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Teenlock: Sherlock in high School por sherlocked221B

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John sonreía mientras caminaba por las solitarias calles rumbo a su hogar, las deducciones de Sherlock esa tarde en la escena del crimen habían sido increíbles, como siempre…ese muchacho realmente tenía gran talento para el oficio de detective, después de todo deducir que la mujer era una “adúltera serial” solo observando el pulido interior de su anillo en comparación con el resto de su joyería era impresionante, sin embargo Holmes se había percatado de otro detalle, uno que los policías de Scotland Yard habían pasado completamente por alto, la mujer tenía un maletín que misteriosamente había desaparecido, por lo tanto, solo había podido llevárselo el asesino, quien la obligó a tomarse el veneno y luego se marchó. Lestrade estaba equivocado, no eran suicidios, eran asesinatos en serie…

Lo que pasó al momento siguiente de esa deducción descolocó completamente a John, Sherlock se marchó corriendo escaleras abajo, dejándolo solo con ese montón de policías  desconocidos, suspiró con cierta decepción, no entendía por qué se había marchado, pero exactamente era eso lo que lo frustraba, estaba seguro que Sherlock había descubierto algo, una pista clave que los policías ignoraban, “jamás podré seguirle el paso a su mente” se dijo a si mismo mientras habría la puerta de su casa. Sintió el vibrar de su móvil, acababa de recibir un mensaje.

“Baker Street. ven de inmediato si es conveniente” SH.

No tuvo tiempo de teclear una respuesta, ese conocido aroma nauseabundo en el aire captó de inmediato su atención, caminó hacia la cocina viendo los platos rotos desparramados por el suelo, el aroma a alcohol iba en aumento, hasta que finalmente descubrió la causa, su padre después de meses había vuelto a casa.

—¿vaya vaya…estas son horas de llegar? —dijo dirigiéndose a John mientras vertía un poco más de alcohol en un gran vaso sobre la mesa—¿acaso te entretuviste con una chica por ahí? Eso es, hijo de tigre—dijo sonriendo, propinándole un golpe amistoso en el brazo a John, pero no midió su fuerza y lo golpeó desproporcionadamente

—¿dónde estuviste todas estas semanas? —inquirió el joven mientras se sobaba el brazo.  

—ah por ahí, no lo entenderías, un hombre no tiene por qué dar explicaciones a los idiotas.

—Dave por favor, no lo trates así—dijo de pronto su madre, John cerró los puños con coraje, ella tenía un gran hematoma alrededor de su ojo, observó la mano derecha de su padre, estaba lastimada, él la había golpeado—John por qué no te vas a tu cuarto cariño, debo hablar con tu padre—dijo ella con suavidad intentando sonreír a pesar del dolor punzante en su rostro.

—¿cómo te atreves a golpearla?, con qué derecho…—gruñó John con ira,  frunciendo los labios, preparándose para arremeter contra el hombre que tenía en frente.

—¿qué me creo? Pues soy su esposo, ya es tiempo que te vayas enterando John, no te metas en lo que no te importa muchacho, ¿qué? Conozco esa mirada, te avergüenzas de tu padre ¿verdad? …pues te diré algo John, mi muchacho, somos iguales—dijo sonriendo con crueldad

—Dave déjalo en paz, es tu hijo, por favor…—suplicó la madre de John

—¡tú cállate!, no te metas mujer.  Vamos John, crees que no se lo que estás pensando, te avergüenzas de mi porque me gusta la bebida, ¿te crees mejor que yo verdad? Pues arreglemos esto como hombres, vamos, prepárate, quieres vengar a tu madre, vamos resolvamos esto—dijo incorporándose con agilidad a pesar de su ebriedad, apretando los puños para comenzar la disputa. John también se preparó, la rabia se acumulaba en su interior, sumado al resentimiento de que había sido él quien había impulsado a Harry a la bebida, y ahora su madre tenía que pagar una fortuna para solventar su estadía en esa clínica de rehabilitación para alcohólicos, ahora además se atrevía a volver a casa y a pegarle a su madre, John Watson no se caracterizaba por ser un chico violento, pero habían traspasado todos sus límites.

Su padre dio el primer golpe, pero él lo esquivó con rapidez, su madre gritaba con pavor para que se detuvieran, finalmente el rubio le dio un golpe en el rostro a Dave derribándolo, John se aproximó con la intención de llevarlo a rastras a la puerta, pero una mano se interpuso en su camino, su madre sostuvo su brazo con fuerza.

—ya basta—dictaminó con decisión, clavando sus verdes ojos en los de John.

—él acaba de golpearte, le ha faltado el respeto a esta casa en reiteradas ocasiones, llevó a mi hermana a convertirse en una alcohólica, él nos ha traído cientos de problemas ¿y tú lo defiendes? —interrogó incrédulo.

—es tu padre—dijo ella con severidad

—lo aceptarás de vuelta, volverás a aguantar todos sus abusos, sus humillaciones y escándalos como siempre.

—¡ese no es tu problema! —gritó ella enfadada, desviando la mirada

—mamá…—pero no pudo continuar, un fuerte golpe en la cabeza lo derrumbó, desorientándolo, seguido de un par de patadas en sus costillas, aguantó el dolor encogiéndose en el piso, demasiado mareado para incorporarse.

—ya basta Dave, él se irá—Dijo empujando al hombre contra una esquina de la cocina para que dejara de arremeter contra John

—si, me iré—dijo John poniéndose de pie con dificultad, limpiándose la sangre que caía de su frente—pero no volveré a esta casa—dictaminó decidido a marcharse para nunca volver, deseaba huir para siempre de las humillaciones de su padre y la increíble sumisión de ella, esa relación toxica que había terminado por destruir a su familia. Subió a su cuarto y en unos minutos había alistado lo necesario, al bajar su madre lloraba en silencio.

—mamá, solo quise defenderte—dijo John finalmente, mientras las lágrimas escurrían por sus mejillas, se sentía culpable después de todo por dejarla sola aguantando a ese hombre.

—vete John—ordenó ella por toda respuesta entre sollozos, John cerró la puerta tras él, escuchando a lo lejos los gritos de su padre en la casa. Corrió por la calle, intentando alejarse de los recuerdos que quedarían grabados en su memoria. Se detuvo de golpe al escuchar su celular vibrar nuevamente “si no es conveniente, ven de todos modos” SH.

Todo sucedió muy rápido, su viaje en el taxi, la puerta de la estancia en Baker Street, la señora Hudson asustada al verlo con la frente ensangrentada, preguntándole que le había sucedió, solo fue consciente de que en unos cuantos segundos ya estaba afuera de la puerta del piso de Sherlock. La puerta estaba entreabierta, lo vio recostado sobre su largo sillón, el le dirigió una fugaz mirada analizándolo atentamente.

—Lo siento—fue todo lo que dijo, al comprender que había sucedido. John cerró los ojos un momento, las lágrimas volvieron a inundarlo, en un impulso se aproximó al sillón abrazando a Sherlock, colocándose sobre él, el rizado no esperaba aquella reacción, las manos de John lo envolvieron con fuerza, mientras el rubio comenzaba a llorar dejando fluis todos sus sentimientos, sacudiéndose por la impotencia, Sherlock, quien siempre había intentado mantenerse estoico frente a las situaciones emocionales, no pudo contenerse, abrazó a John con fuerza conteniéndolo, la respiración del rubio se calmó paulatinamente, finalmente fue capaz de alzar la vista a esos ojos que lo observaban atentos, descifrando cada movimiento.

—perdón, no debí…

—está bien—dijo Sherlock mientras esbozaba una sonrisa ladina.

—eres cómodo—susurró John, al darse cuenta que estaba recostado sobre el rizado.

—interesante observación Watson—susurró el divertido, una de sus manos pasó a llevar las costillas de John mientras intentaba encontrar una posición más cómoda, el rubio gimió con dolor, Sherlock lo observó preocupado—voltéate

—no es nada

—debemos revisarlas, si hay alguna costilla rota debo llevarte al hospital, puede perforar un órgano interno—John resopló con fastidio, realmente deseaba continuar en esa posición por más tiempo, Sherlock se incorporó, subiendo el chaleco del rubio, la blancura de la piel de John quedó al descubierto.

—imprimiré un poco de presión—avisó el moreno, mientras comenzaba a palpar la zona toráxica del rubio, John no podía evitar sentir un extraño cosquilleo que se prolongaba a cada parte de su ser tras el tacto de Sherlock, a pesar el dolor de sus costillas había algo parecido al goce que se hacía presente con los roces de sus dedos.

—no están rotas, por suerte—dijo finalmente, observando a John, se percató con extrañeza que los ojos del rubio estaban muy dilatados, al igual que sus fosas nasales, John se incorporó sobre el sillón apoyándose en sus antebrazos, para mantener el equilibrio, aproximó su rostro al de Sherlock sin perder el contacto visual, su respiración seguía siendo irregular, pero esta vez era por un motivo diferente. Sherlock se mantenía inmóvil en su posición, su mano derecha descansaba sobre el pecho del rubio, sintió los latidos de su corazón acelerarse mientras se aproximaba.

—tócame—susurró John, mientras rozaba apenas sus labios con los de Sherlock, el rizado tragó fuerte, dudando si John realmente había dicho eso o solo lo había imaginado, su propia respiración también se había vuelto irregular. Sus dedos se deslizaron con extremo cuidado y lentitud por el pecho y estómago del rubio, acariciando la piel con suavidad, John se mordió los labios, jadeando por lo bajo ante el contacto, para luego tirar de la camisa de Holmes, juntando sus labios con pasión, necesitaba desesperadamente eso, necesitaba embriagarse de Sherlock Holmes para olvidar todos sus problemas, al instante sintió el cúmulo de sensaciones envolver su cuerpo, tiró de Sherlock hasta que el muchacho estuvo sobre él en el sillón, no le importó el dolor de sus costillas, solo deseaba no separarse por el resto de la noche.

Desabotonó lentamente la camisa de Sherlock, dejando al descubierto su piel aun más pálida que la de él mismo, rozó con la yema de sus dedos el cuello de Holmes, parte de su pecho, Sherlock frunció el entrecejo, intentando contenerse, apoyando su peso en sus brazos para no aplastar a John, necesitaba controlarse, buscar ese autocontrol que se volvía tan difícil mantener cuando estaba junto a Watson, quien comenzó a besar el pecho de Sherlock lentamente, para luego succionar una pequeña porción de su cuello, el rizado se sacudió ante la sensación, todo se sentía tan malditamente placentero con ese chico. John continuó acariciando su cuerpo bajo la camisa.

—¿te gusta? —preguntó al fin el rubio, manteniendo sus ojos fijos en las pupilas de Holmes

—más de lo que te imaginas—susurró, John sonrió satisfecho ante la respuesta por la que había esperado tanto tiempo, finalmente abrazó el torso desnudo de Holmes, necesitaba sentir el exquisito aroma de su cuerpo envolviéndolo

—cuando estoy contigo todo comienza a mejorar…—susurro al fin—mi vida era una mierda antes de que irrumpieras en ella.

—la mía también—admitió Sherlock finalmente recordando sus noches drogándose en sitios oscuros, las discusiones con su hermano, su propio desprecio por la vida…pero con John, todo era diferente, por fin había encontrado a una persona que lo entendía y lo apreciaba.

En ese momento John fue consciente de como Sherlock intentaba disimular su excitación, manteniendo una distancia prudente entre sus cuerpos.  Sonrió para sí, y lo volvió a abrazar, sintió la dureza de la entrepierna de Sherlock en su abdomen, una de sus manos bajó hasta su altura y masajeó disimuladamente esa zona, Sherlock dio un respingo ante ese atrevimiento, jadeó inconscientemente al sentir el rítmico masaje de los dedos de John en su excitación, solo separados por la tela negra del pantalón.

—John no es…necesario—dijo de pronto, con los ojos fuertemente apretados, intentando mantener la compostura

—y esto…¿te gusta?—preguntó John observando cada una de las eróticas expresiones de Sherlock, mientras imprimía más fuerza a su agarre, Sherlock gimió audiblemente, mordiéndose los labios con fuerza, John lo besó con pasión moviendo sus labios al ritmo de sus caricias, finalmente intentó colar una de sus manos bajo la tela del pantalón, pero una mano tomó fuertemente su brazo impidiéndoselo.

—no—dijo finalmente entre jadeos

—lo siento, pensé que era…placentero—replicó John avergonzado.

—lo es, es solo que…no así…maldita sea John, serás mi perdición—dijo con frustración, enfadado por sucumbir ante los placeres carnales, un extraño deseo de tocar y saborear cada parte de la piel de ese chico se había apoderado de él, tenía que controlarse o terminaría volviéndose loco, cambió de posición abrazando a John protectoramente, mientras recuperaba el aliento y su compostura—lamento lo de tu madre—susurró al fin

John alzó la vista con sorpresa, Sherlock ya lo sabía todo, finalmente asintió con pesar, recordando los eventos recientes, torciendo el gesto con impotencia—no entiendo cómo puede elegirlo a él después de todo lo que le ha hecho.

—tal vez tiene miedo, las personas a veces le temen al cambio, a tomar decisiones abruptas, prefieren mantener todo tal y como está, aunque eso las mate por dentro.

—me fui de casa, ella me dijo que me fuera y no podía continuar viendo como se dejaba humillar, siento que fui un cobarde, debí haber echado a mi padre de la casa.

—lo intentaste y ella te lo negó, tendrá sus razones—dijo Sherlock con la mirada perdida a lo lejos—no siempre puedes salvar el mundo John, no puedes cargar con los problemas de tus padres todo el tiempo, además…puedes quedarte aquí.

—¿de verdad?

—dije que necesitaba un compañero de cuarto y has demostrado ser un buen compañero potencial, además así podemos trabajar en los casos más tiempo—dijo con una sonrisa extraña, John sonrió también divertido, Sherlock pensaba la mayor parte del día en los casos.

—y el dinero de la renta, tendré que buscar trabajo

—ya tienes uno, eres mi asistente ¿recuerdas?

—como olvidarlo—John sonrió con ganas. Pero su sonrisa derivó en asombro cuando observó una maleta rosada sobre una de las sillas de la sala, era la maleta de la víctima.

Notas finales:

Gracias por leer, No olviden dejar sus comentarios! 


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