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You Gave Me A Home por KuroAshi_ZxS

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Notas del capitulo:

Hola a todos. No puedo partir este nuevo capítulo sin darles a todos mis más sentidas disculpas. Realmente lamento haber estado fuera tanto tiempo, pero (y como he mencionado en otros fics, para quién sigue algún otro) he pasado por un periodo difícil en mi vida, y aún más difícil ha sido ponerme de pie. Quizás siga tardando, pero espero actualizar cada vez más seguido. Lo siento mucho, y gracias para todos aquellos que han tenido tanta paciencia.

Como siempre, saludos especiales a: Hino Jaganshi Minamino ¡Muchas gracias por leer y comentar!

Mil disculpas por las posibles faltas ortográficas. 

El fulgor de la Gema del Alma en su pecho aumentó, haciendo sentir a Steve aún más nervioso y preocupado “te romperé, Capitán. Y luego te nutriré de tus propios amigos, y de otros seres. Serás mi nuevo Soldado a mi cargo…y traerás HYDRA a la vida. Este es solo el primer paso, y una vez que pruebes el poder, ni siquiera tú serás capaz de dar marcha atrás…un lindo perro que come sumisamente de la mano de su amo…”

Hizo un par de señas, para que solo uno de sus subordinados se quedara con la chica, mientras que el otro se acercaba a él con un cuchillo que, a todas luces, parecía hecho de vibranium. No tenía idea de donde habían sacado tanto, pero con un metal tan poderoso, sería imposible evitar cualquier herida.

El hombre, con una sonrisa tan horrible como la de su líder, se lo colocó en el cuello “tiene diez segundos, Capitán” murmuró con la voz ronca “sino la absorbe…cortaré su cuello. Y aunque usted no quiera…la Gema, para salvaguardar a su guardián, lo hará por usted”

“Heinz tiene toda la razón” confirmó Schimtz con una sádica mueca “y desde ahora, empieza la cuenta regresiva para usted, Capitán”

xxxxx

Su cuerpo se sentía increíblemente agotado, desgarrado, dolido. Incluso mover los dedos de las manos, o intentar abrir sus ojos, resultaba un esfuerzo monumental.

Una extraña frialdad lo envolvía, pero también era del mismo modo reconfortante. Eso le recordaba sus tiempos de niñez, cuando su madre lo recostaba en la cama y lo arropaba, antes de darle un beso de buenas noches. Los inviernos en la década de los veinte y los treinta eran en extremo duros y fríos, y su pequeña familia era demasiado pobre para permitirse una fuente de calefacción que no fuera la escasa leña que le regalaba el señor Thomson, su vecino.

Pero se sentía protegido, a sabiendas que Sarah Rogers cuidaba de él, el cariño y el amor que siempre le profesaba aún estaba resguardado en lo más hondo de su corazón. Ella perecería años después a causa de la tuberculosis, pero encontraría consuelo en el hombre que había considerado desde siempre como su hermano, Bucky Barnes, cuidándose el uno al otro.

Quizás fue justamente esa sensación la que le ayudó a intentar ponerse de pie, y el sonido característico del chapoteo lo hizo incorporarse rápidamente, sintiéndose incluso mareado, dándose cuenta que se había quedado dormido en un lago poco profundo. Dios, esperaba que no se enfermara…no sabía si su cuerpo soportaría otra neumonía en menos de dos meses…

Momento ¿enfermar?

Ladeó la cabeza, presintiendo que había algo mal allí, pero no sabía qué exactamente. Su mente se sentía borrosa y difusa, hundida en una espesa melaza, y no era capaz de recordar que había pasado ni qué diablos hacía allí. Pero sabía que debía moverse, buscar respuestas: su instinto de soldado era tan fuerte como siempre.

Aún se sentía extrañamente mareado y debilitado, y solo entonces se percató del motivo de sus malestares.

“¿Qué…qué está pasando…?” murmuró, mirando incrédulo sus brazos delgados como palillos, huesudos y en extremo frágiles.

Con toda la fuerza de voluntad que tenía fijó su vista en el reflejo del agua, enrojecido por lo que parecía ser la puesta del sol. Una eterna puesta de sol. Y si, allí estaba: tenía exactamente la misma apariencia antes del suero, aunque de algún modo, su traje se había encogido con él.

Suspiró, tapando su rostro con sus manos, intentando serenarse “esto no está ocurriendo…¿por qué ahora…? No ahora…”

Recordó todo de sopetón: desde su muerte, su segunda vida, a Mary y a Tony. Sus amigos. La pelea pendiente contra Thanos y lo que Red Skull intentaba hacerle para romperlo. Para torturarlo de un modo tan horrible como el que había vivido Bucky durante casi setenta años.

Empezó a hiperventilar, y sabía que estaba a punto de entrar en un horrible ataque de pánico, cuando escuchó a alguien tararear. Era una canción que no conocía, pero el sitio estaba lo suficientemente desierto para identificar la voz de una mujer.

Eso fue todo lo que necesitó para saber que no había tiempo de perderse en su propio pánico, no si quería salir de allí. Y esa extraña chica, que tarareaba en medio de la nada, parecía ser su única salida. O al menos, quien podría darle alguna respuesta.

Se tambaleó un poco, luchando por mantener el equilibrio, dado que su centro de gravedad se había desplazado. Ahora era más bajo, y debía recordar caminar con precaución: no solo porque ser sigiloso podría darle ventajas inestimables en el campo de batalla, sino que una mala pisada y acabaría herido de gravedad. Se había roto ambas piernas, varias veces, a lo largo de su vida mientras aún tenía ese débil cuerpo.

Se alzaba a unos metros de distancia una extraña estructura. Le recordaba a uno de sus viajes a Europa, a una especie de templo con esos grandes pilares. Allí, recargado a uno de ellos, una hermosa chica seguía cantando. Tenía los ojos cerrados, y las manos cruzadas suavemente en su espalda. Era la viva imagen de la inocencia, pero su instinto le decía que debía mantenerse firme, que a pesar de su apariencia delicada, escondía un poder mayor al que sus ojos podían ver.

A medida que se acercaba, fue capaz de percatarse de más detalles que hasta entonces habían pasado desapercibidos para él, seguro porque en aquel tiempo sus problemas a la vista le jugaban en contra. Pero la chica…sin duda se veía peculiar. No solo porque su cabello, largo y lacio, parecía flotar a su alrededor. Tampoco porque su piel tenía un brillo anaranjado, al que no había tomado importancia, dado que Gamora o Vision eran prueba suficiente que no todos tenían el mismo tono de pie. Había algo, algo que no alcanzaba a comprender…

Solo cuando abrió los ojos, todo cayó en su lugar. La última pieza del rompecabezas. Y ella había esperado el momento exacto para que se diera cuenta de todo.

“¿Eres…la gema del alma? ¿no, madam?” preguntó educado, su madre le habría lavado la boca con jabón si no era al menos un poco respetuoso con las damas, aunque ella técnicamente no lo fuera. Era algo que, extrañamente, compartían tanto Sarah como Evelyne.

“Así es” sonrió ella, sus ojos brillando como la gema que ahora se encontraba incrustada en su pecho “bienvenido, Steven. Este es el mundo que existe dentro de ella, una dimensión de bolsillo, si es más fácil de entender para ti” ladeó un poco la cabeza “aunque solo una de las capas que en él existe. Tus amigos y tu gente vivieron en una de las superiores. Este sitio equivale al corazón, está casi en lo más profundo”

“dudo que me dejarías entrar a un lugar tan frágil…” susurró “eres…sumamente poderosa. Intenté múltiples veces comunicarme contigo, pero no…”

“No respondí, porque lo que deseas no puedo cumplirlo” se alzó de hombros “eres inteligente, y por eso me gustas. Te diste cuenta que más gente, más seres acabaron aquí…y su esencia poco a poco fue absorbida. Su consciencia menguó hasta quedar reducidos a su forma básica. Aunque tienes razón, aún existen unos pocos que pueden ser salvados” se acercó a él, lentamente, pero claramente amenazante “mi pregunta aquí es ¿por qué?”

“Porque merecen tener una oportunidad para vivir. No se bajo qué circunstancias acabaron en esta dimensión, pero ellos…ellos…solo puedo pensar en mis amigos, y que a ellos los destruyó un ser en busca de una meta ridícula. Solo trajo sufrimiento y desastre”

“él pudo bien reestablecer el orden natural del universo, pues tanto la Tierra como otros planetas rejuvenecieron, las plantas crecieron y los recursos ya no eran escasos ¿acaso la extinción era una mejor opción?”

“No si hay una tercera” replicó con determinación “aprender de nuestros errores y hacer un mundo mejor. Energía limpia, mayor cuidado. Tony Stark ha sido un pionero en ello, ha ayudado a muchos…nos está guiando a un futuro mejor”

“Si te dijera que puedo ver en tu mente y confirmarlo por mí misma, ¿qué dirías?”

“que tiene mi permiso. Adelante”

La chica alzó las cejas, asombrada de ser tomada con la guardia baja por un simple mortal. Tal decisión y sinceridad era algo que nunca había visto. Sonrió. Por ello había elegido a Steven Rogers como su portador.

 “Más bien prefiero hacerte otra pregunta…” ahora se encontraba a solo dos o tres metros de distancia, y su voz se había vuelto en extremo seria “si yo dijera que puedo liberar esas almas…todas las que se pueden, a cambio de que nunca recuperes tu poder ¿aceptarías?” llevó una mano a su mejilla, mirándolo con desdén “eso significa tu cuerpo antes del suero, no tu físico sano de tu segunda vida, Steven. Tal y como te ves ahora”

Sabía que aquella era una decisión difícil para el rubio, desde que habían entrado en contacto, conocía todo de él. Había visto su vida, sabia de sus pesares y alegrías, de quienes amaba. Por ello le había otorgado su fuerza de regreso, aunque fácilmente podría quitársela, como ya había hecho una vez. Y Steve estaba consciente de ello, podía notarlo en sus ojos.

 “Yo…” susurró. Miró sus manos, huesudas y frágiles, que solo podían pintar. Pintar…pero que harían un mundo mejor, si sabía jugar sus cartas. Si se atrevía a ponerse en pie, aunque la senda fuera difícil y dolorosa. Además, sabía que no lo haría solo “acepto”

“¿aceptas?” inquirió con incredulidad “¿realmente crees que Stark te aceptaría, siendo un debilucho flaco y poca cosa? ¿Qué dices de tu sobrina? ¿no odiaría tu nueva apariencia?”

“Ellos me aman por quien soy, no por cómo me veo” replicó, y aunque el miedo era visible en sus orbes, no se dejó amedrentar “y aunque les diera asco…no podría vivir conmigo mismo sabiendo que les fallé a muchos. Que les hice tanto daño, cuando tuve una oportunidad de traerlos de vuelta. Este” señaló su pecho “es mi cuerpo. Así nací. No dudo que con los medicamentos de ahora pueda recuperar algo de mi salud y vivir más tiempo y con mejores condiciones que en la gran guerra. No me dejaré vencer”

“En ese caso debo ser yo la que decline el trato”

Steve estaba a punto de gruñir, de reclamar su falta de ética y honestidad, cuando la chica comenzó a cambiar frente a sus ojos. En menos de unos segundos, la joven se había transformado en un hombre alto y apuesto.

Sus ojos seguían refulgiendo, y su largo cabello, junto a su piel anaranjada, seguían allí. Pero ahora su atuendo no era un vestido, sino que unos simples pantalones ajustados y unas botas. Eso no quitaba que se viera imponente, y sumamente peligroso.

“Tengo que declinarlo porque en realidad solo te estaba probando” su voz era más grave, casi tanto como la de Thor, aunque la dulzura de su canto estaba presente esta vez “esta era la última prueba, Steven…necesitaba juzgar tu corazón una tercera vez y saber a ciencia cierta si anhelabas o no mi poder…”

“pues nunca lo haría, no puedo…” Steve tembló, recordando la cálida voz del doctor Erskine, quien le había dado una nueva oportunidad “no quiero tener poder, solo ser un buen hombre…”

“Si, de eso ya me he dado cuenta” con un chasquido de dedos, que le trajo el horrible recuerdo de lo que Thanos había hecho al destruir la mitad del universo, le devolvió a la normalidad. El cambio no fue doloroso, pero si brusco, por lo que acabó perdiendo el equilibrio y cayendo de rodillas frente a él “Me disculpo, Steven ¿te encuentras bien?” el chico se acercó a él, poniendo una mano delicadamente en la barbilla del rubio para examinarle. Su toque fue eléctrico y reconfortante, y su piel estaba fría. La misma sensación que cuando se encontraba recostado en el lago, la misma de cuando le fusionaron con la gema en el Santuario de Hong Kong. Irónico para alguien que había sobrevivido casi setenta años en el hielo, y que de vez en cuando esos recuerdos le sumían en horribles pesadillas en medio de la noche “solo te ves algo desorientado, pero es normal. Porque necesito que me prestes atención: no puedo permitirme en este momento separarme de ti, evitar que ganes fuerza…que te hagas poderoso”

“Pero si sabes que yo puedo pedirle a Stephen que me separe ¿no? Ya casi recupera su fuerza, no debería ser un problema para él”

“Nuestro tiempo es limitado, al menos ahora mismo. Porque si sigues mis instrucciones, acabarás agotado, pero podrás mantenerte con vida” le ayudó a ponerse de pie y tomó sus manos entre las suyas “tu enemigo, Schmidt, te tiene entre la espada y la pared. Es verdad que si te encuentras en peligro, haré lo que sea para asegurarme que estés bien, porque eres mi portador y mi guardián, y de ti depende mi seguridad”

Steve sintió como la bilis subía por su garganta, quemándole por dentro y haciéndole sentir enfermo y desgastado “no puedo matarla, ni puedo…traerla aquí. Absorberla. Las condiciones en que estaba eran horrorosas, inhumanas…”

“Y sé que si eso pasara te quebraría, que es lo mismo que busca ese hombre, si es que aún puedo llamar así a ese ente que fue castigado por su insolencia y obligado a cuidar de mis antiguos dominios” resopló “mataría tu corazón, tu alma…porque tú eres quien se sacrifica, no lo haces con los demás. Aunque nunca te haría acabar sumido en un frenesí por más poder, eso lo acabo de comprobar”

“mi postura sigue siendo la misma, respecto a ella. Lo siento”

“Te dije que me escucharas ¿no? Eres tan testarudo que a veces entiendo a tu novio” el chico puso los ojos en blanco “no la absorberás totalmente, solo lo harás con su poder”

Steve miró impactado a la Gema, claramente no era una opción que había considerado “¿pero eso…eso no la mataría…?”

“no puedo afirmar ni negar nada, pero es tu mejor opción. Si realmente la absorbemos, su estado la haría pasar directamente a dimensiones más profundas, y no sé si podamos recuperarla. Si solo es su poder, además de que vuelva a ser una persona ordinaria, tienen una posibilidad de llevarla con un médico cuando tu equipo los encuentre” le dio un breve apretón a sus manos unidas

“Sé que lo harán, yo sé que si…” Steve tragó saliva, asustado. Ya no tenía sentido intentar mostrarse fuerte, su mente estaba sobrecargada y apenas se mantenía en pie, pero tenía un trabajo que hacer “¿cómo…cómo puedo hacerlo?”

“Te ayudaré. Lo creas o no, nuestra charla apenas durará un segundo en tu mundo, aunque aquí casi han transcurrido veinte minutos. Pero cuando la luz en tu pecho deje de brillar, aprovecha de atacar, pues todos estarán distraídos. Podrás usar el poder de la chica para romper las ataduras, te guiaré con ello, aunque las últimas veces has sido bastante intuitivo”

Al darse cuenta que iba a chasquear los dedos y llevarlo de vuelta a la realidad, tomó su mano con cuidado, intentando frenarlo “espera, espera…por favor…solo…¿por qué me ayudas? Solo soy un humano, pudiste simplemente tomar el control y hacer lo que quisieras, sin tener que aceptar mis condiciones”

“Digamos que es un trato temporal. Necesito que estés bien, saludable, porque pronto se acercarán peores peleas. Eres el único que me separa de la ambición del Titán, y mientras uno de nosotros no caiga en sus manos, tienen la oportunidad de ganar” el chico sonrió ladino “eso, y que me caes bien. Quizás cuando todo acabe, podremos volver a hablar de ese trato tuyo. Mientras todos mis poderes estarán a tu disposición y, cuando estés en forma otra vez, volveré a contactarte”

El chico casqueó los dedos, y Steve pudo ver como el mundo se desvanecía a su alrededor, consumido por un enorme vórtice. Antes que se acabara el tiempo, y la figura de la gema desapareciera, gritó con toda la fuerza de sus pulmones, intentando hacerse oír “¡Hey ¿cómo puedo llamarte?!”

Soul, o S a secas está bien para mi” respondió, dedicándole una última sonrisa “por cierto, probablemente esto se sienta horrible. Intenta ser fuerte, Steven”

De regreso a su plano de la realidad, Steve gritó de dolor, sintiendo como la gema brillaba y cubría a la chica. Al menos el chico le había dado una advertencia, o seguro se habría asustado y actuar sería imposible.

“Eso es, Rogers. Un poco más, e iniciarás en este camino para convertirte en mi arma perfecta” Red Skull rió, una risa hueca y malvada “acaba con la… ¡Maldito seas!” gritó, ofuscado “¿dónde está Rogers?”

“él…acaba de desaparecer, señor…” balbuceó su subordinado, aterrado al ver a Schmidt tan molesto

“Eso ya lo sé, pedazo de imbécil ¡El desgraciado se hizo con los poderes del experimento! ¡Solo está escondido! ¡Búsquenlo bien!”

Soul había tenido razón, pues pocos segundos después, la gema dejó de brillar y una extraña sensación le recorrió por completo. Sus ataduras se cortaron por escudos, escudos que tal parecía que él solo podía ver, pues una vez se escondió detrás de ellos. Las siguientes palabras de Red Skull se lo confirmaron, pero al menos había sido lo suficientemente rápido para arrastrarse hacia donde se encontraba la chica y alzarla en sus brazos.

Intentó mantener su respiración al mínimo, y al menos con la joven rubia desmayada, no correría riesgos de ser encontrado. Pero aquella no era una habitación demasiado grande, y si querían escapar ambos con vida, solo les quedaba esperar a que no dieran con ellos antes que Tony y el equipo lo hiciera.

Si intentaba luchar contra ellos, se encontraría en desventaja, tanto por el cansancio que sentía y por lo fuerte que era Schmidt. Lo más inteligente ahora era aguardar a que el destino no le jugara una mala pasada.

“Vamos, cariño…vamos…” pensó Steve, cerrando con fuerza los ojos en una oración silenciosa “aquí estoy…”

Notas finales:

Espero les haya gustado, y como siempre, pueden dejar sus impresiones o preguntas en los comentarios. 

También haré la aclaración que para la Gema del alma (Soul), escribiré su nombre en cursiva de ahora en adelante. De todos modos me gustaría preguntar si lo prefieren de ese modo, o si en negrita es más cómodo, porque seguro muchos leen desde sus teléfonos, y puede ser más difícil de distinguir.

Ha sido un gusto encontrarme con todos una vez más ¡Nos vemos en la próxima!


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