Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Caminos extraños del amor por Danicook

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Día de actualizar.

De un segundo a otro, Misaki ya se encontraba con la espalda azotada contra la pared y unas fuertes manos agarrándolo firmemente del cuello de su camisa.

 

Los ojos violetas de Akihiko parecían desprender fuego. Estaba enojado, no, furioso.

 

Misaki puso sus manos sobre las de él y pese a lo asustado que podía encontrarse, no lo demostró. Ese idiota iba aprender a respetar a los demás.

 

Realmente, realmente parecía querer golpearlo. Tanto así que hasta su amigo Miyagi estaba más blanco que un papel debido a la impresión. Estaba murmurándole algo que fue audible para el castaño: “Déjalo ya Akihiko, en serio llamarás la atención. Recuerda lo que te dijo tu padre”

 

Misaki no evitó su mirada y contuvo las ganas de gritar debido a la fuerza extrema que estaba utilizando el bruto ese. No le daría el gusto. Jamás.

 

Unos murmullos empezaron a escucharse a unos pocos metros. Fue la clara señal para que Akihiko lo soltara no sin antes fulminarlo con la mirada.

 

―Esto no se quedará así ―le dijo antes de darse media vuelta e irse con su Miyagi.

 

Misaki quería ir y volver a abofetearlo, patearlo o lo que sea. Se encontraba sumamente molesto, indignado e irritado. No le bastó con dañar su espalda sino también ahora lo amenazaba. Menudo cretino.

 

―¡Misaki! ¿Estás bien? ¿Por qué Usami te empujó? ―la voz confundida de Shinobu lo hizo relajarse un poco.

 

―¿No viste nada?

 

―Obvio no. Por eso pregunto ―contestó el rubio―. Estaba conversando con Hanna acerca del trabajo de estadística y…

 

―No importa de todos modos ―Misaki dio por concluido el tema y colgándose del brazo de su mejor amigo, se encaminaron a la clase que tenían juntos.

 

***

Pasó alrededor de quince días cuando Misaki pensó seriamente en la última vez que había cruzado palabra con Akihiko. Normalmente ese asunto enterrado mil metros bajo tierra no le importaría, pero después de que lo haya visto por la mañana y la forma en la que el más alto había fruncido el ceño al mirarlo y luego ignorado olímpicamente, temió por lo que acontecería en adelante.

 

Algo le decía que Akihiko no había olvidado todavía ese asunto.

 

―¡Misakiiii! ―la estrepitosa personalidad de Shinobu se hizo presente de un momento a otro, dejando a Misaki con los apuntes tirados sobre el piso y libros desordenados sobre la mesa.

 

―¡Cállate, por favor! ―instó viendo de reojo a su alrededor. Por fortuna no había muchas personas en la biblioteca y la bibliotecaria no se hallaba cerca―. Me prohibirán la entrada si continuas con estos arrebatos ―añadió, agachándose a recoger sus pertenencias, algo que fue como un deja vú.

 

―Que aburrido ―Shinobu formó un puchero en los labios y le ayudó―. Sabes que hoy es la fiesta de inauguración de la facultad

 

―Humm… ―a Misaki no le gustaba para dónde se dirigía el tema.

 

―Y es realmente odioso tener que recordarte que te apuntaste para ir conmigo y…

 

―¿Cuándo dije que te acompañaría?

 

―Lo hiciste hace como dos semanas ―Shinobu dejó algunos papeles sobre la mesa y se sentó a su lado―. No te atrevas a negarlo.

 

Misaki frunció el ceño y trató de recordarlo. No estaba seguro pero al parecer Shinobu no mentía. Lo dijo solo para que el rubio lo dejara estudiar en paz y si, le hizo prometerlo con el meñique.

 

―Mañana tengo un examen y…

 

Shinobu suspiró y acariciándose el cabello, dijo―: Será cuestión de un par de horas. Es más, ni siquiera beberemos ¿qué dices?

 

Misaki volvió su vista hacia los ejercicios de física y matemática en sus libros y luego miró nuevamente a Shinobu. Joder, necesitaba un descanso.

 

―Vamos.

 

Las luces de colores empezaban a darle vueltas. Se suponía que no beberían ¡Oh, claro que sí! Misaki ya no recuerda cuantos vasos de esa bebida dulce y adictiva había tomado. En ese momento solo tenía claro una cosa: necesitaba otro trago y urgentemente.

 

Un poco de la bebida dulce había caído sobre su pantalón, no importaba tampoco. Mientras sus ojos miraban la imperceptible mancha en sus jeans, se preguntó como diablos dejó a Shinobu y a Hanna que lo metieran en esas prendas sumamente atrevidas, ajustadas y totalmente distintas al habitual oufit que utilizaba.

 

―Nene ―llamó Hanna, apareciendo a su lado―. Shinobu acaba de apostar con Yesung a que puedes ligarte a un tipo caliente en menos de diez minutos.

 

Misaki era gay. Lo descubrió en la secundaria y desde ello, apenas y había salido con un máximo de tres chicos. Su última pareja era alguien que verdaderamente le gustaba. Lástima que terminaron cuando él se mudó a Francia. Estaba segurísimo que con Ijuuin las cosas pudieron haberse puesto serias.

 

―En…¿en menos de diez minutos? ―se carcajeó Misaki―. Será en menos de cinco minutos.

 

―¡Esa es la actitud! ―celebró Shinobu desde el otro lado de la barra de bebidas―. ¡No me decepciones nene!

 

―Ajá.

 

Misaki se tambaleó hasta el otro extremo de la pista de baile. Iba a ir al sanitario primero. O se mojaba la cara con agua o de seguro terminaría cayéndose al no poder ver con claridad.

 

O eso hasta que Shinobu volvió a gritar: ¡Vamos, el tiempo se agota!

 

El castaño se frotó los ojos y sacudió su cabeza. La apuesta, cierto.

 

Con su visión aun borrosa, vio a un chico alto que se encontraba de espaldas, al parecer hablando con alguien. Tenía la espalda ancha y estaba completamente vestido de negro. Su cuerpo era sexy, él era muy sexy.

 

Le tocó el hombro y entonces el desconocido se volteó.

 

―¿Qué demon…

 

Misaki no estaba en sus cinco sentidos y había algo en la voz grave de aquel tipo que encendió el único sentido que al parecer todavía seguía sobrio. No necesitó más para pasar sus brazos alrededor de su cuello y hacerle descender su cabeza lo suficiente como para besarlo duro.

 

Caliente, excitante. Misaki ya no sabía como describir la situación. Al percatarse de la renuencia del desconocido por cooperar, metió una de sus manos por debajo de su camisa, acariciando su abdomen firme.

 

Sonrió cuando el tipo jadeó y entreabrió sus labios. “Triunfo” la palabra se apoderó de sus pensamientos cuando el desconocido lo agarró por la cintura y empezó a devorarle los labios. Un beso intenso, hambriento.

 

―¡MISAKI! ―la ahogada voz de Shinobu le hizo fruncir el ceño. A buena hora se le ocurría interrumpir―. ¿Qué haces?

 

A regañadientes, Misaki terminó el beso y encaró a su escandaloso amigo.

 

―¿Cumplir con lo que…

 

―Pues acabo de terminar la apuesta. Te dije que ligaras con desconocidos no con alguien conocido, valga la redundancia.

 

 

―¿De qué… ―la cabeza de Misaki empezaba a dar muchas más vueltas y las arcadas de repente se hicieron presente.

 

―Una apuesta… ¡una apuesta! ―la voz grave volvió a hacerse presente, estaba vez denotaba enojo.

 

Y fue todo.

 

Vomitó encima de quién sabe quién.

Notas finales:

Jajajaja.....


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).