente de mis palabras
—¿quieres que me detenga? Si es eso lo que deseas solo dilo—dijo volviendo a ejercer presión sobre mi excitación.
—Sigue…—pedí débilmente. Sonrió volviendo a su actitud presumida, se estaba esforzando por causarme el mayor placer posible, seguro que esto era otro de sus tantos experimentos, debía estar todo organizado en su meticulosa cabeza…frente a cada reacción elaboraba observaciones y las archivaba en su cerebro, lo conocía demasiado, Sherlock Holmes era un científico en cada aspecto de su vida…
De pronto detuvo su labor…—me pregunto si…—pensó en voz alta por unos instantes, bajé la mirada hacia su rostro, observaba mi cuerpo con actitud pensativa, su mirada se cruzó con la mía y sin quitar la vista de mis ojos, bajó mi ropa interior
—¡Sherlock! —exclamé al ver lo que deseaba hacer
—Shhhh…tranquilo John…solo estoy intentando reconstruir las inconexas escenas de tus sueños en tu inconsciente—dijo guiñándome un ojo. Dirigió sus labios a la punta de mi miembro y sopló sutilmente, sentí una corriente de aire rozar contra mi zona más sensible, me retorcí involuntariamente, presa de esa dulce tortura…pero no tuve tiempo para reponerme ya que comenzó a lamer lentamente, pasando la punta de su lengua por toda la longitud de mi miembro, haciendo movimientos circulares, masajeando y presionando las zonas precisas, preparándome para luego comenzar a succionar, disfrutando con los sugerentes sonidos que salían sin control de mis labios…aquello era demasiado para cualquiera... solo con ver esa erótica escena, su rostro deseoso manteniendo la mirada fija en mi mientras succionaba una y otra vez... sentía que mi clímax se aproximaba.
—ohh Sherlock por favor…detente—dije con dificultad, empujándolo por los hombros. Sentía que iba a explotar, las oleadas de placer se propagaban con gran intensidad hacia todo mi cuerpo, no creía poder controlarme mucho más
—¿Lo he hecho mal? ¿no ha sido lo suficientemente estimulante? —Preguntó contrariado—supuse que te gustaría sentir diferentes texturas y ritmos, además de mi humedad envolviendo tu…—dijo explicando gráficamente sus planteamientos
—Si…es exquisito…enserio…solo que son demasiadas sensaciones…estimulándome—dije con algo de vergüenza
—está bien…—dijo observándome con seriedad—pero no puedo…dejarte así—dijo observando mi miembro con intensidad—quizás deberíamos continuar esto en mi cuarto—propuso aguardando por mi respuesta.
—Si…—dije incorporándome con dificultad, atrapando nuevamente sus labios, sin ánimos de tenerlo alejado de mi ni por un segundo…complacido al observar a Sherlock Holmes tomando la iniciativa por primera vez….