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Infierno por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

Espero que estén muy bien y que todos sus sueños se estén cumpliendo....

 

¿Les había dicho que me gustan mucho las películas del Studio Ghibli? Pues aquí les traigo el tema principal de mi película favorita :

https://www.youtube.com/watch?v=KoFjwzqiJI8

 

Nos leemos! Los quiero mucho :D

Capítulo 9: En quién creer

 

El lugar donde desperté era muy distinto al que supuestamente habíamos llegado, ya no estábamos a las afueras de la ciudad, sino a un lado del mar, en una playa apartada de todo pueblo.

Cuando abrí los ojos me costó mucho distinguir qué había a mi alrededor, las paredes se me venían encima y no era capaz de sostener la cabeza. ¿Qué me había sucedido?

-Me alegra mucho que hayas despertado... - dijo un hombre de mediana edad, con algunas canas en su cabello y barba, de ojos profundamente azules que aunque se escondían tras grandes gafas, resaltaban galantes.

-¿Quién eres? - le pregunté aunque era obvia su respuesta.

-Disculpa mi falta de educación... Me presento, soy Christopher Campbell... El primer esposo de tu madre... - dijo aquello de pronto, como si el haber sido secuestrado no hubiera sido suficiente impresión.

Tuve que esperar unos minutos para recuperarme por completo, tiempo suficiente para recapacitar y percatarme lo estúpido que había sido. Fui advertido y de todos modos caí en la trampa de un hombre obsesionado con mi madre. Me drogaron y quizás qué otras cosas harían conmigo.

Finalmente me pude levantar de la cama donde había reposado y tal impulso llamó la atención del hombre que me vigilaba.

-Me alegra mucho que ya hayas despertado... - se acercó a mí sonriendo, intentando ser cordial como si no fuera culpable de mi estado.

-¿Qué me hicieron? ¿Me drogaron? ¿Qué quieren conmigo? - estaba desesperado, tanto que me descontrolé, le grité y empujé.

-Calma Lucas, en mis manos estarás bien... Nunca le haría daño al hijo de Carolina... - sentenció mirándome detenidamente a los ojos.

-¿Y qué significa todo esto? ¿Por qué me has secuestrado? - nada tenía sentido allí.

-Teníamos que protegernos... Tú padre es muy peligroso y si sabe dónde estoy viviendo, es capaz de dañarme... - se acercó a un mueble y sacó un pequeño chip. - ¿Sabes qué es esto? Lo tenías implantado en la nuca... Diego te ha estado vigilando todo este tiempo...- en ese instante me toqué la parte del cuerpo que me había mencionado y como había mencionado tenía una pequeña herida.

-Te dormimos para que ni tú supieras dónde estabas... No podemos arriesgarnos que por miedo le cuentes a tu papá... - seguía excusándose.

No pude soportar sus palabras, así es que me acerqué a la ventana para contemplar la majestuosidad del océano. Vi hacia el horizonte cómo las olas se hacían más y más insignificantes, cómo los contornos se perdían y todo culminaba en una línea borrosa.

-Está bien... Puedo creerte, pero de todos modos no me has explicado la razón de traerme hasta acá... Porque supongo que tener tantas consideraciones debe tener un motivo... - fui directo al grano, y es que todo aquello superaba lo irreal.

-Alice me había dicho que eres alguien tímido, un tanto retraído... Sin embargo, no me has mostrado nada de eso en este momento... - sonrió como si quisiera bromear con un amigo.

No le seguí el juego y es que no podía reír ante alguien tan potencialmente peligroso. ¿De qué se trataba este juego? ¿Quería seducirme para luego atacar?

-Está bien, responderé tu pregunta... Estás aquí porque eres lo único que dejó mi amada Carolina y no puedo permitir que te hagan daño... Las cosas se están poniendo muy peligrosas en tu entorno y no dejaré que destruyan tu vida como la última vez... - ¿de qué estaba hablando? ¿Qué clase de justiciero quería ser este sujeto?

Según las advertencias de mi padre, él podría ser el hombre que atacó a Carolina, quien la llevó a la muerte y ahora me está diciendo que quiere protegerme. ¿Quién está diciendo la verdad?

-¿Cómo es eso que fuiste el primer esposo de mi mamá? - necesitaba despejar esa duda.

-Era obvio que Diego nunca te diría eso... - se echó a reír.

-La familia de Carolina había planeado casar a sus dos hijas con hombres importantes, y como les había resultado con los Palmer, querían lograr lo mismo con los Grimaldi... Tan solo que tu mamá era mucho más decidida que tu tía y al no querer casarse con un sujeto a quien no amaba, se escapó de su casa para vivir un romance con el extranjero de quien se había enamorado... Nos casamos a escondidas cuando ella apenas tenía diecinueve años y vivimos juntos durante los tres más hermosos meses que he vivido... Entenderás que tu padre no permitiría que nadie le ganara y moviendo todas sus influencias logró encontrarnos, nos separó y anuló nuestro matrimonio con el poder que sólo el dinero te puede entregar en este país... Yo amaba mucho a Carolina y me temo, que aún lo sigo haciendo... - me habló todo el tiempo mirándome a los ojos, demostrándome la sinceridad de sus palabras.

-Mi padre me dijo que fuiste tú quien asesinó a mi mamá... - no podía dejar atrás esa suposición.

-¿Asesinarla yo? ¿Al amor de mi vida? Era lo más preciado que tenía y no le hubiera hecho daño jamás... ¿Puede decir lo mismo Diego? - se alteró ante mi acusación.

-Me han dicho que no recuerdas el rostro del asesino... Pero puedo asegurar que el culpable es tu padre... Sé que me creerás un mentiroso. Estoy hablando mal de tu propio papá, pero es la verdad... Nadie más en el mundo odiaba a Carolina como él... - había pasión en sus palabras, sus ojos desbordaba convicción.

-Sufrió mucho por su muerte... Todos lo vieron llorar, ¿por qué hubiera matado a su esposa y me hubiera hecho eso a mí? - le interpelé.

-Tú ya estabas grande y Diego había conseguido una amante... Caro quería acabar con la mentira que era su matrimonio, dejarlo e irse conmigo para vivir una nueva vida... Una de verdad, nosotros tres... - se acercó a mí para acariciar mi mejilla, como si estuviera recordando cuando era pequeño.

-Me estás diciendo muchas cosas juntas... Es como si todo fuera parte de un guión, de una mentira orquestada... Dime entonces, ¿quién era la amante de mi padre? - algo en mi interior estaba ofuscado, y es que era a mi papá a quien difamaba.

-¿Me vas a decir que no lo sabías? No, yo lo dudo... ¿Acaso no ves lo peligroso que es Diego? Cuando supe que a ella la habían encontrado muerta, supe de inmediato que se había vuelto a salir de control... Por favor, conozco muy bien a Rubén y sé que él no sería capaz de matar a su esposa... ¿Estoy en lo correcto, principito? - un escalofrío recorrió mi espalda, todo lo que él decía era cierto.

Hace muchos años que sabía de la relación que tenía mi tía Elia con mi papá, y que incluso mi madrastra estaba enterada. ¿Cómo sabía eso Christopher? Y por sobre todo, ¿cómo es capaz de llamarme de la misma manera que mi madre: principito?

-¿Y qué quieres que haga entonces? - seguía sin comprender.

-Quédate aquí, yo te protegeré y nada malo te sucederá... - su cariño parecía real, su mirada era cálida.

-Eso sería aún más peligroso... Si don Diego no sabe nada de mí, lo único que lograremos es que se descontrole y destruya todo a su paso... - y ese era un riesgo que no estaba dispuesto a asumir, porque Felipe podía ser una víctima.

Vi desilusión en su semblante, se había arriesgado y aún así no consiguió lo que se proponía.

-Colócame el chip nuevamente... Él no puede enterarse que esto sucedió... - era evidente que esa sería la primera pista.

-¿Esto quiere decir que no creíste en nada de lo que te dije? - preguntó apenado.

-Significa que estaré precavido y que ante cualquier peligro, sé que puedo contar contigo... - era la conclusión a la cual había llegado.

Tal como llegué a ese lugar, me llevaron sedado hasta las afueras de la ciudad, acompañado en todo momento de Alice.

-Puedes contar conmigo en todo lo que necesites... - me aseguró la muchacha antes de despedirnos.

No le tomé atención y me bajé del carro. Se estaba volviendo de noche y si no llegaba luego a la mansión, mi padre sospecharía.

El chofer me fue a buscar hasta esa dirección, le mencioné que había ido a hacer un trabajo a la casa de un compañero. Sé que sonará extraño para don Diego, pero no tiene ninguna prueba para inculpar a Campbell, ni mucho menos para encontrarle.

Aunque vi convicción en Christopher, hay algo que no me deja confiar ciegamente en él. Sé que mi padre no es alguien inocente, que es capaz de todo con tal de conseguir lo que se propone, tan solo que él es más previsible que aquel caballero. ¿Cómo puedo creer en la palabra de un desconocido? Mucho menos si es el mayor enemigo de mi familia, ¿qué tal si me quiere utilizar para su venganza? No, sea lo que sea, no caeré en la trampa de nadie.

Cuando llegué a mi casa, ya me encontraba muy cansado, tal vez por efecto de los medicamentos o por lo convulsionada que fue la jornada. Caminé directamente hasta mi habitación, solo quería recostarme en mi cama y cerrar los ojos, solo que para mi sorpresa, se encontraba Felipe en el cuarto.

-¿Qué haces aquí? - pregunté asombrado.

Desde aquel día en que vi su verdadero rostro, no habíamos hablado, ni siquiera tras la muerte de su novia siendo que fui uno de los primeros en encontrarla.

-Tenemos que hablar... - se encontraba serio, seguía afectado por lo ocurrido y es que sus ojos parecían cansados de tanto llorar.

-Si quieres decirme que estás arrepentido de lo que hiciste ahora que Valentina murió... No es necesario... Ya sé cuales son tus intenciones... - debo reconocer que seguían doliéndome sus palabras.

Mi hermanastro se acercó a mí y sin mayor aviso, me abrazó como si mi cuerpo fuera el único que le pudiera brindar calor. ¿Acaso nadie le había consolado?

-¿Qué significa esto? - no podía romper mi coraza aunque se tratara del hombre a quien amo.

No recibí respuesta, todo lo que hacía era apoyar su cabeza en mi hombro y rodearme con sus brazos. Se estaba escondiendo del horrible mundo donde se encuentra, quería escapar del caos y tal vez, solo yo podía lograrlo.

-Lo siento... Nunca quise herirte, eres alguien muy importante para mí... - susurró.

Su voz eliminó todos los recelos que había generado hacia él, era como si tan solo con su presencia pudiera controlarme y es que el amor que siento por él es tan grande que ningún miedo puede derrumbarlo.

-Todo estará bien... - fue lo único que pude decir.

Sin pensarlo, llevé mis manos hasta su cabello y le acaricié como si se tratara de un bebé indefenso. Los sollozos no tardaron en llegar. Era tal la tristeza que sus piernas no pudieron seguir aguantando el peso y terminamos recostados sobre la cama.

En todos mis sueños había imaginado esa escena y por fin se había convertido en realidad, aunque sea producto de una tragedia. Escuchaba el latido de tu corazón, cómo su respiración moría en mi pecho, la forma en que su calor se diseminaba y llegaba a mí con timidez.

-Lo siento... Lo siento mucho... - dijo luego de desahogarse.

No tenía que mencionar a qué se refería, porque era evidente que hacía alusión a sus palabras, a esas amenazas que pronunció junto a Valentina.

-Ella me había amenazado con suicidarse... Todo partió así... No soy alguien que pueda vivir con ese cargo de conciencia, por eso hice lo que ella quería. Tan solo que sus peticiones empeoraron cuando supo que estaba embarazada... Es como si hubiera generado un poder sobre mí, una fuerza capaz de doblegarme... ¿Cómo podía negarme a las peticiones de quien me haría padre?... - levantó su mirada para demostrarme cuán arrepentido se encontraba.

Su relato parecía verídico, tanto como el que había escuchado de la boca de Christopher Campbell. La única diferencia entre ambos es el sentimiento que tengo por ellos, y es que aunque pudiera ser peligroso, decidí creer en mi amado.

-Ella... Realmente quería matarte, Lucas... Ése era su plan, acabar contigo antes que naciera nuestro hijo, quería que él fuera el único heredero de la familia... Estaba obsesionada con eso... Era alguien cruel, me narró todo su plan para acabar contigo, para descuartizarte y hacer que nunca aparecieras...por eso ese día le comenté que era mejor idea que fueras tú mismo quién terminara con tu existencia, con eso podía lograr un poco más de tiempo... Créeme por favor, mi intención fue siempre detenerla... - su pulso se había acelerado, estaba compungido, realmente ansiaba que confiara en su palabra.

Y lo hice, porque el amor que siento por él es tan fuerte, que me hace tener fe, esperanza de su buen corazón y que algún día, se dé cuenta cuán importante es para mí.

Le tuve tan cerca, su rostro a unos cuántos centímetros de mis labios y sin poder reprimir mis deseos, le besé profundamente en la boca. No como un juego, no como un hermano menor consolando al mayor, sino que con pasión, con el fuego que solo un amante puede entregar.

Sé que hice mal, que no era el momento para declararle con ese gesto mi amor, pero no pude controlarme, se ha convertido en un sentimiento mucho más fuerte que mi razón.

Avergonzado me separé de Felipe y corrí, me fui de mi cuarto para refugiarme en mi escondite, donde mi madre podría consolarme.

 


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