John caminaba hacia Baker Street bastante molesto, Sherlock no daba señales de vida, tampoco había tenido la consideración de avisare el motivo de su partida, aunque sospechaba que tenía que ver con la escena de Stacy, sin embargo, no podía sacar conclusiones apresuradas, con Sherlock siempre existía la latente posibilidad de estar profundamente equivocado.
Desde el pie de la escalera en Baker Street escuchó una dulce melodía que deleitó sus oídos provenientes del segundo piso, alguien estaba tocando un violín, mientras subía la melodía cada vez se fue tornando más triste y oscura hasta que finalmente se apagó abruptamente, dejando la última nota aun vibrando…suspendida en el aire, desde el umbral de la puerta observó a Sherlock de espalda tocando un violín junto a los grandes ventanales.
—No sabía que tocaras…era una melodía hermosa—dijo olvidando su enojo de hace unos minutos, Sherlock guardó silencio por unos instantes con el instrumento aun en su regazo mientras mantenía sus ojos cerrados prolongando ese momento unos segundos más, finalmente salió de ese trance en el que se encontraba dejando delicadamente el instrumento en su estuche
—Me ayuda a pensar—dijo con tono distante evitando establecer contacto visual con el rubio.
—Me da la impresión que necesitabas mucho tiempo para pensar…digo, por tu repentino retiro de clases durante la colación—replicó John levantando las cejas con cierto toque de ironía mal disimulada ante la actitud arisca de su compañero de piso, a simple vista pudo comprobar que se encontraba molesto. Sherlock le dedicó una mirada poco amigable y se volteó con la intención de dirigirse a su recamara—Hey, ¿piensas no hablarme? Sabes lo que más me molesta, no entiendo tu reacción, ¿no entiendo que fue lo que hice Sherlock?
—no sé a qué te refieres—evadió Holmes dándole la espalda, con las manos cruzadas, manteniendo su actitud petulante.
—¿esto es por lo que sucedió con Stacy verdad?, escuchaste la conversación de esta tarde—dijo con impotencia, sabía que aquello estaba relacionado con el extraño humor de Holmes, debía estarlo.
—no fue necesario, mis sentidos son muy agudos John, jamás me engañan, solo diré…que apropiada cercanía la que tu viste hoy con ella ¿verdad? —contraatacó con sarcasmo.
John arrugó el entrecejo sin entender, luego se le vino la imagen de Stacy a la mente abrazando impulsivamente, depositándole un beso en su mejilla y guiñándole un ojo al irse, de seguro ese acercamiento pudo haberse malinterpretado a la distancia, observó como Sherlock se alejaba y finalmente no pudo contener sus siguientes palabras—¿acaso estás celoso Holmes?— detuvo instantáneamente su retirada, apretando los puños de sus manos con impotencia, John supo al instante que su comentario había sido una terrible idea, había ofendido a Holmes, exponiendo su lado más vulnerable que siempre intentaba mantener oculto bajo un manto de frialdad.
—¿qué fue lo que dijiste? —dijo ladeando la cabeza, fulminándolo con la mirada
—Sherlock, entre yo y Stacy no hay absolutamente...
—¿celoso yo? Realmente piensas que voy a sentir esas emociones tan repulsivas por ti, te das demasiada importancia Watson, tengo demasiadas preocupaciones en las que ocupar mi mente para andarme entrometiendo en tu vida, ya te dije…estoy comprometido con mi trabajo. Vete a hacer lo que te de la gana con quien desees, no le debes explicaciones a nadie—dijo finalmente, pero una mano detuvo su salida dramática, intentó deshacerse del agarre de John de un certero movimiento, sin embargo el rubio aprovechó esa sacudida para acorralarlo contra la pared del pasillo—déjame en paz Watson, suéltame—dijo furioso.
—¿De verdad crees que podría hacer esto con alguien más? …que podría pensar a otra persona de esta forma—susurró John con intensidad, manteniendo a Sherlock sujeto de las muñecas a sus costados
—no sé a qué te refieres—replico Sherlock apartando los brazos de John, pero el joven volvió a imponer su agarre
—si verdad piensas que deseo algo con Stacy estás completamente equivocado
—Suéltame Watson, deja de hacerme perder mi valioso tiempo en tus tonterías emocionales—regañó Sherlock ejerciendo fuerza para liberarse, pero John ignoraba cada esfuerzo del rizado por huir de esa situación, Sherlock estaba dolido y se sentía en inseguro podía percibirlo con solo mirarlo, debía dejarle en claro que no quería estar con Stacy ni con nadie más, John lo quería a él.
—¿sabes por qué te equivocas Sherlock Holmes? —los ojos del rizado por primera vez no rehuyeron a la mirada de John, quien sonrió al notar como de apoco iba cediendo en sus protestas, sus brazos ya no luchaban por liberarse, sus músculos solo se mantenían rígidos esperando el momento de ser liberados para contraatacar— porque yo…te deseo a ti—confesó finalmente en un susurro.
Sherlock exhaló el aire de sus pulmones abruptamente, John se aproximó con la intención de depositar un beso entre sus labios pero Holmes apartó el rostro, el rubio sonrió internamente, la obstinación y el orgullo de Sherlock jamás cambiarían, dirigió sus húmedos labios hacia su pálido cuello, besando y succionando la zona, sintiendo como Sherlock se estremecía bajo sus caricias, captó su pulso acelerado al igual que su respiración con ese mero contacto físico, tomó su cadera para sentir la deliciosa cercanía de sus cuerpos mientras la punta de su lengua lamía rítmicamente las pequeñas marcas que dejaba la succión de sus labios en el cuello de Sherlock. Finalmente, Sherlock lo apartó observándolo con enojo intentando normalizar su respiración, John sonrió complacido ante las involuntarias reacciones que había provocado en el rizado relamiéndose los labios con un movimiento lento e hipnotizante.
—Maldito seas John Watson—dijo con odio, Sherlock hacía titánicos esfuerzos por mantener la compostura, pero ese maldito chiquillo le hacía perder el control en los momentos menos indicados. En un fracción de segundo acorraló a John en la pared juntando sus labios con violencia, reclamando el dulzor de sus besos con cierta posesividad, John no se resistió, permitiéndole a Sherlock besarlo como deseara, mientras el rizado se mantenía ocupado en esa imperiosa tarea, John aprovechó para bajar sus manos hasta el trasero de Holmes, posándolas firmemente en esos definidos glúteos, volviendo a juntar sus cuerpos, sintiendo la excitación crecer dentro del pantalón de Sherlock, quien comenzó emitir gemidos ahogados con la fricción de sus miembros solo separados por la tela de sus respectivas prendas.
—y bien señor Holmes ¿sigue molesto? —replicó John entre sus labios con diversión, Sherlock le propinó un pequeño golpe en las costillas, el rubio se quejó—sin violencia Holmes
—tus labios…son placenteros—confesó finalmente el moreno
John sonrió ante el comentario—sí…a veces desearía besar todo tu cuerpo—dijo presa de la excitación del momento
—¿de qué hablas?—Inquirió Sherlock con curiosidad, John prefirió dejar su comentario en el aire sin una respuesta verbal, en cambio se inclinó lentamente hasta arrodillarse frente a Holmes, fingiendo amarrarse los cordones de sus zapatillas, sabía que la atenta mirada de Sherlock no pasaría ese detalle por alto, pero no le importó, luego de terminar su inocente tarea observó a Sherlock desde su posición, esos ojos le parecieron más verdes que nunca, volvió a humedecerse los labios pasando su lengua lentamente sin apartar la mirada, hasta que finalmente sus traviesos ojos se dirigieron a la entrepierna de Sherlock, observando el evidente bulto que se había formado en los pantalones negros. Holmes al comprender el mensaje tragó profundo y respiró hondo, aquello lo estaba haciendo perder la cabeza, una parte de él deseaba quedarse en medio del pasillo para ver hasta donde llegarían en esa locura que estaban a punto de cometer con John, deseando secretamente sentir sus labios en cada parte de su cuerpo, pero su parte racional fue más fuerte se encaminó hacia el baño, a los pocos minutos John sonrió al escuchar el sonido de la regadera…Sherlock Holmes estaba dándose una ducha helada, negó la cabeza y sonrió con auténtica satisfacción.