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Los hijos de Odín por MichaelJ2099

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-¡Mamá!-Gritó Thor corriendo mientras dejaba tras de sí un pequeño camino de sangre. Los ojos de la mencionada casi giran los 360 grados. Palideció enseguida. Lo tomó pronto cuando su niño cayó al suelo agotado por la carrera.


-¡Por todos los dioses!-Exclamó y lo ayudó a levantarse. Alzó la mano hacia los guardias.


-¡La cámara de recuperación! ¡PRONTO!


Y allí estaban, una de tantas situaciones extremas donde uno de los dos príncipes estaban involucrados. Nada nuevo, nada simple, siempre extremo. Odín apareció con un bulto bajo el brazo.


-Tu pequeño angelito querrá darte explicaciones.-Dijo mientras colocaba el bulto en el suelo, se trataba de un niño de apenas ocho años. Clavó los ojos en el suelo mientras apretaba los puños, tenía el cabello alborotado y las ropas sucias por tierra. Era obvio que él había sido el responsable de que Thor estuviese recibiendo puntos en el abdomen.


Frigga se hincó levemente hasta estar a la altura del niño. Le tomó el mentón.


-Mírame.


Pero se rehusaba.


-¡Mírame, AHORA LOKI HIJO DE ODÍN!-Y con ese imponente grito el niño observó a su madre con más miedo que nada.


-¿Qué te ha conducido a hacer semejante acto contra tu propia sangre?-Le dijo con un dejo de dulzura y a la vez frialdad. Loki no respondió enseguida. Así que ella presionó aún más.


-Jovencito, estas haciendo que se nos agote la paciencia, a tu padre y a mí. Será mejor que expliques que razón has tenido para hacer, lo que hiciste.-Volvió a decir con rudeza. Con temor de que se enojase aún más, él habló.


-¿Recuerdas mi cumpleaños hace dos meses? - Loki aún mantenía un timbre de voz bastante agudo y tierno, un excelente recurso que sabía explotar al máximo.


Frigga cerró los ojos casi queriendo ignorar la pregunta y aspiró profundamente.


-El acantilado... Si, aún ahora, apenas estás saliendo de ello.-Habló mientras tomaba el hombro de su hijo como prueba de lo que decía y Loki puso un reflejo de dolor.


-.-.-.-.-.-.-FLASHBACK.-.-.-.-.-.-.-


-¡Feliz cumpleaños mi adorado príncipe!-Decía su madre mientras le plantaba muchos besos en sus mejillas de porcelana.


-Madre por favor, me avergüenzas... Tu sabes, ya tengo ahora ocho años.-Decía intentando sonar no avergonzado aunque el carmín de sus orejas lo delataba.


-Oh, perdone usted hombrecito.-Dijo siguiéndole el juego, en eso tomó varias cajas que estaban dispuestas sobre la gran mesa de banquete.


-Entonces es obvio que no necesitaras estos juguetes y libros.-Decía con una risa cruzada.


Eso no le pareció al niño que pronto peló los ojos como si del mismísimo ragnarok estuviese ocurriendo.


-Bueno... No soy tan mayor como parece... -Puso una expresión triste. Frigga lo miró condescendientemente.


-¿Puedo conservar los juguetes y libros?-Dijo tímidamente el niño. Y su madre soltó una risita entre dientes. Odín pasó su mano por sus cabellos de color azabache. Loki le miró y sonrió. Pronto alzó los brazos.


-Oh, pensé que ya estabas muy grande para eso.-Dijo Odín divertido.


-Nunca se es demasiado grande para que me alces, padre.


Y antes de terminar la oración Odín lo atrajo con sus brazos hasta su pecho mientras el se enroscaba en su cuello. Así transcurrió la mañana, abrazos y besos fueron repartidos por todo el rostro del hijo menor de Odín. Su cumpleaños número ocho finalmente había llegado y él se sentía totalmente poderoso como cualquier niño a esa edad. Su padre, en un momento a solas, le había obsequiado una gloriosa corona de oro. Del gran círculo de oro salían dos pequeños cuernos a la altura de las sienes. Le quedaba perfecto y todo el día lo usó con gran alegría y orgullo.


Y ahí estaba de nuevo, contemplándose en las cristalinas fuentes del palacio, complacido del brillo del sol que deslumbraba sus atavíos. Tras él de pronto sintió un empujón.


-¡Hey!-Exclamó molesto y algo sorprendido. Thor apareció tras él con un trozo de pastel en las manos. Parecía que llevaba tiempo comiéndoselo puesto que tenía el rostro llenó de caramelo y betún.


Loki le miró con una ceja encarada.


-Cielos hermano, por eso existen las servilletas.-Decía quitándole una parte del betún y comiéndoselo.


-Es que este endemoniado pastel está demasiado bueno, que incluso mi armadura quiere probarlo.-Decía hinchando el pecho con gran orgullo.


-Ajá.-Loki ignoró el comentario mientras se seguía mirando en el agua.


-Vamos Thor, no seas infantil. Se supone que eres el mayor y sigues haciendo esos comentarios tontos, así no llegarás al trono de Asgard.-Dijo riéndose de su hermano mayor. El cual dejó de masticar su bocadillo algo ofendido por lo que había dicho.


-Déjame en paz Loki, no es mi culpa que seas un marica que le moleste ensuciarse.-Se sentó a la orilla de la fuente y continuó comiendo el postre en sus manos.


-Ser ordenado y educado, no es ser marica. Es saber manejar la diplomacia. Algún día podrías intentar aprenderla, no te vendría mal.


Thor le miró algo irritado.


-Ya déjame en paz. Solo porque es tu cumpleaños no significa que ya seas el rey del mundo.-Mencionó molesto. Tocándole el pecho sobre la armadura.


-¡no me toques! Tienes las manos sucias.-Dijo.


-¿Ves? No eres más que una niña disfrazada en el cuerpo de un chico.-Y entonces ahí fue donde algo estalló en el cuerpo de Loki, este respiró hondo y cuando Thor colocó un pie sobre la fuente como si fuese un conquistador, fue el momento perfecto para que su hermano menor aprovechara. De un simple empujón el hermano cayó en el agua y el pastel terminó por los suelos quedando deshecho.


El susto por el agua, apenas inmutó a Thor, en vez de eso se quedó mirando las acciones de su hermano y le miró con odio. Fue entonces que Loki entendió que era hora de correr por un mejor plan.


-¡ME LAS VAS A PAGAR!-Gritó y se puso en pie mientras su hermano ya se perdía por los arbustos del gran jardín. Con cuidado corría intentando no dejar rastro y en silencio pero Thor era muy veloz y salvaje, cualquier rama que tocase sus manos se quebraba en segundos. De repente, llegó a un punto donde convergen varios caminos y con una banca de piedra en medio.


El rubio miró a todos lados tratando de guardar silencio por si escuchaba algo. Pero su paciencia no duraba mucho.


-Loki, será mejor que salgas o yo te encontraré, y lo sabes.-Dijo molesto aún chorreando agua. Pero no tuvo respuesta. Dentro de uno de los arbustos Loki movía sus manos pero no lograba efectuar el conjuro que necesitaba, una ilusión perfecta de sí mismo que despistara al chico molesto.


-Vamos, vamos.-Se decía en susurros. De pronto, a sus espaldas un cuervo salió graznando terriblemente y asustando al pobre muchacho que brincó y terminó por exponerse. Ambos niños gritaron ciertamente, el ave era muy grande. En cuanto se fue, ambos se quedaron viendo por el rumbo que había volado.


-Eso estuvo cerca.-Dijo Thor acercándose sigilosamente sin quitarle la vista a Loki puesto que este tenía aún la mirada puesta en el horizonte.


-Sí.-Respondió.


Antes de poder hacer algo más, su hermano mayor lo tomó del cuello de sus ropas y lo alzó. Era bien sabido que el primogénito de Odín se valía de una gran fuerza. Loki gritó mientras sentía como sus pies ya no tocaban el suelo.


-Aquí tienes hermano, mi regalo de cumpleaños.-Dijo Thor con una sonrisa ladina y maléfica a la vez. Se acercó al pequeño muro de mármol que rodeaba el castillo y que evitaba una caída segura por uno de los acantilados del castillo.


Loki lo miró.


-No por favor.


-Lo hubieras pensando antes... Hermano


Y así fue como Loki voló por los aires el día de su cumpleaños, el casco de oro de Odín cayó al suelo al igual que su dueño. Loki terminó con un hombro dislocado y varios rasguños por todo el cuerpo. Esa noche Odín pidió la presencia del niño trueno en sus aposentos. No se escuchó para nada un solo grito, pero en cuanto el infante salió con los ojos llorosos y los mocos embarrados por toda la cara, todos supieron que el padre de todo había sido muy estricto y duro con el niño.


Thor caminó lentamente mientras se sobaba las pompis... Sí, no importaba que Asgard fuese un pueblo milenario, cuando un niño se porta mal, el mejor lugar para hacerle ver sus errores son las nalgas.


Con cuidado caminó bajando las escaleras. Esa noche no se le permitió ver a su hermano, y estuvo castigado a una semana sin postre y sin sus juguetes. Aunque eso le parecía poco al niño de las ilusiones. Llevaba con cuidado un armazón que lo cubría desde su hombro hasta la muñeca impidiéndole moverse con total comodidad. Fue así que terminó el cumpleaños número ocho del príncipe de los ojos verdes.


-.-.-.-.-.-.-FIN DEL FLASHBACK.-.-.-.-.-.-.-


Su madre bajó la mirada cansada ciertamente. Contemplando el suelo.


-Entonces, me estas diciendo que esto es una venganza. ¿No es así?-Preguntó ella. Loki ya se le miraba más apenado.


-Me llamó marica.


-¡LO APUÑALASTE!-Le gritó su madre y él retrocedió unos pasos, conocía a su madre a la perfección y no quería verla molesta.


-Hay algo que no entiendo Loki, Thor ha mostrado excelente cualificaciones para la batalla, ¿cómo ha sido posible que fuese tan fácil hacerle semejante herida?-Preguntó Odín. Su hijo sonrió de medio lado.


-Porque el tonto confía en mí...


-.-.-.-.-. .-.-.-.-.-.-.-


-Lagartijas... Lagartijas.-Canturreaba Thor mientras buscaba entre el fango algunos gusanos que pudiesen servir de alimento para dos grandes lagartijas que habían aparecido esa mañana. Ahora el príncipe las mantenía en un pequeño círculo de piedras donde según él, era la arena y los reptiles serían los guerreros.


-Y así es... Como inauguramos... ¡Los juegos del hambre! Ah no espera, este fic no es de eso... ejem ¡EL TORNEO DE LAGARTIJAS GUERRERAS!-Alzaba la voz como si se tratase de una muchedumbre ansiosa de ver el espectáculo.


-Muy bien, ahora aquí tienen su premio si es que ganan.-Y puso entre ellas un pequeño tarro lleno de gusanos que él estaba convencido que sería suficiente para ambas. Pero el instinto es algo que no se puede negar, y ambos animales se abalanzaron sobre el tarro para comerse lo que llevaban.


-¡oh no, esperen! ¡Se supone que tienen que ganarlo!-Exclamaba e intentaba apartarlas. De repente giró su cabeza bruscamente a un arbusto que estaba frente a él. Había escuchado como las hojas se estremecieron y unas cuantas ramas crujieron. Las miró esperando que algo saliese de allí, pero no hubo nada.


Continuó con su intento de competencia entre reptiles. Siguió jugando un momento con ellas hasta que volvió a sentir como el arbusto se movía frente a él.


-¿Qué cosa hay ahí?-Se preguntó. Sin saber que dos ojos de color aceituna lo miraban expectante. Con la curiosidad de un niño se acercó al helecho sin prestar atención a la huida de los reptiles. Se olvidó de eso y se acercó con cautela hacía los helechos.


-¿Hola?-Preguntó,como si alguien fuese a salir de allí, decidió ser precavido y sacar su daga por si acaso. Los ojos esmeraldas que estaban escondidos vieron el arma y se removieron en su lugar. Fue entonces que bajo un movimiento brusco, Thor se abalanzó sobre las plantas e intentó con todas sus fuerzas tomar al espía entre el follaje. No fue necesario. Una vez que se abrió camino entre el verde de las hojas, encontró algo aún más precioso que dos lagartijas.


-¡Una serpiente!-Exclamó feliz. Bajo su mirada, una enroscada y brillante serpiente permanecía en su sitio mostrando su bífida lengua rosa a momentos.


-Que hermosa eres.-Decía Thor mientras acercaba el brazo hasta tocarla sobre la cabeza. Sin el temor o tal vez sin la consciencia del peligro que corría, la acarició por un poco más. Podría jurar que hasta el animal se sintió un poco más cálido.


-Cielos, creí que ustedes eran de sangre fría.-Dijo sin prestar mucha atención.


-Ven aquí.-dijo y como si fuese un encantador, el animal reptó sobre la tierra hasta él. El príncipe extendió su antebrazo.


-Vamos, puedes subir-le decía invitándola. No perdió tiempo y el animal se enroscó sobre su brazo. Maravillado acariciaba el mentón del animal (si es que se puede decir que tiene uno) admiró la brillante capa de escamas que poseía y los ojos del mismo color que su piel.


-Eres un hermoso ejemplar.-Decía y seguía con los mimos sobre el animal. Tal vez, la situación hubiese acabado ahí, con una inocente travesura de metamorfosis, una lección aprendida y unos hermanos reconciliados... Pero no.


-Tengo que llevarte dentro y serás la mejor excusa para asustar a mi hermano. Es una niñita de primera.


Ahí esta... La gota que derramo el vaso.


La serpiente siseó y todo ocurrió en un parpadeo.


-¡HEEEY! ¡SOY YO!


Y veloz como el mismo rayo de su hermano, tomó la daga en su cinturón y la planto en el vientre de su hermano mayor.


-¡AAAAAAAHHHH!


-.-.-.-.-.-.-FIN DEL FLASHBACK.-.-.-.-.-.-.-


Los ojos de ambos padres se miraban consternados y pasaban de mirarse entre ellos hasta su hijo.


-Entonces, todo fue una venganza.-Dijeron al unísono.


Y mientras los grandes maestros de la sanación terminaban de curar a Thor tras las puertas un niño fue tomado por los brazos de su madre y... nalgueado por sus malas acciones.


La vieja escuela nunca falla.


Al día siguiente, Thor tuvo instrucciones estrictas de permanecer recostado todo el tiempo posible y solo levantarse para comer y asearse. El niño se cansaba de mirar el techo de su habitación y suspiraba a cada rato. No podía divertirse con nada aunque lo intentase. De manera repentina las puertas de su habitación se abrieron.


-¿Thor?


-Si, madre.-Respondió él con una voz dulce. Pero la expresión de su rostro se endureció cuando vio al niño de cabellos negros.


-Y tú...-Masculló con desprecio.


-¡USTEDES DOS, HARÁN LAS PASES, AHORA MISMO!-Les grito a ambos, tanto que Loki no titubeo en correr junto a su hermano en un intento de protegerse ambos.


Frigga acomodó su vestido y salió. Pero volvieron a escuchar su voz.


-¡Ah, y se les ocurre algo!-E hizo una seña con sus manos asemejando unas nalgadas. Ambos tragaron saliva ruidosamente.


Se miraron por un momento pero pronto cortaron toda conexión.


-No quiero que me des una disculpa que no sea sincera.


-¿Y quién dijo que yo venía a disculparme?- Le dijo Loki.


Thor le miró molesto. Pero pronto recordó los sucesos de su accidente con la serpiente. Antes de terminar de curarlo, su madre habló con él.


"La venganza es un terrible bicho que se incrusta en los corazones, no importa que tan noble seas, solo necesita una pizca de fragilidad para adentrarse. No lo permitas Thor. Loki es tu único hermano. Cuando tu padre y yo partamos, tendrás que confiar en él y viceversa. El lazo que ustedes tienen, no puede ser roto por nada, pero no permitas que se mancille con acciones estúpidas como esta, no pierdas a tu hermano por intentar ganar un punto a favor. Nada reemplazara eso. Nada."


El sabía que lo sucedido había sido debido al accidente en el cumpleaños de Loki. Tal vez se le había ido la mano, bueno bastante. Era momento de reconocerlo, sino, la pérdida a la que se enfrentaban a una edad muy tierna, era demasiada.


-Loki...


El mencionado le miró con un poco de tímidez.


-Yo...


Trató de buscar las mejores palabras. Le miró por un segundo y continuó.


-Lamento mucho haberte dicho marica y eso. No debo permitir que mi soberbia te lastime.


Se removió en su lugar como si intentase sacudirse la pena.


Loki le miró algo sorprendido, habían sido las palabras más cordiales que le había oído a su hermano desde hacía un buen tiempo. Aún sin poder creerlo notó como Thor lo miraba, tal vez esperando que él dijese algo. ¡Ah es cierto!


-Lamento mucho haberte apuñalado para matarte... Estaba molesto.


-Yo también lo estaba cuando te arroje por el acantilado.-Añadió el niño trueno.


Se quedaron callados, aunque aliviados de que el ambiente se hubiese aligerado un poco. Incluso pudieron respirar más tranquilamente.


-Loki...


Otra vez le miraron los ojos esmeralda.


-Debajo de la cama hay algo que debía darte.-Dijo Thor y le hizo una mueca para que se asomase bajo la cama. Su hermano menor aún no seguro le miró por varios instantes esperando encontrar alguna falla en lo que podía ser otra de sus pesadas bromas.


-Vamos hermano, tengo perforado el abdomen, ¿acaso crees que estoy en condiciones de hacerte algo?


Tenía un punto a su favor, así que el chico de cabellos negro se asomó y dejó salir un "ah" de sorpresa. Estiró su brazo y sacó el casco dorado que su padre la había regalado.


-Creí que se había perdido cuando caí por el acantilado.-Decía mientras se miraba en el reflejo del precioso objeto.


-Hace poco baje para buscarlo, pensaba dártelo más adelante.-Dijo con una sonrisa tan ancha como la de Loki. Enseguida se colocó el casco de nuevo.


-Gracias hermano.-Dijo y se echó sobre su pecho con un abrazo. Esta vez el sorprendido fue Thor, por lo general era el menor el que siempre huía de las muestras de afecto de su hermano mayor. Era común y simple, pero ahora se quedó congelado mientras sentía como le tomaba por los hombros y hundía su rostro en su cuello. Apenas pudo reaccionar. El mismo efecto hubo en Loki, el abrazo había sido espontaneo y ahora se sentía un poco torpe por el comportamiento cursi, así que con cuidado se alejó de su hermano con el rostro totalmente rojo. Ambos no se atrevían a mirarse.


-Cof cof...-Loki fingió toser.


-Yo... Y-yo también te traje algo.-Dijo con susurros y extendió su brazo. Bajo la manga de su traje salió una preciosa culebra de color marrón, pequeña y escurridiza.


-¡Increíble!-Dijo Thor que la tomó con las manos y la subió a su cama.


Los hermanos finalmente se habían reconciliado. Frigga observó la escena enternecida junto a su esposo. En silencio desaparecieron por el umbral escuchando las risas infantiles a lo lejos.


-¿Crees que sea la última vez que hagan algo así?-Preguntó Frigga.


Ambos detuvieron el paso y se observaron mutuamente. Tras unos segundos soltaron una carcajada de incredulidad


-Eso es imposible, querida.-Dijo Odín mientras le tomaba la mano.


¿Cuantas más aventuras y desventuras traían estos muchachos? Muy pocas a comparación de lo que este papel en blanco, puede ofrecer.


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