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Infierno por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos... espero que estén muy bien y que todos sus sueños se estén cumpliendo...

 

Se acuerdan del concurso de la otra vez??? Bueno... ya han descubierto la respuesta. Finalmente, Lucas es pariente de Nicolás Goycolea de Ni tan Casados y de Guillermo Palmer Goycolea de Lo que haga falta....

 Pronto les traeré la historia del ganador :D

 

A leer!!!

Capítulo 6: Muerte

 

Aunque estaba prohibido, Camilo escapó la vigilancia de mi padre y llegó hasta mi cuarto. Le vi sorprendido, porque no tenía motivos para estar allí, o es creía por lo menos.

-Necesito saber de Felipe, no he sabido nada de él desde que nos separaron... y comienzo a preocuparme...- se sentó a mi lado en la cama y mencionó lo que le afligía.

-Lo he visto en el colegio, pero parece igual que siempre... Sigue con Valentina...- le dije la verdad.

Su rostro se descompuso, y es que en pocas palabras le había mencionado que su separación no había significado nada, que el muchacho seguía con su vida normalmente, mientras él estaba destrozado.

-¿No le has visto triste siquiera?- estaba desesperado, casi solicitándome piedad.

Le vi detenidamente, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, estaba a punto de llorar y estaba en mis manos hacerle sentir mejor. ¿Debería contarle la verdad? He visto a mi amado triste, es verdad, tan solo que algo en mi corazón no quería revelarlo.

-No le he visto mucho... no sé cómo está realmente...-dije finalmente.

No somos amigos, y aunque nos une el parentesco, no es alguien a quien aprecie ni por quien pueda hacer algo para ayudarle, es simplemente el chico que me ha quitado la posibilidad de estar con el amor de mi vida.

Como era de esperar, Camilo se largó a llorar y buscó mi hombro para descargar su pesar, tan solo que no se lo permití, me alejé de él y levantándome de la cama le señalé que se marchara.

-No quiero tener problemas con mi papá...-le dije antes de verle marcharse tras la puerta.

Si hay algo que detesto son las personas que necesitan del calor de otro para solucionar sus problemas, que son incapaces de luchar por sí mismos y se quedan con la caridad de las palabras nobles que solo son eso, buenos sentimientos que en nada cambiarán su realidad.

Sentí una opresión en el pecho al verle, y es que no puedo olvidar que es él quien posee el amor de Felipe. Esa noción me altera de sobremanera, es prácticamente mi mayor enemigo, alguien mucho más peligroso que Valentina y que por ello no puedo tolerar, ni mucho menos, ayudar.

Como era de esperar, luego de detener a Valentina, ésta haría todo lo posible por vengarse y así, un día sin mayor aviso, fui arrastrado hasta aquella esquina apartada del patio escolar, detrás del gimnasio, donde el polvo se acumula y el sol no llega jamás.

Salí de mi aula sabiendo que sería peligroso, pero necesitaba ir hasta el baño. No alcancé a llegar, cuando una bolsa se atoró en mi rostro y me impidió seguir viendo, e incluso, respirando. Me alteré  al encontrarme en tal situación, mi respiración se aceleró al estar impedido de inhalar aire. Finalmente fui lanzado al suelo y tras ello, mi rostro quedó al descubierto, encontrando los ojos venenosos de aquella rubia vengativa.

-Ambos sabemos que hiciste mal... muy, muy mal... y que tienes que pagar por tu osadía...- dijo con una autoridad que ella misma se ha adjudicado.

Su mano llegó a mi rostro con potencia desmedida, me abofeteó tan fuerte que sentí de inmediato cómo mi labio se rompía para luego liberar la sangre que escurría hasta mi mentón.

-No eres más que una basura, un insecto desagradable... Eres asqueroso. Mírate la cara, me repugna tener que verte todos los días en el colegio... ¿por qué no le haces un favor a este mundo y te matas? Nadie te quiere... ¿para qué sigues gastando mi oxígeno? – se burlaba de mí delante de sus secuaces.

Esos dos muchachos grandes que hacían todo lo que Valentina quisiera, me tomaban de los brazos, mientras ella me golpeaba en el abdomen con su puño, o con una rama seca me golpeaba en los muslos, azotándome con su rigidez y rompiendo poco a poco mi pantalón.

-¿Sienten ese hedor, chicos? Es asqueroso tenerle aquí... este bicho se está pudriendo...- se reía en mi cara, satisfecha con el dolor que me propinaba.

-¿Valentina?- de pronto escuché una voz familiar.

A mi espalda se encontraba Felipe, mi amado Felipe había descubierto las fechorías de mi verdugo y estaba seguro que me salvaría, que me defendería tal como lo hacía cuando éramos pequeños. Nunca se había enterado que su novia me agredía, y ahora que la había encontrado infraganti ¿cómo reaccionaría?

-Qué bueno que viniste... quería mostrarte la sorpresa que te tengo preparada...-dijo la rubia.

¿Qué significaba todo eso? ¿Ella lo había invitado? Todo era una trampa entonces, aunque... ¿para qué revelarle lo que me ha hecho?

-Aquí tengo al estorbo de tu vida, al tarado que impide que todos tus sueños se hagan realidad... Si él no estuviera, tu padrastro te heredaría toda la fortuna Grimaldi, pero no... tienes a este estorbo en medio... Como lo hablamos el otro día, yo te voy a ayudar a deshacerte de esta basura...-mencionaba con una frialdad impactante.

En ese instante Felipe caminó hacia ella y por primera vez en ese momento, pude ver al muchacho, quien no demostraba expresión alguna en su rostro, sus pecas no se movían como es de costumbre.

-Si no se mata él... entonces nosotros...- sentenció finalmente Valentina, antes de sacar un cuchillo escondido en su falda.

¿Qué significaba todo eso? ¿Qué querrían hacer?

-¿Estás loca? ¿Lo quieres asesinar en el colegio? Es muy peligroso... incluso el solo hecho de matarlo, con todas las investigaciones que hay sobre la familia, sería estúpido... No, hay que seguir con tu plan... Sigue pegándole y haciendo su vida miserable para que un día, decida suicidarse...- no podía creer que mi amado estuviera diciendo aquellas palabras.

Cualquier golpe que me haya propiciado la rubia antes, no se comparaba con el dolor de escuchar aquellas frases. ¿Cómo era posible que Felipe quisiera eso de mí? ¿Entonces nunca me ha querido? ¿Ni siquiera un poquito? ¿Solo desea verme muerto?

No fui capaz de levantar la mirada, porque de hacerlo, terminaría llorando como un perro apaleado, y no quería humillarme aún más. Tuve que aguantar el dolor que me producía conocer el verdadero rostro de aquel joven a quien tanto adoro.

-Por eso te amo, porque eres tan inteligente... Dejemos entonces que este monstruo se aniquile él mismo...- la muchacha besó así a su novio, cerrando la que sería mi sentencia de muerte, no se detendrían hasta verme sin vida.

Se marcharon, me dejaron en el suelo sangrando y con el corazón destruido. Puedo soportar los golpes y el odio de todo el mundo, mas jamás el que proviene de aquel hombre. ¿Por qué la vida ha decidido ensañarse de tal manera conmigo? ¿Qué tanto he de pagar para cumplir mi karma?

Estaba lleno de tierra, destruido sobre el suelo, disminuido como si fuera la basura más horrenda de todo este mundo. ¿Acaso creen que podré durar mucho más? Claro que no, ya ni siquiera me quedan energías para seguir adelante, la existencia es demasiado cruel como para continuar.

Esperé hasta el término de clases para escabullirme entre los pasillos e ir al baño al que suelo acudir, tenía que limpiarme de la tierra y la sangre seca que me impregnaba todo. En el lavabo limpié mi ropa, quedando desnudo ante los espejos. Hice todo con la cabeza gacha, para no mirar mi reflejo, para no contemplar lo asqueroso que soy.

Mi existencia no tiene sentido, como la tarea que realizaba en ese momento. ¿A quién iba a engañar? Todos se darían cuenta que me golpearon, tan solo que debería fingir nuevamente que fue una caída. Todos me observarían con dudas, porque saben perfectamente que no es verdad, tan solo que no le darían importancia porque no le intereso. Mi padre se preocuparía un poco más, sin embargo, no haría nada porque un Grimaldi tiene que ser fuerte y debe defenderse, sería una humillación hacer pública mi debilidad.

-¿Qué haces?... Lucas... ¿qué te sucedió? - de pronto, apareció en el lugar Esteban.

El chico al verme en aquel estado, se preocupó de tal manera que corrió en mi encuentro, me tomó de los hombros y contempló todo el daño que me habían provocado.

-¿Fue Valentina?... ¿Ella te hizo esto?... Te juro que, aunque sea mujer, voy a devolverle todos los golpes que te ha dado...- estaba furioso ante aquel atentado.

-Felipe...- fue todo lo que pude decir, el nombre de quien ha destrozado mi corazón.

-¿Qué? ¿Fue ese desgraciado?... ¿Él te hizo esto? –seguía cuestionando.

-Él sabe todo y no hizo nada... quiere que me termine matando, porque soy un estorbo en sus vidas... Ella tenía un cuchillo, quería matarme ahí mismo...-dije entrecortado, agitado aún por la conmoción.

El rostro de Esteban se transformó, estaba completamente furioso, no podía comprender todo lo que me habían hecho y quería hacerles pagar por ello.

-Yo los voy a matar con mis propias manos...- me dijo mirándome directamente a los ojos.

-No...-es todo lo que dije, para después, hacer algo que nunca había imaginado, le abracé.

Estaba en ropa interior, herido y adolorido, y de esa manera me refugié en el cuerpo del chico que me estaba acompañando. Sentí su calor invadiendo mi cuerpo gélido, escuché el palpitar incesante de su corazón y como, lentamente, comenzaba a erguirse su falo.

Mi mano bajó hasta su sexo y le acaricié en un estado que no pude controlar, era como si me hubiera convertido en otra persona, en un animal desatado que buscaba un refugio, un pequeño espacio en el cual ser feliz.

-Lucas... yo... tú no estás bien...- se excusaba el moreno.

-Solo... no hables...-le dije antes de hincarme y quedar frente a su pantalón.

Bajé la cremallera y tras quitar el calzoncillo, pude encontrar aquella carne ardiente que poderosa se liberaba frente a mí. La observé con detenimiento antes de besarla, antes de sentir su sabor juvenil e impregnarme con su calidez. Lo introduje en mi boca para engullirlo incesantemente, para hacerle vibrar de pasión. Mi saliva se escurría por su piel tostada, mientras su pene crecía y crecía como un fantasma en la medianoche.

Al verle extasiado, me levanté y quitándome la única prenda que quedaba en mi cuerpo, le incité a que me penetrara. Le miré directamente a los ojos y no fue necesaria ninguna palabra para que el muchacho me volteara, colocara sus manos en mis caderas y luego, introdujera lentamente su falo en mis entrañas.

Sentirle dentro de mí produjo el efecto contrario y es que me sentí vacío, tanto que en medio de todo comencé a llorar. Esteban al percatarse de ello, dejó de penetrar y solo atinó a darme un abrazo.

-Todo estará bien... yo me encargaré de eso...- me susurró al oído, mientras me desvanecía en llanto.

Llegué ya cuando la noche había caído. Vi las luces encendidas en el interior de la mansión Grimaldi, como el brillo en los ojos de la bestia que está a punto de devorarte. Cada vez que la contemplo recuerdo aquella maldita noche en la cual debí morir, ¿por qué me dejaron con vida? A veces preferiría haber sido sacrificado.

El mayordomo abrió la puerta principal para dejarme ingresar y lo primero que vi fue a la familia reunida en el salón principal, detrás de las puertas de madera y cristal ubicadas a un lado de las escaleras principales. Caminé hasta el lugar sin entender qué sucedía y es que no se trataba de ninguna fecha importante.

Allí me encontré con mi padre, quien alegre mantenía una copa de champaña en su mano, mientras miraba alegre a su esposa. Pamela vestida de rojo sonreía como nunca antes la había visto, como si le hubieran dado una excelente noticia.

-Hijo, que bueno que has llegado... estamos celebrando la buena noticia que nos ha entregado tu hermano...-mencionó don Diego.

Solo en ese instante pude ver que en el lugar se encontraba Felipe, acompañado por la zorra de Valentina. Ambos sonreían como si fueran realmente felices, y tomados de las manos se presentaban delante de todos.

Camilo estaba sentado en el sillón de al fondo, cabizbajo, obviamente había sido obligado a ir a esa celebración y es que contemplar a su enamorado con otra, no sería para nada grato.

-Felipe ha demostrado que es un hombre de verdad y que ha dejado atrás sus... malos comportamientos... Hoy nos ha informado que su novia se encuentra embarazada, y aunque sean menores de edad, de todos modos, nosotros les felicitamos y apoyaremos en este bello camino que han decidido comenzar...- mi padre levantó la copa para festejar aquella noticia.

Aquellos dos estaban más unidos que nunca, porque se habían enterado que ella estaba embarazada, se convertirían en padres, desde ahora estarían unidos para siempre con esa vida que crecía en las entrañas de aquella maldita. Debería haberme derrumbado nuevamente, pero ya no existía alma en mi interior, ya no podría caer más bajo y por ello, solo me quedé frente a ellos, contemplándolos del mismo modo en que me miraron a la hora de humillarme.

Lo han logrado, me han asesinado, tan solo que no de la forma en que lo habían planeado y es que mi cuerpo sigue vivo, solo ha sido mi interior el que ha sucumbido ante su odio, ante el descaro que posee el muchacho a quien amo. ¿Cómo pude haber estado tan equivocado? ¿Acaso Felipe es en realidad un monstruo como todos quienes me rodean?

 


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