Sherlock y John ingresaron a la casa del rubio, el rizado paseó su mirada rápidamente por su estancia, John frunció los labios con algo de nerviosismo temiendo que su humilde morada fuera objeto de desdén por parte de Holmes. Sin embargo él se limitó a decir—que acogedor…—John sonrió reconfortado ante su observación, subió a buscar una camisa blanca similar a la que Sherlock traía puesta
—bien pruébate esta—dijo extendiéndole la prenda—es bastante parecida…seguro no notaran la diferencia
—si lo harán—dijo Sherlock frunciendo el ceño…—no es algo que pueda evitar de todas formas…
—¿tus padres son como tú? —interrogó John repentinamente interesado
—¿a qué te refieres?
—ya sabes…tan… “observadores” y eso…
—mis padres no me preocupan…pero mi hermano mayor, Mycroft. Lo notará…es aún más “observador” que yo—admitió Sherlock con algo de resentimiento
—¿tienes un hermano mayor? Que genial…me habría gustado crecer junto a un hermano, bueno tengo una hermana, pero…no somos muy cercanos que digamos.
—Mycroft es un terrible hermano—aclaró Sherlock arrugando la nariz con fastidio. Mientras se quitaba el abrigo
—Dámelo, lo pondré a secar cerca de la estufa—Sherlock dudó un poco, era su prenda más valiosa, no estaba dispuesto a dejarla en manos de cualquiera, pero ese muchacho…John Watson, le agradaba y era bastante sencillo confiar en él, definitivamente un fenómeno que a Sherlock Holmes le pasaba en raras ocasiones. Extendió el abrigo que aún estaba algo enlodado, pero la lluvia se había llevado la mayor parte de la suciedad—John fue a la cocina a dejar la prenda, cuando volvió alzo el rostro y pudo ver a Sherlock con el torso descubierto, acababa de quitarse la camisa sucia, John abrió los ojos con asombro, ese muchacho tenía el cuerpo bien definido…con ese grueso abrigo no se notaban sus tonificados músculos, realmente tenía un físico envidiable. Sherlock al sentirse observado fijó su acusadora mirada en John, quien intimidado apartó la vista con actitud nerviosa.
—em…¿quieres té?…debes tener frio—dijo con una sonrisa amable
—no quiero molestar más de lo necesario. Lo que has hecho por mí ya es más que suficiente—replicó Sherlock abotonándose la nueva camisa, le quedaba algo ceñida al cuerpo.
—te queda bastante bien, y no…no me molesta, al contrario…eres una buena compañía—dijo John encogiéndose de hombros
—soy todo menos una buena compañía Watson—corrigió Sherlock tras un suspiro.
John sonrió—te juzgas con demasiada severidad a ti mismo, deberías darme la oportunidad de forjar mi propia opinión, además tu abrigo necesita un poco más de tiempo para secarse—dijo John mientras iba a buscar un par de tazas, sin darle tiempo de protestar al rizado. Sherlock puso sus manos tras su espalda y finalmente aceptó la invitación. Mientras John preparaba el té comenzó a ver las fotos familiares de los Watson que permanecían enmarcadas en las paredes y estantes.
—bueno…se que no es de mi incumbencia, pero… no pierdo nada con preguntar de todas formas ¿por qué te cambiaron de escuela a mitad de año? Eso no es para nada usual—dijo John asomando la cabeza desde la cocina
—Tuve…problemas
John finalmente colocó una bandeja plateada en la mesa invitando a Sherlock a pasar—¿tenías mala conducta? ¿insultaste al director? —bromeó John con una sonrisa traviesa en los labios, Sherlock alzó la vista con una expresión extraña mientras revolvía su taza de té—vamos…sea lo que sea no saldrá de aquí
—digamos que…esta no es la primera vez que intentan golpearme en la escuela solo por ser yo mismo—a John se le borró la sonrisa al instante, de pronto comprendió la gravedad del asunto, ese chico…ese muchacho sentado junto a él se había cambiado de colegio porque sufría de acoso escolar.
—entiendo…—dijo al final, luego de un prolongado silencio apretó los puños con ira y dijo—son unos idiotas
—casi todo el mundo lo es…a la gente no le gusta lo diferente.
—no debieron llamarte fenómeno…hoy…tus deducciones, aunque hirientes…fueron muy brillantes—dijo John con un dejo de admiración en su voz
—¿de verdad lo crees? —interrogó Sherlock con un peculiar tono esperanzado en su aterciopelada voz.
—claro que si…impresionantes sin duda
—no es lo que normalmente dicen
—ah no…¿y que dicen?
—“vete a la mierda”—dijo Sherlock con una sonrisa divertida. John también emitió una sonora carcajada
—¿quién es la chica que aparece junto a ti en ese cuadro? —preguntó Holmes indicando el cuadro de la pared en la que ambos muchachos aparecían con trajes de gala—La vi hoy en clase…sentada en la segunda fila, tercer puesto, tiene el cabello castaño y mide 1.52…ojos bastante expresivos…
—ah…ella es Stacy, en la foto estamos en el baile de primavera que organizó el colegio, pronto vendrá otro baile…debes apresurarte en conseguir pareja, por cierto. Ella y yo salimos por un tiempo…es linda, pero…luego de un tiempo la relación se volvió monótona…da igual, lamento que jamás logré llegar a segunda base con ella, de verdad me gustaba—Sherlock observó a John distraídamente, a su cerebro no le interesaban las trivialidades, solo había reconocido a la muchacha de la clase, al salir la había visto coqueteando con el profesor de gimnasia, probablemente tenían una relación secreta. Típicas fantasías de adolescente, sin embargo, al analizar el discurso de John algo llamó repentinamente su atención
—¿segunda base? ¿te gusta el beisbol?
John al escucharlo se atragantó con el té—¿Qué? No, es…ya sabes, es una metáfora de…
—no soy bueno con las metáforas—aclaró Sherlock manteniendo su mirada fija en el rubio, juntando las manos bajo su barbilla con actitud concentrada.
—olvídalo…no es importante—dijo al fin observando a Sherlock con incredulidad—em…¿y tú has tenido novia?
—¿novia? No…esa no es mi área—replicó Sherlock sin inmutarse
—entonces has tenido novio…lo que está bien, por cierto—se apresuró a aclarar John.
—sé que está bien—dijo Sherlock arrugando el entrecejo, apretando los labios ante ese comentario.
—entonces tienes novio
—no, no tengo—replicó Sherlock levantando la guardia ante la insistente curiosidad del rubio por su vida amorosa, comenzó a poner atención a los gestos de John, especialmente en cómo acababa de humedecerse los labios con la punta de la lengua y sonreía algo sonrojado.
—bien…estás soltero…como yo. Pero…supongo que has tenido algún tipo de…ya sabes, acercamiento con las chicas
Sherlock sacudió la cabeza a modo de negativa incómodo con tantas preguntas—no me interesan esas cosas John…considero que la cercanía humana es innecesaria y degradante. No entiendo la necesidad que tienen las personas de depender emocionalmente de alguien y satisfacer sus bajezas…todo lo relacionado con el tema, no me interesa—declaró finalmente
—espera…déjame entender, ¿entonces jamás has besado a nadie?
—claro que no—dijo Sherlock alzando el rostro con arrogancia, como si ese tipo de acercamientos no fueran dignos de él
—vaya…entonces… ¿qué te interesa?
—el crimen—dijo Sherlock esbozando una sonrisa enigmática, un brillo extraño apareció en sus ojos al pronunciar esas palabras—deseo convertirme en un detective, en el mejor de todos, quiero combatir el crimen, resolver los casos más difíciles…los que nadie se logra descifrar. Quiero probar que soy más listo que los criminales más brillantes de toda Inglaterra…he intentado colaborar con los policías en los casos, pero…nadie me ha tomado enserio, es porque soy demasiado joven. Las personas normales pasan por alto los detalles, ignoran lo elemental…pero yo puedo ver a través de todo, se que me convertiría un gran detective, es por eso que solo deseo terminar la escuela e ir a la universidad y luego dedicarme a resolver crímenes…
—Woow…es un plan ambicioso—Dijo John sorprendido—suena fascinante, tendrías una vida llena de aventuras y misterios por resolver…y con tu cerebro, serías imparable—Dijo finalmente—Yo quiero estudiar medicina supongo que es una opción más tradicional—sonrió con modestia, Sherlock abrió la boca para decir algo cuando ambos escucharon el sonido del reloj marcando las 9 pm. Sherlock se sobresaltó habían pasado hablando demasiado tiempo…¿Qué le sucedía esa tarde? El jamás perdía la noción del tiempo, era muy calculador…pero se había entretenido conversando con ese chico.
—debo volver a casa…si no estoy allá en media hora mi hermano es capaz de mover a medio el gobierno para localizarme—bromeó con una extraña sonrisa
—si quieres te presto un paraguas, no queremos que vuelvas a mojar ese majestuoso abrigo ¿verdad?
—te lo agradezco…—respondió Sherlock finalmente, afuera ya estaba oscuro
—espera…—dijo John preocupado—¿no quieres que te acompañe? Acabas de mudarte, está oscuro y…Anderson acostumbra a ubicarse en estas esquinas con su grupo
—ya has hecho más que suficiente John…además tus padres…
—no te preocupes por ellos—interrumpió el rubio—…de todas formas nunca están—dijo finalmente con expresión distante, se apresuró a ponerse una gruesa chaqueta para luego seguir los pasos de Sherlock. El rizado no quiso decir que ya sabía los problemas familiares que John tenía en su hogar, la casa estaba bien cuidada, pero la madre de John era enfermera, trabajaba doble turno por lo que casi no estaba en casa y su padre era alcohólico, al igual que su hermana, en las fotografías ambos mostraban claras señales de sufrir de alcoholismo, sin embargo, ella estaba en rehabilitación, vio una nota en uno de los muebles con los horarios de visita del centro médico. Por lo que John se hacía cargo de las labores de su hogar, era un muchacho sencillo y esforzado—¿dónde vives por cierto? —preguntó, sacando al rizado de sus pensamientos
—te diré cuando lleguemos—respondió Sherlock con su característico aire enigmático, ambos caminaron hablando hasta una gran casa blanca que se alzaba distinguiéndose de todas las demás
—¿aquí vives? —dijo john maravillado, ¿eres rico o algo así? Esta parece una mansión…
—nos va bien…—dijo Sherlock sin mayor interés, la verdad a él no le importaba demasiado donde vivieran sus padres, deseaba independizarse de una vez por todas y vivir solo.
—eso diría un millonario—dijo John a modo de queja
—no somos millonarios
—Sherlock, se puede saber en donde estuviste toda la tarde…¿y tu móvil? Te llamé cientos de veces, siempre haces lo mismo, no te importa en lo más mínimo preocuparnos a todos en esta casa…—Mycroft guardó silencio al ver al muchacho rubio que acompañaba a su hermano
—Tuve que resolver unos asuntos antes de venir a casa
Mycroft le dedicó una mirada cargada de burla—Si, tuviste que resolver varios asuntos al parecer. Algunos te golpearon bastante duro en el rostro…y hasta te hicieron cambiarte de camisa—dijo dejando caer su acusadora mirada sobre su hermano menor unos instantes, para luego guiar sus ojos rápidamente hacia el muchacho rubio que acompañaba a Sherlock—y usted jovencito es…
—Ah, hola, usted debe ser el Señor Mycroft Holmes, soy John Watson…un amigo de Sherlock, mucho gusto—dijo John esbozando una radiante sonrisa, recibiendo una cara de estupefacción por parte de Mycroft y el silencio sepulcral de Sherlock que se prolongó durante varios minutos.
—¿un amigo? —cuestionó Mycroft sin lograr disimular su incredulidad
—Si señor…—dijo John con convicción
—vaya…quien lo diría…—dijo Mycroft manteniendo su aire de sofisticación—Sherlock Holmes tiene un amigo, que interesante
Sherlock no reaccionaba, John acababa de decir esas palabras tan resueltamente con tanta convicción…y esa palabra en especial resonaba en lo más profundo de su mente.