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El último Milagro de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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Notas del capitulo:

Gracias a quienes leen el fanfic, espero que disfruten el capítulo, al finalizar por favor no olviden dejar sus impresiones en los comentarios!

Un gran abrazo 

 

—¡Sherlock! —exclamé. Una lágrima se deslizó por mi mejilla, los ojos de Holmes siguieron el recorrido lentamente

—John…—susurró inclinando su rostro, posando su frente en la mía—te extrañé…

—también yo, al fin despertaste…—posé mis dedos sobre sus mejillas, necesitaba tocarlo asegurarme de que volvía a estar consciente, volvía a ser él mismo.

—¿cuánto tiempo ha pasado?, ¿cuándo llevo aquí?

—tres días, faltan unas horas para que sea el cuarto…—en ese momento vi una expresión de dolor en su rostro, había comenzado a sentir malestar por la herida en el pecho—espera, llamaré a la enfermera, te administrarán calmantes

—John no…no por favor—dijo levantando una mano para detenerme, apretando mis dedos débilmente—no me dejes—susurró

—te duele, no debes esforzarte en hablar…

—estoy bien, es solo un pequeño agujero en mi pecho—dijo esbozando una encantadora media sonrisa—he estado peor

—no lo creo…

—es porque no estuviste en Rusia—dijo observándome con intensidad, parecía ser una especie de “broma privada”

—¿de qué hablas? —interrogué recordando las múltiples cicatrices de su espalda

—no tiene importancia…—dijo observando los diversos aparatos a los que estaba conectado—realmente estaban preocupados por mantenerme con vida—esbozó sin mayor preocupación—estoy harto de este aroma a hospital, debemos irnos, a Baker Street.

—Acabas de despertar Sherlock, necesitas descanso…tu recuperación será lenta—dije repentinamente enfadado, sabía que Holmes reaccionaría así, ir a Baker Street era una estrategia para retomar el control de su propia vida, deseaba resolver el caso, sin importarle los cuidados esenciales que necesitaba en esos momentos—no nos iremos de aquí hasta que el doctor lo decida, y no intentes influir en su diagnóstico, no discutas cuando venga a evaluarte…démosle un descanso al intelectualoide

—solo seré yo mismo…—dijo con actitud despreocupada—además…tengo a mi doctor personal—sonrió con picardía

—eres imposible Sherlock Holmes—protesté con actitud cansada, no pude contenerme más, acerqué mi rostro al suyo, y deposité un beso en su frente, cerró los ojos instintivamente, bajé hasta sus labios, le di otro beso muy cerca, gruñó insatisfecho y me besó de vuelta, lentamente, fue apenas un roce de labios…uno muy reconfortante luego de angustiosos días de incertidumbre

—gracias John…—susurró de pronto, lo miré sin entender a que se refería—por no dejarme solo…

—sabes que jamás te dejaría…estaré contigo, en las buenas y en las malas…aunque no lo quieras Holmes

—y gracias por no dejarme a solas con el imbécil de mi hermano y su pomposo discurso…—lo observé contrariado, tardé unos segundos en reaccionar

—¡así que escuchabas todo lo que decíamos! ¡Desde cuando estás consciente Sherlock! Tu y tus trucos—dije poniendo cara de fastidio, que al parecer terminó por complacerlo

—estaba inconsciente…pero no taaan inconsciente John—replicó volviendo a su actitud presumida

—te extrañé tanto—confesé finalmente sosteniendo su mano, cerrando los ojos con la tranquilidad que había perdido durante todo ese tiempo

—no debiste permanecer aquí…no era necesario, te ves agotado, somnoliento, no has dormido bien, tu ropa está arrugada, además tu no combinaste esas prendas, le pedías a la señora Hudson que trajera ropa limpia, para no dejarme en ningún momento, te has duchado apresuradamente, tienes una mancha de pasta de dientes cerca de la oreja—dijo sonriendo, pasando su dedo por mi piel, para quitar la pasta—y no sueles usar afeitadora desechable, pero ahora estabas obligado…

—si…—admití restregándome el rostro, algo cansado

—quizás sea mejor que te vayas a dormir unas horas, John…estaré bien, lo prometo…

—claro que no, estoy bien…no te dejaré aquí solo, te conozco, en uno de tus arrebatos puedes perfectamente saltar por la ventana del hospital para ir a resolver un crimen, Holmes—volvió a hacer una mueca inconsciente de dolor, me levanté y apreté uno de los botones en la pared llamando al médico de turno—saldremos de esta juntos, ¿entendido?

—si capitán—ironizó rodando los ojos, para luego sonreírme, la verdad es que…estaba de buen humor, se había aferrado a la vida con obstinación y ahora había logrado despertar de su trance para volver al juego…no era una hazaña menor, además creo que le agradó verme al abrir los ojos por primera vez en días, aunque evidentemente…jamás lo admitiría con palabras—pero sería bueno para ti que durmieras sobre una cama, tengo la corazonada de que ese sillón no es muy cómodo—dijo mirándome con actitud tentadora—quizás podrías dormir aquí…—propuso señalando un rincón de su cama, enseguida supe qué clase de insinuación era esa—no quiero que mi doctor termine con tortícolis por mi culpa—puso una expresión de inocencia…realmente era una propuesta tentadora

—eres incorregible, ya habrá tiempo para dormir juntos…pero ahora estás demasiado débil, tu estado aun es delicado

—¡estoy bien John!

**********************

Luego de una semana por fin pudimos volver a Baker Street, Sherlock evolucionaba bien, la herida estaba cicatrizando, aunque aun necesitaba sedantes para calmar los dolores, por el momento Lestrade había logrado neutralizar las acusaciones en contra de Sherlock, aunque el caso aún estaba en proceso.  Cuando regresamos a nuestro hogar Sherlock inspiró el aire de la sala profundamente, nutriéndose de la tranquilidad del 221B

—¿se siente bien volver verdad? Lo extrañabas—observé con una sonrisa, dejando los bolsos en una esquina del apartamento, aun teníamos ese aroma a hospital impregnado en la piel, deseaba una ducha caliente.

—si, es bueno estar de vuelta…extrañaba mi trabajo—dijo juntando las manos con sincero entusiasmo, tomando algunos papeles sueltos sobre escritorio.

—¡Sherlock no! Vas a descansar…aun necesitas reposo, estás débil

—John descansar es aburrido…—rezongó rodando los ojos

Ignoré su último comentario—Además tu y yo…necesitamos hablar—haciendo un ademán hacia su sillón, para que tomara asiento  

Me observó con recelo—pensándolo bien, si estoy cansado…lo más sensato es guardar reposo—dijo intentando evadir la conversación, comenzó a caminar rumbo a su habitación

—¿quién fue Sherlock? ¿Quién te hizo eso? —se detuvo en seco ante mi pregunta

—yo…no lo recuerdo, aún no logro organizar todos los recuerdos de ese día, tengo una nebulosa de imágenes dispersas en la cabeza, debo clasificarlas, borrar lo innecesario…es un proceso que aún no me dedico a hacer—dijo dándome la espalda, caminando hacia la ventana observando la calle con expresión distante

—¿no lo recuerdas o no me quieres decir para protegerme? No eres una máquina Holmes la pregunta es muy simple… ¿sabes quién fue?

—John…—dijo juntando las manos bajo su barbilla, cerrando los ojos como si estuviese pensando en su respuesta.

—alguien intentó asesinarte…Mycroft dijo que recordarías quien era, viste a tu asesino frente a frente, fuiste voluntariamente a juntarte con alguien a esa casa abandonada, alejada de la ciudad, no llevabas arma…estabas confiado Holmes, conocías a esa persona. Necesito saber quién fue—exigí con seriedad.

—Para qué ¿en qué cambiaría eso? No quiero que te pongas en un peligro innecesario a causa mía

—¡tengo derecho a saber! —exclamé siendo consciente que nuestra discusión había subido de tono…Sherlock era demasiado obstinado, no daría su brazo a torcer pese a mis continuas preguntas. Jamás diría nada que no quisiera.

—¡claro que no! —respondió repentinamente enfadado, pero pareció arrepentirse al instante, se aclaró la garganta y cruzó sus manos tras la espalda recuperado la compostura—John por favor…no estoy de ánimo para discutir, puedo prometerte que te diré todo a su tiempo…por el momento puedo darte la información estrictamente necesaria respecto al tema…debo protegerte, de lo que tu mismo puedas hacer presa de la ira al enterarte de cosas que en el fondo no quieres saber…no quiero que seas indiscreto, es un asunto muy delicado…hay que tratarlo con tacto—dijo alzando el rostro con expresión solemne, esas palabras no hicieron más que aumentar mi ira

—¿tacto? Así que ahora tú eres el experto en tacto y discreción—dije con actitud burlesca, me miró poniendo cara de ofendido—conozco esa expresión, mírate—dije indicando el espejo sobre la chimenea

Se volteó observando su reflejo por unos segundos—¡es mi cara! —exclamó

—si, y los dos sabemos lo que está pasando en tu cara, tienes esa expresión otra vez…esa mirada—repliqué indicando su rostro con mi mano

—estás alucinando John, creo que el que necesita descansar aquí eres tú, yo debo volver al caso—señaló restándole importancia al asunto.

—¡Sherlock tú! —dije levantando las manos comenzando a alzar la voz de nuevo, respiré hondo, debía guardar la calma, esos episodios de estrés no le hacían bien a su recuperación, pero a veces me sacaba de mis casillas con su tozudez— Sherlock aun estás en investigaciones…eres considerado el principal sospechoso de los asesinatos, si sigues involucrándote…puede que ellos piensen…

—yo no lo hice John—cortó taladrándome con la mirada—lo que Lestrade y todos los idiotas de Scotland Yard piensen no es de mi interés, no entiendo por qué te alarma

—lo que la gente piense de ti me importa, Sherlock…

—¿por qué? … ¿por qué te importaría a ti? —preguntó expectante ante mi respuesta frunciendo el ceño sin comprender el motivo de mi preocupación.

Apreté los labios con impotencia—porque no quiero que piensen que eres…un fraude, porque yo creo en ti, no quiero que vuelvan a desacreditarte, la prensa es voluble Sherlock…ya han fijado su mirada en ti antes, dime ¿qué les impedirá hacerlo ahora? Estás muy cerca de la fama…

—¿la prensa? —interrogó alzando la vista de pronto con expresión alarmada, posando su mirada en la chimenea—¿Quién estuvo aquí? ¿Alguien subió al piso antes de que llegáramos del hospital? —preguntó atravesando la sala hasta llegar al cuchillo con el que siempre apuñalaba las cartas, lo tomó observando con atención el periódico ensartado bajo el arma.  

Entrecerré el cejo extrañado por la pregunta—no, la señora Hudson me avisó que hoy saldría a casa de su hermana y se quedaría allí unos días, nadie ha entrado, la puerta estaba con llave cuando llegamos hace unos minutos, ¿por qué Sherlock? ¿Qué sucede?

—porque este periódico…este periódico es de hoy…alguien estuvo aquí antes que llegáramos—dijo observando la portada del noticiario, avancé para leer el titular “La misteriosa conquista del genio detective” la gran imagen bajo el título, mostraba a Sherlock en lo que al parecer era una oficina, besando a Sebastian Brown.

Notas finales:

Por favor no olviden dejar sus impresiones en los comentarios, me gusta saber qué les parece el curso que va tomando la historia, un gran abrazo!


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