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El último Milagro de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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Notas del capitulo:

Información importante en las notas finales! 

—Buenas tardes inspector, ¿Puedo pasar? — Lestrade enseguida sintió un escalofrío recorriendo su espalda, sobresaltado al reconocer al instante esa aterciopelada voz británica, ese tono formal y frío que retumbaba en lo más profundo de su mente, recordando las escasas veces en las que él le había dirigido la palabra…sonrió antes de voltear ¿de verdad él le estaba preguntando si podía pasar a su polvorienta y desordenada oficina? Para él no había puertas cerradas, no para el gobierno británico en persona. No sabía por qué se sentía inquieto cada vez que se topaba con Mycroft Holmes, quizás era porque el pelirrojo irradiaba un aire de elegancia que inevitablemente empequeñecía al inspector, se sentía apocado con solo estar en presencia de tan importante figura, como si no fuese digno de mirarlo a los ojos. Mycroft se distinguía del resto de los mortales de una forma única…una forma que tal vez solo el inspector Greg Lestrade lograba apreciar.

—Señor Holmes, no esperaba esta visita suya… ¿en qué puedo ayudarle?¿Sherlock ha tenido algún problema?—Preguntó intentando no titubear, Mycroft se mantenía en una curiosa posición depositando todo su peso sobre uno de sus pies, mientras que el otro estaba cruzado tras el paraguas que siempre llevaba consigo que ahora le servía como medio de apoyo para mantener el equilibrio. Lestrade pestañeó un par de veces, acababa de mirar al hombre que tenía frente a él de pies a cabeza de forma muy notoria…sobre todo para alguien tan receptivo como el mayor de los Holmes, ¿acaso se había vuelto loco?

—¿Sherlock? No…la mayor parte del tiempo él es el problema—dijo pasando la mirada distraídamente por la oficina, enarcando una ceja con su típica expresión de superioridad. Lestrade no pudo evitar sonreír ante el comentario, no entendía como Mycroft lograba dominar el arte del sarcasmo sin sonar grosero, su voz retumbó en los sonidos de Lestrade, ese sonsonete…esa entonación apabullaba sus sentidos.  

—¿algún caso que quiere que integre a mi división? —Mycroft fijó su mirada glacial sobre los ojos de Lestrade repentinamente,

—tal vez…—respondió Mycroft con aire enigmático

—por favor, asiento…podemos discutirlo—sonrió Lestrade, era su día de suerte…necesitaba un caso para distraerse del infierno que estaba viviendo en Scotland Yard.

—El problema inspector, es que el asunto requiere discreción…y no le doy mi confianza fácilmente en cualquiera…

—soy muy discreto

—no me refiero a usted—dijo Mycroft con tono divertido, las comisuras de sus labios se elevaron dejando entrever una sutil sonrisa que desapareció al instante confundiendo a Greg…¿acaso había imaginado ese fugaz gesto? Sacudió la cabeza, ¿qué le pasaba ese día? ¿Por qué se perdía en los tenues gestos de Mycroft Holmes? …por qué de pronto se encendía en su interior la esperanzadora posibilidad de verlo sonreír auténticamente “¡ya concéntrate!” se reprendió a sí mismo.

—estoy algo confundido…aquí estamos usted y yo solos—Mycroft volvió a observarlo repentinamente, escrutando cada uno de los nerviosos gestos de Greg. El grisáceo se rascó la cabeza algo inquieto, ¿acaso el mayor de los Holmes había interpretado ese comentario…de “otra forma”? —me refiero a que…no hay nadie más, quiero decir que…

—omita sus enrevesadas explicaciones inspector…son innecesarias—replicó Mycroft levantando su dedo índice con actitud medida, Lestrade tragó con fuerza, Holmes había avanzado, se había parado sobre el escritorio, aprovechó que Mycroft hacía una pausa manteniendo una actitud pensativa, para bajar su mirada y apreciar su costoso traje hecho a la medida, se veía encantador, su ropa y su impresionante higiene personal lo hacían ver…bien, ¿atractivo quizás?

—puede llamarme Greg—dijo atropelladamente, esbozando una sonrisa falsa al darse cuenta que Mycroft había vuelto a poner su atención en él, mostrando algo de impaciencia por la escrutadora mirada del inspector sobre su persona.

—Me refería a que…no estoy muy cómodo con el lugar, preferiría tratar un tema tan delicado como este en un espacio más reservado…es un asunto clasificado, usted entenderá…necesito extrema discreción

—bue…bueno yo…

—Lo espero en mi auto en 5 minutos—interrumpió Mycroft avanzando hacia la salida dispuesto a retirarse.

—espere…¿por qué supone que estoy completamente disponible para usted?…quiero decir para tratar este asunto ahora…tengo trabajo ¿sabe? —intentó resistirse en vano sabiendo que el pelirrojo rebatiría fácilmente a sus inútiles protestas, y así lo hizo.

—no está en ningún caso de importancia—afirmó Mycroft con indiferencia, volteando el cuello.

—¿por qué asume eso? —interrogó Lestrade ofendido

Finalmente se volteó, dispuesto a explicar detalladamente como había llegado a tan sencilla conclusión—cuando venía hacia su oficina vi a varios integrantes de su equipo congregados en una importante reunión, me pareció curioso que usted, el detective inspector que los dirige no estuviese ahí…estaban hablando de los recientes asaltos de la conocida banda criminal a diferentes bancos de Inglaterra, reconocí las fotografías de los delincuentes que han logrado identificar hasta el momento.

No le asignaron el caso ¿vedad?, había otro inspector dando las instrucciones del procedimiento que adoptarían para atrapar a los malhechores en el acto…usted está en su oficina solo, bebiendo café y mirando el periódico en horario de trabajo—avanzó hacia donde se encontraba el inspector lentamente, manteniendo sus ojos fijos en él— el expediente del caso no lo veo por ninguna parte…usted debería contar con la información para hacer los avances, no suele perder el tiempo en estas banalidades, lo he observado, es un hombre trabajador, comprometido con lo que hace…podría decir que hasta…apasionado con la defensa del orden—Mycroft se inclinó con elegancia aproximando su rostro a la altura de Lestrade—el periódico está abierto en la página de “ búsqueda de empleos” —señaló con su dedo índice hacia el escritorio,  en donde estaban las arrugadas hojas del periódico— fantasea con la idea de abandonar Scotland Yard porque siente que no valoran su potencial y esfuerzo, está resentido…deseaba el caso que ese hombre le quitó,  un caso importante por cierto…otorgará mucho prestigio frente a la opinión pública.

Por otra parte su lenguaje corporal lo delata…su ceño fruncido, sus ojeras marcadas, sus puños apretados y la forma en la que tensa la mandíbula inconscientemente…señales claras de frustración y estrés. desea un caso importante desesperadamente, hace meses que sucedió lo de Brown, ¿la prensa olvida rápido no cree? Y al parecer Scotland Yard también…y yo estoy dispuesto a brindarle la ayuda necesaria, si me acompaña…le asignaré un gran caso, Usted inspector no es difícil de deducir, no para mí.

—yo…—Lestrade no sabía si sentirse más sorprendido por la deducción tan precisa de Mycroft o por su cercanía, aspiró con fuerza hasta llenar sus pulmones del exquisito perfume del pelirrojo, por un instante…solo un momento pudo conectar su mirada con la de Mycroft sin aparatar sus ojos intimidado por la imponente figura del mayor, vio un brillo extraño en ellos…finalmente su mirada descendió hacia los finos labios del político levemente entre abiertos, parpadeó con fuerza saliendo de ese extraño trance y Mycroft retomó su postura habitual para luego caminar hasta la puerta sin prisa alguna, marcando el ritmo constante de sus pasos con el repiqueteo constante del paraguas tocando el suelo.

—5 minutos inspector, no juegue con mi paciencia.

—no me atrevería—susurró Lestrade, soltando todo el aire de sus pulmones…se restregó el rostro con cansancio…ese hombre le quitaba el aliento, ¿acaso había imaginado esa tensión que se producía entre ellos? ¿Mycroft la percibiría? ¿Serían solo signos de la incomodidad que sentía al estar frente a él?...sintió el impulso de correr para descargar algo de esa energía que se había acumulado en su interior, oprimiendo su pecho. Finalmente abrió los ojos, cogió el mejor de sus abrigos, respiró varias veces para tranquilizarse y afrontar  una tarde completa junto a Mycroft Holmes intentando no hacer el ridículo, intentando estar  a su altura…se prometió a si mismo que no volvería a quedarse mirándolo de esa forma, no más, debía tranquilizarse.  

************************************

Sherlock daba vueltas por la sala una y otra vez, movía las manos con actitud nerviosa, de vez en cuando sus dedos despeinaban sus rizos frenéticamente, estaba por enfrentarse al puzle más difícil de su vida y debía considerar cada una de las variables y posibles escenarios antes de optar por la mejor elección…no podía quedar ningún cabo suelto…debía ser perfecto “perfecto” se repetía a sí mismo una y otra vez, tantas decisiones por tomar y tan poco tiempo para organizar un escenario perfecto.

—¿John lo sabe? —Sherlock se detuvo en seco alzando la vista hacia la puerta para luego apartarla con molestia y seguir caminando de un lado para otro estaba tan ensimismado en sus propios problemas para percatarse de los rítmicos pasos en la escalera, seguidos por el repiqueteo contante del paraguas, instrumento que caracterizaba a su petulante hermano

—vete, no me dejas pensar—dijo haciendo un ademán con la mano, para luego posar sus dedos en su sien, cerrando los ojos intentando concentrarse entre lo que consideraba “una impertinente irrupción a su privacidad”

—¡yo no te dejo pensar! —exclamó Mycroft ofendido, posando una mano teatralmente en su pecho para evidenciar el nivel de agravio de ese comentario.

—tu cara no me permite concentrarme—dijo Sherlock elevando el rostro y esbozando una falsa sonrisa para luego rodar los ojos y caminar hacia la chimenea, deseaba desaparecer a su hermano de su campo visual, este no era un buen momento para discusiones absurdas.

—no es mi culpa que seas lento, Sherlock. Además, no creo que necesites pensar demasiado lo que estás por hacer…es una trivialidad—dijo restándole importancia

—¿cómo que no es importante? …hay variables. Hay...opciones y obstáculos

—en tu mente quizás—ironizó el mayor de los Holmes avanzando hasta la chimenea, sentándose distraídamente en uno de los sillones.

—este será el experimento más grande de todos Mycroft, si fracaso será el fin, necesito que las probabilidades se inclinen a mi favor, tu no entenderías, jamás has estado en una posición similar

—ni tu…—Sherlock le dedicó una mirada resentida—ya hazlo de una vez…supongo que es lo “normal” ahora te interesan esas cosas verdad…las personas—dijo enfatizando en la última palabra con cierta repulsión mal disimulada, Sherlock olisqueó el aire, había una tenue fragancia que había percibido momentos antes sin prestarle demasiada atención, sin embargo, en el preciso momento en que Mycroft mencionó ese comentario una parte de su mente se iluminó…lo había descubierto

—estuviste con Lestrade

—no—dijo intentando ocultar su repentina alerta, evadiendo la acusadora mirada de su hermano menor.

—será que a ti también te están interesando las…personas…los peces dorados—dijo Sherlock esbozando una media sonrisa, Mycroft abrió los ojos desmesuradamente ante ese inapropiado comentario

—no seas imprudente…cambia el tema.

—imprudente yo…vaya, interesantes gustos tienes querido hermano…

—no se a que te refieres…ya debo irme—dijo cogiendo su paraguas, disimulando lo mejor que pudo su repentino nerviosismo, Sherlock sonrió, había triunfado esta vez—espero que disfrutes las consecuencias de… “involucrarte” Sherlock. Planea bien “el evento nocturno” como lo llamas tan poéticamente…

—jamás debí haberte contado esto para empezar

—pero no tenías a nadie más…ya lo hiciste…y tengo un par de ideas estupendas que ya están en marcha

—¿tu me vas a dar ideas a mi…sobre “esto”?  ¿de verdad?

—claro que si…como siempre, ya deberías estar acostumbrado…si vas a arruinar lo que te queda de vida hay que hacerlo conservando cierto “estilo” y…dignidad, además si te dejaba la responsabilidad a ti terminarías llevándolo a cabo en un laboratorio o en una escena del crimen. Aunque debo confesar que jamás pensé que te importaran estas cosas…conductas sociales basadas en una tradición arcaica, costumbres vacías e innecesarias que deberían erradicarse…

—a mi no…pero a John sí, y eso es suficiente para que me esfuerce en hacer de esto algo especial. Ahora en vez de juzgarme podrías decirme de una vez cuáles son tus ideas o dejarme solo para pensar en paz.

—claro que no…si te las digo se perdería el enigma, eres muy torpe con estas cosas…seguro que el doctor Watson lo notará, deja todo en mis manos

—¿en tus manos? …Mycroft tu jamás has planeado una…

—Mycroft, eres tú, ¡que sorpresa! —dijo John subiendo las escaleras con algo de dificultad, pues traía ambas manos ocupadas con las bolsas de las compras—Sherlock puedes creer que la máquina registradora no reconoció mi tarjeta, odio esos aparatos, son tan inútiles…pero bueno, la pelea con la máquina valió la pena…traje leche.

—Que interesante—dijo Mycroft fingiendo amabilidad, sin disimular su sarcasmo, ganándose una mirada de odio del rizado— bueno Sherlock…te enviaré los detalles del caso por mensaje—dijo guiñándole un ojo con rapidez, para luego dirigirse a la salida

Sherlock observó a Mycroft por unos momentos algo descolocado por el comentario, para luego exclamar con malicia —¡Saludos a Greg!

—ya basta Sherlock, ¡te lo advierto! —gritó Mycroft desde los últimos peldaños de la escalera

—¿qué sucede?, de qué estaban hablando antes que yo llegara, lucían algo ofuscados.

—sobre un caso que Mycroft quiere obligarme a aceptar.

—pues debes hacerlo…últimamente no hemos tenido muchos casos a cargo…

—si…por qué será—replicó Sherlock pensativo, observando desde la ventana como su hermano se subía su auto dejando ver una cabellera grisácea en el interior del coche.

—No han sido buenos meses para Greg en el trabajo, el otro día fui a verlo a su oficina, pero no estaba, me encontré con Donovan, quien me dijo que últimamente aparecía muy poco por Scotland Yard, al parecer le estaban quitando casos…por el nuevo detective inspector que llegó a Scotland Yard, ¿lo recuerdas? Pues bueno a Greg le ha salido competencia en el camino, lo estaban relegando a casos menores mientras el nuevo se llevaba el crédito por los casos mayores. Y evidentemente Lestrade se frustraba, todo su trabajo, sus años de servicio…no valen nada, por lo que a veces no aparecía por días…espero que no esté perdiendo el tiempo encerrado en su casa al borde de una depresión…

—tengo razones para pensar que Lestrade no ha perdido nada de tiempo…

—de qué hablas Sherlock

—nada, solo es…una corazonada…

Notas finales:

Gracias por leer! lamentablemente no he tenido mucho tiempo para actualizar estos días. Quería preguntarles sus impresiones respecto a ¿Cuál será el nuevo enigma que tiene a Sherlock tan aproblemado? y segundo...¿Qué les parece este "acercamiento" entre Mycroft y Lestrade...jeje  me gusta leer sus comentarios, siempre respondo :) 

un gran abrazo a todas y todos 

-Boni-


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