El viaje a Camelot transcurrió sin problemas. Arthur, Merlín y Percival no encontraron a ninguna persona sospechosa en su camino y las pocas personas que vieron fueron algunos campesinos que los observaron desde lejos.
Dudaban que esta gente los reconociera. En general, fue mejor así.
Había muchas cosas de las que Arthur quería hablar con Merlín, pero no quería involucrar a Percival en estas conversaciones. El caballero no estaba en la mejor forma y claramente seguía luchando con la muerte de Gwaine. Además, Arthur no quería que Percival escuchara ciertas cosas, ya que eran muy personales.
Él y Merlín habían pasado por mucho en su camino hacia el Lago de Avalon y todavía tenían algunos problemas sin resolver. Había muchas preguntas que Arthur quería hacer, pero no estaba contento de compartirlas con Percival. Respetaba a su compañero caballero y confiaba en él con su vida, pero esto era diferente. Esto solo los involucraba a él y a Merlín y nadie más.
Tuvieron que pasar otra noche en el bosque ya que no lograron llegar a Camelot antes de la puesta del sol.
Esta vez, sin embargo, Arthur y Merlín mantuvieron su distancia. Merlín se sintió aliviado, aunque una parte de él deseaba estar más cerca de Arthur. Era una sensación extraña ya que quería proteger a su rey y ser protegido por él. Merlín nunca había luchado con tales sentimientos antes y comenzó a sospechar que estos eran los efectos secundarios del pacto que había hecho en la Isla de los Benditos.
"¿Estás bien?" Arthur le preguntó desde una pequeña distancia.
"Sí, solo estoy cansado", respondió, despectivamente. "Mañana volveremos a Camelot y finalmente tendremos algo decente para comer", agregó para cambiar de tema.
"No puedo esperar", murmuró Arthur.
"Todavía espero tener estos dos días libres", continuó Merlín. "Lo prometiste."
Arthur lo miró con cara de pocos amigos, pero aun asi respondio "Creo que lo hice". Hablaron un poco más sobre cosas irrelevantes antes de finalmente dormirse.
Percival permaneció en silencio toda la noche y luego cayó en un sueño inquieto también.
A la mañana siguiente, continuaron su camino hacia Camelot.
Parecían años desde la última vez que estuvieron allí, aunque no había pasado demasiado largo. Muchas cosas habían sucedido desde el día en que dejaron el castillo y nada volvería a ser lo mismo.
Arthur se sorprendió de que no encontraron ninguna patrulla camino a Camelot.
Ya estaban bastante cerca del castillo, pero no había señales de sus caballeros.
Me abandonaron, pensó Arthur, pero no lo dijo en voz alta.
Era una idea triste, pero él lo entendía por completo. Eso era algo racional de sospechar. Desapareció después de la batalla y no fue visto desde entonces.
Otro pensamiento horrible cruzó por su mente, después de Camlann, Camelot no podía permitirse tantas patrullas como antes. Probablemente no había suficientes caballeros, ya que muchos de ellos habían caído durante la batalla y entre los que sobrevivieron estaban los guerreros heridos que necesitaban tiempo para recuperarse.
"¿Estás preocupado?", Le preguntó Merlín.
"Estaremos en casa pronto. Están esperando tu regreso ".
"Lo sé", dijo Arthur. "Solo tengo miedo de lo que vamos a encontrar en Camelot. ¿Cuántos de nuestros amigos sufrieron durante esta guerra? "Continuó, mirando a Percival. El caballero no parecía escuchar, pero Arthur lo conocía lo suficientemente bien como para notar la tensión en su postura.
"Pase lo que pase y lo que sea que veamos, vamos a enfrentarlo juntos", le aseguró Merlín. "Reconstruiremos este reino con aquellos que sobrevivieron". Merlín no estaba seguro de si sus palabras eran apropiadas, pero no le importaba.
Arthur le sonrió y eso era todo lo que importaba. Siempre le importaría más.
"Me alegra saber que aún te quedarás a mi lado", dijo.
"Sigo siendo tu sirviente", respondió Merlín. "Siempre seré tu sirviente, aunque sería lindo si me permitieras usar magia para hacer mis tareas", bromeó.
Arthur sonrió. "Lo pensaré", dijo, pero Merlín conocía a Arthur más que eso. Pudo ver que Arthur había cambiado su punto de vista. El rey finalmente reconoció a Merlín de la forma en que quería ser conocido por años. Arthur lo aceptó y aunque todavía había muchas cosas que no se dijeron en voz alta, iban en la dirección correcta. Incluso si Arthur nunca podría saber todo sobre él, era mejor que antes y Merlín estaba agradecido por eso.
Finalmente llegaron a las puertas de Camelot.
Fueron recibidos por los rostros sorprendidos y aliviados de los guardias y los ciudadanos de la ciudad.
"¡El rey ha regresado!"", gritó alguien entre la gente reunida en el patio.
"¡El rey está vivo!", alguien más lo acompañó.
Merlín estaba seguro de que en unos momentos toda la ciudad sabría que su rey había regresado.
Las noticias también debieron de haber llegado a la Reina ya que ella salió corriendo del castillo de una manera muy poco real.
"¡Arthur!", ella jadeó y saltó hacia él, abrazándolo con fuerza.
Arthur devolvió el gesto pero no con el mismo entusiasmo. Casi murió hace un par de días y simplemente estaba cansado. Las revelaciones de los últimos días fueron difíciles y todavía tenía mucho que procesar.
"Pensé que nunca te volvería a ver", le susurró Guinevere al oído. "Saliste corriendo de la tienda tan rápido... Ni siquiera tuvimos tiempo para decir adiós".
"Lo sé", dijo Arthur, "y lo siento por todo este lío".
"No es tu culpa", le dijo Gwen. "Hiciste lo que tenías que hacer y ahora has vuelto a mí. No podría estar más feliz".
"No sería posible si no fuera por Merlín", dijo Arthur.
La reina liberó a Arthur de su abrazo y se volvió hacia Merlín. "Lo he oído", dijo y sonrió con conocimiento. "Nunca olvidaré esto Merlín. Nunca."
Merlín estaba en conflicto. Él adoraba a Gwen y admiraba su devoción y amor por Arthur y el reino. Ella fue su primera amiga en Camelot y lo había apoyado de muchas maneras durante todos sus años en este reino. No obstante, ella también era la esposa del hombre que más amaba en el mundo y lo ponía celoso. Nunca se atrevió a pensar en Gwen de esa manera, pero era cierto.
Estaba celoso y probablemente siempre se sentiría así.
"Hice lo que siempre hago y lo que seguiré haciendo", dijo sinceramente Merlín. "Serviré al rey y al reino, ya que eso me hace lo que soy".
"Oh, Merlín", dijo Gwen, claramente conmovida por sus palabras, y también lo abrazó. A ella no le importaba lo que pensara la gente de Camelot. Merlín miró a Arthur por encima de los hombros. El rey era capaz de ocultar sus emociones mejor que Gwen, pero Merlín podía leer de sus ojos que también lo conmovió todo.
Momentáneamente, el corazón de Merlín comenzó a latir más fuerte y tuvo que apartar la mirada para calmarse. Todas estas emociones nunca fueron tan claras y fuertes para él y necesitaba más tiempo para adaptarse a esta nueva situación. Solo podía esperar que con el tiempo aprendiera a sobrellevar la situación.
"Creo que deberíamos llevarlo al castillo. Estamos haciendo una gran escena y la gente está mirando ", le dijo Merlín.
Gwen se enderezó y carraspeó.
"Tienes razón, Merlín", dijo. "Estoy tan feliz y agradecida. No tienes idea..."
"Creo que sí, soy capaz de imaginarlo", le dijo Merlín.
Todos se movieron hacia el castillo, incluso Percival, aunque permaneció en silencio todo este tiempo y se mantuvo unos pasos detrás de ellos.
"Necesitamos tener una fiesta oficial para celebrar tu regreso, Arthur", dijo Guinevere una vez que todos entraron en la sala del trono.
"Hoy no, espero", le dijo Arthur.
La Reina sonrió a sabiendas del estado de su marido.
"Por supuesto que no", dijo. "Necesitas descansar. Todos lo necesitan" Ella miró a Merlín y Percival. "Pero me gustaría saber qué pasó".
"Esa es una historia larga, Guinevere", dijo su esposo "Definitivamente no es para contarla hoy. Todo lo que necesitas saber ahora es que no estaría aquí si no fuera por Merlín. Le debo mi vida ".
"Arthur..." comenzó Merlín.
"Está bien, Merlín", dijo el rey. "Esa es la verdad. Nunca podré agradecerte lo suficiente. No solo en los últimos días sino también en los últimos diez años. Guinevere necesitas saber que-"
"Lo sé", dijo con firmeza y todos la miraron, sorprendidos. "Empecé a preguntar y tenía mis sospechas. Gaius me lo confirmo".
"Gaius... Me gustaría verlo. Él debe estar muy preocupado ", dijo Merlín y miró a Arthur.
"Ve con él", Arthur le dijo comprensivamente.
Gwen miró a Merlín. "No voy a detenerte, pero por favor, ven y cena con nosotros. Hay muchas cosas de las que me gustaría hablar contigo".
Merlín asintió. "Me sentiré honrado", dijo, "y gracias".
Después de eso salió corriendo de la sala del trono hacia las habitaciones de su mentor. Le dolió un poco separarse de Arthur, especialmente después de los últimos días durante los cuales fueron inseparables. Sabía, sin embargo, que Arthur estaba a salvo y que volvería a verlo pronto. No podía estar al lado de Arthur todo el tiempo. Eso no sería saludable para nadie.
Merlín entró en las habitaciones de Gaius y sonrió enormemente al ver a su viejo amigo en buena forma.
"¡Merlín, has vuelto!", Dijo Gaius, y se movió tan rápido como sus viejos huesos le permitían para acercarse al hombre a quien trataba como a un hijo. "Supongo que Arthur está vivo".
"Lo está" dijo Merlín y lo abrazó.
"Eso es un alivio, muchacho. Tendrás que decirme todo".
La sonrisa de Merlín se desvaneció un poco. "Lo haré, pero es complicado", dijo con seriedad. "Necesito que me ayudes a entenderlo todo".
Gaius lo miró con seriedad. "¿Qué pasó?", Preguntó. "¿Qué les diste por la vida de Arthur? ¿Esto es un... adiós?"
"No, eso no es lo que piensas, Gaius. No les di ni mi vida ni la de nadie más por la de Arthur ", le aseguró Merlín a su viejo amigo. "Estaba listo para hacer eso, pero me dijeron que era imposible, que no funcionaría así. Dijeron que mi vida era diferente, que no se podía dar ni tomar".
"¿Quiénes eran? ¿Los Sidhes? ", Preguntó Gaius.
Merlín negó con la cabeza. "No sé quiénes fueron, pero no fueron Sidhes. Al menos no todos ellos... Realmente no podía verlos. Yo no... No estoy seguro... "
"Cálmate, Merlín", dijo Gaius con firmeza y lo hizo sentarse. "No tenemos prisa".
Merlín respiro lentamente, para calmarse y luego continuó.
"Por un momento, no estábamos en la Tierra y Arthur definitivamente estaba muerto", dijo finalmente.
"¿Estabas en Avalon?", Preguntó Gaius.
"Sí", confirmó Merlín. "Eso debe haber sido Avalon o al menos algo de espacio entre nuestro mundo y Avalon. Ni siquiera estoy seguro de cómo llegamos allí. Llegamos a la Isla de los Benditos pero no era como lo recordaba. Debieron, de alguna manera, habernos dejado ir a su propia versión de la Isla. Sé que no tiene mucho sentido, pero así es como se sentía".
"No necesitas explicarte ni a ti ni a tus instintos", le aseguró Gaius. "No estoy aquí para juzgarte, sino para ayudarte. No lo olvides nunca".
Merlín sonrió levemente.
"Gracias, Gaius", dijo y continuó su historia. "Como dije, estoy seguro de que Arthur estaba muerto y yo estaba desesperado. Quería dar mi vida para salvar a Arthur, pero no pudieron quitarme la vida ".
"¿Te dijeron el por qué?", Preguntó Gaius.
"No, no lo hicieron. Pero dijeron que podía intentar algo más..." Merlín dudó un momento. No estaba seguro de cómo Gayo iba a reaccionar ante la verdad. "Funcionó, Gaius. No podía creerlo, pero funcionó".
"Si no quieres decirme que lo hagas, entonces no es necesario", le dijo Gaius.
"Pero lo es", dijo Merlín. "Necesito tu consejo, pero no es fácil de explicar. Hice un pacto basado en el vínculo entre Arthur y yo", explicó, eligiendo cuidadosamente sus palabras. "Dos lados de la misma moneda. Nos llamaron así muchas veces antes. Merlín se rio nerviosamente. "Nunca supe lo verdadero que era y lo que realmente significaba".
"¿Qué requiere este pacto?", Preguntó Gaius, tratando de volver al centro de su conversación.
"Algo que Arthur no sabe y no me gustaría que lo descubra", dijo Merlín. "Es muy personal, Gayo. Incluso diría que es... íntimo".
Gaius parecía intrigado, pero no se atrevió a pronunciar ninguna palabra.
Esperó pacientemente a que Merlín continuara su historia.
"Dijeron que el corazón de Arthur necesitaba mucho tiempo para curarse. Tiempo que no teníamos ", continuó Merlín. "Incluso Avalon no pudo curarlo. Pero aparentemente... aparentemente podría en algún momento futuro". Miró a su viejo amigo. "Me contaron sobre un antiguo rito o pacto o como fuera que lo llamaran. Había una pequeña posibilidad de que pudiera cambiar el destino de Arthur, así que lo tomé. Tuve que hacerlo, Gaius, tú, de todas las personas, debes saberlo" Respiró hondo. "Partí mi corazón en dos y puse una mitad en el pecho de Arthur". Allí estaba. Finalmente lo dijo en voz alta, pero Gaius permaneció en silencio.
"Gaius, por favor, di algo", Merlín casi le suplicó.
Todo sería mejor que este silencio. "Sé que es una locura, pero era lo único que podía hacer y ahora Arthur vivirá mientras yo viva. Nuestras vidas han sido atadas desde ese momento. Lo han estado desde siempre." Merlín estaba temblando. Decir la verdad fue de algún modo liberador, pero quedó completamente abrumado por todos los eventos de los últimos días.
Necesitaba que Gaius lo entendiera y lo asesorara.
"Mi muchacho", susurró Gaius y abrazó a Merlín tan fuerte como pudo. "Lo que elegiste... Lo que hiciste... No puedo imaginar lo que tuviste que pasar. Pero... ¿te sientes bien?"
"Físicamente, sí. Quiero decir, estoy cansado, pero los últimos días fueron muy difíciles y eso es comprensible", dijo Merlín. "Pero por dentro me siento como un desastre. Arthur me aceptó a mí y a mi magia y me pareció maravilloso que finalmente no tuviera que mentirle. Y ahora... no puedo decirle lo que realmente pasó. Sería demasiado para él".
"Sé, Merlín, que es difícil, pero tal vez sería mejor si Arthur lo supiera", sugirió Gaius. "Piénsalo. Sé cómo era tu vida en los últimos 10 años. Odias mentirle a Arthur".
"Eso es verdad", admitió Merlín, "pero es diferente de mi magia. Se sentiría culpable por lo que hice y no quiero eso".
"Él lo entendería", dijo Gaius. "Él haría lo mismo".
"Quizás", dijo Merlín. "Es noble no solo de título sino también de alma, pero no quiero que se sienta en conflicto otra vez. Esta es mi elección y esta será mi carga".
"Lo entiendo", le dijo Gaius. "Solo por favor recuerda que pase lo que pase, siempre puedes contar conmigo, mientras viva".
"Gracias, Gaius. Hay cosas de las que me preocupo. Cosas que no puedo comprender... Hubo un momento en que pensé que todo había terminado, que Arthur no iba a lograrlo ", admitió. "Entonces me di cuenta de algunas cosas que me asustan. Cosas sobre mí mismo" Merlín miró a Gaius, esperando que su amigo lo entendiera todo sin más explicaciones.
Gaius, sin embargo, parecía desconcertado.
"No quería vivir sin él. Estaba listo para agarrar a Excalibur y matarme".
"Merlín..."
"Lo sé", dijo con firmeza. "Lo sé... pero sentí que tenía que seguirlo. Y cuando se dieron cuenta de lo que estaba a punto de hacer, me hablaron sobre el pacto. Sonaban aterrorizados. Dijeron algo sobre romper mi destino, pero Arthur es mi destino. ¿Qué esperaban que hiciera?"
"No lo sé, Merlín. Ojalá pudiera tener algunas respuestas, pero eso está más allá de mi conocimiento" admitió Gaius con tristeza.
"Entiendo. Eso es probablemente más allá de lo que todos saben". Suspiró.
"Me alegra que tener con quien compartirlo. Sería mucho peor enfrentarlo por mi cuenta".
"No estás solo en este mundo, Merlín. Necesitas entender eso".
Merlín asintió. "Lo intentaré". Sonrió ligeramente. "Ahora creo que necesito descansar un poco. Arthur me invitó a cenar con él y Gwen más tarde. Necesito algunas horas para calmarme y poder enfrentarlos de nuevo".
"Eso es comprensible", dijo Gayo. "Ve a dormir un poco. Te lo mereces como nadie más. Te despertaré en unas horas"
Merlín caminó lentamente hacia su propia habitación y cerró las puertas detrás de él. Las paredes estaban frías y la habitación no le parecía familiar. Era estúpido, pero sin Arthur a su lado, nada parecía completo o correcto.
Tendré que acostumbrarme a eso, pensó, tumbado en su cama vacía.
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