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Teenlock: Sherlock in high School por sherlocked221B

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—Por favor…llévame a casa—susurró Sherlock débilmente en un repentino ataque de lucidez, John abrió los ojos con sorpresa, el rizado había comenzado a reaccionar, sus miradas se encontraron por breves segundos.

—Sherlock, necesitas un hospital, no sabemos que clase de droga tienes en el cuerpo— dijo John sacando su móvil para llamar a emergencias.

—no te atrevas…a casa Watson—Sherlock mantenía los ojos fuertemente cerrados, mientras hacía titánicos esfuerzos por normalizar su respiración, sentía temblores a lo largo de todo su entumecido cuerpo “tienes que concentrarte, recupera el control…recupéralo” se decía así mismo, intentando detener los temblores nerviosos.

—esta es una idea estúpida Sherlock, ¿al menos puedes caminar?, necesitamos llamar a una ambulancia.  

—¿recuerdas…el número de emergencias que grabé en tu móvil hace un tiempo? Solo…márcalo y dale nuestra ubicación—John sabía que seguir las ordenes de un muchacho drogado estaba mal, pero era bastante difícil oponerse a la obstinación de Sherlock Holmes. Todo sucedió más rápido de lo que logró notar, en unos cuantos minutos el taxi que había solicitado estaba afuera de la casa de Stacy, se las arregló para sostener la mayor parte del peso de Sherlock y bajarlo por las escaleras, nadie les prestó mayor atención, era normal que alguien terminara en ese estado en esos eventos. A lo lejos vio como Stacy lo contemplaba con una mueca de culpa, pero la ignoró completamente, mientras se concentraba en seguir avanzando apoyando a Sherlock. Afuera los esperaba un hombre perfectamente vestido de negro en un lujoso auto del mismo color. Entonces lo comprendió, era uno de los empleados de Mycroft, ayudó a subir a Sherlock y lo examinó rápidamente, finalmente lo recostó en el asiento trasero del lujoso automóvil negro.

Holmes no lucía nada bien, durante el trayecto en el auto susurraba algunas palabras sin sentido y se retorcía, temblando como si tuviese fiebre. John se mordió los labios con preocupación contemplando el decadente estado de su compañero de apartamento desde el asiento del copiloto

—¿no deberíamos llevarlo a un hospital? Luce muy mal—comentó finalmente preocupado

—¿es la primera vez que lo observa en ese estado? —interrogó el conductor con tono neutral sin quitar la mirada de la carretera.

—Si…

—se pondrá bien en unas cuantas horas…

—¿quién es usted? —preguntó John de improviso, comprendiendo que el empleado no se había inmutado en lo más mínimo al ver al hermano de su jefe en esas condiciones.

—un salvavidas

—ya le ha tocado trasladarlo en este estado supongo…—replicó John hundiéndose en su asiento.

—es confidencial. Pero no se preocupe…ya se acostumbrará a esto.

—supongo que Mycroft ya lo sabe—comentó John arrugando la nariz con disgusto.  

—el señor Holmes siempre sabe.

—Sherlock no volvió a consumir… este fue un incidente …fue mi culpa—susurró John al fin entrecruzando sus brazos sobre su regazo—no estaba ahí para él…no debí dejarlo solo.

—no se culpe…no es la primera vez que lo veo así y probablemente no será la última…han ocurrido muchos “incidentes”, como usted los llama.

el auto se detuvo frente a Baker Street, Sherlock nuevamente abrió los ojos y miró a su alrededor, desorientado intentando incorporarse, pero las fuerzas le fallaron y cayó tumbado sobre el asiento de cuero negro. El conductor se bajó y cargó a Sherlock sin titubear, John abrió la puerta de su hogar, finalmente dejaron a Holmes tendido sobre la cama de su habitación.

El hombre sacó una pequeña linterna y observó los ojos de Sherlock con detenimiento para posteriormente tomar su pulso —probablemente tenga una noche difícil, los efectos del alucinógeno seguirán manifestándose en su cuerpo por algunas horas. Debe acompañarlo…afortunadamente su organismo está acostumbrado a sustancias como esta, por lo que no presentará mayores complicaciones a largo plazo—comunicó con tono diplomático.

—Gracias por todo, no sé qué habría hecho con Sherlock en ese estado sin su ayuda, por cierto… ¿cuál es su nombre? —preguntó John al fin.

—soy un salvavidas, para momentos críticos como este. Eso y mi número de móvil es todo lo que necesita saber, Joven John Watson—dijo el empleado a modo de despedida, finalmente descendió por la escalera del apartamento perdiéndose entre las sombras de la noche.

John suspiró aliviado— gracias Mycroft…—susurró para sí, debía admitir que, a pesar de su desagradable personalidad, el mayor de los Holmes realmente se anteponía a todos los escenarios, mantenía planes de contingencia para los líos en los que se metía su hermano.

—John…—susurró Sherlock débilmente. El rubio se aproximó a la cama del rizado, tocó su pálida frente, estaba ardiendo, los temblores no descendían.

—tienes fiebre Sherlock—dijo preocupado, el rizado al instante sostuvo la mano del rubio con fuerza.

—no me dejes…—susurró al fin—no quiero estar solo. 

—no se por qué me haces participar en estos planes Holmes, te expones a tantos peligros innecesarios para obtener tus pruebas…para demostrar que eres más inteligente—reprochó John al fin sin poder ocultar su molestia. Destapó a Sherlock dejándolo solo cubierto por las sábanas blancas y finalmente se recostó a su lado, los temblores del pelinegro fueron disminuyendo poco a poco, abrazó a Sherlock por la espalda, pasando una de sus manos por su pecho, sintiendo los latidos de su corazón regularizarse lentamente. Después de todo lo ocurrido no pudo evitar caer en un profundo sueño por algunas horas, respirando el agradable aroma de los rizos de Holmes, escuchando el tranquilizante sonido de sus respiraciones acompasadas. Hasta que su descanso fue alterado por unos gruñidos ofuscados.

—maldita sea—susurró Sherlock de improviso—maldición…como duele

—¿Sherlock? —preguntó John en la penumbra de la habitación, algo adormilado, se frotó los ojos para aclarar su visión, vio la silueta de Holmes sentada al borde de la cama—¿Hey qué tienes? ¿Qué te duele Sherlock?

—no, no te acerques…no es nada…—dijo el aludido cubriéndose el rostro con frustración, John hizo caso omiso de las palabras de su compañero, encendió una lámpara dispuesto a ver cuál era el motivo de la alteración de su sueño—¡apaga eso! ¡John no te acerques! —farfulló el rizado apretando las sábanas sobre su abdomen, con un brazo frenó el avance de John empujándolo hasta hacerlo desplomarse bajo la cama, su rostro estaba enrojecido, lucía avergonzado

—al parecer has recuperado las fuerzas, hace unas horas no te podías mover por tu cuenta y ahora me empujas…—replicó John restregándose el rostro, finalmente se incorporó y pudo notar lo que Holmes se esforzaba por ocultar, entre los pliegues de la sábana se notaba una erección prominente, Abrió los labios sorprendido, intentando decir algo pero finalmente se cayó y observó a Sherlock acusatoriamente

—deja de observarme así John, es solo un efecto colateral de la maldita droga

—pues…merecido te lo tienes, por exponerte de esa forma ante un maniático como Brook, si yo no hubiese entrado a esa habitación tú…—Sherlock frunció el entrecejo mirando a la nada

—tal vez…me equivoqué…lo subestimé después de todo—observó su erección que sobresalía de las sábanas

—deberías abrirte el pantalón…luce doloroso—replicó John al fin, sentándose en el suelo, apoyando su espalda en la cama, Sherlock volvió a maldecir por lo bajo, realmente parecía enfadado, John sonrió de lado, claro que sí…el odiaba perder el control de su cuerpo después de todo—si tanto te molesta, siempre está la opción de la ducha fría—propuso John con cierta ironía.

—Ah claro, como si no lo hubiese pensado antes—refunfuñó Holmes—no se bajará con una simple ducha John…es…más complicado que eso—susurró.

John observó la expresión adolorida de Sherlock, lucía vulnerable, con sus mejillas enrojecidas y sus labios húmedos e hinchados, “tentador” pensó de pronto. Se relamió los labios reflexionando sobre las próximas palabras que estaba por decir.

—si ninguna de esas opciones funciona…entonces quizás yo…podría ayudarte—dijo al fin, apretando los labios con nerviosismo ante el prolongado silencio de Sherlock, solo sintió un profundo suspiro de parte de su compañero de piso. Alzó la vista para ver a Holmes hacer una autentica mueca de dolor ante las punzadas provenientes de su miembro. Se incorporó, caminando a paso firme hasta estar a escasos centímetros de su rostro, Sherlock lo contempló contrariado, odiaba sentir como los bajos instintos se adueñaban de él, impidiendo la claridad de su raciocinio, John depositó un suave beso en sus labios, para luego inclinarse sobre el pálido cuerpo de Sherlock—estás ardiendo—susurró al oído de Holmes, al sentir como la piel del rizado quemaba al tacto. Sherlock se removió al sentir como esa simple corriente de aire erizaba la piel de su cuello causándole placenteras sensaciones prolongándose por sus terminaciones nerviosas.

—otro efecto colateral de la droga…—susurró Sherlock atrayendo el cuerpo de John, acariciando su rostro sin reparos, los labios de Watson le parecían increíblemente tentadores, por lo que finalmente se rindió, atrayendo esos labios que tantas veces lo habían impulsado a perder el control de sus actos.  Un desconocido frenesí por sentir a ese muchacho en cada parte de su ser se apoderó de sus sentidos, nublando sus pensamientos. Se besaban con desenfreno, Sherlock no tardó en comenzar a moverse bajo el rubio, buscando algo de esa exquisita fricción que tanto deseaba.

Watson comprendió el mensaje, sus dedos jugaron con los labios de Sherlock, para luego descender húmedos lentamente por su cuello, pecho y abdomen en un suave roce que sacó temblores por parte de Holmes…su piel se había vuelto hipersensible a cualquier estímulo, la droga seguía corriendo por sus venas causando estragos en su cuerpo. John besó su cuello con osadía mientras una de sus manos comenzaba a masajear el miembro de Sherlock en un lento vaivén que instantáneamente comenzó a arrancarle placenteros gemidos, Sherlock deseaba acabar, la presión de su entrepierna se hacía incontenible y las intensas atenciones de John hacían inevitable la pronta llegada clímax. Finalmente se derramó entre sonoros gemidos.

—eso fue rápido—comentó John por lo bajo, con tono divertido, dándole espacio al rizado para recuperar el aliento.

—oh maldita sea—se quejó Sherlock con desesperación, su erección no había descendido en lo más mínimo y su líbido tampoco, Observó a John entre jadeos, de un certero movimiento lo tumbó en la cama—Creme John, algo me dice que definitivamente esto no terminará rápido—susurró al oído de Watson. Volvió a besarlo depositando suaves mordidas en esos carnosos labios de John, mientras lo ayudaba a quitarse la camisa que aún conservaba, moviéndose insinuadoramente sobre su entrepierna, finalmente posó su mano en la entrada del pantalón de Watson comenzando a avanzar bajo la tela, John tragó saliva, ni en sus sueños más oscuros se habría imaginado a Sherlock tomando la iniciativa, tenía una expresión tan erótica en su pálido rostro, lo hacía lucir aún más guapo, reprimió un gemido cuando sintió como la mano de Holmes comenzaba a envolver su hombría. Tensó la mandíbula intentando mantener a raya sus jadeos ahogados, Sherlock pareció notar su recato y comenzó a depositar suaves besos en su cuello logrando relajar al rubio quien terminó entregándose sin reparos a ese indescriptible placer que Sherlock le ofrecía, emitiendo suspiros ante los calculados movimientos de su compañero.

—por favor…detente—pidió apretando el brazo de Sherlock

—…pensé que te gustaba—comentó Holmes incorporándose algo contrariado

—si…el problema es que me gusta demasiado—sonrió John algo avergonzado

—John yo…me gustaría experimentar algo nuevo, creo que sé lo que puede calmar las ansias corporales de mi cuerpo, y si estás de acuerdo, nosotros…

—espera me estás pidiendo… ¿Sherlock quieres que “lo hagamos”? —preguntó el rubio con incredulidad tomando cierta distancia.

—pienso que…es una opción viable dadas las circunstancias—replicó Sherlock al fin

—no estás pensando con claridad…estás bajo los efectos de un alucinógeno, no puedo acceder a intimar contigo en ese estado

—mi mente está perfectamente lúcida y lo sabes—dijo Sherlock sin entender cual era el gran problema— y tu…estás físicamente excitado.

—no es eso…es decir…físicamente no hay trabas…pero

—entonces Stacy tenía razón…—susurró Sherlock al fin, su mirada se congeló mientras decía esas palabras, mientras su rostro volvía a asumir esa seriedad inexpresiva.

—¿de qué hablas?

—te gustan las chicas…si es así lo entiendo, no volveré a insistir en este tema—replicó Sherlock asumiendo su postura fría de siempre, envolviéndose con las sábanas, dándole la espalda a John—buenas noches.  

—no…¿Sherlock puedes escucharme? Quiero esto, lo he esperado por mucho tiempo, pero…deseo que sea especial, no quiero pensar que es solo un medio para que tu cuerpo se sienta liberado de los efectos de la droga ¿entiendes? Tú eres especial…para mí. Esto no es solo placer físico Sherlock…porque…—John agradeció que Holmes estuviera de espaldas, ya que probablemente ante su atenta mirada no tendría el coraje para decirlo, inspiró hondo para reunir el valor suficiente y formular las siguientes palabras que tanto deseaba expresar— estoy enamorado de ti.


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