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El último Milagro de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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Notas del capitulo:

Hola, gracias por leer! por favor no olviden dejar sus comentarios con sus impresiones respecto al capítulo. 

Los ojos de Sherlock se veían más Verdi azules que nunca, su rostro descansaba con una expresión pacífica sobre una de las cabeceras de “nuestra cama” últimamente estaba más ensimismado que de costumbre, había cierta tristeza en su rostro que no podía disimular a pesar de la frialdad característica de sus facciones, algo sucedía, tenía un mal presentimiento…me estaba ocultando algo importante, las palabras de Mary resonaron en mi cabeza “no soy la única que guarda secretos” suspiré con fastidio ¿por qué Sherlock siempre se empeñaba en guardarme enigmas?, a veces era el último en enterarme de las decisiones realmente importantes.

Tenía en claro que era el ser humano que más cerca había llegado del verdadero Sherlock Holmes, derribando uno a uno sus enormes muros que lo aislaban del resto del mundo, sin embargo en esos momentos me daba cuenta que a pesar de sus sentimientos hacia mi siempre existiría una abismante distancia entre nosotros “su intelecto” …Holmes se guardaba tanto…a veces los secretos más oscuros, más dolorosos…que corroían su interior y sin embargo los seguía cargando. En esos instantes cuando lo observaba mientras el mantenía su mirada distraída en algún punto de la habitación percibía un profundo dolor que emanaba desde la profundidad de su alma…Sherlock sufría, aunque jamás lo admitiera…y era un sufrimiento que había cargado durante años.

—Sherlock…—dije tocando su pecho, para sacarlo de las profundidades de su mente, se sobresaltó al instante y me miró sorprendido, con el ceño fruncido…quizás algo molesto por la interrupción de sus “importantes cavilaciones”

—¿qué sucede John?…

—fuiste a Airplane—afirmé con seguridad, volvió a observarme con extrañeza, al parecer no esperaba que lo descubriera  

—seeep…—dijo cruzando sus brazos tras su cabeza, desviando la mirada

—puedo saber por qué

—quizás quería informarme sobre algún paquete turístico…para tomar unas vacaciones—dijo sin mayor interés, pero manteniendo ese irresistible toque enigmático, solté una carcajada por lo bajo

—o quizás querías espiar a Sebastian…—sus ojos se cruzaron con los míos cuando mencioné ese hombre, su cuerpo se tensó…realmente la afectaba hablar de él—Sherlock ya lo se todo…—dije luego de un suspiro. Se volteó enarcando una ceja con recelo

—¿qué es “todo”? —interrogó con incredulidad…estaba probándome

—Lestrade llamó esta tarde…no le contestabas el teléfono y pensó que estabas conmigo—arrugó la nariz con frustración—aprovechó a ponerme al día sobre dos homicidios que han acontecido los últimos días en circunstancias bastante… “particulares” alguien está recreando los crímenes planeados por Moriarty hace unos años…hay un imitador suelto por las calles…—dije observando el rostro iracundo de Holmes mientras por primera vez era yo quien protagonizaba un monólogo en mucho tiempo—y bueno cuando te vi llegar, en tu turbación al verme con Mary dejaste los documentos que tan cuidadosamente guardabas en una bolsa de evidencias sobre el escritorio…

—vaya…realmente te enteraste de muchas cosas esta tarde

—me permites hacer una deducción—esbozó una media sonrisa ante mi osadía

—adelante John…sorpréndeme con tu poderoso intelecto—dijo con actitud teatral

—esos documentos son fichas de las víctimas…y bueno las fichas corresponden a la compañía Airplane, tienen su logo en grande, lo reconocí al instante…ya sabemos a qué nos lleva eso… ¿Quién es el dueño de la compañía? Sebastian Brown…consideras que de alguna forma el las asesinó o por lo menos está involucrado y eso quiere decir que el tuvo contacto directo con Moriarty…

—¡brillante! — exclamó sorprendido elevando las manos, como si acabara de tener la mejor idea de su vida

—¿enserio? —pregunté con incredulidad, sabía que había sido un comentario listo…pero no sabía que lograría un elogio tan sincero de su parte.

—John eres brillante… él era parte de su plan, sabía que moriría ese día en la azotea del edificio…por lo tanto me dejó un verdadero “problema final” estuvo entrenando a un sucesor quizás por años…perfeccionándolo en el arte del crimen, un hombre con una vida perfectamente normal, alguien que no levantar sospechas…con el único objetivo de destruirme…es brillante sin duda y algo teatral también…definitivamente su estilo

—¡Sherlock! —dije impaciente—¿por qué me escondes todas estas cosas?, siempre soy el último en enterarme o tengo que averiguar la información usando mis propios métodos—me observó algo contrariado, como si no tuviese idea de qué había hecho mal—se supone que confías en mí—reproché con tono dolido.

—claro que confío en ti…—dijo observándome como si fuera lo más obvio del mundo

—pero estas cosas…estos casos…somos un equipo, se supone que debes integrarme…como antes, es bastante egoísta que me escondas estos secretos…además Sebastian Brown es un conocido mío pude serte muy útil para descubrir su responsabilidad en esto

—yo…no quería preocuparte—dijo desviando la mirada, formulando las palabras con cierta dificultad—últimamente esto ha sido una montaña rusa de emociones, discusiones, malentendidos y accidentes…quería que al menos por unos días estuvieses tranquilo, han sido demasiados cambios y aún no estas estable emocionalmente, además…hasta hace unas horas la responsabilidad de Sebastian Brown en los crímenes solo era una idea en mi cabeza…pude equivocarme

—¡Sherlock Holmes se equivoca!—exclamé como si fuera la noticia más sorprendente del mundo, por primera vez Holmes captó mi sarcasmo y rodó los ojos ante el comentario—respecto a lo que dijiste antes…la vida contigo siempre es así, adrenalinita, algo frustrante, acelerada…y contradictoriamente es lo que me mantiene estable Sherlock…contigo siempre estoy en el campo de batalla…y me gusta—dije aproximándome a él con una sonrisa, observó mis labios por breves instantes, tentándose con nuestra cercanía, entrecerró los ojos y avanzó lentamente, imité sus movimientos pero de pronto un inoportuno recuerdo me hizo abrir los ojos de golpe—¡Sherlock! Lestrade me informó de un nuevo homicidio, dijo que había algo diferente en este, quería que fueras lo antes posible, lo siento…lo olvidé con todo lo que sucedió entre nosotros en la tarde—dije sonrojándome observando hacia la sala, recordando como habíamos perdido el control y la cordura por unas horas…

Sherlock se puso alerta, no respondió a mi comentario, solo dijo “vístete John…tenemos que salir” en unos 20 minutos ya estábamos limpios y vestidos rumbo a la escena del crimen, al llegar Lestrade lucía algo enfermo, demasiado pálido y pequeñas gotas de sudor perlaban su frente

—¡Hola John! Y tú…Por fin llegas—reprendió a Sherlock—¡te llamé cientos de veces!

—Estaba ocupado—dijo Holmes levantando el cuello de su abrigo con aire de misterio, rodeé los ojos “presumiendo de nuevo” pensé…él lo notó, sin embargo pareció no importarle—pero bueno, debe haber algo especial en este…por eso me localizaste con tanta urgencia

—Hemos estado trabajando toda la tarde…esto es algo personal Sherlock, ya no hay duda…necesito que te concentres y seas profesional…no se como pero…se que esto apunta hacia un tema sensible…lo puedo presentir

—ya no de más rodeos Graham y muéstreme lo que tiene—replicó el rizado impaciente

—¡es Greg! —exclamamos ambos al unísono, pero Sherlock como siempre no se dio por aludido, solo se adentró en la residencia abandonada, la verdad nunca había estado en ese lugar, era una linda casa color blanco invierno…algo lúgubre, se alzaba imponente frente a nosotros, con un poco de cuidado bien pudo ser un hotel modesto. Dejé mis contemplaciones para comenzar a caminar tras Sherlock y Lestrade, al llegar finalmente a la escena intenté contener las nauseas que comenzaban a ascender por mi estómago, había un aroma nauseabundo en todo el lugar, había un joven de no más de 18 años tendido en el suelo, aunque su rostro aún conservaba rasgos infantiles, alguien había arrancado a sangre fría su corazón que ahora permanecía inerte sobre la mano del muchacho…en la otra mano el joven sostenía una correa, el lugar estaba muy oscuro, Lestrade trajo una linterna y apuntó hacia el rincón, había un gran perro rojizo degollado. El joven estaba disfrazado de pirata, uno de sus ojos cubierto por un parche. Junto al can había un leve escrito con la misma sangre ya seca del animal “yo te arrancaré el corazón Sherlock”  

—¡pero que rayos! —exclamé atónito por la extraña escena del crimen—¿por qué alguien haría algo como eso? …entonces me percaté de algo que no encajaba. Sherlock no había comenzado a inspeccionar la escena como solía hacer, sus ojos estaban fijos en el pobre muchacho muerto, los segundos pasaban y Holmes no se movía…lo comprendí, Lestrade tenía razón “esta era una agresión personal” alguien había atacado a Sherlock en su lado más sensible…el rizado parecía estar petrificado, estaba en estado de Shock.

—y bien… ¿que tienes Sherlock?, ¿algún dato de utilidad? —dijo Lestrade rompiendo el extraño silencio que se había propagado entre nosotros tres, pero Sherlock no pareció escucharlo, sus ojos seguían fijos en la escena, su mirada se había vuelto vidriosa…

—Greg…creo que necesitamos un momento…a solas—pedí por lo bajo, Lestrade nos observó a mi y a Sherlock alternadamente, luego asintió sin estar totalmente convencido, salió de la habitación, cerré la puerta tras él

—¿Sherlock…estás bien? —una lágrima cayó por su mejilla, tragó con fuerza.

—“Barbarroja” —mencionó por lo bajo, completamente ajeno a la realidad que lo rodeaba, de pronto se desplomó sobre sus rodillas, sollozando en silencio

—Sherlock—susurré preocupado, arrodillándome junto a el—Holmes mírame, dime que sucede—intenté abrazarlo para contenerlo, pero temblaba, estaba teniendo un ataque de ansiedad—Sherlock mírame—supliqué desesperado, pensando en cómo ayudarlo, quizás debía llamar a Lestrade

—¡No suéltame! —dijo empujándome con fuerza—déjame en paz, no lo entiendes, nunca lo entenderás, me asfixias…aléjate—dijo cubriéndose el rostro con las manos, temblando de pies a cabeza como un niño pequeño

—¡Sherlock! —exclamé, incorporándome, intentando remover sus manos, instándolo a alzar  el rostro y mirarme—escúchame, sé que duele…entiendo que esto te afecte, no se como pero te ha recordado algo…y está bien Sherlock, todos tenemos traumas…todos tenemos recuerdos que deseamos olvidar, enterrar en lo más profundo de nuestra memoria, pero necesito que te concentres—se quitó las manos del rostro lentamente y me observó con sus ojos colmados de lágrimas…—Sherlock, alguien intenta meterse en tu cabeza, pero no vas a dejarlo…eres más que esto…mira —dije moviendo mis manos por el lugar—esta es solo otra escena del crimen…otro rompecabezas que debes descifrar…debes encontrar al responsable

—qué caso tiene—susurró mirando a la nada con una mueca amarga, los temblores habían disminuido pero su rostro seguía perdido, cabizbajo…lucía atormentado, como un infante que acababa de despertar de una terrorífica pesadilla

—Sherlock…tu eres un detective consultor…el único en el mundo, tu inventaste el puesto, eres el hombre más inteligente que he conocido…y jamás te he visto retroceder ante un caso…es tu deber—Dije sosteniendo su rostro entre mis manos, por fin sostuvo mi mirada, con uno de mis dedos aparté una lagrima que descendía por sus pómulos—no dejes que entre en ti…no permitas que te torture, eres más fuerte que él…No estás solo en esto Sherlock, estoy contigo…siempre estaré a tu lado.  

—John…—dijo apoyando su frente en la mía, sonreí…había logrado tranquilizarlo, acerqué mis labios a los suyos, solo deslizándolos en un leve roce, Sherlock tomó mi rostro y profundizó el beso, las lágrimas seguían cayendo de sus ojos cerrados, dejé de ser consciente del tiempo transcurrido, lo abracé con fuerza, transmitiéndole seguridad…de pronto se abrió la puerta

—Chicos…me parece que ya fue suficiente tiem…—Greg levantó la mirada y nos observó con estupefacción sin poder completar la frase, sus labios formaban una “O” que evidenciaba su sorpresa ante la comprometedora situación. Me alejé de Sherlock sintiendo como el calor se agolpaba en mis mejillas— Así que…ustedes dos…finalmente están juntos—observó Lestrade apuntándonos, como si intentara hacerse a la idea. Sherlock por fin había vuelto a la realidad, me dirigió una profunda mirada para luego enfrentar a Lestrade con una ceja enarcada, acomodándose el abrigo para luego incorporarse y mirarlo desde su envidiable altura sin ninguna señal de arrepentimiento…en esos precisos instantes solo quería volverme invisible.

Notas finales:

porfis no olviden dejar sus comentarios con sus impresiones del capítulo, son una fuente de inspiracion para continuar la historia 


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