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JONGTAE ONE SHOTS (100% LEMON) por Caroand

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Notas del capitulo:

Olis, nuevo one-shot.

Enjoy it :)

Taemin estaba junto a la cama, viendo como su mejor amigo manipulaba los botones de su camisa. Había visto a Jonghyun bebido antes, pero nunca así.


Él estaba tomando su ruptura con Kibum realmente mal, lo que era inusual en él. Normalmente se encogía de hombros y seguía adelante. Lo que no estaba haciendo en esta ocasión, sin embargo, y eso preocupaba a Taemin.


- Un poco de ayuda sería bueno - murmuró él.


Se rió de él, pero decidió ayudar. No es que no lo hubiera visto sin camisa antes. Taemin se sentó en el borde de la cama lentamente desabrochando su camisa, comenzando en la parte superior y haciendo su camino hacia abajo. Cuando había desabrochado el último, dejó que su mano hiciera un sendero suavemente sobre su liso y plano abdomen y alrededor de su espalda, donde dio un suave tirón, liberando la camisa de la cintura de sus pantalones. Dios, tenía un cuerpo fantástico, anchos hombros, pectorales duros, abdominales para morirse, y perfectamente depilado, su pecho bronceado favorito. Le gustaba mucho la forma en que su cuerpo duro se sentía bajo su mano. No queriendo dejar de tocarlo por el momento, arrastró su mano de nuevo hacia su pecho, esperando que estuviera lo suficiente borracho para que no recordara su caricia robada por la mañana.


La cabeza de Jonghyun volvió a caer sobre sus hombros, y cerró los ojos. Un suave gemido escapó de sus labios, y Taemin se congeló momentáneamente paralizado por el miedo.


No debería estar tocándolo como lo estaba haciendo. Pero no se atrevía a parar, tampoco. Cristo, ¿cuántas veces había fantaseado con este preciso momento? ¿Sobre la posibilidad de tener la libertad de tocarlo como quisiera? No, esto estaba mal. Retiró la mano de su pecho, y él levantó la cabeza. Contra su mejor juicio, se encontró con su mirada. Sus ojos vidriosos, un resultado directo del exceso de alcohol, pero también estaban intensos, llenos de algo que nunca había visto antes.


- Lo siento, Jonghyun, me... - Fue silenciado por la sensación de su boca presionando contra la de suya, de su lengua separando sus labios y sumergiéndose dentro de su boca para saborearlo. Tenía los labios más suaves. Este, en estos momentos, era el primer beso que jamás habían compartido.


Sabía que debía detenerlo, pero no quería. La forma en que su lengua exploraba su boca con precisión de experto era alucinante. No pasó mucho tiempo para que su gusto se grabara a fuego en sus papilas gustativas, y sabía que, pasara lo que pasara, o lo mucho que lo intentara, nunca sería capaz de sacarlo de su sistema ahora.


Taemin mordió eróticamente su labio inferior, y él gimió. - Jesucristo, - dijo en un susurro sin aliento.


Jonghyun tomó su cara entre las manos. - No hagas eso.


- ¿Hacer qué? - preguntó Taemin inocentemente. - ¿Esto? - Captó su labio inferior entre los dientes de nuevo y le dio un tirón firme. - ¿Por qué no puedo hacerlo? - Preguntó Taemin, liberando el labio.


- Maldita sea, - gruñó él momentos antes de empujarlo hacia abajo sobre la cama y situarse encima de él. Separó los muslos con las rodillas y presionó su entrepierna contra la suya. Se acomodó entre sus piernas, como si hubiera estado allí antes, como si perteneciera allí, como si fuera la cosa más natural del mundo para que estuvieran aquí así.


Su respiración se detuvo al sentir su enorme erección presionando entre sus muslos.


Taemin levantó las caderas y las apretó contra su ereccion. Un suave gemido salió de su boca, y eso sólo pareció animarlo. Continuó moviéndose contra él mientras lo besaba, lamía, y mordía su cuello. Todo el cuerpo de Taemin temblaba debajo de él mientras arrastraba su boca por su mandíbula y de vuelta a sus labios.


Jonghyun volvió a besarlo y esta vez fue más exigente, más dominante.


Taemin gimió en su boca, y Jonghyun dejó de besarlo, todo su cuerpo se quedó inmóvil. Apartó el pelo de su frente y le sostuvo la mirada. Ninguno de los dos habló. No tenían que hacerlo. Ambos sabían lo que iba a suceder, y ambos lo deseaban. Lentamente él movió sus caderas de nuevo, moviéndose y rotando contra Taemin. Taemin agarró su cara y llevó sus labios a los suyos. Ni siquiera estaba cerca de terminar con ellos todavía.


- Estamos cruzando una línea, Taemin, - dijo él, mordiendo su mandíbula, y luego besándolo antes de regresar a su cuello.


- Lo sé, - susurró arqueando su cuello ante su beso. - Dios, eso se siente muy bien.


Su amistad había resistido la prueba del tiempo. Habían pasado por muchas cosas, cosas que no pensaban que pudieran pasar, y siempre lo hicieron. Podrían tener una noche juntos, ¿no? Una noche de sexo glorioso, eso es todo lo que Taemin quería. Podían salir adelante. Sabía que podían.


- Estamos borrachos. - Los labios de él estaban en su clavícula, bajando al sur.


- Sí. - No tenía sentido negarlo. - ¿Qué quieres decir?


- No deseo aprovecharme de ti. - Él deslizó la mano hasta su camisa y acarició su pecho - Ninguno de nosotros realmente está pensando muy claramente.


Jonghyun era su mejor amigo, y siempre había sido capaz de hablar con él. Y Dios, cómo quería desnudar su alma sobre esto también, pero estaba aterrorizado de que saliera corriendo y nunca mirara hacia atrás.


- ¿Recordarás algo de esto por la mañana? - El sonido de su risa profunda y ronca era sexy como el infierno, y elevó la intensidad del momento.


- Oh, sí, lo recordaré.


- Bien. - Le dio otro beso antes de arrodillarse entre sus piernas. - Quiero que recuerdes todo lo que voy a hacerte. - Él retiró su camisa.


Taemin sabía que lo que él acababa de decir no era más que jactancia masculina, pero eso no hizo que parara su garganta de secarse o que su corazón corriera. Su voz, su mirada, todo en él era tan decidido e intenso. Jonghyun se inclinó y sus labios se cerraron alrededor de su pezón. Taemin gimió, sus dedos juntándose en su pelo, su glorioso pelo grueso y sedoso. Él tiró de su pezón entre los dientes y lo sacó antes de tomarlo completamente de nuevo en su boca. Su lengua se arremolinó a su alrededor antes de moverse al siguiente.


- Jjong...


Él hizo su camino de regreso hacia su boca.


- Dios, me encanta oírte decir mi nombre de esa manera.


Sus oídos se agudizaron. ¿Acababa de oírlo bien? Tenía que ser el alcohol jugando con su capacidad de pensar, escuchar y comprender todo lo que él estaba diciendo.


- Sí, bueno, me encanta tu boca. - Jonghyun se rió y rozó sus labios hacia atrás y adelante sobre los de ella. Juguetonamente Taemin trató de morderlos, sabiendo muy bien qué efecto tendría sobre él. - Eres un bromista.


- Confía en mí, cariño, no habrá ninguna broma esta noche. - Una vez más él se arrodilló entre sus piernas y le desabrochó los vaqueros, guiándolos hacia abajo sobre sus caderas y sus piernas. Las manos de Jonghyun aterrizaron sobre sus rodillas y las hizo subir a lo largo de sus piernas. Wow. Él dejó escapar un suspiro y arrastró las manos hacia abajo. - Eres tan sexy, Taemin.


- ¿Qué?


Él sonrió y comenzó a desabrochar sus pantalones vaqueros. Taemin estaba fascinado con la vista, incapaz de apartar la mirada. - No suenes tan sorprendido. - Arrancó los pantalones de sus muslos y su furiosa erección hizo una tienda de campaña impresionante en la parte delantera de sus calzoncillos. Instintivamente, Taemin se humedeció los labios ante la vista. - No estoy ciego, Taemin. Te he estado examinando. - Se levantó lo suficiente para quitarse los pantalones, dejándolo vestido sólo con sus boxers.


- ¿Lo has hecho?


Jonghyun comenzó una ofensiva lenta de besos sobre su cuerpo, empezando por la boca y trabajando su camino hacia abajo. - Sí, cariño, me he dado cuenta. - Le besó el vientre y el ombligo. - Cada vez que estábamos juntos, lo he notado. Y tampoco me pasó desapercibida tu manera de vestir a mí alrededor, caminando en esos jeans con el culo apretado - Lo besó en la cara interna del muslo, primero uno y luego el otro. - Y las innumerables veces que yo aparecía y tú acababas de salir de la ducha. Tu cuerpo cubierto con nada más que una toalla. - Deslizó un dedo en el borde de sus bóxer, su dedo pasando por su polla. Taemin se sacudió ante la sensación inesperada. Él plantó un beso firme contra sus bóxers y Taemin gimió con fuerza. - Juro que hacías esa mierda sólo para llegar a mí.


- Lo hacía, - admitió. Oh, Dios mío, no puedo creer que acabe de decirle eso.


- Mi polla se endurecía cada vez, Taemin. Cada maldita vez. - Deslizó un dedo en él y Taemin gritó su nombre.


Jonghyun lo miró bajo sus pestañas, con una sonrisa pícara en su apuesto rostro mientras hundía ese maravilloso dedo profundamente en él, moviéndolo duro y rápido. Con su mano libre, movió sus bóxers a un lado y su lengua encontró su polla, lamiendo y chupando hasta que estaba dolorido y listo para explotar. La respiración de Taemin se convirtió en jadeos de su nombre y oh Dios.


- Mmm, - murmuró él, lamiendo con el dedo acariciando las paredes internas de su agujero. - Sabes tan jodidamente bien.


- Jjong, - jadeó, juntando sus dedos en el pelo de él de nuevo y apretando sus muslos alrededor de su cabeza.


- ¡No lo hagas! - Él pasó el brazo por encima de su estómago para sujetarlo y apoyó los anchos hombros entre sus muslos para mantenerlos abiertos. Su agarre era firme, limitándolo y dominándolo completamente. Taemin estaba a su merced, y no habría querido que fuera de otra manera. - Quiero saborearte cuando te corras. - Su voz rezumaba sexo.


Cristo, no era extraño que se lanzaran sobre él, y por qué eran tan reticentes a dejarlo ir una vez que lo habían tenido. Kibum era un idiota de mierda. Taemin se entregó al orgasmo que estaba desgarrándolo a través de su cuerpo, amenazando con rasgarlo en dos. Jonghyun era implacable, su boca y sus dedos trabajando al unísono para darle el máximo placer, persuadiendo al orgasmo desde su cuerpo hasta reducirlo a un sudoroso desastre retorciéndose, agarrando su espalda y los omóplatos mientras los temblores disminuían. Jonghyun sacó el dedo y le besó los muslos antes de retirar ahora sus bóxers mojados. - Oh Dios mío, fue increíble, - dijo Taemin sin pudor.


- No has visto nada. Sólo estoy empezando. - Él dejó caer sus boxers.


Las cejas de Taemin se alzaron. Sólo empezando... no estaba seguro de qué hacer con eso. Y no tenía tiempo de pensar en ello, ya sea, porque de repente se distrajo al ver su polla. ¡Vaya! Era perfecta, larga, recta y gruesa. Una gota de líquido preseminal brillaba en su cabeza y se humedeció los labios anticipando probarla. No deseaba nada más que llevársela a la boca y darle el mismo placer que él le acababa de dar. Al parecer, Jonghyun tenía otra idea. Mañana, pensó, mañana le daré una mamada que nunca olvidará.


Jonghyun se inclinó sobre el borde de la cama y rebuscó en el cajón de la mesita de noche hasta que extrajo un condón. Hábilmente lo hizo rodar y se arrodilló entre sus piernas. Taemin contuvo el aliento. Esto era todo. Finalmente, después de todos estos años, iba a llegar a experimentar todo de Jonghyun, de un modo que sólo alguna vez había soñado. Lo agarró por las caderas y lo atrajo hacia él para que su culo estuviera en sus rodillas. Agarrando la base de su polla presionó la cabeza en su agujero. Gimieron de forma simultánea. - Mierda, estás apretado - gimió él.


Taemin sintió cada centímetro de él cuando entró, su cuerpo se estiró para él, le dio la bienvenida, y le tomó cierto tiempo adaptarse a su tamaño, pero Señor, una vez que lo hizo fue la más gloriosa sensación del mundo. - Jonghyun, - gimió mientras él daba un último empujón, hundiendo su polla todo el camino dentro de él, y luego se detuvo. Taemin lo sintió palpitar, y lo hizo desearlo otra vez. Le clavó las uñas en los brazos, lo cual hizo que él agarrara dolorosamente su cintura.


- Ven aquí. - Tiró de la parte superior de su cuerpo hacia él para que estuviera sentado en él. Sólo entonces comenzó a moverse, despacio y con calma al principio, y luego más fuerte.


Taemin trabajaba sus caderas contra él, moviendo su trasero con un movimiento circular.


Sus dedos apretaron sus hombros mientras Taemin se aferraba a él. Ninguna polla jamás se había sentido tan bien como la suya lo hacía. - Sí, sí, sí...


Taemin quería más de él. Necesitaba más. Necesitaba sentirlo más profundamente, a pesar de que sabía que no era posible.


- Sí, Taemin, eso es bebé. Monta mi polla. - Él mordió su labio inferior. - Mierda sí.


Taemin dejó caer su frente en su hombro y disfrutó de la sensación de su polla dentro de él. Era tan deliciosamente incorrecto lo bien que él se sentía. Dios, qué no daría por poder hacer esto todas las noches, hacer el amor con él, y dormirse en sus brazos.


La boca de Jonghyun estaba cerca de su oído, su aliento caliente en su piel cada vez más sudorosa. - ¿Qué quieres, cariño? ¿Hmm? Todo lo que tienes que hacer es pedirlo.


- Tú... más... más profundo... - Dios, ¿no podía decir algo con sentido? Oh, bueno, no le importaba, siempre y cuando él continuara follándolo como lo estaba haciendo.


- ¿Mas? - Jonghyun sonrió, y luego lo guio hacia abajo sobre la cama para que estuviera de espaldas otra vez, y luego tomó sus pies y apoyó sus tobillos sobre sus hombros. - Te voy a dar más. - Luego puso las manos de Taemin sobre su propia cabeza, sujetando sus muñecas al colchón, sosteniéndolas firmemente mientras su polla se deslizaba en su agujero con facilidad. Jonghyun se inclinó, presionando las rodillas de Taemin sobre sus hombros. Taemin gritó. La penetración fue tan profunda que rayaba en lo doloroso. Lo besó con fuerza en los labios. - ¿Mejor? - Sus embestidas eran duras y rápidas. Su pecho se agitaba por la fuerza y sus testículos golpeaban contra su culo. Era la sensación más increíble del mundo. - ¿Eh? ¿Es esto lo que querías?


- ¡Sí!


Jonghyun lentamente aflojó el agarre en sus muñecas, pero no lo soltó por completo. - ¿Confías en mí? - susurró, rozando sus labios hacia atrás y adelante sobre los de Taemin.


- Sí... - Salió más como un gemido que como una palabra.


Él sonrió con un pequeño brillo taimado en sus ojos. Taemin no era capaz de ver lo que estaba haciendo, pero lo sintió y oyó. Él tiró de su mano derecha sobre su cabeza, y luego la izquierda, hacia la cabecera. Algo frío y duro apretó las muñecas, y luego se oyó el sonido metálico distintivo de una cerradura.


- Shh, - dijo, besándolo en la boca. - Confía en mí, ¿de acuerdo? No te haré daño. Lo prometo. - Puso sus manos a ambos lados de la cabeza de Taemin y lo penetró, duro y rápido.


¡Santo infierno! Entre que sus manos estaban esposadas a la cabecera de la cama, y su cuerpo doblado por la mitad, estaba sobrecargado de placer. Jonghyun estaba presionando los botones que Taemin no sabía podrían ser presionados, acariciando las partes más profundas, más delicadas de su cuerpo. Si seguía así, si Jonghyun seguía adelante al ritmo que iba, juraría que sería capaz de ver a Dios. Taemin gritó su nombre otra vez.


- Ah, mierda, Taemin, me voy a correr. Es jodidamente bueno, no puedo parar... ah, Dios... sí.


Su polla se hinchaba dentro de Taemin, y entonces él se sacudió varias veces cuando se corrió caliente y fuerte. Taemin se corrió instantes detrás de él, gritando su orgasmo, corcoveando y retorciéndose, tirando de sus ataduras. Estaba desesperado por poder tocarlo, aferrarse a él hasta que pasara el maremoto de sensaciones. Nunca había experimentado algo así antes. Estaba mareado y cansado. Sus párpados se cerraron por voluntad propia y todo se volvió negro.


**********


Taemin se despertó a la mañana siguiente, dolorido, aturdido, y con resaca. Gimió. Y entonces el recuerdo de dónde estaba y lo que pasó anoche inundó su mente. Se levantó corriendo, agarró la sábana para su cuerpo desnudo, y miró alrededor. El corazón le latía con fuerza en sus oídos. Estaba solo en la cama. Por eso, estaba agradecido. Pero ¿dónde estaba Jonghyun? Dejando caer la cabeza entre las manos, volvió a gemir. ¡Oh Dios! Jonghyun. ¿Cómo iba a enfrentarse a él después de anoche? ¿Qué iba a decirle? No se arrepentía un momento de lo que habían compartido, pero ¿él sentirá lo mismo?


Era ahora o nunca, pensó mientras sacaba las piernas por un lado de la cama. Su ropa estaba en un montón en el suelo, y un sofoco se apoderó de su cuerpo al recordar cómo Jonghyun lo había desnudado, los besos calientes, los toques suaves. Instintivamente, apretó los muslos para aplastar el creciente deseo que sentía. Rápidamente se vistió.


Taemin tuvo relaciones sexuales con Jonghyun anoche. Era literalmente un sueño hecho realidad para él, pero mientras caminaba para salir de la habitación, sus nervios pudieron más.


Jonghyun estaba en la cocina, de pie delante del fogón, haciendo huevos revueltos. Se olía celestial, y su estómago gruñó. A Jonghyun le encantaba cocinar, y era bueno en eso, también. Era una broma entre ellos que cuando se casara, él y su esposo se pelearían por quien tiene que preparar la comida. Él siempre decía que resolvería ese problema casándose con un hombre como Taemin, uno al que no le gusta cocinar, un hombre que tenía talento para el agua caliente. Normalmente se reiría de él, y haría un comentario sarcástico sobre su falta de habilidades en la cocina, pero ahora, mientras estaba de pie en la cocina de Jonghyun y lo miraba, se dio cuenta por primera vez que era mucho más que su mejor amigo. Era el hombre al que amaba, el hombre con quien quería pasar su vida.


Su mirada se movió a su espalda y sus hombros anchos y musculosos. Notó algunos rasguños y llevó la mano a la boca para evitar que un grito de incredulidad se escapara. ¿Él le había hecho eso? Nunca había arañado a un hombre lo suficientemente fuerte para dejar marcas antes. Por otra parte, nunca había estado con un hombre como Jonghyun antes. Taemin quería simplemente observar a Jonghyun, pero bordeaba la incomodidad ahora, así que tuvo que tomar una decisión. O escaparse antes de que lo notara o hacer conocer su presencia.


Y entonces Jonghyun se volvió y lo fijó con esa ardiente mirada café que le había dado la noche anterior. Tragó el nudo en su garganta.


- Buenos días, - murmuró. Jonghyun sonrió y su corazón se derritió. ¿Estaría mal ir a él y besarlo?


- Iba a llevarte el desayuno a la cama, - dijo.


Taemin arqueó las cejas con incredulidad. - ¿En serio? - ¿No era algo reservado para las parejas y no a los mejores amigos?


- Sí, me di cuenta que teníamos que hablar sobre lo que pasó anoche. Pensé que podríamos hacer eso durante el desayuno.


El estómago se le cayó al suelo. Por supuesto quería hablar. Y por la forma en que lo dijo, tenía la sensación de que todo lo que quería decir iba a ser algo que Taemin no quería oír.


Taemin había conocido a Jonghyun toda su vida, y sabía cuándo esperar algo de él. Bueno, iba a obligarle a que fuera el único que hablara, para no decir algo estúpido y hacer el ridículo. - ¿Y pensabas que hacerlo en la cama, donde tienes esposas fácilmente a tu disposición, es un buen lugar para hablar?


Él se rió, poniendo un plato de huevos revueltos y tostadas en la mesa, y asintiendo con la cabeza para que se sentara. Taemin lo hizo, y luego se sentó frente a él. - Lo siento por las esposas, - dijo, tomando un bocado de huevos y poniéndolos en su boca. - Pero en mi defensa, tú realmente no parecías preocupado.


Taemin miró su plato y estudió sus huevos. Oh Dios, estaba mortificado. Lo que era peor, Jonghyun tenía razón. Había disfrutado de estar completa y totalmente a su merced. Se aclaró la garganta. - Eso es, uh, ¿algo que normalmente haces? - preguntó, rezando para que su voz sonara casual.


Jonghyun se encogió de hombros. - Es bueno tener el control de esa manera, - dijo.


- Seguro. - Su mano temblaba mientras cogía el tenedor e intentaba comer. Esperaba que Jonghyun no se diera cuenta de lo nervioso e incómodo que estaba.


Comieron en un silencio incómodo durante unos momentos.


Entonces él habló. - Mira, Taemin, lo de anoche... - Suspiró profundamente, - Fue muy divertido. Mucho más que divertido. - Hizo hincapié en la palabra mucho. - Y sería un mentiroso si dijera que no lo disfruté.


- ¿Pero...? - Sabía lo que iba a venir.


- Pero, no quiero que lo que ocurrió se interponga en nuestra amistad.


Taemin dejó escapar un suspiro de alivio y luego sonrió. Eso no era tan malo.


- Yo tampoco, - dijo.


- Bien. - Jonghyun parecía visiblemente aliviado con su respuesta. - Estaba asustado de que las cosas fueran raras entre nosotros, y nunca sería capaz de vivir conmigo mismo si hubiera perdido tu amistad.


¿Perder mi amistad? La comprensión de lo que estaba insinuando penetró lentamente.


Con miedo de lo que venía y preguntarle lo que ya sabía, en vez de eso le preguntó, - Así que, estamos en la misma sintonía, ¿entonces?


- Sí, vamos a olvidar todo lo de anoche. Tan bueno como fue, fue un error. Creo que ambos sabemos que la noche anterior, ambos habíamos bebido demasiado, y yo estaba molesto por Kibum ... - Él sacudió la cabeza. - Tu amistad es más importante para mí que el sexo, Taemin.


La parte posterior de su garganta ardía con la amenaza de las lágrimas. Jonghyun quería olvidar lo de anoche, actuar como si nunca hubiera pasado, y continuar como siempre, como amigos. Taemin sintió su corazón romperse en su pecho, piezas dentadas recorrían sus venas, lentamente destrozando desde adentro hacia afuera.


- ¿Podría realmente sólo ser su amigo?


Había tenido un enamoramiento secreto hacia este hombre desde la escuela secundaria. Y por fin había podido pasar la noche con él, y ahora ¿él esperaba que simplemente lo olvidara y siguiera su camino felizmente? ¿Estaba delirando?


- ¿Taemin? ¿Estás bien? - Jonghyun había llegado en torno a donde estaba sentado y se había agachado junto a él.


Taemin lentamente volvió la cabeza para mirarlo. No era justo que él se estuviera tomando todo esto a la ligera, como si todo lo que habían hecho, todo lo que él había dicho, no le importara en absoluto. Eso es lo que más le dolía, las cosas que él le había dicho la noche anterior. Taemin había creído cada palabra que decía. Se sentía como un tonto. No habían significado nada. No era nada más que conversación de dormitorio, palabras dulces susurradas al oído en el calor del momento. Las lágrimas se reunieron en las esquinas de sus ojos.


Jonghyun le puso la mano en el muslo y le dio una suave caricia. - Hey, ¿qué pasa?


Taemin se apartó de su contacto y se levantó bruscamente. - Creo que voy a vomitar, - dijo, girando y corriendo hacia el baño. Apenas lo hizo entró y cerró la puerta antes de vomitar en el inodoro. Cerrando la tapa, apoyó la mejilla sobre la misma, la porcelana fría contra su piel húmeda. Las lágrimas surcaban su rostro, y no se molestó en tratar de detenerlas o limpiarlas. ¿Cuál era la cuestión? Claro, había tenido su cuota justa de rollos de una noche con hombres al azar, y siempre había sido sólo por sexo. Pero no había forma en el infierno de que eso fuera lo que pasó anoche. Nunca podría ver a Jonghyun como un rollo de una noche.


Parecía obvio que Jonghyun no quería más. Y eso le rompía el corazón. No quería olvidarse de él. No quería actuar como si nunca hubiera pasado. Quería decirle a Jonghyun que quería algo más que su amistad. Pero no podía. Él había dejado sus sentimientos claros como el cristal y no había nada que pudiera hacer para cambiar eso. Rogar y suplicar sólo lo haría parecer patético. Se puso de pie y se dirigió al lavabo, salpicando agua fría en su cara, y luego miró su reflejo durante un buen rato.


Hubo un suave golpe en la puerta.


- Hey, Taemin, bebé, ¿estás bien ahí dentro?


Taemin bajó la cabeza y dejó más lágrimas caer. Bebé. Nunca lo había llamado así hasta ayer por la noche. Tomando una respiración profunda, dijo, - Sí, estoy bien. Saldré en un minuto. - Taemin se sonó la nariz, y luego se echó más agua fría en la cara, con la esperanza de poder pasar sus mejillas carmesí y comportamiento irregular como nada más que una resaca. Abrió la puerta del baño para encontrar a Jonghyun apoyado contra la pared de enfrente, con los brazos cruzados, pareciendo preocupado y sexy como el infierno.


Él sonrió. - Alguien ha bebido demasiado, ¿eh?


- Sí. - Taemin forzó una sonrisa. - Creo que me voy a ir a casa e ir a la cama.


- Puedes dormir aquí si quieres. Me voy dentro de una media hora a encontrarme con los chicos para jugar al baloncesto.


Taemin negó con la cabeza. - Gracias por la oferta, pero simplemente voy a ir a casa.


- Bueno, lo dejaré para más tarde y podemos pasar el rato. Llevaré una pizza y algunas películas.


- Sí, claro. - sonrió débilmente.


Por primera vez, no quería estar con Jonghyun. De hecho, no quería verlo en absoluto. Cuanto más pronto saliera de su departamento, mejor. Necesitaba estar solo, para averiguar qué diablos iba a hacer con todos estos sentimientos.


Jonghyun sonrió. - Bien. Ve a casa y descansa - Le guiñó un ojo - Te veré más tarde.


Taemin asintió. Él le dio un abrazo. Se aferró a él, con la cara enterrada en su hombro. Dios, se sentía tan bien estar en sus brazos. Se mordió el interior de la mejilla para detener el llanto.


Las manos de Jonghyun frotaban su espalda, y entonces susurró, - Las cosas van a estar bien, Taemin. Lo prometo.


Lo soltó y asintió con la cabeza. - Bueno, gracias por el desayuno.


Cuando Taemin llegó a casa, se desplomó boca abajo en su cama y lloró, su cara enterrada en la almohada. Por cuánto tiempo, no tenía ni idea. Pero se sintió bien simplemente sacándolo todo. En algún momento, pensó en tomar una ducha y luego decidió no hacerlo.


Ducharse sería lavar lo que había pasado con Jonghyun y los restos de su contacto de su cuerpo, y no estaba listo para hacer eso todavía.


*****************************************************************************


La semana pasada había sido un verdadero infierno. Había estado tan aburrido y solitario. A mediados de semana había resuelto el hecho de que si no podía tenerlo como amante o como novio entonces tendría que conformarse con tenerlo como amigo. Pero, ¿qué pasaría cuando llegara un nuevo novio? No había manera de que pudiera verlo con otro hombre. Jonghyun era el tipo de hombre que era abiertamente cariñoso con sus parejas, además.


Siempre tocándolos, besándolos, susurrando en sus oídos, la idea hizo que se revolviera el estómago de Taemin, lo cual era una reacción que había estado teniendo mucho últimamente.


Eso lo resolvió. Tenía que decirle a Jonghyun cómo se sentía. Tenía que confesar y decirle que no podía ser su amigo, que era todo o nada para él. Taemin tomó su billetera y las llaves y bajó las escaleras hacia su auto. Su mano flotaba sobre la manija de la puerta, y dudó.


Tal vez esto no era una buena idea. Como están las cosas ahora, al menos todavía tenía la opción de ser su amigo. Si seguía adelante con esto, no lo tendría en absoluto. Sacudió la cabeza. Tenía que hacerlo.


Taemin se subió al auto y encendió el motor. Entonces volvió a vacilar, mientras trataba de recordar por qué no le había dicho a Jonghyun la verdad sobre sus sentimientos hace años, antes de que hubieran tenido relaciones sexuales. La razón más obvia es que él era su mejor amigo, y había estado aterrorizado de arruinar su amistad. Bueno, la amistad ya había sido arruinada, en su mente, por lo que diciéndoselo ahora no podía hacer las cosas peor. Pero la otra razón por la que nunca se lo había dicho era porque había oído que él estaba en el bondage y todas esas cosas BDSM. Hasta hace una semana, nunca supo si era realmente cierto.


Ahora lo sabía. Y eso lo hizo detenerse.


¿De verdad quería estar involucrado con un hombre que quería hacer todas esas cosas pervertidas a los hombres? En cierto modo le ponía los pelos de punta.


Suspiró y apoyó la frente en el volante. Taemin se incorporó y puso el auto en marcha. Iba a ir a decírselo.


Pero antes de que tuviera la oportunidad de siquiera salir a la calzada, sonó su teléfono móvil. Lo sacó de su bolsillo. Era Jonghyun. Con mano temblorosa, aceptó la llamada. - Hola Jjong, - dijo, tratando de sonar alegre con calma.


Taemin, he estado llamándote toda la semana. Estoy preocupado por ti. ¿Estás bien? ¿Por qué no has contestado mis llamadas? ¿Y dónde has estado? He pasado por tu departamento varias veces e incluso llamé a tu oficina - dijo él sin tomar aliento.


- El trabajo me ha mantenido muy ocupado esta semana – mintió - He estado estancado en reuniones y mi jefe me envió para ayudar con algunas cosas sobre el terreno. - Al menos esa era una verdad parcial.


- Pero ¿estás bien?


- Sí, estoy bien. - Él dio un audible suspiro de alivio y Taemin sonrió.


Dios, cuánto lo había echado de menos.


- Mira, creo que tenemos que hablar, - dijo él, con voz cautelosa.


Taemin tenía esa extraña sensación en el estómago de nuevo. - Creo que tienes razón. Nosotros tenemos que hablar. Estoy en realidad de camino a tu departamento en este momento, - dijo, saliendo del estacionamiento y entrando en la carretera principal. - ¿Estás en casa?


- Sí, pero...


Taemin colgó antes de que pudiera decir nada más. Cuanto más hablaba él, más perdía el valor para decirle la verdad. Y no se dejaría llevar en esta ocasión. De una manera u otra hoy sería bien el comienzo de una nueva relación o el fin de su amistad. Taemin estaba sólo seguro de una cosa, que no podía continuar en cómo había estado la semana pasada. Esto estaba poco a poco matándolo.


Taemin tomó el ascensor hasta el piso decimos y caminó con confianza hacia la puerta de Jonghyun. Llamó a la puerta con fuerza. Debió estar esperándolo porque la puerta se abrió de inmediato, y Jonghyun lo envolvió en un abrazo. Taemin cerró los ojos y le devolvió el abrazo. Se aferraron cada uno al otro durante un buen rato. Cuando por fin lo soltó, entró en su departamento y encontró a Kibum, su exnovio, sentado en el sofá vestido con nada más que una de las camisetas de Jonghyun.


Taemin se quedó parado, aturdido, incapaz de moverse, hablar o comprender lo que estaba viendo. ¿Qué demonios estaba haciendo Kibum aquí? ¿Y por qué estaba medio desnudo, tumbado en el sofá de Jonghyun como el dueño del maldito lugar? El sonido de Jonghyun cerrando la puerta lo sobresaltó, y pegó un brinco. Su corazón se contrajo y tenía dificultades para respirar.


Kibum se levantó y sonrió. - Te daré dos minutos. - Le guiñó un ojo a Jonghyun. - Sabes dónde estaré, - dijo con una risita.


Taemin se tragó la bilis que le subía por la garganta, y luego poco a poco se volvió para mirar a Jonghyun, que sonreía como un idiota. - ¿Ustedes dos...? - Su voz se quebró mientras sus palabras se desvanecieron.


- Sí, - dijo con una sonrisa. - Es por eso que he estado tratando de llamarte. El día después de que me dejara, llamó, nos encontramos, y nos pasamos toda la noche hablando.


El color desapareció del rostro de Taemin.


Ese era el mismo día en que se suponía debía haber ido y visto películas, el día después que hubieran pasado la noche follando. Taemin tenía el corazón destrozado, estaba disgustado, mortificado, y tan enfadado que estaba viendo rojo.


- Mira, Taemin, él no sabe sobre... bueno, ya sabes, esa noche, y me gustaría que siga siendo así. Así que por favor, no digas nada, ¿de acuerdo? - Declaró Jonghyun con esos hermosos ojos.


Nunca había sido capaz de negarle nada, y sabía que no le negaría esto tampoco. Pero eso no le impidió estar francamente cabreado.


¿Cómo se atrevía a estar allí y hacer que se sintiera como nada más que un pequeño secreto sucio? ¿No había significado para él nada más que eso? ¿Años y años de amistad no exigían un poquito más de respeto de lo que le estaba dando?


- ¿Taemin?


- Sí, claro, como quieras, - dijo, sacudiendo la cabeza. - Mira, me tengo que ir. Hablaré contigo más tarde. - Taemin se dio la vuelta y salió corriendo por la puerta. Cualquier esperanza que tenía de desnudar su alma para Jonghyun y tenerlo correspondiendo sus sentimientos habían desaparecido en el momento en que había visto a Kibum. Las lágrimas surcaban su rostro mientras pulsaba el botón del ascensor. Se apresuró a las limpiarlas.


**********


 - ¡Taemin! - gritó Jonghyun mientras corría tras él. Por Dios, ¿qué pasaba con él? Taemin había estado actuando muy extraño últimamente. - ¡Taemin! - gritó de nuevo. O no lo oyó, o lo estaba ignorando. Tenía la sospecha de que era lo último. Desde el final del pasillo, lo vio subir al ascensor. - ¡Sujeta la puerta! - Corrió con todas sus fuerzas hacia el ascensor, deslizándose dentro poco antes de que las puertas se cerraran. La maldita cosa estaba tan llena, que apenas tuvo espacio para entrar, y mucho menos acercarse lo suficiente para hablar con Taemin. Pero él lo vio. Estaba en la parte trasera del ascensor, en la esquina, de espaldas a las puertas, y la cabeza hacia abajo.


Afortunadamente, el ascensor se vació en el piso ocho, dejándolos solos.


Puso su mano sobre su hombro y lo volvió hacia él. Se sorprendió al ver su llanto. Esto lo dejó sin habla por un momento.


- ¿Qué haces aquí, Jonghyun? - preguntó con voz débil de tanto llorar. - ¿No está Kibum esperándote?


Él tomó una respiración profunda. - ¿Qué te pasa, Taemin? Estás actuando como un loco.


Taemin se rió con sorna, y luego lo miró. Sus ojos, a pesar de estar húmedos, eran fríos y duros. - Podrías haberme dejado un mensaje, ¿sabes? Todas esas veces que llamaste, ¿habría sido tan difícil decir, hola, Kibum y yo estamos juntos de nuevo?


Jonghyun seacercó y apretó el botón de parada, con lo que el ascensor se detuvo en seco.Conocía a Taemin prácticamente de todasu vida, y nunca lo había visto actuar erráticamente antes de esto.


Era desconcertante. - Probablemente debería haberlo hecho, pero ¿cuál es el problema? Sí, estoy de vuelta con Kibum, ¿a quién le importa?


- A mí me importa, - gritó, señalando a su pecho.


Su arrebato le había hecho dar un paso atrás. - Taemin... yo no... - Dios, no tenía idea de qué decir. Nunca había estado en la posición de no saber qué decir antes. Esta era Taemin por amor de Dios. Su mejor amigo, el hombre con la que compartía todo, y ahora sentía que no lo conocía en absoluto. - ¿Por qué? - murmuró finalmente.


- ¿Por qué? - Taemin levantó sus manos al aire. - Porque me preocupo por ti Jonghyun y Kibum rompió tu corazón una vez. ¿De verdad crees que no lo volverá a hacer? No puedo creer que simplemente vuelvas con él de esta manera. Dios, ¿en qué demonios estabas pensando?


- Estaba pensando que lo amo, y que se merecía una segunda oportunidad.


Sin mediar palabra, Taemin pasó a su lado y apretó el botón para iniciar la marcha del ascensor de nuevo. Se mantuvo de espaldas a él, con los brazos firmemente cruzados sobre su pecho. Jonghyun pulsó el botón de parada de nuevo, y Taemin se tambaleó hacia atrás. Él extendió la mano y lo sostuvo. La sensación de tenerlo en sus brazos nuevamente envió a su interior en una caída que no entendió totalmente.


- Suéltame, - le espetó, tirando de su agarre, y alcanzando de nuevo el botón.


Jonghyun lo agarró por la muñeca y lo hizo girar. Tomó sus dos brazos y los sujetó detrás de su espalda, usando su cuerpo para inmovilizarlo entre él y la pared. Su cara estaba a centímetros de la de Taemin, el olor a champú de coco deleitó sus sentidos. La sensación de su pecho empujando contra el suyo con cada respiración trabajosa que daba, le recordaba aquella noche de hace una semana, de cómo había saboreado sus pezones duros. Su polla se endureció y se maldijo a sí mismo por ello. La excitación no era una reacción que debería tener en estos momentos, sobre todo cuando su novio estaba en su departamento esperándolo.


- ¿Por qué te preocupas tanto? - susurró él, bajando la mirada desde sus ojos hasta sus labios carnosos.


- Eres mi mejor amigo, Jjong. ¿Por qué no iba a importarme?


- Nunca había parecido importarte esto antes. - Estaba teniendo problemas para concentrarse en otra cosa que no fuera el deseo de besarlo. Era más fuerte que cualquier cosa que jamás hubiera sentido antes.


- Sí, bueno, nunca habías hecho algo tan estúpido tampoco.


Se obligó a apartar la mirada de su boca. - ¿Estúpido?


- No te viste a ti mismo hace una semana. Yo sí. Vi cómo estabas de dolido y honestamente, me asustaste. Cuando te puse en ese taxi y te llevé a tu casa... - Taemin cerró los ojos por un momento y sacudió la cabeza. - Es sólo que no quiero verte sufrir así otra vez. No estoy seguro de que pueda manejar verte bebido en otro estado de shock.


Taemin tenía razón. Había bebido mucho esa noche, pero no quería admitirlo. - No estaba tan borracho, Taemin. Sabía lo que estaba haciendo, y me acuerdo de todo lo que pasó. Cada caricia, cada palabra dicha, cada beso, - él se acercó más a su boca, - todo, - dijo. De hecho, había pensado en ello más de lo que quería, más de lo que admitiría cómodamente a nadie.


- ¿Qué? - Taemin tenía esa misma expresión de asombro, de incredulidad en su rostro que había tenido esa noche, cuando le había dicho que era sexy.


Soltó lentamente sus manos y dio un paso atrás. Permanecer tan cerca de Taemin era una mala idea. Su autocontrol se estaba desvaneciendo rápidamente, y no quería hacer algo que lamentaría más tarde. Ninguno de los dos tenía familia, así que sólo se tenían el uno al otro. No se arriesgaría a involucrarse con Taemin más de lo que ya estaba. - Kibum ha cambiado, - dijo.


Taemin se echó a reír. - Oh, por favor. ¿De verdad esperas que me crea que cambió tanto en el transcurso de una sola noche? No soy tonto, y no pensé que tú lo fueras. Al parecer me equivoqué.


Jonghyun le frunció el ceño. - Realmente me gustaría que pudieras ser feliz por mí, - dijo, presionando el botón para iniciar el ascensor.


Viajaron a la planta baja, en silencio. Cuando las puertas se abrieron y Taemin salió, él sintió una profunda sensación de pérdida que no tenía sentido para él de ninguna manera.


Sostuvo la puerta con la mano. - Por favor, Taemin. Significaría mucho para mí.


- ¿Estás realmente ahí parado pidiéndome que te vea con el corazón roto otra vez? Porque ambos sabemos que eso es exactamente lo que va a suceder.


- Te equivocas, - dijo con firmeza. - Sólo dale una oportunidad. Sal con nosotros esta noche, por favor.


- Lo siento, no puedo. Tengo un montón de trabajo que hacer. - Y entonces Taemin se giró sobre sus talones y se alejó.


Jonghyun dejó caer sus manos a su lado.


¿Por qué se sentía como si acabara de perder a su mejor amigo? ¿Es eso lo qué acababa de suceder? ¿Él y Taemin habían tenido una pelea de la que nunca se recuperarían? ¿Y Taemin estaba en lo cierto sobre Kibum? ¿Estaba Jonghyun situándose en otro desengaño? Se pasó una mano temblorosa por el pelo y dejó escapar un suspiro antes de presionar el botón de la planta decima donde Kibum lo estaba esperando. De repente, eso no le parecía una idea tan atractiva. 


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- Hola, Taemin, ¿podrías venir a mi oficina un minuto? - preguntó Minho, su jefe.


Agradecido por la interrupción de sus pensamientos, se levantó y entró en la oficina de Minho. Se sentó frente a él y cruzó las manos sobre el regazo. Minho era un buen tipo, y tal como eran los jefes, era uno de los mejores. Era joven también, y sexy. Si no fuera su jefe y no estuviera tan colgado de Jonghyun, definitivamente trataría de salir con él. - ¿Qué pasa, señor Choi?


Sonrió. - Por favor, llámame Minho, - dijo, echándose hacia atrás en su silla, viéndose cómodo y relajado. - Estoy seguro de que has oído hablar de que estamos abriendo una nueva oficina en Ulsan.


- Sí, he oído los rumores. - Era la comidilla de la oficina, lo cual era extraño porque Taemin trabajaba como organizadora de eventos y como compañía habían manejado algunos eventos de muy alto perfil, pero la apertura de una nueva oficina era una gran noticia. Lo que no tenía sentido para él.


- Estoy buscando a alguien para que gestione esa oficina, y me gustaría ofrecerte el trabajo.


- ¿En serio? - La emoción en su voz era inconfundible. ¿Estar a cargo de su propia oficina? Eso era una gran promoción. - Bueno, muchas gracias. No sé qué decir.


Minho se echó a reír. - Eres bueno en lo que haces Taemin y eres genial con los clientes. Además, te he visto interactuar con el personal. Responden a ti. Estoy plenamente seguro de tus habilidades.


- Gracias, - dijo Taemin de nuevo, con una amplia sonrisa.


- Así que ¿estás interesado? - Minho se inclinó hacia delante y cruzó los brazos encima de su escritorio. - Por supuesto, habrá un aumento significativo de tu sueldo y vamos a pagarte todos los gastos asociados con la reubicación.


Su entusiasmo se desplomó. Tendría que mudarse a Ulsan, y alejarse de Jonghyun. No podía hacer eso, ¿no? Dolía admitirlo, pero podría ser lo mejor para él. Acababa de estar pensando en mudarse y conseguir un nuevo comienzo. Asintió con la cabeza. - Sí, estoy definitivamente interesado. Estaría feliz de aceptar el trabajo.


- ¡Genial! - Dio una palmada y se levantó. - Ya tenemos un contrato de arrendamiento de un departamento. Lo ideal sería tenerte allí este fin de semana para que podamos empezar a primera hora del lunes.


- ¿Nosotros? - Wow, esto estaba sucediendo tan rápido.


- Sí, yo volaré a Ulsan contigo y me quedaré durante el primer mes o más para ayudarte a establecer la nueva oficina de personal.


Su cabeza daba vueltas. Si tomaba esta promoción, entonces en los próximos dos días tendría que decir adiós a Jonghyun, para bueno, alejarse al otro lado del país, y ajustar al hecho de que iba a pasar mucho tiempo con Minho. Eso estaba bien para Taemin. Era como arrancar una venda: cuanto más rápido, mejor. Sonrió. - ¿Cuándo nos vamos?


Minho se echó a reír. - Me encanta tu entusiasmo. - Lo acompañó hasta la puerta y la abrió. - Haré que mi secretaria haga todos los arreglos y te lo haré saber más tarde hoy, pero el plan es estar en un avión el domingo por la mañana.


- Gracias Minho, - dijo Taemin, moviendo la mano y después dejando su oficina.


Durante el corto paseo de vuelta a su escritorio, decidió pasar la noche y todo el día de mañana embalando. Diría adiós a Jonghyun el sábado por la noche, lo más tarde posible, para que pudiera ponerse en camino y no tener que prolongar lo que sabía que iba a ser la cosa más difícil que jamás había hecho. Sentándose en su escritorio, cogió el teléfono y llamó a Jonghyun.


- Es bueno saber que todavía estás vivo y hablándome - dijo él con una risa.


Taemin sonrió. Así era como Jonghyun siempre respondía a sus llamadas. Lo había estado haciendo durante tanto tiempo que no recordaba cómo ni por qué empezó. Por un breve momento, se cuestionó su decisión de aceptar la promoción. - Hola, Jjong.


- ¿Qué pasa?


Su corazón se aceleró. Es ahora o nunca. - ¿Podemos quedar mañana por la noche? Solos los dos, - aclaró.


- Tengo planes con Kibum. Nos vamos de escapada el fin de semana.


Se preguntó si tener un pedazo de metal oxidado metido en su corazón dolería menos. Todas las dudas que había tenido sobre aceptar la promoción se desvanecieron. Estaba haciendo lo correcto.


- Puedo quedar para comer hoy, - ofreció él.


- No, no puedo. - Puso su codo sobre la mesa y apoyó la cabeza en su mano. Bajando la voz, dijo, - Nunca te he pedido que elijas entre yo y un novio, pero este es el momento, Jonghyun. Realmente necesito hablar contigo mañana por la noche. Por favor.


Hubo un largo momento de silencio.


- Me estás asustando, Taemin.


Tenía una razón para tener miedo. Taemin estaba aterrorizado. - En mi casa, mañana, a las ocho, ¿estarás ahí? - Contuvo la respiración, esperando a que él respondiera.


- ¿Se trata de Kibum de nuevo? ¿Vas a gritarme por volver con él?


- Esto no tiene nada que ver con Kibum. - No directamente, de todos modos, pensó con amargura. Pero, si Kibum no estuviera en la foto, Taemin hubiera rechazado la promoción. No existían dudas al respecto.


Otro largo silencio antes de que él dijera, - ¿Cuánta importancia tiene esto?


Podía oír la incertidumbre en su voz, y se sentía un poco culpable pidiéndole que eligiera, sobre todo sabiendo que se iba a mudar y Kibum sería todo lo que él tuviera. Taemin no quería interponerse entre ellos, pero realmente necesitaba decir adiós a Jonghyun. - Un cambio de vida, - dijo.


Él dejó escapar un suspiro. - Está bien, estaré allí.


- Gracias.


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- Hola, Jjong, gracias por venir. - Se hizo a un lado para que él pudiera entrar.


Jonghyun notó inmediatamente el equipaje junto a la puerta. También observó que todos sus cuadros, baratijas, velas, todo lo que poseía estaban empaquetados en cajas. - ¿Vas a alguna parte? - preguntó, encontrando su mirada y sosteniéndola.


- Sí. - Taemin apartó la mirada y se dirigió hacia la cocina. - ¿Quieres algo de beber? Tengo una botella de vino y algunos vasos de plástico, - dijo con una risa.


- No, no quiero nada de beber. - Lo siguió a la cocina y permaneció en la entrada, con los brazos cruzados sobre el pecho. - Entonces, ¿a dónde vas?


- Ulsan - Se sirvió una copa de vino y bebió un trago.


- Parece que te estás mudando. – Él ya sabía la respuesta. La expresión de su cara lo decía todo. Su corazón se rompió cuando Taemin asintió con la cabeza para confirmar su declaración.


- Conseguí una promoción. Estaré a cargo de la oficina de Ulsan - Dejó el vaso sobre el mostrador y se agarró al borde del mismo.


Él notó que sus manos estaban temblando.


- ¿Cuándo te tienes que ir?


- Mañana.


- ¿Mañana? - gritó él, y luego presionó las palmas de las manos en sus ojos, tratando de evitar las acometidas de las lágrimas que sentía por llegar. Esta noche no podía ser la última noche que lo viera. Eso simplemente no era posible. Tenía que convencerlo de que se quedara. Era la única familia que tenía, la única persona en el mundo con la que siempre podía contar y ahora se iba a ir. Por encima de su cadáver. Cuando estuvo seguro de que no iba a llorar y avergonzarse a sí mismo, bajó las manos y la miró. - ¿Por qué?


- ¿Por qué no? Es una gran oportunidad. He trabajado muy duro para esto. Me lo merezco.


Dio la vuelta al otro lado del mostrador donde se encontraba Taemin y cogió sus manos entre las suyas. - Tienes razón. Te mereces esta promoción, pero es Ulsan, Taemin. Está a miles de kilómetros de aquí, lejos de mí. - Su voz estaba llena de desesperación. - ¿Es tu trabajo realmente más importante para ti que yo? ¿Que nuestra amistad?


- Eso no es justo, - dijo Taemin enérgicamente, tirando de sus manos de las de él. - El hecho de que me mude, no significa que no sigamos siendo amigos. Podemos llamarnos y está el correo electrónico. Y vendré a visitarte.


- ¿Y si eso no es suficiente? - Él arrastró las manos por los brazos de Taemin, disfrutando la sensación de su piel erupcionando en piel de gallina, sabiendo que era su contacto lo que provocaba esa respuesta.


- Tiene que serlo, - dijo Taemin, mirando hacia abajo. - Tienes a Kibum ahora. Mi trabajo es todo lo que yo tengo.


- Me tienes a mí. - Jonghyun puso su pulgar debajo de su barbilla y le levantó la cara, conmocionado y entristecido al ver las lágrimas agrupándose en sus ojos.


- No, no te tengo. - Susurró con los labios temblorosos.


Varios pensamientos lo golpearon a la vez como un tren de carga. Esta, justo ahora, era la última vez que estaba en este departamento con él. Era la última vez que lo tocaría, lo miraría, vería su sonrisa, calmaría sus lágrimas... besaría sus labios. Dios cómo quería besar sus labios de nuevo. Sin pensarlo dos veces, lo atrajo hacia sí, e inclinó su boca sobre la de Taemin, separando sus labios con la lengua, y gimiendo al sentirlo devolviendo su beso. Los dedos de Taemin se cerraron alrededor de su cuello, acariciándolo suavemente, enviándole un estremecimiento por todo el cuerpo. Taemin, gimió, abrazándose con fuerza a él, lo levantó, y entonces lo puso sobre el mostrador.


- Jjong, - gimió Taemin mientras él permanecía de pie entre sus piernas abiertas y reclamaba sus labios.


Ningún hombre le había respondido como Taemin lo hizo. Era embriagador y no podía conseguir bastante. - No me puedes dejar, - dijo, besándolo a lo largo de la línea de la mandíbula y bajando por su garganta.


Taemin puso su cabeza hacia atrás, otorgándole un mayor acceso. Los dedos de Taemin recorrieron su cabello, sus uñas rozando su cuero cabelludo. - Tengo que hacerlo.


Él puso sus manos sobre el mostrador a ambos lados de sus piernas y lo miró fijamente. - No, no tienes que hacerlo. Estoy seguro de que puedes quedarte aquí y mantener el trabajo que tienes.


Taemin aferró su camisa con las manos y mordisqueó su labio inferior. En ese momento él supo que no se iba a ir esta noche. - Simplemente no lo entiendes, - dijo alternando entre morder, besar y chupar su labio.


- Entonces, ayúdame a entender. - Él puso sus manos sobre sus muslos y les dio un apretón firme, abriéndolos aún más, y dejando que sus pulgares rozaran su entrepierna. Taemin gimió suavemente y empujó sus caderas hacia delante lo suficiente para hacerle saber que le gustaba, lo cual hizo que su polla se engrosara aún más de lo que ya estaba.


- Es... - Taemin comenzó a desabrocharle la camisa y él no lo detuvo. - No puedo... quiero decir... - Taemin guió su camisa hacia sus hombros y él dejó de tocarlo lo suficiente como para sacar los brazos, y entonces sus manos volvieron a Taemin, sus dedos acariciándolo a través de sus pantalones vaqueros.


- Sea lo que sea, me lo puedes decir.


Taemin gimió. - Es difícil concentrarse cuando estás haciendo eso, - dijo, con voz tensa.


Jonghyun dejó quietas sus manos. - Dime, Taemin. - Rozó sus labios sobre los de él. - ¿Que no entiendo?


- No puedo olvidar lo que pasó entre nosotros, Jjong. No quiero hacerlo.


Sus palabras zumbaron en torno a su cerebro. - ¿Entonces por qué estuviste de acuerdo con eso?


El corazón latió con tanta fuerza en el pecho de él, que era una pequeña maravilla que no rompiera una costilla. Tenía en la punta de la lengua decirle que él no quería olvidarlo tampoco, que no importa lo mucho que lo había intentado, no había sido capaz de hacerlo. Que quería otra noche con él. Pero mantuvo la boca cerrada y esperó su respuesta.


- Tenía miedo de que si no lo hacía te enfadaras. Eso dañaría nuestra amistad. - Taemin apoyó las manos en sus hombros y poco a poco las movió hasta su cara, sus pulgares acariciando sus mejillas. - Pero ahora comprendo que no importa, porque no puedo ser tu amigo.


- ¿Es por eso que te vas? ¿Porque no quieres ser mi amigo? - Sabía que sonaba abatido, pero sus palabras le escocieron.


Taemin dejó caer su frente en la de él, cerró los ojos y negó con la cabeza lentamente. - No se trata de querer ser tu amigo, Jonghyun. Simplemente no puedo. - Taemin abrió los ojos y él se quedó sorprendido por la cantidad de verdad y dolor que vio en ellos.


- ¿Por qué no puedes? Hemos sido amigos desde siempre, Taemin. ¿Qué ha cambiado de repente? - Él tragó el nudo en su garganta. - Lo que dices no tiene sentido.


- Porque estoy enamorado de ti. Y me mata saber que estás con él.


Jonghyun se apartó y lo miró.


¿Taemin lo amaba? ¿Cuándo diablos pasó? ¡Oh Dios! Ahora todo tenía sentido, su reacción a la mañana después de que hubieran tenido relaciones sexuales, la forma en que lo había estado evitando, la negativa a pasar el rato con él y Kibum. Y ahora esto, su ridícula idea de mudarse a Ulsan.


Él debería irse en este momento. Debería limitarse a salir por la puerta y dejarlo ir porque sabía que no podía darle lo que quería. No es que no lo quisiera. Dios sabe que había contemplado la idea hace mucho tiempo, pero Taemin no estaba interesado en ese momento. Ahora, estaba aterrorizado de lo que pasaría si las cosas avanzaban entre ellos. No sólo perdería a su mejor amigo, sino que perdería a la única familia que tenía.


Al diablo con eso pensó mientras le desabrochaba los pantalones y metía la mano dentro de ellos. Encontró su polla y le aplicó presión, rodeándolo con la mano. Así que era un egoísta hijo de puta. No se disculparía por ello. Cristo, ¿qué pasaba con él? Todo esto estaba mal por muchas razones diferentes. Por lo menos debería sentirse un poco culpable por hacerlo, sabiendo que tenía novio, sabiendo lo que Taemin sentía por él, sabiendo que esto era sólo una noche más de sexo para él y que era mucho más para Taemin.


Pero no se sentía culpable, ni siquiera un poco, porque su miedo a perder Taemin era demasiado grande. Estaba desesperado por estar tan cerca de él como pudiera.


- Oh Dios, - gimió Taemin, aferrándose a él mientras lo tocaba.


Su agujero estaba agradablemente apretado alrededor de sus dedos, y recordó lo apretado que se había sentido alrededor de su polla también, y supo que tenía que sentirlo una vez más, sentirse enterrado dentro de él. Jonghyun envolvió su brazo alrededor de su espalda y tiró de su culo hacia el borde del mostrador para poder meter su dedo profundamente. Aplastó su boca sobre la de Taemin en un beso duro, frenético, que dejó a ambos sin aliento y ansiosos de más. Luego sintió sus paredes interiores apretándose alrededor de él y supo que Taemin estaba a punto de correrse. En silencio, prometió que ese iba a ser sólo el primero de muchos esta noche.


- Jonghyun, - Taemin gritó su nombre y arqueó la espalda, con la cabeza caída sobre los hombros.


- Sí, eso es bebé - murmuró, raspando con sus dientes a lo largo de su cuello. Curvó los dedos y acarició sus paredes interiores. Jonghyun lo abrazó, sus cuerpos apretados con tanta fuerza que era difícil mover su mano, pero no quería que fuera de otra manera, porque le aterrorizaba que si lo soltaba, aunque fuera por un segundo, lo perdería para siempre.


Taemin gritó y luego llegó su orgasmo provocando que su cuerpo temblara y se retorciese. Jonghyun lo miró con fascinación. Verlo le robó el aliento. No había nada más sexy que ver a un hombre alcanzar el orgasmo, especialmente a Taemin. Había algo en la forma en que sus ojos parpadeaban y su boca se abría. No podía perderla. Una vez que sus temblores cesaron, sacó los dedos y se disponía a llevarlos a la boca, para lamer su esencia. Pero antes de que tuviera la oportunidad, Taemin agarró su mano y puso sus dedos en su propia boca, la lengua arremolinándose alrededor de ellos.


Lo miró, bajo los pesados ​​párpados y le dedicó una sonrisa seductora.


- Mmm, - dijo Taemin.


Su polla se sacudió y sus fosas nasales se dilataban con cada respiración que tomaba. Santo cielo estaba muy caliente. Sacó sus dedos de su boca y los reemplazó con la lengua. Jonghyun gimió con placer ante el sabor sobre sus labios y su lengua. - No te puedes ir, - dijo, sin alejarse demasiado de su boca.


- Tengo que hacerlo.


- Por favor, - rogó. - No puedo imaginar mi vida sin ti.


- Lo siento.


Había lágrimas en los ojos de Taemin de nuevo.


Él las enjugó. - ¿Qué tengo que hacer para convencerte de que te quedes? Por favor, no te vayas a Ulsan. Haré cualquier cosa.


Cualquier cosa excepto lo único que sabía que Taemin quería.


- No hay nada que puedas hacer, Jjong. Mi decisión está tomada. Me voy.


Él le tomó la cara entre sus manos y dijo la única cosa que no debería haber dicho.


- Entonces dame esta noche, Taemin. Quiero estar contigo otra vez, tocarte y besarte, y oírte gritar mi nombre cuando te haga correrte.


- Sí, - susurró, y luego añadió, - pero debo advertirte que no tengo esposas.


Jonghyun se rió. - Oh, no te preocupes. Estoy seguro de que puedo encontrar algo con lo que atarte, - dijo.


Taemin saltó del mostrador y se puso de rodillas. Hábilmente desabrochó su cinturón y sus pantalones, liberando su polla, que estaba tan dura que dolía. Envolvió su mano alrededor de su polla y la apretó con firmeza, enviando una sacudida de placer hacia arriba y de vuelta hacia abajo, aterrizando en sus testículos como una tonelada de ladrillos. Acarició hacia abajo su eje, tirando de la piel tensa, y luego hacia arriba de su eje, rodeando la cabeza de su pene repitiendo el movimiento varias veces. Él gimió y empujó sus caderas hacia delante, presionando su polla en su mano.


Y entonces sintió algo caliente y húmedo envolviéndolo. Su lengua trazó la cresta de su glande y su culo se apretó.


- Santa mierda que bien se siente, - murmuró él.


Maldita sea, esto era mejor que su fantasía más caliente de Taemin.


Sus uñas rozaron su escroto, la boca succionando firmemente su polla mientras acariciaba su pene más fuerte y rápido.


- Oh, Dios, - gimió él. La base de su columna empezó a hormiguear, y sus caderas se movieron involuntariamente para hundir su polla más profundamente en su boca. Oh, infierno no. De ningún modo podía correrse todavía, no antes de tener la oportunidad de sentir su agujero caliente envuelto alrededor de él. Pero, oh, lo bien que se sentía tenerlo chupándolo. Sólo unos minutos más, pensó - Mierda Taemin, - gimió bajo y profundo.


- Mmm, - dijo agitando su lengua alrededor de la cabeza antes de chuparlo profundamente.


Cuando sintió la cabeza de su polla rozar contra la parte posterior de su garganta, casi se perdió. Jonghyun torció su pelo alrededor de su mano y lo mantuvo inmóvil, tirando de su boca y alejándolo de su alcance. Necesitaba un momento para calmarse, para recuperar un poco de compostura y una gran cantidad de control.


Él agarró la base de su polla y frotó la cabeza alrededor de su boca.


- Abre tus pequeños labios calientes para mí otra vez, bebé. - Taemin lo hizo, y folló su boca con movimientos controlados y profundos. Cuando retiró su polla, sus dientes rasparon suavemente hacia arriba el largo de su eje. Era la primera vez que alguien le había hecho eso, y era jodidamente fantástico. Sus ojos se abrieron y él lo miró. Taemin le sonrió y su polla se sacudió ante la visión, la secreción preseminal en la punta.


Su lengua salió y lamió la pequeña gota y él gruñó, - Para.


Taemin puso mala cara. - Pero estaba disfrutando de eso.


Jonghyun se agachó y lo alzó poniéndolo de pie, su boca capturó la de Taemin tan pronto como pudo, vertiendo en ese beso todo lo que no era capaz de decir verbalmente. Había estado tan despistado todos esos años, sin darse cuenta, o no queriendo hacerlo, de lo increíble que era Taemin. Y ahora estaba en sus últimas horas con él, incapaz de hacer otra cosa que memorizar todo lo que pudiera sobre Taemin. De mala gana apartó la boca de la de él, lo desnudó, y luego lo levantó de nuevo sobre el mostrador. – Ponte de rodillas, - ordenó.


- ¿Qué, aquí?


Él sonrió y se quitó los zapatos.


- Sí, aquí mismo. - Quitándose el cinturón, caminó alrededor hasta ponerse de pie delante de Taemin.


Los ojos de Taemin brillaron con reconocimiento mientras él envolvía el cinturón alrededor de sus muñecas, atándolo lo suficientemente apretado para que no pudiera salir de él, pero no lo suficientemente apretado para lastimarlo. Ató el otro extremo en la barra para el paño de cocina que colgaba de un lado del mostrador y lo sujetó con fuerza para que Taemin estuviera de rodillas, culo al aire, y los antebrazos apoyados en el mostrador. - ¿Estás bien?


- Sí, - asintió con la cabeza.


Es algo bueno que sea un gran mostrador, pensó él mientras buscaba un condón en su cartera y se quitaba el resto de su ropa. Subió sobre la espalda de Taemin y pasó sus manos sobre su trasero, admirando la vista y el tacto de su piel suave. - Dios, tienes un bonito culo, - dijo antes de darle un golpe ligero.


Taemin gritó y lo miró por encima del hombro. - ¿Nalgadas también? - preguntó con una ceja levantada.


Él sonrió. - No sabes ni la mitad de lo que puedo hacer. - Jonghyun le abrió las piernas hasta que descansaban cerca del borde del mostrador. Luego puso su mano en su espalda, entre los omóplatos, y suavemente lo empujó hacia abajo para que su pecho estuviera presionado en la encimera.


Hizo rodar el condón y se colocó entre sus piernas, su polla presionando ansiosamente contra la abertura apretada. Esta era su parte favorita, hundirse poco a poco en su calor, sintiéndolo estirarse para él, oyéndolo gemir mientras Taemin empujaba contra él, queriendo claramente más.


Jonghyun agarró sus caderas y se hundió hasta el fondo en él, provocando un grito de Taemin que sólo intensificó más su necesidad. Siempre lo había puesto a cien hacer gritar a un hombre por él, pero había algo muy satisfactorio en hacer gritar a Taemin. No podía explicarlo ni tampoco deseaba intentarlo. Todo lo que quería hacer era hacerlo un poco más.


Jonghyun estiró el brazo alrededor de su cuerpo y encontró su polla. La frotó furiosamente, haciéndolo gemir y gritar y retorcerse.


Su cuerpo le daba todas las señales de que Taemin ya estaba a punto de correrse, pero él sabía que Taemin estaba frenándose. Eso sólo podía significar una cosa: que estaba disfrutando de la sensación de tenerlo dentro de él, follándolo. Eso sólo lo puso más duro. Pero luchó porque era demasiado bueno para terminar tan pronto.


- Tu polla está tan dura, - jadeó Taemin.


Le apretó la polla los dedos y Taemin gritó de nuevo. No fue un grito de dolor, sin embargo. Él pensó que iba a morir, el placer era tan intenso. - Quieres correrte, ¿verdad?


- ¡Sí!


Si pensaba que oír su grito era caliente, escucharlo suplicar correrse fue cien veces mejor. - Puedo sentirlo. Tu culo está cada vez más apretado alrededor de mi polla. Tan jodidamente apretado. - Sus embestidas eran como una taladradora, rápidas y tan duras. El sonido de las palmadas de carne contra carne, y el sonido de Taemin tirando contra sus ataduras resonaban alrededor de ellos, sus testículos golpeándolo con cada inmersión de sus caderas. Jonghyun desaceleró durante medio segundo, preocupado de que tal vez estaba siendo demasiado duro, demasiado ansioso. Había querido tomarse su tiempo para disfrutar de Taemin, saborearlo.


La última cosa que quería era apresurarse o hacer que Taemin se sintiera como si fuera sólo otro hombre al que había atado para después irse, porque no lo era. Taemin significaba mucho para él.


- ¡Jonghyun! - exclamó él.


- Hijo de puta. - El mero sonido de su voz lo destruyó. Reanudó su ritmo anterior duro y áspero - Cristo, no puedo soportarlo más. Córrete. Quiero oírte gritar mi nombre.


Taemin empujaba contra él, moviendo su culo en un movimiento circular, y gritó su nombre mientras se corría caliente y fuerte alrededor de su pene, sus paredes interiores palpitando al ritmo de sus latidos irregulares.


- Joder sí, - gimió Jonghyun mientras su propio orgasmo los atravesaba a ambos.


Se dejó caer sobre él, su mano dejando su polla y yendo directamente a la boca de Taemin.


Él los chupó con avidez. - No te he hecho daño, ¿verdad? - le susurró él al oído.


- ¿Estás bromeando? Eso fue increíble. - Taemin se echó a reír.


- Bueno. La próxima vez no seré tan delicado contigo. - Él salió de Taemin, gimiendo por la falta de contacto.


- ¿La próxima vez?


Él se bajó de del mostrador y comenzó a desatarlo. - Te pedí la noche entera Taemin, no sólo unas pocas horas, - le recordó.


Taemin sonrió. - Bien ¿podemos, al menos, comer primero?


Jonghyun se rió. - Eso es probablemente una buena idea. Necesitarás fuerzas.


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Jonghyun se dio la vuelta y estiró, su cuerpo completamente relajado de pasar toda la noche teniendo sexo con Taemin. Sonrió y estiró la mano. La cama estaba vacía. Se sentó de golpe y miró a su alrededor, el recuerdo de todo lo que pasó anoche se filtró lentamente en su conciencia. ¡Lo había abandonado, mierda! No podía creerlo. - ¡Mierda! - Jonghyun lanzó las sábanas y saltó de la cama.


- ¡Hijo de puta! - Tirando de sus vaqueros, y metiendo sus pies en las zapatillas, agarró la camisa y salió corriendo de su departamento. Tenía que llegar al aeropuerto e impedir que se fuera.


Nunca había conducido tan rápido o de manera tan irresponsable en su vida. Su corazón seguía el ritmo del indicador de velocidad, y su respiración se sentía igual, al mismo tiempo que la velocidad del tráfico a su alrededor era, ¡más lento que el carajo! Había perdido la cuenta de las veces que había gritado obscenidades a otros pilotos, o cuántas veces había adelantado a otros autos. ¿Acaso no se dan cuenta de lo que estaba en juego para él? La idea de llegar a Taemin demasiado tarde, de perderlo, se aferró a sus entrañas, torciéndolas en un nudo doloroso. Jonghyun presionó el acelerador con más fuerza. No podía perderlo.


Lo que parecían horas más tarde, pero en realidad fueron sólo diez minutos, llegó al aeropuerto. Estudió el tablero en el que aparecían todos los vuelos y rápidamente encontró el que iba a Ulsan. Gracias a Dios que estaba en una terminal cerca de él y no una en la que tuviera que atravesar todo el aeropuerto. Corrió con toda su fuerza, deteniéndose sólo una vez que llegó a la seguridad del aeropuerto.


- ¡Mierda! - Suspiró y arrastró una mano temblorosa por su pelo. No había manera de pasar la seguridad sin billete o tarjeta de embarque. Y no tenía tiempo para hacer cola y comprar un billete falso. Desesperadamente, escudriñó la multitud, esperando y rezando para poder vislumbrarlo. Y entonces lo hizo. Taemin estaba de pie en la línea de seguridad, hablando con Minho, una sonrisa adornando sus hermosas facciones. Diciendo un silencioso gracias al hombre allá arriba, Jonghyun hizo bocina con las manos alrededor de su boca y gritó, - ¡Taemin!


Lo vio dejar de hablar y mirar alrededor del aeropuerto. - ¡Taemin! - gritó de nuevo, agitando los brazos en el aire, tratando de llamar su atención. Jonghyun trató de acercarse, pero fue bloqueado por la gente que pensaba que estaba tratando de cortar por delante de la fila. Cuando supo que no podría acercarse más, lo llamó por tercera vez. Esa vez, Taemin lo vio. Sus ojos se abrieron como si estuviera a la vez sorprendido y feliz de verlo.


- ¿Jjong? - Taemin salió de la fila y se dirigió hacia él. - ¿Qué estás hacie...?


Él le tomó la cara entre sus manos y lo hizo callar con un beso. Justo como había hecho la noche anterior, Taemin se inclinó hacia él, lo abrazó, dándole la bienvenida, y le devolvió el beso con tanta pasión que lo dejó mareado. Pero él no lo dejó ir.


En su lugar, puso sus manos en su espalda y tiró con fuerza de Taemin contra su cuerpo. Profundizó el beso, necesitando sentir ese cambio sutil en él, aquel en el que gemiría suavemente y cedería a los deseos de su cuerpo e ignoraría las demandas de su mente. La polla de Jonghyun se engrosó, y daría cualquier cosa por poder quitarle la ropa, pieza por pieza, y besar cada centímetro de su piel cremosa.


Taemin arrastró sus uñas a lo largo de su nuca y él se estremeció y luego gimió. Dios, le encantaba cuando hacía eso. Diablos, adoraba todo de Taemin.


Jonghyun terminó abruptamente el beso y miró a Taemin como si fuera la primera vez que lo había visto. Y, en cierto modo, lo era. Estaba enamorado de él. La revelación lo sacudió hasta la médula. ¿Por qué no se había dado cuenta de esto antes? ¿Qué diablos iba a hacer ahora?


- ¿Qué haces aquí, Jjong?


Sacudió la confusión de su mente. - Me desperté y no estabas.


Taemin bajó la cabeza. - Sólo pensé que sería más fácil de esa manera. Nos despedimos anoche.


Jonghyun puso un dedo bajo su barbilla y levantó su cara para que tuviera que mirarlo. - Te lo dije, no puedo despedirme de ti, Taemin. No lo haré.


Taemin suspiró profundamente. - Por favor, no hagas esto más difícil de lo que ya es.


- No tiene por qué ser difícil. Puedes quedarte. No tienes que hacer esto, - declaró Jonghyun, su voz adquirió un nivel de desesperación que nunca había sentido antes.


Taemin se liberó de su abrazo y le tomó la mano, llevándolo lejos de los ojos curiosos de la gente en la línea de seguridad y hacia un rincón vacío, parcialmente aislado del vestíbulo. - Te expliqué esto anoche, Jonghyun. Esto es algo que tengo que hacer.


- ¿Por qué? - Se había asegurado de posicionarse de manera que Taemin estuviera atrapado entre él y la pared. Lo último que quería era que Taemin saliera corriendo.


Cruzando los brazos sobre su pecho, Taemin le dio una fría mirada, una mirada que estaba llena de tanto dolor, ira, amor y traición, que le dolió sostenerle la mirada durante mucho tiempo. - ¿De verdad vas a hacer que lo diga otra vez?


Sus palabras de anoche regresaron a él con tanta fuerza, que tuvo que cerrar los ojos por un momento. No se trata de querer ser tu amigo, Jonghyun. Simplemente no puedo. Porque estoy enamorado de ti, y me mata saber que estás con Kibum. Jonghyun tomó una respiración profunda. - No, - susurró. No era justo que le hiciera decir eso de nuevo.


Pero, maldita sea, no era justo que Taemin se fuera, tampoco. La necesidad de simplemente tocarlo y abrazarlo era abrumadora. Extendió la mano y tomó sus manos entre las suyas.


- Por favor no te vayas.


Las lágrimas brotaron de sus ojos, y cuando negó con la cabeza, se desbordaron libremente. - Lo siento. Esto es algo que tengo que hacer.


- No entiendo cómo irte de tu casa, de tus amigos, de mí, es algo que tienes que hacer. Eso no tiene sentido, Taemin.


Taemin colocó suavemente la palma de la mano en la mejilla de él y sonrió débilmente. - Tiene mucho sentido, Jjong. Estoy enamorado de un hombre que me dio dos noches gloriosas que nunca voy a olvidar. Un hombre que es mi mejor amigo, un hombre al que le entregaría mi vida. Pero también un hombre que no me ama.


La forma en que su voz salió mientras decía estas últimas palabras lo habían hecho contener las lágrimas. ¿Qué podía decir a eso? Podrías decirle que lo amas, imbécil. Podría. El corazón le latía en su pecho ante la idea de decirle eso, de confesar la verdad tanto tiempo enterrada contra la que había luchado tan duro por hacer caso omiso todos estos años, una verdad que apenas había surgido hace unos momentos. Eso le hizo detenerse. ¿Era realmente la verdad? ¿O simplemente quería que fuera la verdad, porque sabía que era la única cosa que podría decir para que se quedara?


- He aceptado que no sientes lo mismo por mí, y eso está bien. Pero, por favor, Jjong, como mi amigo, necesito que respetes mis deseos. - Dejó caer la mano de su rostro y lo rodeó. - Me tengo que ir.


Jonghyun agarró su muñeca y la detuvo. Sus miradas se encontraron. - No puedo vivir sin ti, Taemin.


- Entonces dame una razón para quedarme, Jonghyun.


Él sabía lo que Taemin quería. Pero no se atrevía a decirlo. En cambio, le respondió, - Tú eres todo lo que tengo.


- Los dos sabemos que no es verdad, - dijo Taemin suavemente.


Kibum. Derrotado bajó la cabeza.


La única forma en que podía conseguir que Taemin se quedara era decirle que lo amaba. Pero, entonces, ¿sería la única razón por la que Taemin se quedaría? Él quería que se quedara porque quería, no porque él confesara su amor por él. Cayó en la cuenta de que estaba en una situación que no ganaría. La derrota aterrizó en su corazón y en sus entrañas como diez toneladas de ladrillos.


Taemin dio a sus labios un firme y prolongado beso. - Te amo, Jonghyun. Siempre lo haré. Y si te preocupas por mí algo, aun cuando sólo sea como amigo, por favor déjame ir.


Su corazón se encogió ante la idea de liberar su dominio sobre Taemin, de dejarlo ir en sentido literal y figurado, porque sabía que una vez que lo hiciera, Taemin se iría de su vida para siempre. - Taemin... - gimió.


Los dedos de Taemin se deslizaron entre sus dedos.


- Adiós, Jonghyun.


Él lo observó impotente, paralizado y entumecido, mientras se alejaba. Jonghyun se dejó caer en una de las sillas de plástico duro, dejó caer la cabeza entre las manos, y lloró en silencio.


Taemin se iba. Realmente lo estaba dejando. Cristo, ¿cómo podría sobrevivir sin él? Se puso de pie, decidido a ir tras Taemin y decirle que lo amaba, pero, en cambio, se volvió sobre sus talones y se fue, una cáscara rota del hombre que había sido la noche anterior.


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- Oye, Taemin, despierta. ¿Estás bien? - El sonido de la voz profunda de Minho lo despertó.


Taemin se sentó y miró a su alrededor.


Con un bostezo, dijo, - ¿Pasa algo?


Minho se encogió de hombros. - No lo sé. Dímelo tú. - Sonrió. - Estabas inquieto y gimiendo en sueños.


Taemin sintió que se sonrojaba acalorado. ¡Qué vergüenza! - ¿He dicho algo?


- Sólo repetías el nombre de Jonghyun.


- Lo siento. - Gimió y se tapó la cara con las manos. Ese sueño, ese recuerdo, era tan vívido que se sentía como si acabara de suceder. Su cuerpo temblaba y su cuerpo anhelaba a Jonghyun, su toque y sus besos. Tal vez no era demasiado tarde. Tal vez podría subirse a un avión de vuelta a casa e ir a él, decirle de nuevo cómo se sentía, y rogarle que estuviera con él. No. Negó con la cabeza. Le había dicho cómo se sentía y él no correspondía esos sentimientos. Rogarle que lo amara sólo sería patético.


- ¿Quieres algo de beber? Puedo pedírselo a la azafata, - se ofreció Minho.


Taemin sonrió débilmente. - No, gracias. Estoy bien.


Permanecieron en silencio durante unos momentos, y luego Minho dijo, - No puedo creer que él te dejara coger este avión.


Taemin sacudió la cabeza para mirarlo, su boca y sus ojos se abrieron con sorpresa. - ¿Qué?


- Vi cómo te besaba. Eso no fue un beso de despedida entre amigos. Era mucho más, y simplemente no puedo creer que te dejara coger este avión sin luchar.


Su corazón se aceleró. Una parte de Taemin quería saltar en defensa de Jonghyun, explicar la complejidad de su amistad, pero no lo hizo porque él sinceramente quería creer a Minho, creer que para el mundo exterior todo parecía indicar que Taemin y Jonghyun eran más que amigos. No es que importara, sin embargo, porque se dirigía a Ulsan y Jonghyun se dirigía a casa de Kibum.


Después de un momento, ella dijo, - Gracias por decir eso.


- ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? - Preguntó Minho, retorciéndose en su asiento para poder verlo mejor.


- ¿Qué quieres decir? - Su cuerpo tembló con la incertidumbre. ¿Iba a Minho a quitarle la promoción?


Dios, esperaba que no. En este momento, era lo único que lo mantenía cuerdo. Un nuevo trabajo, una nueva ciudad, nuevos amigos, es exactamente lo que necesitaba. Sí, estaba aterrado de lo desconocido, pero lo vencía a la idea de volver a casa y ver a Jonghyun y Kibum juntos.


- Esta promoción, mudarse a Ulsan - dijo él, haciendo un gesto con las manos. - Si has cambiado de opinión, puedo encontrar a otra persona y tú puedes tener tu antiguo trabajo.


Taemin sonrió con alivio. - Gracias, Minho, pero realmente necesito este trabajo ahora mismo. Será bueno para mí.


- Está mal, ¿eh?


- No tienes ni idea, - dijo con una risa suave y un movimiento de cabeza.


- Sé que soy tu jefe, pero me gustaría que pensaras en mí como tu amigo, Taemin. Ninguno de nosotros conoce a nadie en la ciudad, por lo que hasta que no lo hagamos, sólo vamos a ser tú y yo. - Él sonrió y le guiñó un ojo.


Minho era en realidad un hombre sexy. Dios, por qué no podía olvidar todo sobre Jonghyun y estar atraída por Minho, como todos los otros hombres que habían tenido el placer de conocerlo. Taemin sabía por qué.


Minho no era Jonghyun y nunca lo sería. Además, durante todo el tiempo que podía recordar, Jonghyun había sido el único hombre en su corazón. Lo amaba incondicionalmente y eso le dolía más que cualquier otra cosa en el mundo.


- Gracias, - dijo por tercera vez en un corto período de tiempo. - Pero, si te he entendido bien, vamos a estar demasiado ocupados para cualquier tipo de vida social.


- Sí, eso es cierto. Sin embargo, estaba pensando que deberíamos tener una fiesta de inicio una vez que tengamos las cosas en marcha y funcionando, como una manera de presentarnos a todas las personas importantes con la que vas a estar haciendo negocios.


Taemin asintió. - Conozco a una mujer fantástica que es una maravilla planificando fiestas.


Se rió y Minho se unió a él. Se sintió bien al sonreír y reír, aunque fuera sólo por unos momentos, ya que, en esos momentos, estaba libre del dolor del agujero abierto en su corazón que era Jonghyun.


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Jonghyun condujo de vuelta al departamento de Taemin muchísimo más lento de lo que había conducido al aeropuerto antes. En su prisa por alcanzarlo, había dejado su teléfono móvil, reloj, y su billetera en la casa. Sin embargo, la idea de volver allí, sabiendo que Taemin nunca estaría allí de nuevo, era tan doloroso, como una hoja de afeitar oxidada en el corazón. Terminó de reunir sus cosas y luego se dejó caer en la cama. Un sollozo se le escapó mientras el recuerdo de la noche anterior lo bombardeaba.


Él bajó la cabeza y se entregó a ello.


- ¿Otra vez? - Taemin se rió cuando Jonghyun rodó encima de él, separando sus muslos con los suyos, y estableciéndose entre ellos.


- Mmm. Hmm, - dijo él, besándolo suavemente en los labios. - Soy insaciable.


Lo que en realidad quería decir era que él no podía tener suficiente de él. Realmente no tenía nada que ver con su libido, y todo que ver con Taemin.


- Supongo que sí, - respondió Taemin con una sonrisa sensual que tiró de sus fibras sensibles.


Tragó saliva y empujó dentro de él, gimiendo y saboreando la sensación de su agujero caliente estirándose para él, envolviéndolo. Había tenido su cuota justa de hombres, pero ninguno de ellos se sintió tan perfecto como lo hacía Taemin. Desde la primera vez que se había hundido en su calor, se había sentido como en casa. Sus cuerpos encajaban a la perfección, su culo un guante en su polla.


- Oh, Dios, - Taemin dijo las palabras en un gemido exhalado. - Sí.


Debajo de él, sus caderas se levantaron para encontrarse con él, su cuerpo flexible contra el suyo mientras se movían en sincronía pura. Lo miró, sorprendido por la avalancha de emociones que lo consumían. Como hombre, siempre había apreciado la belleza de Taemin, pero no fue hasta este momento que se dio cuenta de lo hermoso que era en realidad. Dios, le encantaban sus labios. Le encantaba su forma rosada y regordeta que tenían, lo suave que estaban cada vez que los besaba, y la forma en que siempre se abrían para darle la bienvenida.


Jonghyun alisó el pelo de la frente de Taemin y lo besó suavemente, primero en los labios y luego por el cuello. - No puedo imaginar mi vida sin ti, - susurró.


Jonghyun, por favor, no...


- Shh. - Él lo hizo callar con un beso, su ritmo constante y desastroso para su autocontrol. Pero se mantuvo en ello, decidido a hacerle comprender lo mucho que no quería que se fuera. - Dios, Taemin, bebé, por favor no me dejes. - Él sabía que estaba siendo egoísta. No podía darle lo que Taemin quería, no podía ser el hombre que necesitaba y merecía, pero eso no le impedía sentirse como que lo hacía.


Taemin era todo lo que tenía. ¿Cómo iba a sobrevivir sin él?


- No quiero hablar más de eso, - susurró Taemin, tomando su cara entre sus manos, y tirando de él para darle un beso. Cerró los ojos y se arqueó contra él.


A pesar del temor enrollándose en sus entrañas, lo enterró y simplemente disfrutó de estar con Taemin de un modo que era mucho más íntimo e intenso que cualquier cosa que jamás hubiera experimentado. Sus emociones estaban en desorden, pero estaba seguro de una cosa: no había nadie con que él preferiría estar, o hacerle el amor, más que con Taemin.


- Está bien, - susurró, llevando su mano para descansar en su cintura. De momento, se había concentrado en hacer el amor con Taemin, proporcionándole a ambos un placer más allá de sus expectativas. - Dios, estar dentro de ti es como estar en el cielo.


Jonghyun, voy a... - Sus palabras se desvanecieron en un gemido.


Lo sintió apretar dolorosamente a su alrededor, pero no fue suficiente para detenerlo. En todo caso, sólo sirvió para aumentar su deseo por él. No importa lo rápido o lento que se moviera dentro de Taemin, no importa lo mucho que estaba enterrado en sus paredes, no importa cuántas veces tuviera un orgasmo con él, no era suficiente. ¿Sería alguna vez suficiente?


Oír su teléfono móvil sonando lo despertó de sus recuerdos. Ni siquiera se molestó en ver quién llamaba. Ya lo sabía. Era Kibum de nuevo.


Había llamado varias docenas de veces desde anoche. Jonghyun soltó un suspiro y se levantó. Tarde o temprano iba a tener que enfrentarse a él. Bien podría ser ahora, pensó mientras salía del departamento de Taemin por última vez. No tenía la menor idea de lo que iba a decirle a Kibum, pero sabía que no iba a ser la verdad, por lo menos, no toda.


El corto viaje de regreso a su departamento fue sin incidentes, a excepción de las lágrimas que no podía parar de caer. No había llorado así desde que sus padres murieron.


Secándose la cara y guardando sus pensamientos, abrió la puerta de su departamento. Kibum estaba en el sofá esperándolo. Estaba a la vez feliz y cabreado al verlo.


- ¿Dónde demonios has estado? - Gritó Kibum antes de que incluso hubiera cerrado la puerta.


Tomó aliento tranquilo. - Con Taemin, - dijo, caminando hacia Kibum. Se sentó a su lado.


- ¿Pasaste la noche con Taemin? - Kibum estaba claramente cabreado. Sus ojos desorbitados y sus manos estaban apretadas en puños.


- No es lo que piensas, Bum.


- ¿En serio? - Se puso de pie y cruzó los brazos sobre el pecho. - Pasas por alto nuestras vacaciones de fin de semana para poder ir a hablar con Taemin sobre Dios sabe qué, me prometes que vendrás tan pronto como hayas terminado, y ¡luego no oigo nada más de ti!


No estaba de humor para hacer esto con él en este momento. Esto era una cosa de Kibum que a él no le interesaba, tendía a reaccionar de forma exagerada y hacer un drama sobre las cosas que no eran gran cosa. Por supuesto, esta vez, tenía derecho a actuar así, pero él nunca le contaría eso.


- ¿Te lo follaste? - Kibum se paró frente a él, con una expresión de miedo y rabia en sus ojos.


- No seas ridículo - dijo, incapaz de mirarlo a los ojos por más tiempo.


Jonghyun no era normalmente un mentiroso, pero estos últimos días, parecía que eso es todo lo que había hecho. Se mentía a sí mismo sobre sus verdaderos sentimientos hacia Taemin. Había mentido a Taemin sobre sus sentimientos. Y ahora acababa de mentir a Kibum.


- Entonces ¿qué demonios has estado haciendo toda la noche? ¿Y por qué no has contestado mis llamadas o mensajes de texto? - Kibum se dejó caer en el sofá junto a él.


Jonghyun puso su mano en su rodilla y lo miró fijamente. - Pasé la noche tratando de convencer a Taemin de que no se fuera. Apagué mi teléfono. Lo siento.


- ¿Qué quieres decir? ¿Taemin se va? ¿Por qué?


Él asintió con la cabeza. - Le ofrecieron una promoción que lo obligaba a trasladarse a Ulsan. Se fue esta mañana. Acabo de llegar del aeropuerto. - Sus palabras se quedaron atrapadas en su garganta y tuvo que luchar contra otra ronda de lágrimas.


- Así que... ¿se ha ido? - Preguntó Kibum.


- Sí. - Jonghyun se pasó las manos por la cara y dejó escapar un suspiro. - Le rogué que se quedara. - Dejó caer las manos de su cara.


- Lo siento.


- ¿Qué voy a hacer? Él era mi mejor amigo, mi única familia, y ahora se ha ido. No tengo a nadie.


- Me tienes a mí. - Kibum puso su brazo alrededor de sus hombros y le besó la cabeza. - ¿Hay algo que pueda hacer? - Le puso la mano en la rodilla y la arrastró hacia su entrepierna.


Él gimió. No porque estuviera excitado, sino porque su cuerpo deseaba a Taemin, su polla lo anhelaba, sus labios ardían con los restos de sus besos y sus manos ansiaban tocarlo de nuevo. Kibum confundió su reacción y comenzó a masajearlo a través de sus pantalones vaqueros.


- Bum...


- Shh, - dijo él, volviendo su cara y capturando sus labios en un beso. - Deja que te ayude. - Buscó en la cremallera de sus pantalones vaqueros. - Puedo ayudarte a olvidar.


¿Olvidar? ¿A Taemin? Eso nunca sucederá. De hecho, después de la noche anterior, tendría suerte si alguna vez podría tener sexo con Kibum de nuevo sin pensar y desear que fuera Taemin. Cerró los ojos y lo besó de nuevo, imaginando que era su amor, pero eso no funcionó.


Kibum no se parecía en nada a Taemin.


El deseo de apartarlo fue abrumador. Quería gritarle, decirle que él nunca, en un millón de años, nunca olvidaría a Taemin. Quería sacudirlo y decirle que acababa de perder a su mejor amigo, su familia, y que ninguna cantidad de sexo le haría sentir mejor. Y más que nada, quería decirle que se fuera a casa. Pero si hacía alguna de esas cosas, se enojaría y lo abandonaría de nuevo. Y le gustara o no, Kibum era todo lo que tenía en estos momentos. Si lo perdía, realmente estaría solo, y no manejaba la soledad muy bien.


Por otra parte, ¿qué detendría a Kibum de dejarlo mañana? ¿O la próxima semana? ¿O dentro de unos meses? ¿Qué haría entonces? No es como si pudiera llamar a Taemin, encontrarse con él en su bar favorito, y beber para alejar sus penas. No.


Jonghyun sabía que tenía que hacer algo drástico si quería mantener a Kibum. Se apartó de su beso y lo miró. - Cásate conmigo, - dijo.


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Había pasado un mes completo desde que Taemin había dejado a Jonghyun. Ulsan era como un país extraño para él. La gente iba siempre con mucha prisa, y no muchos estaban dispuestos a tomarse un momento para ayudar a un extraño perdido. Los únicos amigos que tenía eran Minho y los pocos empleados nuevos que habían contratado. Todos estaban trabajando día y noche para poner la nueva oficina en funcionamiento lo que habían conseguido en un corto período de tiempo.


Irene, la secretaria, era agradable, y Taemin había pasado mucho tiempo hablando con ella. No sólo sobre trabajo, sino de cosas personales, también.


Había hablado con Minho un poco, sobre todo porque estaban compartiendo temporalmente un departamento, pero siempre se sentía incómodo, como si Minho estuviera recopilando información para su uso en una fecha posterior. No podía explicarlo, pero su intuición le decía que Minho quería algo más que amistad. Si no siguiera locamente enamorado de Jonghyun, podría considerar la posibilidad de iniciar una relación con él.


En este momento, sin embargo, su corazón todavía estaba en carne viva y sangrando por cómo terminaron las cosas con Jonghyun.


A decir verdad, estaba francamente miserable. Odiaba la ciudad, y echaba de menos a Jonghyun más de lo que creía posible. Hablaban por teléfono una vez por semana, generalmente los fines de semana cuando Taemin había bebido demasiados cócteles. No era por falta de intentos por parte de Jonghyun, sin embargo. Llamaba todos los días, a veces tres o cuatro veces.


Cada mañana, cuando iba a ponerse a trabajar allí había un correo electrónico de Jonghyun esperándolo. La mayor parte del tiempo, eran sobre cosas que sucedían en su casa, su trabajo, los chismes de su bar favorito. Taemin respondía del mismo modo, hablando sólo sobre su nuevo trabajo y la ciudad. Sus interacciones eran las de conocidos lejanos y no de mejores amigos. Pero, esto es lo que Taemin quería. Era esa distancia que tan desesperadamente necesitaba de él.


Con el tiempo, el dolor y el daño se irían. Tenía que hacerlo.


Taemin se sentó en su escritorio y abrió su correo electrónico. Efectivamente, había uno de Jonghyun. Pero, no tenía la resistencia emocional para abrirlo ahora mismo, así que lo saltó y en su lugar, abrió uno de la secretaria de su antigua oficina en Seúl. Era agradable que Taemin todavía interactuara con sus antiguos compañeros de trabajo. El correo electrónico era corto: ¡Hola! ¿No es este tu amigo? ¿Significa esto que vas a visitarnos pronto? Taemin hizo clic en el archivo adjunto y una captura de pantalla de un anuncio en el periódico apareció en su pantalla. Era un anuncio de boda.


Leyó rápidamente, y no creyendo a sus propios ojos, lo leyó una segunda y luego una tercera vez. Su mandíbula estaba abierta en estado de shock, y no estaba seguro de sí su corazón seguía latiendo o no. Jonghyun se casaba con Kibum. Este fin de semana. En dos días. Su desayuno amenazó con volver a subir. En todas las veces que habían hablado, él nunca había mencionado nada sobre casarse.


Con mano temblorosa, cogió el teléfono y marcó el número de extensión de Irene.


Cuando ella respondió, Taemin dijo, - Tengo una llamada urgente que hacer. No quiero ningún tipo de interrupciones, ni siquiera de Minho.


- Sí, claro, está bien. ¿Va todo bien? - Preguntó Irene.


- No. - Taemin colgó y luego buscó su teléfono móvil y marcó el número de Jonghyun. Él contestó al segundo timbrazo. Por la forma en que dijo hola, sabía que él había estado durmiendo. - ¿Te vas a casar? - Fue recibida con silencio. - ¿Cómo no me lo dijiste?


Jonghyun suspiró y luego bostezó. - No has estado precisamente disponible para hablar últimamente y cuando lo estás, estás borracho.


- Así que, ¿es mi culpa que no me lo hayas dicho? - Caminó alrededor de su oficina, temblando mientras su ira aumentaba de forma constante. - Eso es jodidamente bueno, Jonghyun.


Otro largo silencio se produjo antes de que él hablara de nuevo. - No sabía cómo decírtelo.


Taemin dejó de pasearse y se pellizcó el puente de la nariz en un patético intento de detener el torrente de lágrimas que sentía por llegar. - ¿Así que pensaste que no decírmelo era mejor? - Hablaba en voz baja y débil. Comprobó la cerradura de la puerta, y luego se deslizó a lo largo de ella hasta que se desplomó en el suelo, las rodillas dobladas y la cabeza gacha. Este momento, dolía más que el día que le había dicho adiós en el aeropuerto. Por lo menos entonces existía la débil posibilidad de que algo pudiera suceder todavía entre ellos. Ahora sabía que realmente estaba terminado para siempre.


- No, - dijo. - Quería decírtelo. Iba a decírtelo. ¿Por qué crees que he estado llamándote mucho últimamente?


Ahuecó su mano sobre su boca para ahogar el sollozo que se escapó. La única razón por la que había estado llamándole era porque quería hablarle de su inminente matrimonio, no porque lo echaba de menos y quería hablar con él. ¡Dios, soy un jodido idiota! - Bueno, felicitaciones. Deseo a ambos toda la felicidad del mundo. - Luego colgó abruptamente.


Taemin se abrazó las rodillas contra el pecho, apoyó la cabeza en ellas, y lloró. Jonghyun se había ido. Lo había perdido. ¿Qué iba a hacer ahora? Su teléfono móvil sonó, sorprendiéndolo. Era Jonghyun.


- ¿Qué? - le espetó.


- Sabes que odio cuando me cuelgas, - dijo, con su voz profunda y de advertencia. - Deja de evitarme, Taemin. Tenemos que hablar sobre ello.


- ¿De qué hay que hablar? Estoy enamorado de ti, y tú estás enamorado de Kibum. Todo parece muy sencillo para mí.


- Eso no es justo.


Todo en esto era injusto. Taemin lo sabía mejor que nadie. Aun así, eso no cambiaba las cosas, sin embargo. - No sé lo que quieres que diga. - Taemin se sorbió la nariz y respiró tembloroso. La cabeza le latía con fuerza.


- Lo siento, - susurró él.


La última cosa que quería de él era lástima. Se puso de pie y se dirigió a su escritorio. Tomando asiento, dijo, - Ya es bastante malo que no tuvieras las pelotas para decirme que te ibas a casar, pero ¿ni siquiera me invitaste? Creí que éramos amigos, Jonghyun. ¡No se hace una mierda como esta a tus amigos!


- ¿Habrías venido si te hubiera invitado? - le disparó de vuelta.


- Esa no es la cuestión.


- Sí, eso es lo que pensaba.


Taemin no podía creer que estuviera molesto con él cuando era claramente él el que la había cagado. - Dios, eres tan increíble, - dejó escapar un grito frustrado, - sabes, simplemente...


- ¿Simplemente qué? - Su voz era un desafío puro. Jonghyun estaba presionándolo, y ambos lo sabían. - ¿Eh, Taemin? Sea lo que sea, sólo dilo.


- ¡Que te jodan, Jonghyun! - Colgó de nuevo, y lanzó su teléfono móvil a través de la habitación. Aterrizó en el suelo con un ruido sordo. Se abrazó y lloró un poco más. Al diablo con esto, pensó mientras se levantaba. Agarró su teléfono móvil y salió de su oficina.


- Volveré el lunes por la mañana. Pase lo que pase Minho puede tratar con ello. - Y entonces se fue. Era su plan encerrarse en su departamento y no salir hasta la mañana del lunes, hasta después de que Jonghyun estuviera casado legalmente y de camino a su luna de miel. Sólo entonces se enfrentaría al mundo de nuevo.


- ¡Oye! ¡Taemin! ¿Qué está pasando? - Gritó Irene tras ella.


Taemin la ignoró y siguió caminando hacia la puerta principal. No podía hacer frente a nada ni a nadie en estos momentos. Al llegar al final de la manzana, su teléfono sonó de nuevo. Era Jonghyun. Su dedo se cernió sobre el botón de rechazo, pero, por razones que no podía comprender, respondió. - ¿Y ahora qué?


- ¡Deja de colgarme! - gritó y luego dijo en un tono más calmado, - Dios, Taemin, ¿por qué estás evitando hablar conmigo?


Miró a ambos lados, y cuando estuvo seguro de que no sería atropellado por un conductor enojado, cruzó la carretera y giró a la izquierda hacia su edificio de departamentos. - Porque no sé qué decirte, Jjong. El hombre que yo conocía no me habría mantenido su boda en secreto. El hombre al que solía llamar mi mejor amigo me lo hubiera dicho antes de proponerlo, y yo malditamente seguro habría conseguido una invitación de ese hombre.


Jonghyun suspiró. - Sé que la cagué. Lo siento, pero...


- Pero, ¿qué? - Taemin rebuscó para conseguir la llave de su puerta. Murmuró una maldición en voz baja, sin desear nada más que entrar y cerrarse al mundo.


- Sabía que si te lo decía te haría daño, y no quería hacer eso.


Taemin apoyó la cabeza en la puerta con un golpe seco. Las lágrimas sintiéndose libremente por su rostro. - Aun así, debías habérmelo dicho.


- Lo sé. Lo siento.


Entró en la casa, dejó caer su billetera en la mesa junto a la puerta, se quitó los zapatos y se fue directamente a su habitación, donde se dejó caer sobre la cama.


Taemin... - Su voz tenía el mismo tono que el día en el aeropuerto. Cerró los ojos y podía ver su cara, sus hermosos ojos embotados por el dolor, suplicándole que se quedara. El aliento se le quedó atascado en la garganta.


- Por favor, Jjong, no... No puedo... - Sus labios temblaban, y sabía que si se quedaba en el teléfono con él mucho más tiempo terminaría rogándole que no se casara con Kibum.


- Te extraño, Taemin. No soporto no tenerte aquí - susurró con una voz que sólo le había oído usar cuando estaban en la intimidad.


- Oh Dios, - sollozó, sacudiendo la cabeza a pesar de que él no podía verlo. Se preguntó dónde estaba Kibum.


Obviamente, no estaba cerca o de lo contrario no estaría diciendo esas cosas a Taemin. Él y Kibum nunca se habían llevado bien. Tal vez por eso Taemin no había sido invitado a la boda. Era más que probable que toda la idea fuera de Kibum. Era una perra.


- Quiero verte.


- No creo que sea una buena idea.


No había manera de que pudiera manejar verlo. No ahora y no en un futuro próximo. Además, ¿cuándo se creía que iba a tener la oportunidad de verlo? Se iba a casar en dos días.


Alguien llamó a la puerta de su dormitorio. - ¿Taemin? Oye, ¿estás ahí? Irene dijo que corriste hasta casa. ¿Está todo bien? - Era Minho. Volvió a llamar - Vamos, abre y habla conmigo.


Taemin respiró hondo y se incorporó, limpiándose apresuradamente las lágrimas de la cara.


- ¿Ese es Minho? - Preguntó Jonghyun.


- Sí, tengo que ir, - respondió él.


- ¿Están tú y él...?


- ¿Estamos él y yo qué? ¿Quedando? ¿Follando? - Por un momento consideró mentirle, diciéndole que él y Minho eran una pareja. ¿De qué serviría hacerlo, sin embargo? ¿Le importaría? suspiró. - Ve a estar con Kibum.


- ¡Taemin! - Minho golpeó la puerta de nuevo.


- Voy, - gritó a Minho - Adiós, Jonghyun. - Colgó y tiró su teléfono en la mesita de noche antes de abrir la puerta. En cuanto vio la expresión preocupada de Minho, se perdió. Sus sollozos sacudían sus hombros.


Minho lo tomó en sus brazos, abrazándolo y acariciando su cabello. - Shh, - lo tranquilizó. - ¿Qué pasa?


- Jonghyun se va a casar este fin de semana y él no me lo había dicho.


- ¿Es por eso por lo que estás molesto? ¿Porque no te lo dijo? - Taemin negó con la cabeza, pero mantuvo el rostro hundido en su pecho. - ¿O estás molesto porque se va a casar?


- Sí, - murmuró, envolviendo lentamente sus brazos alrededor de la cintura de Minho.


Se sentía bien estar en manos de un hombre así.


Había pasado tanto tiempo. Incluso antes de su noche con Jonghyun habían pasado meses desde que había estado con alguien. Lo echaba de menos. Echaba de menos el consuelo que sólo los brazos de un hombre podían ofrecer. Y aquí estaba Minho, abrazándolo, consolándolo.


- Lo siento, - dijo él, apretando su agarre sobre Taemin y apoyando la barbilla en la parte superior de su cabeza. - Nunca entendí cómo ese hombre podía pasar tanto tiempo contigo y no enamorarse de ti.


Poco a poco, Taemin levantó la cabeza y encontró su mirada, que estaba llena de preocupación y lujuria sin complejos. Se tragó el nudo en la garganta. Todas las esperanzas que había tenido de que Jonghyun se enamorara de él ahora se habían ido. Pero Minho estaba aquí con él, claramente interesado y en lo que tenía que ofrecer. Sin pensarlo, se levantó de puntillas y presionó su boca a la de él. Él separó sus labios y lo besó con un hambre voraz, de desesperación. Fue un beso abrasadoramente caliente que terminó demasiado abruptamente.


Minho se apartó. - ¿Estás seguro de que quieres hacer esto, Taemin?


Sus ojos buscaron los de Taemin, y su mente corría con los escenarios. Tener relaciones sexuales con Minho ahora mismo lo haría sentir mejor. Sería dejar de pensar en Jonghyun. Pero, ¿cómo se sentiría después? Dios, estaba tan herido y confundido.


Él se inclinó y le mordisqueó el labio inferior. Taemin cerró los ojos y gimió. - No es ningún secreto que te deseo. - Minho tiró de él con fuerza contra su cuerpo, su erección prominente y tentadora. - Sólo di la palabra Taemin y soy todo tuyo. - La besó en el cuello, los dientes pastando a través de su piel y hacia su oreja. - Puedo hacer que te sientas tan bien.


Taemin se estremeció. No tenía ninguna duda de que Minho podría hacerlo sentir bien, pero sabía que él quería algo más que una tarde de sexo y Taemin no estaba seguro de poder darle lo que quería. También sabía cómo se sentía al querer algo, a alguien, que no te quería. Y no le haría eso a nadie, especialmente a Minho.


Minho tomó la cara entre sus manos y le dio otro beso suave. - Está bien, - susurró él. - No debería haberte presionado, no ahora cuando eres vulnerable. Lo siento.


Taemin le dedicó una sonrisa afable y asintió con la cabeza en tono de disculpa. - También lo siento. No debería haberte besado de esa manera.


Él sonrió. - Por favor, no pidas disculpas por eso. Me gustó mucho.


- A mí también, - admitió Taemin, poniendo su mano en la mejilla de él y rozando su pulgar sobre sus labios.


Sus miradas se quedaron bloqueadas, la de él ardiendo con deseos sin saciar, y la de Taemin llena de incertidumbre. Lentamente él bajó la cabeza, sus labios consiguiendo progresivamente acercarse más a los de Taemin. Un beso más no vendría mal, pensó mientras su boca se moldeaba a la de él.


Debería haberlo sabido mejor.


*****************************************************************************


Taemin se despertó solo y frustrado sexualmente, lo que estaba absolutamente bien con él. Las cosas con Minho habían aumentado rápidamente la otra noche y casi habían llegado hasta el final con él. Afortunadamente, el sonido de su teléfono móvil los había interrumpido. Había sido Jonghyun llamando, y simplemente ver su imagen en la pantalla lo había llevado de vuelta a sus sentidos. Minho había sido realmente bueno con esto, lo que hizo las cosas un poco más fáciles. Pero su corazón aún estaba roto y sus emociones en carne viva. Minho le había suplicado que saliera de la habitación, que fuera a comer con él e hiciera algunas compras. Luego sugirió que más tarde podrían salir con Irene y algunos otros compañeros de trabajo. Taemin había rechazado todas las invitaciones. Todo lo que quería hacer era estar solo y revolcarse en su angustia.


Hoy era el día en el que Jonghyun se casaba. Había sido la cosa más difícil del mundo de hacer, pero lo había evitado, eliminado su número del teléfono móvil, y luego incluso teniendo su número bloqueado lo había llamado. Una ruptura limpia era la única forma en que iba a sobrevivir a esto y seguir adelante.


Taemin también había estado evitando su correo electrónico porque estaba seguro de que le había enviado varios.


Unos golpes en la puerta interrumpieron momentáneamente sus pensamientos. Probablemente era sólo Irene de nuevo. Taemin los ignoró, dándose la vuelta y tirando de las sábanas sobre su cabeza. Esta no era la primera vez que Irene había aparecido en los últimos dos días.


- ¡Fuera! - gritó Taemin desde debajo de las mantas.


- ¡No! Abre esta maldita puerta.


Taemin se sentó de golpe, sus oídos se aguzaron. El corazón le retumbaba tan fuerte en el pecho y las orejas que no podía oír nada más que eso. Podría jurar que era la voz de Jonghyun la que acababa de oír.


Pero eso era ridículo. Jonghyun no estaba aquí. Probablemente estaba viendo a Kibum caminar por el pasillo hacia él ahora mismo. No, sólo estaba oyendo cosas. Ilusiones eso era todo.


El estruendo continuó. Taemin se recostó tratando de ignorarlo duramente, pero quien estaba ahí no iba a abandonar esta vez. Murmuró un montón de malas palabras mientras se levantaba de la cama y pisaba fuerte hacia la puerta principal. Preparado para estallar sobre la persona al otro lado, abrió la puerta, y luego se quedó inmóvil. Como si las cosas que había oído no fueran lo suficientemente malas, ahora estaba alucinando también.


Parpadeó varias veces, pero el hombre no se fue. Efectivamente, él realmente estaba allí, de pie en su puerta, viéndose sexy como el demonio en un par de pantalones vaqueros azules desteñidos y una camiseta negra que se extendía por su enorme pecho. Llevó la mano a su boca. - Oh, Dios mío, - murmuró.


Él entró, quitó la puerta de su mano, y lo hizo girar para cerrarla. Sus ojos estaban ardiendo con mucha emoción, Taemin retrocedió unos pasos. - ¿Jonghyun? ¿Qué haces aquí? Pensé... - trató de sacudirse la confusión de su mente. No funcionó. - ¿No se supone que te casas hoy? - Dios le dolía tanto simplemente decir eso. Nada de esto tenía sentido.


Sólo había una explicación. - Juro que, si estoy soñando de nuevo, voy a... - murmuró en voz baja.


- Cállate, Taemin. - Él cerró la distancia entre ellos con una larga zancada, le tomó la cara entre sus manos, y aplastó su boca sobre la suya.


Taemin gimió un poco, pero luego se inclinó hacia él, su boca moviéndose frenéticamente contra él, sus dedos amontonándose en su pelo y sujetándolo. Dios, él sabía mejor de lo que recordaba, y devoró sus labios, pellizcándolos, retándolo con su lengua.


Jonghyun lo rodeó con sus brazos y lo atrajo contra su cuerpo, levantándolo mientras lo hacía. Taemin enrolló sus piernas alrededor de su cintura y se aferró a él mientras lo giraba y lo inmovilizaba contra la puerta. Su erección empujó y Taemin se apretó contra él, su cuerpo lloraba por él.


- Mierda - gruñó Jonghyun, soltando sus labios lo suficiente para que cada uno de ellos pudiera dar una respiración profunda. Entonces su lengua volvió a su boca, explorando, probando, y robándole la capacidad para pensar o comprender lo que estaba sucediendo.


Las manos de Jonghyun estaban en su culo, sosteniéndolo en brazos y apretándolo, la calidez de sus caricias lo quemaba vivo. Por supuesto, el hecho de que Taemin llevara solo un bóxer y una camiseta de gran tamaño podría tener algo que ver con eso. Nada que realmente le importara, sin embargo, porque Jonghyun estaba aquí, en Ulsan, en su departamento, besándolo a rabiar.


- Dios, te he echado de menos demasiado, - dijo Jonghyun con esa voz, su voz de dormitorio, la que Taemin amaba, la que podía llevarlo a hervir de calor a un furioso infierno en un solo momento.


Su cabeza cayó hacia atrás contra la puerta mientras Jonghyun lo besaba desde la mandíbula hacia el lóbulo de la oreja, al que atrapó entre sus dientes. Taemin gimió cuando él trabajó su lengua y sus labios por su cuello. Todavía no podía creer lo que estaba sucediendo realmente. Si esto resultaba ser sólo otro sueño húmedo, iba a estar enojado en serio.


- Jjong, - susurró con voz débil con necesidad e incertidumbre.


- Estoy aquí, cariño. - Sus labios se cernieron sobre los de él. - Justo aquí, - dijo, reclamando sus labios.


- Por favor, - jadeó - Sólo... para.


Él se retiró lo suficiente como para poder mirarlo a los ojos. - ¿En serio? ¿Quieres que me detenga?


No, pero Taemin necesitaba tratar de darle algún sentido a lo que estaba pasando, porque si no lo hacía, su mente no pararía de pensar el tiempo suficiente para que disfrutara nada de esto.


Aparentemente dudó un momento demasiado largo. - Eso es lo que pensé, - dijo él con una sonrisa, llevando la mano entre sus cuerpos, y deslizándola por la parte delantera de sus bóxers, y arrastró dos dedos en su polla. - Tan mojado, - canturreó en su oído, mordisqueando el lóbulo suave.


- ¡Ahh! - gritó Taemin, con las manos agarrando sus hombros. Él había hundido los dedos dentro de él totalmente tres veces y ya estaba mareado, su cuerpo reaccionando a todo lo que era Jonghyun, su olor, su presencia, su tacto, su respiración entrecortada. - ¡Dios mío, sí! - La última vez que había tenido un orgasmo fue la última noche que había pasado con Jonghyun, y mierda necesitaba correrse demasiado. Y estaba tan cerca, también. Podía sentir construyéndose la tensión hasta un máximo que estaba drenándolo, pero eso no le impidió ceder a ello.


Usando sólo sus caderas y su mano que se encontraba sepultada entre sus nalgas, lo mantuvo clavado en la puerta mientras se agachaba con su mano libre y se desabrochaba los pantalones vaqueros. - Te necesito, Taemin. Dios, te necesito tan jodidamente tanto.


Había dicho que lo necesitaba, no que lo deseaba. ¿Eso significaba algo? El sonido de la cremallera siendo abierta resonó a su alrededor, sacudiéndolo de sus pensamientos y trayéndolo de nuevo al momento presente. ¡Sí! Tan bueno como él era con sus dedos, lo que realmente quería era su polla. Su susceptibilidad le gritaba que detuviera esto ahora mismo, que exigiera respuestas, antes que nada. Pero, demonios Taemin necesitaba esto. Lo necesitaba. Sólo una vez, un polvo rápido para llegar al éxtasis. Entonces podrían hablar. Jonghyun sacó sus dedos, tiró de sus bóxers a un lado para que estuvieran fuera de su camino, y empujó su polla hasta el fondo con un sólo empuje.


Gimieron de forma simultánea. Jonghyun dejó escapar un gutural, - Mierda sí, - arrastrando cada palabra. Luego se quedó inmóvil por un momento, ajustando su postura para tener un mejor equilibrio, y luego se movió en su interior.


Tan pronto como lo penetró, se corrió, sacudiéndose contra él y gritando su nombre en medio de un aluvión de síes y oh Dioses. No bastaba, sin embargo. Necesitaba más.


Jonghyun pasó los dientes por su cuello, sus caderas empujando su polla dentro de él con una deliciosa y fuerte resistencia.


- Taemin, - susurró, con su mirada en la de él.


Sus párpados se levantaron para encontrarse con su mirada, y Taemin se sorprendió por la intensidad ardiendo en sus ojos. Había algo diferente en la forma en que lo miraba esta vez. No tuvo tiempo para pensar en ello, sin embargo, porque se precipitó hacia su segundo orgasmo, y Jonghyun estaba justo allí con él. Pero antes de que él cediera ante sus necesidades, lo levantó para apartarlo de la puerta, y lo llevó hasta el sofá. Se sentó, dejándolo sobre su regazo. Taemin lanzó un grito de placer al sentir estar enteramente empalado en su polla dura como el acero. En las pocas veces que habían estado juntos, ni una sola vez lo había montado. Y maldita sea si no iba a sacar el máximo provecho de eso ahora mismo.


Taemin hizo girar sus caderas, moliéndolas de un lado a otro, encontrando una deliciosa resistencia cada vez que bajaba sobre él. Jonghyun levantó su camiseta y se lo quitó por la cabeza. Taemin arqueó la espalda, dejó caer la cabeza sobre los hombros, y gimió.


Todo parecía tan maravilloso. Su dura y palpitante polla enterrada, su lengua húmeda y caliente provocando sus pezones en cumbres dolorosas, y sus manos extendidas sobre su espalda.


Jonghyun llevó una de sus manos desde su espalda hasta su pelo, agarrando un puñado, e inclinando su cabeza hacia abajo y hacia un lado, en ángulo perfecto para besarlo. Su otro brazo alrededor de su cintura, sujetándolo sobre su polla mientras empujaba sus caderas hacia arriba, follándolo con movimientos profundamente estrechos. Lo único que Taemin pudo hacer fue agarrarse al respaldo del sofá y aferrarse. Eso no debería haberlo sorprendido. Cada vez que habían tenido relaciones sexuales, Jonghyun había encontrado cualquier forma de atarlo o ponerlo en una posición que limitaba su capacidad de movimiento. Definitivamente le gustaba tener el control eso era seguro.


- Eres mío, maldita sea, - gruñó en su boca. - Mío.


¿De dónde demonios venía toda esa posesividad?


- Dilo, Taemin. – Él soltó sus labios y capturó su mirada. Había dejado de moverse, se aferraba a Taemin justo lo suficientemente apretado para que no pudiera moverse.


No supo qué se apoderó de él, porque Dios sabe que había esperado mucho tiempo que Jonghyun le diera algún tipo de señal de que estaba interesado en algo más que en amistad o sexo. Y ahora, aquí estaba. Estaba reclamándolo y quería que Taemin lo reconociera. Dios, cómo lo quería, sería muy fácil decir simplemente, sí, soy tuyo. Pero no sería un tonto otra vez.


- ¡Dilo!, - exigió él.


- ¿Por qué debería? La última vez que te dije cómo me sentía, sólo escuché grillos en respuesta.


Sus ojos parpadearon y luego se encendieron de ira. Taemin sintió el cambio en él de inmediato, y bajó de su regazo. Él no trató de detenerlo, lo que fue ligeramente molesto, pero el momento se había arruinado. Cogió su camiseta del suelo y se la puso. Cuando se dio la vuelta, Jonghyun se había levantado y se había compuesto. Se miraron el uno al otro durante unos momentos. Daría cualquier cosa por saber lo que él estaba pensando en estos momentos.


Respirando hondo, se preparó mentalmente para todo lo que tenía que decir. - Te dije que te amaba, Jonghyun, y tu respuesta fue dejarme y casarte con Kibum.


- ¡No! - gritó él, señalándolo con el dedo. - Tú eres el que me dejaste, Taemin. Te rogué que te quedaras, pero te fuiste de todos modos.


Cruzó los brazos sobre el pecho y lo miró. - La única razón por la que querías que me quedara era porque tendrías a tu mejor amigo alrededor para acariciar tu ego y hacerte sentir mejor cuando las cosas se pusieran difíciles.


- No. Quería que te quedaras porque te amaba. Fui simplemente un gallina de mierda para decirlo. Ahí está, - dijo, lanzando sus manos al aire. - Lo dije. ¿Estás contento ahora? - Hizo una pausa y bajó la voz. - Te amo, Taemin. Siempre lo he hecho.


Taemin se tambaleó hacia atrás un paso o dos, sorprendido por su admisión. - ¿Entonces por qué te has casado con Kibum? - susurró.


Él se pasó una mano por el pelo, y Taemin se dio cuenta de que estaba temblando. - No lo estoy.


- ¿Qué? - La palabra fue apenas audible.


Jonghyun dio un paso hacia él, con las manos agarrando sus brazos. - No me he casado con Kibum.


- Pero, ¿ibas a hacerlo? - Sus labios temblaron y las lágrimas se reunieron en sus ojos, derramándose libremente al segundo siguiente.


Él asintió con la cabeza y bajó la cabeza. - Sí.


Él llevó su mirada a la de Taemin. - Cuando te fuiste, estaba devastado. Tenía tanto miedo de que Kibum me dejara de nuevo, también, y entonces realmente estaría solo. Me entró el pánico y se lo propuse. Fue un error. Ahora lo sé.


- ¿Y él lo sabe?


Jonghyun pasó las manos por sus brazos y le tomó el rostro, los pulgares secándole las lágrimas. - Sí. Se lo dije anoche. Me sinceré sobre lo que pasó entre tú y yo, y cómo me sentía por ti.


Taemin no podía detener el flujo de lágrimas.


Dios, había esperado y deseado durante tanto tiempo escuchar a Jonghyun decirle estas cosas. Y ahora que lo estaba haciendo, estaba teniendo problemas para comprenderlo todo.


- ¿Por qué lloras? - susurró mientras le limpiaba más lágrimas.


- Porque no sé qué decir. - Apartó la cara de él, rompiendo su agarre sobre él, y dio un paso atrás. Era imposible pensar cuando él estaba tan cerca. - ¿Por qué ahora?


- ¿Qué?


- Sabías lo que sentía por ti antes de irme, antes de que se lo propusieras a Kibum. Entonces, ¿qué ha cambiado? ¿Por qué me estás diciendo todo esto ahora? ¿Por qué no me lo dijiste el día del aeropuerto?


Él tragó. - Quería hacerlo, créeme, quería. Pero tenía miedo que si te lo decía, pensaras que la única razón por la que te lo decía era para convencerte de que te quedaras. Solo... - Jonghyun sacudió la cabeza y se encogió de hombros. - No lo sé. Tenía miedo de lo que pasaría si llevábamos las cosas más allá de la amistad.


Cuando él se acercó y le dio un abrazo, Taemin no se resistió. Cuando levantó suavemente su barbilla e inclinó su boca sobre la de él, aceptó ansiosamente su beso suave. Taemin tejió sus dedos en su pelo y gimió suavemente en su boca. Sus besos tendían a tener ese efecto en él.


- Sabía que no volveríamos a ser sólo amigos, si las cosas no funcionaban entre nosotros, y eso me aterrorizó, porque mi mayor temor es perderte, Taemin. Y entonces lo hice. Te perdí de todos modos.


- Oh, Jonghyun. - Taemin pasó la yema del pulgar por sus labios. Él lo frunció y dio a su dedo un beso, cerrando los ojos por un momento mientras lo hacía.


- No fue hasta que oí la voz de Minho la otra noche. Ahí fue cuando realmente me di cuenta de que iba a perderte para siempre si no hacía algo. Así que le dije a Kibum la verdad y luego me subí en un avión a Ulsan.


Wow. Todo estaba ocurriendo tan rápido. Todavía estaba aturdido, parte de él aun preguntándose si esto no era más que un sueño.


- El pensamiento de Minho, o cualquier otro hombre, tocándote me vuelve jodidamente loco. Veo rojo sólo de pensarlo. Debemos estar juntos, Taemin. Ahora lo sé. Y sé que tú lo sabes, también. Así que, por favor, por el amor de Dios, deja de castigarme y dime que me amas. Dime que quieres estar conmigo. Dime que eres mío.


Sí, le diría todas esas cosas, pero no todavía. Después de todo el infierno que había sufrido por esto, iba a atormentarlo un poco más. ¿Era eso mezquino y vengativo? Sí, un poco, pero él lo merecía. Taemin salió de su abrazo, y vio su rostro empalidecer. Taemin cruzó los brazos sobre su pecho y luchó para ocultar su sonrisa. - No me voy de Ulsan.


- No te lo estoy pidiendo, - dijo él rápidamente.


- Sabes cómo me siento acerca de las relaciones a larga distancia.


Sus ojos se estrecharon en pequeñas rendijas. - ¿Quién ha dicho nada de larga distancia? Confía en mí, bebé, cuando me digas las palabras, no habrá nada de larga distancia en lo que va a pasar entre nosotros.


Su corazón se aceleró ante la determinación y la promesa en su voz. - Bueno, en ese caso, - se quedó frente a él y dirigió sus dedos sobre su pecho, - Soy todo tuyo, Jonghyun.


- Ya era hora, - murmuró justo antes de aplastar su boca en un beso posesivo que hizo que sus rodillas se agitaran y su cuerpo temblara. - ¿El dormitorio?


- Al final del pasillo.


Jonghyun agarró su mano y lo llevó a su dormitorio. Él cerró la puerta y en unos instantes estaban ambos desnudos. Lo levantó en sus brazos y lo llevó hasta la cama y lo acostó. - Juro por Dios, que voy a morir si no consigo entrar en ti pronto.


Conocía ese sentimiento. Cuando él se inclinó sobre Taemin, extendió la mano y pasó los dedos por su pecho, disfrutando de la sensación de sus duros abdominales y su suave estómago.


- Me estaba volviendo loco sin ti, - dijo.


- Igual que yo, - dijo Jonghyun mientras abría sus muslos con las rodillas y se instalaba entre ellas. Sus antebrazos se posaron a cada lado de su cabeza, y retiró el pelo de su frente, salpicando la nariz y la frente de besos. - No tienes idea de lo mucho que te he echado de menos.


- Oh, estoy bastante seguro de saberlo. - Taemin sonrió y recorrió sus labios con su lengua antes de sumergirla dentro de su boca para saborearlo.


A medida que el beso cobraba impulso y subía en intensidad, y su necesidad por él llegaba a un nivel completamente nuevo, lo penetró, su polla dura deslizándose en su canal con tanta facilidad, como si sus cuerpos estuvieran hechos específicamente el uno para el otro. Taemin arqueó el cuello y la espalda, cerrando los ojos por voluntad propia mientras Jonghyun lo llenaba, lo follaba, le hacía el amor, lo hacía sentir de nuevo todo.


- Maldita sea, te sientes tan jodidamente increíble, tan caliente y apretado, - dijo él, aumentando el ritmo de sus embestidas.


- Sí, Jonghyun, oh, Dios, sí.


- Mierda, - gimió él como si tuviera algún tipo de dolor. - Voy a correrme. Es demasiado bueno.


La sensación de sentirlo hinchado, cada vez más grande con cada embestida hacia delante, le hizo gritar su nombre una y otra vez, lo que sólo pareció ponerlo más caliente.


- Sí, eso es, bebé. Córrete para mí, - dijo en respuesta a sus paredes apretándose alrededor de él, apretando y ordeñando hasta la última gota del orgasmo y la fuerza de su polla.


Estaba seguro de que iba a desmayarse por la pura fuerza de su orgasmo simultáneo, pero por suerte, no lo hizo. Era consciente de todo, de Jonghyun estremeciéndose y enterrando la cabeza en su hombro, de sus besos suaves en su cuello, de su cuerpo caliente cubriendo el suyo. Era todo lo que Taemin quería. - Te amo, - susurró, acariciando el sudor que humedecía su cabello. Dios se sintió bien pudiéndolo decir sin miedo.


- Yo te amo, también, Taemin. Mucho, - dijo, reajustando su peso de nuevo en sus brazos y mirándolo.


Su corazón se llenó con el sonido de esas palabras viniendo de sus labios. - He esperado tanto tiempo para oírte decir eso.


Él se echó a reír. - Qué puedo decir, soy un aprendiz lento.


Taemin también se rió, luego se puso serio de nuevo. - Así que, ¿estás realmente dispuesto a permanecer en Ulsan para estar conmigo?


- Bueno, eso depende. - Él le dirigió una sonrisa maliciosa que apestaba a maldad.


- ¿De qué? - preguntó con vacilación.


- De cómo respondas mi siguiente pregunta.


- ¿Y qué pregunta sería esa, exactamente?


- ¿Quieres casarte conmigo, Taemin?


Bueno, eso no era en absoluto la pregunta que había estado esperando. ¡Era mucho mejor! - ¿Hablas en serio? ¿O lo estás preguntando por el pánico de nuevo?


Jonghyun sonrió. - Sí, lo digo en serio. Y no, no estoy preguntándotelo por el pánico. Lo digo porque te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo, y quiero que el mundo sepa que eres mío.


- Bueno, solo hay una sola cosa que decir. Sí, Jjong. Sí, por supuesto que me casaré contigo.


 


 


FIN

Notas finales:

Hasta la próxima.

Gracias por leer :)


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