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El último Milagro de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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El tiempo se detuvo para Sherlock Holmes, jamás se había enfrentado a una situación similar. Mycroft tenía la certeza de que John Watson estaba enamorado de él y eso era un problema…como no lo vio, era tan claro, como él no pudo notarlo ¡idiota! Idiota! Se repetía una y otra vez en su mente. Era perfectamente capaz de predecir cada una de las acciones y pensamientos de John, pero no de deducir sus sentimientos…

Pensó en enfrentar a Watson, advertirle que no se ilusionara, pues el jamás iba a bajar la guardia frente a nadie, con el caso de la mujer había comprobado en la práctica lo que siempre había pensado, el amor era una seria desventaja…los sentimientos eran un defecto químico hallado en el lado del perdedor y por último… el no toleraba la idea del amor.

Sherlock Holmes se consideraba asexual, no tenía inclinaciones hacia ningún bando, jamás alguien le había interesado en el plano amoroso, se visualizaba a sí mismo como una colosal máquina sin sentimientos, un sociópata altamente funcional que demostraba su inteligencia resolviendo los casos más complejos.  

Pero ahí estaba John con su lealtad de siempre, parado frente a él perdonándolo pese a todo el daño que le había causado en esos años de engaño, dispuesto a continuar con su alianza.  Confesarle todo esto acabaría con su amistad, le rompería el corazón, más ahora que se encontraba emocionalmente inestable…no era necesario confesar la verdad, él era perfectamente capaz de controlar la situación y usarla a su favor, solo debía ser cuidadoso, mantener la distancia…no podía arriesgarse a perder a la única persona que se había acercado voluntariamente a él, que consideraba su habilidad para deducir como una especie de don y no una molestia social…John Watson era el único amigo que tenía en el mundo, quien  había creído en él aun cuando gracias a Moriarty todo apuntaba a que el detective “Sherlock Holmes” era una farsa, inoportunamente recordó sus ultimas palabras intercambiadas con John antes de saltar desde la azotea del edificio “nadie puede ser tan inteligente John…tu si Sherlock”

 

De pronto las palabras de John lo sacaron de sus pensamientos - Sherlock, me dirás de una vez que acaba de pasar, ¿por qué estás así?, sé que tu hermano es un fastidio, pero jamás había visto que una charla con Mycroft te afectara tanto-  

-No fue Mycroft…-dijo Sherlock -es…este caso que no avanza y estoy aburrido.

-John dirigió su mirada al desorden de fotografías y documentos pegados en la pared…-¿tu red de indigentes no te ha informado de nada?

-me han mantenido al tanto, pero…aun los sospechosos no proceden de forma inusual- dijo desviado la mirada, intentando sonar indiferente - pero…en fin, tú estás aquí, de vuelta.

-pues si…yo lo estuve pensado y quiero volver Sherlock…quiero vivir en Baker Street, puedo mudarme esta misma tarde, de todas formas, no tengo mucho que traer. Realmente necesito estar junto a ti, estar contigo me hace bien, desde la guerra caí en depresión, yo estaba tan solo y desde que te conocí…tu comenzaste a curarme desde un principio…supongo que eres lo que necesito en mi vida para mantenerme cuerdo- dijo John en un ataque de sinceridad.

-bueno eso fue…me parece bien…muy bien, será bueno tenerte de vuelta conmigo…es decir… te ayudará con la depresión y todo eso, ver caras conocidas, mantener la mente ocupada…ya sabes.

-Si…-dijo John poco convencido, Sherlock estaba excesivamente extraño, parecía algo nervioso, la conversación con Mycroft lo había dejado distraído y hablar sobre emociones no ayudaba.  

-Debo salir- sentenció abruptamente el detective, John demasiado acostumbrado a sus cambios lo siguió escaleras abajo.

- ¿puedo saber a dónde vamos? -

Sherlock sonrió encantadoramente- tengo un caso interesante, hace unos días me contactó un trabajador subterráneo de la vía central de trenes de Londres

-vaya…y que quería

-hablar de trenes John…

-así que vamos…a la casa de un desconocido…a hablar de trenes, vaya…

-seeep, será una excelente oportunidad para distraerme del terrorismo por un rato. Bienvenido de vuelta John- dijo con sinceridad acto seguido ambos subieron a un taxi.

 

El cliente era un obeso trabajador encargado de limpiar las cintas de video de seguridad luego de ser revisadas por la seguridad de la vía central. Para Sherlock el exceso de objetos mecánicos y principalmente de figuras de trenes en la casa del hombre resultaban especialmente chillonas y fastidiosas, pero tenía una corazonada…este era un buen caso.  El individuo les mostró un video captado por una de las cámaras de seguridad del subterráneo en el que un hombre subía al último carro del tren en la estación Westminster, pasajero único.  Sin embargo, en la siguiente estación Saint James Park el tren llegaba totalmente vacío. No existía ninguna parada entre ambas estaciones puesto que el recorrido era lineal, tampoco podía saltar ya que un mecanismo de seguridad evitaba que las puertas se abrieran en tránsito. En conclusión, la desaparición del hombre era un enigma. Sherlock miró el video varias veces - es curioso-dijo al fin

¿Qué es curioso? -preguntó el doctor, esforzándose por formular una respuesta lógica.

-Como siempre ves, pero no observas John, al inicio del video hay 7 carros, pero al finalizar el recorrido llegan solo 6. Estoy seguro que conozco ese rostro- dijo Sherlock poniendo los dedos entre su sien y cerrando los ojos fuertemente en su intento por recordar- ¡es él! -exclamó de pronto- están conectados…ambos- dijo al fin

-Explícate Sherlock, ¿Quiénes están conectados?

-Estos casos John, ¡los casos! Ese hombre es Lord Moran, un aristócrata, ministro de asuntos exteriores…la rata mayor y acaba de hacer algo extremadamente sospechoso.  

- ¿Pero ¿cómo lo hizo señor Holmes, como despareció un carro entero con el ministro adentro sin que el tren se detuviera? - Preguntó el cliente.

-Esa es la pregunta…debe haber una especie de mapa subterráneo o estación abandonada bajo la plataforma- señaló el detective intentando encontrar en sus registros mentales algún mapa antiguo de trenes.

-No, ya revisé los mapas de las estaciones, no hay nada ahí

-Pues vuelve a ver y mantenme informado, envía los detalles por mensaje -al salir del apartamento del hombre sherlock seguía pensando en voz alta -hay algo…algo que estoy pasando por alto y tengo frente a mi…-tras una pausa exclamó como si una ampolleta obre su cabeza se hubiese iluminado- ¡oh, eso es! - no es una red subterránea John, es una RED subterránea- dijo tomando los hombros del rubio con emoción y acercando sus cabezas a modo de triunfo, John se quedó estático por un minuto, Sherlock estaba estableciendo contacto físico con él, como una persona normal…intentó concentrarse en los razonamientos del detective.

-creo que no estoy entendiendo Sherlock. Bueno es realmente extraño…una amenaza terrorista inminente y de pronto desaparece un carro entero entre las estaciones subterráneas ubicadas en las cercanías del parlamento… ¿coincidencia?

-No lo creo, dijo Sherlock – retomando la compostura y acrecentando la distancia-John espera ¿qué fecha es hoy?…

-Pues noviembre…ohh por dios, ¡la ley Sherlock! hoy habrá una reunión para votar la nueva ley antiterrorista en el parlamento.

- Pero el ministro no estará ahí… se excusó por un viaje diplomático de emergencia fuera del país…es un complot, él esta involucrado…seguramente vendió la información, ¡esto se vuelve interesante por fin! -John observaba a Sherlock hacer sus deducciones con una sonrisa entre los labios, cuanto extrañaba ser testigo de su inteligencia, su cabello revuelto y el cuello de su abrigo levantado…nunca le había parecido tan perfecto. Sherlock se percató del extraño ensimismamiento de su compañero- ¿John?

-Si…

-Sucede algo

-Si...se siente bien volver, Sherlock.

Sherlock le regaló una de sus medias sonrisas y entusiasmado quizás por estar resolviendo el rompecabezas en el que se había convertido ese caso dijo sin pensar-Lo sé tú me hacías mucha falta- abrió los ojos y titubeó intentando retractarse atropelladamente – di..digo para los casos porque…eres un buen apoyo, sabes a que me refiero -maldita sea, ser cuidadoso y mantener distancia significaba evitar a toda costa ese tipo de comentarios que pudieran confundir aún más las cosas, no entendía por qué reaccionaba así cada vez que John lo miraba con felicidad, se sentía nervioso y una calidez extraña invadía su pecho, lo que era extremadamente  absurdo, él era Sherlock Holmes, ese tipo de conductas jamás lo alteraban, siempre había logrado mantenerse al margen, evitar involucrarse, lo que sintiera John Watson no era problema suyo…pronto el doctor lo superaría.

Sin embargo, en lo más profundo de su ser, oculto bajo un manto de indiferencia, emergía una pequeña duda ¿de verdad quería que John superara ese sentimiento que mantenía por él? ¿No se sentía bien ser el centro de atención de alguien…que esa persona ponga sus expectativas y esperanzas en ti? …podía ser, pero aquellas absurdas sensaciones lo hacían sentirse como un simple humano necesitado de atención, él era autosuficiente, jamás necesitaría depender de nadie…menos del amor que John Watson depositaba tímidamente en él.


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