Desperté con los primeros rayos de sol proyectándose sobre mi rostro, abrí los ojos perezosamente para sonreír ante la bella imagen que se presentaba frente a mi… él aun dormía plácidamente boca abajo, con sus bellos rizos dispersos cubriendo parcialmente su rostro, lucía tan perfecto…desnudo bajo las blancas sábanas. Sherlock Holmes poseía un físico envidiable, a pesar de la delgadez de su cuerpo sus músculos estaban perfectamente marcados, su espalda lucía fuerte y fibrosa, marcada por las cicatrices que ya comenzaban a sanar del todo… deseaba recorrerla una y otra vez, esparcir besos y caricias por todo su cuerpo…jamás me cansaría de tocarlo…
—me estás mirando…—dijo de pronto con voz ronca sin mover un solo músculo, más que sus labios por un breve instante. Creí que lo había imaginado, ya que continuaba en la misma postura de hace un momento.
—¿cómo puedes saber eso? —pregunté extrañado, preguntándome si realmente lo había despertado pues Holmes aún tenía los ojos cerrados
—te siento…—respondió con actitud enigmática.
—las miradas no se sienten—repliqué con incredulidad luego de pensar en sus palabras por uno instantes, mientras pasaba mis manos por sus desordenados rizos enredando mis dedos en su cabello.
—yo si…—dijo abriendo los ojos lentamente, regalándome su primera mirada del día cargada de un verde intenso—¿por qué me mirabas? ¿Algo interesante que ver?
—solo…te contemplaba…tenías una expresión pacífica…una que jamás tienes cuando estás despierto, siempre luces preocupado, pensativo o irritado…supongo que es el costo de dedicar tu vida a resolver casos…
—hace mucho que no dormía una noche entera—interrumpió absorto en sus propios pensamientos volteándose para observar a la nada, lucía…feliz, a su manera…lentamente acerqué una de mis manos a su pecho, me observó con actitud neutral por unos segundos hasta finalmente esbozar una sutil sonrisa …tomé ese gesto como una señal para acercarme y le di un breve beso en los labios que lo desconcertó por instantes, pestañeando extrañado ante mi impulso.
—Sherlock…anoche dejamos una conversación pendiente—dije recordando repentinamente la discusión con Mary el día anterior, me senté sobre la cama con actitud demandante
—Lo se…—dijo acariciando uno de mis brazos con actitud distraída—pero antes necesito que respondas una pregunta…eres el único que me puede ayudar con esto
—bien…
—¿qué sabes de Sebastián Brown? …Quiero saberlo todo, cada detalle…por minúsculo o insignificante que parezca—dijo apoyándose en sus antebrazos para quedar a mi altura, su expresión había cambiado, lucía alerta…atento a cada una de mis expresiones, intentaba encontrar mi mirada. Sentí una fuerte punzada en el estómago cuando mencionó ese nombre.
—lo dedujiste por completo sin mi ayuda la primera vez que lo viste— afirmé enarcando una ceja al recordar las extrañas miradas que Sebastian le dedicaba a Sherlock, la forma en que le sonreía…como había tenido el descaro de coquetear con Holmes frente a todos en plena calle. De pronto un ágil movimiento de Sherlock me sacó de las fugaces imágenes de mi cabeza, me estaba sosteniendo por los hombros, su mirada me atravesaba por completo intentando leer mis pensamientos
—John esto es muy importante, debes decirme todo lo que sepas respecto a ese hombre…hay algo en él… es una corazonada—dijo continuando con su exhaustivo análisis por cada uno de mis gestos, intentando leerme.
—¿acaso esto también es para un caso? —pregunté incrédulo—por favor Sherlock Sebastian es el tipo más inofensivo que hay, es un ricachón…uno de esos hombres exitosos que no tienen tiempo para nada más que para seguir acumulando fortuna…no tiene necesidad de cometer crímenes, lo tiene todo.
—¿debe ser aburrido verdad? —dijo desviando la mirada, con una sonrisa irónica que no supe interpretar ¿por qué me cambiaba el tema de un momento a otro?
—¿de qué hablas?
—ese trabajo John…la compañía Airplane debe ser una ocupación monótona…rutinaria para un hombre joven como él…de seguro querrá distracciones, es inteligente…un sujeto astuto…ha sabido tomar las riendas de esa compañía…cuando asumió el cargo de gerente principal la empresa presentaba deudas millonarias por la mala gestión de su padre…y en unos pocos años ha logrado transformarla en un negocio exitoso…pero quizás se cansó de eso y encontró una ocupación más…atractiva—dijo con aire de misterio, aquellas últimas palabras no estaban dirigidas a mí, estaba pensando en voz alta.
—¿cómo es que sabes todo eso? —pregunté levantando la voz con estupefacción, ¿acaso Sherlock había investigado a ese hombre? ¿qué rayos se traía entre manos? ¿esa actitud podía ser genuino interés por parte de Holmes hacia Sebastian?
—solo hay que saber dónde buscar…sería demasiado aburrido explicarte los detalles John, ya habrá tiempo para eso…en este minuto necesito una segunda opinión…y quien mejor que tú…has hablando más con él que yo, debes conocerlo más…algo debió llamar tu atención, solo necesito que te esfuerces por recordar—dijo apuntándome con uno de sus dedos, intenté concentrarme y recordar los momentos en los que Sebastian hablaba de su vida privada, aunque por lo general era bastante reservado…al parecer esto era realmente importante para Holmes quien seguía atento cada uno de mis movimientos.
—supongo que si…tuvo que seguir el mismo camino de su padre por la tradición familiar…recuerdo que una vez confesó que durante su juventud deseó estudiar letras…pero viene de una familia conservadora, su padre siempre fue muy estricto…debía hacerse cargo de la empresa…era su destino, sin embargo, eso no lo convierte en un criminal Sherlock
—lo defiendes demasiado…casi no lo conoces—indicó Sherlock con algo de desdén en sus palabras.
—bueno…no del todo, pero…es amigo de Mary desde hace un par de años…siempre ha sido un hombre muy simpático no ha tenido ninguna conducta extraña o sospechosa, es reservado…protege su privacidad…es homosexual, actualmente no tiene pareja—dije estudiando la reacción de Sherlock ante esas palabras, pero no pareció importarle en lo más mínimo— Sebastian Brown es un hombre que ha hecho dinero vendiendo paquetes turísticos, al llegar al puesto de gerente de la compañía remodeló la estructura del servicio que ofrecían, comenzó a “sofisticarlo” su empresa comenzó a hacerse popular por las alternativas económicas de turismo respecto a otras empresas más prestigiosas…bueno, es todo lo que se… !ah sí! vive a las afueras de Londres en su lujosa mansión…pero no es de el de quien quiero hablar Sherlock—repliqué intentando girar el curso de la conversación hacia el problema con Mary
—…espera… ¡paquetes turísticos dijiste! —exclamó moviendo sus ojos con rapidez, como si esas palabras hubiesen despertado una idea en él.
—Si, al parecer ofrece servicios más económicos a los extranjeros recién llegados, les ofrece un paquete con guía turístico incluido, servicios de comida y lugares de residencia a bajo costo, ya sabes…a quienes no conocen Londres…pero Quiero hablar de Mary, Sherlock…dijo que estuviste a altas horas de la noche en su casa, ¿cómo sabías donde vivía?…¿y por qué fuiste a visitarla?, ¿qué le dijiste?, cuando vino a verme lucía enfadada y triste…escucha ella es una buena persona, siempre ha sido transparente y amable conmigo, los celos no te pueden llevar a amedrentar a la gente
—¿celos? —interrumpió repentinamente arrugando el entrecejo y sacudiendo la cabeza como si quisiera quitarse es idea de encima— ¿enserio crees que iba a ir a atormentar a tu noviecita por celos? me subestimas John— respondió exhibiendo su herido orgullo
—Ex novia—aclaré frunciendo los labios con decepción, no quería que las cosas entre Mary y yo terminaran de esa forma…ella siempre había sido una buena persona, no quería herirla…—¿Entonces por qué fuiste a verla?
—Creí que ella era la culpable
—¿Culpable de qué? … acaso crees que Mary es una criminal. Por favor…creo que estás alucinando más de la cuenta, necesito que me digas que fue lo que le hiciste, dijo que estuviste cerca de atacarla, te abalanzaste sobre ella…
—Se victimizó, sabía que lo haría…manipuló los hechos a su manera—dijo observando a la nada sin ninguna pizca de culpa — John…no sabes cuánto me gustaría decirte toda la verdad sobre esa mujer, pero creo que es mejor para todos que sea ella quien te diga la verdad
—¿La verdad sobre qué?
—Sobre ella misma…te mereces saber la verdad de sus propios labios John, además esa es una información delicada…supongo que ella tiene el derecho de decidir si confiarte sus secretos o guardárselos…—dijo observándome con intensidad, mientras se incorporaba envolviéndose en la sábana que antes nos cubría, dejando mi cuerpo totalmente expuesto.
—está bien—respondí algo descolocado ante su impulso observando a Sherlock con extrañeza, nuevamente no me había revelado nada…—iré a verla hoy, deseo aclarar todo de una vez por todas. ¿Tú que harás?
Se volteó mirándome desde su envidiable altura desde el pasillo—Siempre haces tantas preguntas…debo resolver un caso—dijo entrecerrando los ojos mientras dejaba caer la sábana con actitud dramática exponiendo su desnudez, no pude evitar mirar todo menos su rostro…realmente la insinuación se había vuelto demasiado tentadora, sonrió satisfecho al ver mi reacción y caminó con total normalidad hasta la puerta del baño…esperé unos momentos debatiéndome entre seguir mis instintos o esperar mi turno para entrar a la ducha, finalmente me incorporé sin molestarme en cubrir mi cuerpo y seguí sus pasos… con total satisfacción comprobé que la puerta no tenía seguro, Él sabía que sucumbiría ante sus provocaciones…entré para ver las gotas de agua deslizándose por su pálido cuerpo, me acerqué con lentitud hasta extender mi mano para tocarlo, pero en el último instante reaccionó, tiró de mi y me acorraló en una esquina de la bañera—es de mala educación entrar sin tocar la puerta John, pudiste provocarme un gran susto…—dijo con voz aterciopelada
—sabías que te seguiría—dije pegando mi cuerpo al suyo sin pudor alguno, sintiendo como tan solo con mi cercanía lograba excitarlo, aunque él jamás lo admitiera en voz alta
—si…—confesó acercando sus labios a mi cuello, erizando mi piel al instante al sentir su cálido aliento.
—siempre haces lo mismo, dije entrecerrando los ojos, acercando mi rostro a sus labios—siempre con tus sutiles insinuaciones para que muerda el anzuelo…para que yo de el primer paso, eso no es justo Sherlock—susurré demasiado tentado ya por su cercanía.
—soy un buen pescador…uno muy inteligente—dijo sonriendo con actitud presumida, besó mis labios sin poder ocultar sus ansias…sintiendo nuestras respiraciones aceleradas en medio del vapor de la ducha, el placer de las caricias inundando nuestros sentidos, el rítmico choque de nuestros cuerpos empapados por el cálido chorro de agua… jamás me cansaría de estar junto a él…de ser el único que podía acercarse a Sherlock Holmes de esa forma, quien podía contemplar su lado más humano, sus sentimientos y deseos, sentir sus caricias y escuchar sus auténticos gemidos de placer…en ese preciso instante me sentía tan afortunado mientras besaba sus carnosos labios, mientras nos uníamos al ritmo de ese placer indescriptible...mientras lo hacía mío.