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El último Milagro de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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Notas del capitulo:

Hola, gracias a quienes siguen este fanfic, a continuacion traigo un capítulo algo osado...espero que les guste 

por favor no olviden dejar sus comentarios al final del capítulo 

un gran abrazo 

-Boni-

Sherlock observaba distraídamente a través de la ventana del taxi, sumido en sus propios pensamientos hasta llegar a Baker Street, debía admitir que le agradaba viajar solo por Londres, sin distracciones, podía pensar con claridad y planear meticulosamente sus próximos pasos para detener a Sebastian Brown.

Al llegar al frontis de su hogar, se asomó hacia las escaleras y olfateó el aire, solo le tomó unos instantes reconocer ese inconfundible perfume…Mary Morstan estaba aquí, inconscientemente hizo una mueca de disgusto, esa mujer después de todo lo que le había hecho John se atrevía volver al apartamento, a invadir su espacio íntimo. Escuchó voces en el segundo piso, suspiró haciéndose el ánimo para ver cara a cara a esa ex espía nuevamente, “mentirosa” pensó para sí antes de comenzar a subir. Desde el interior de la casa se asomó la señora Hudson pronunciando algunas palabras, pero Sherlock la ignoró magistralmente. Demasiado concentrado en no perder el control de sí mismo y exponer todos los secretos e Mary frente a John…

Al llegar al umbral de la puerta los vio abrazados, Mary esbozaba una sonrisa resignada, y John parecía contrariado apabullado por sentimientos que no lograba comprender del todo.

—gracias por entender—dijo Mary con una sonrisa que no alcanzó a iluminar sus tristes ojos azules

—Debiste haberme dicho todo desde el comienzo Mary…tu debiste confiar en mí, tal y como yo lo hice contigo. Empezamos mal…

—de todas formas no habría funcionado lo nuestro—dijo ella sin soltar su agarre, posando su rostro en el hombro de John

—¿a qué te refieres?

—de todas formas tu lo amas a él…siempre lo amaste a él, cualquiera se daría cuenta, la forma en la que lo miras…jamás me miraste así John, con esa admiración, esa entrega, con ese amor— John Watson no supo responder a eso, en cualquier otro escenario se habría enfadado al sentirse engañado por Mary…le había mentido hasta en su nombre, era una persona peligrosa, una asesina entrenada…pero ahora ya no estaban juntos, y a pesar de todo siempre estaría agradecido de ella, lo había salvado del suicidio en los peores momentos, cuando creyó que la persona más importante de su vida había dejado de existir. Un repentino carraspeo lo sacó de su ensimismamiento, se separó de Mary abruptamente, y lo vio…Sherlock lo observaba la peculiar situación con expresión neutral, pero sus ojos estaban posados en Mary, había mucho rencor en ellos. Todos permanecieron callados, Sherlock no le quitaba la mirada de encima a la rubia, la tensión crecía hasta hacerse insostenible, finalmente Mary reaccionó

—Bueno—dijo juntando las manos con actitud nerviosa—creo que ya aclaramos todo John, gracias por escucharme. Ya debería irme—dijo sosteniendo su mano mientras esbozaba una sincera sonrisa, que fue correspondida por el doctor, Sherlock contemplaba la escena con recelo, Mary se acercó y depositó un breve beso en la mejilla del doctor a modo de despedida. Sherlock finalmente desvió la mirada, no quería desatar una nueva discusión con esa mujer…menos frente a John.

Finalmente, Mary se volvió hacia él—Sherlock—dijo con un leve asentimiento de cabeza y una falsa mueca que aspiraba a ser un intento de sonrisa. Holmes sonrió con cinismo devolviéndole la actitud e hizo una teatral reverencia indicándole la puerta, Mary salió no sin antes dedicarle una última mirada cargada de sentimientos a John Watson—que sean muy felices juntos, sinceramente espero que no lo arruines Holmes…yo no soy la única que guarda secretos— el doctor se quedó titubeante sin saber bien cómo reaccionar a esas palabras que más parecían ser una amenaza. Sherlock se tensó, quedando de pie junto a la ventana hasta asegurarse de ver a Mary abandonar la residencia, la siguió con la mirada mientras se alejaba a paso firme de Baker Street

—pudiste ser más amable Sherlock

—no dije nada…—se defendió Holmes al instante ofendido, había intentado no decir una sola palabra para no agravar la situación.

—tu rostro lo decía todo—acusó John con fastidio—tu no entiendes, pero ella no es una mala persona, ha tenido una vida difícil

—nunca dije que lo fuera…solo pienso que es una mentirosa y que debías saber la verdad por sus propios labios…era lo correcto. ¿Pero como siempre la culpa es mía verdad?

—es que eres un insensible, te comportas como si no te importara lo que tus actitudes le hacen sentir a la gente, no te importó intimidarla o incomodarla, ella ya se sentía lo suficientemente mal…a veces actúas como si no tuvieras…sen—se detuvo al instante, Sherlock abrió los ojos con estupefacción ante esas palabras—lo siento, no quise decir eso…es solo que…

—sentimientos—completó Sherlock manteniendo su mirada fija en John—crees que es fácil controlarme mientras veo como estás en los brazos de otra persona, como le sonríes a esa mujer…la forma en la que mantienes la cercanía. ¿Debería parecerme normal?

—contigo nada es normal…no puedes estar celoso de ella Sherlock, no después de todo lo que ha sucedido entre nosotros dos. Lo que tuve con ella se acabó…y tu fuiste el motivo, creí que entenderías que necesitaba cerrar ese capítulo con Mary fuiste tu quien instó a hablar con ella y enterarme de las verdades de sus propios labios

—ella no lo entiende

—entender que

—que eres mío—respondió Holmes con una mueca de disgusto—sigue albergando la esperanza de que en algún momento vuelvas con ella.

—yo no soy uno de tus malditos casos Holmes, no soy de tu propiedad…—dijo John molesto, Sherlock observó a John por unos segundos con una expresión extraña, para luego abalanzarse sobre el acorralándolo con brusquedad contra una de las paredes—ya basta Sher…—pero no tuvo tiempo de emitir reclamos, pues los labios de Holmes ya estaban moviéndose contra los suyos con maestría, John intentó empujarlo pero Sherlock previó ese movimiento y tomó certeramente las manos de Watson elevándolas sobre su cabeza, pegando su cuerpo contra él, John no podía hacer nada al respecto, estaba desprotegido, podía considerar que aquello era una estrategia de Sherlock para reafirmar su postura de “eres mío” o podía ser simplemente un ataque de celos al más puro estilo Sherlock Holmes.  

No pudo seguir razonando, los labios del detective le impedían pensar con claridad, la textura suave, la humedad de su lengua explorando cada recóndito lugar de la boca de Watson, Sherlock profundizó aún más el beso, dejando a John sin aire, para luego liberar al doctor de la prisión de sus manos, abrió con brusquedad la camisa roja que John llevaba puesta, dejando un rastro húmedo de besos por su cuerpo, John solo podía retorcerse contra la pared, las manos del rizado lo recorrían completamente, sentía como era marcado por los labios, dientes y lengua del detective. Jadeaba con fuerza, demasiado excitado para recuperar la cordura, Sherlock se arrodilló observando al rubio desde abajo, desabrochó su pantalón, lo bajó con rapidez para finalmente tomar entre sus manos el miembro del rubio y comenzar a succionarlo sin reparo alguno, John se sacudió con violencia, las sensaciones lo envolvían sin darle espacio para pensar en nada más que en el indescriptible placer que Sherlock Holmes le estaba proporcionando en ese momento.

Sherlock comenzó a succionar con energía, posó sus manos en los glúteos del doctor y empujó envistiendo su boca sin delicadeza alguna

—oh…Sherlock dios—dijo John con los ojos fuertemente cerrados y la cabeza echada hacia atrás, apoyándose contra el muro—por favor….por favor no pares—decía tomando la cabeza de Holmes de sus rizos sintiendo como la humedad de su boca lo envolvía cada vez más hondo. Pero Holmes hizo caso omiso a sus suplicas, justo cuando John estaba cerca de llegar al orgasmo se levantó, dejándolo jadeante, con el corazón acelerado e insatisfecho

—voltéate—fue la única palabra que esbozó el rizado con cierta satisfacción. John entendió que eso era una especie de orden. Holmes estaba tomando el control…esto era una venganza por la escena con Mary. Seguramente había planeado esto desde que entró al departamento y sintió la presencia de Morstan

—¿y si no lo hago qué? —respondió Watson son tono desafiante. Sherlock tomó su rostro sin darle oportunidad de reclamar y volvió a besarlo con rudeza, para luego voltearlo y estamparlo contra la pared con uno de sus brazos—de verdad crees que me intimidarás con esa actitud—dijo John negando el cabeza divertido intentando voltear para ver a Holmes, pero solo recibió una sonora nalgada en respuesta que lo descolocó…—¿que pretendes…? —preguntó John con los ojos entrecerrados

—quiero ser el único…que pueda brindarte placer, el único al que abraces, a quien le sonrías de esa forma…el único que pueda ver esa erótica expresión en tu rostro.

—pero lo eres…eres el único—susurró John apoyando la cabeza contra el muro.

—quiero que seas mío…—replicó Sherlock en respuesta…acomodando su miembro en el trasero del rubio, penetrándolo con un movimiento certero. John emitió un quejido audible mientras tensaba su entrada

—no podemos hacer esto aquí Sherlock…alguien puede entrar—replicó Watson intentando recobrar el juicio

—entonces no hagas ruidos fuertes John…esto apenas está empezando—replicó Sherlock sonriendo tentadoramente contra la espalda del rubio—tan apretado…—susurró por lo bajo mientras lo penetraba.  John se mordió los labios, las envestidas no tenían el ritmo calmado de las primeras veces. Esta ocasión Sherlock se movía con rapidez, mientras una de sus manos masturbaba a John enérgicamente, la otra estaba fuertemente aferrada a las caderas de Watson para controlar el ritmo, ambos jadeaban, sus respiraciones erráticas se mezclaban con el húmedo sonido de las envestidas de sus cuerpos chocando brindándoles placer a cada parte de su cuerpo. John sentía que iba a explotar en cualquier momento

—no…—dijo Sherlock entre jadeos anticipándose a las reacciones de John—no termines John, aún no—dijo disminuyendo el ritmo de las envestidas

John intentaba con todas sus fuerzas no llegar al orgasmo, no sabía por qué, pero deseaba complacer a Holmes, en momentos se quedaba inmóvil intentando contener el inmenso placer que se agolpaba en su pelvis amenazando con liberarse. Sherlock no lo hacía fácil, sus envestidas apuntaban certeramente hacia su próstata, tocando la zona más sensible del interior de John.

—¡Sherlock no soporto más! —se quejó el rubio con urgencia

—John…aguanta—ordenó Holmes con dificultad, entre roncos gemidos que escapaban de su boca. Watson apretaba con fuerza las manos contra la pared, se estaba volviendo loco…

—por favor…—dijo John desesperado

—dilo…

—soy…tuyo—dijo John entre fuertes sonidos de placer, sintiendo el miembro de Holmes palpitar en su interior…—solo tuyo—sintió las oleadas de placer invadiendo su cuerpo, llegando por fin a un orgasmo tan intenso que las piernas le fallaron y Sherlock tuvo que sostenerlo con uno de sus brazos.

—John…—dijo Holmes contra el cuello del rubio…besando distraídamente su piel mientras se reponía de las exquisitas sensaciones que lo habían recorrido momentos antes. John recuperó las energías y se volteó para finalmente besar a Sherlock con lentitud mientras sonreía contra los labios del detective, a veces deseaba que esos momentos se prolongaran hasta el final de su existencia, ellos dos solos amándose en ese apartamento por la eternidad…

—y tú eres mío…solo mío Sherlock Holmes…

Notas finales:

Espero que les haya gustado el capítulo, por favor no olviden dejar sus comentarios con sus impresiones. Gracias por leer 

un gran abrazo 

-Boni-


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