A la mañana siguiente John estaba animado, aguardando con ansias la hora de ingreso a clases, en lo más profundo de su ser admitía avergonzadamente que deseaba volver a clases para conocer un poco más a ese peculiar muchacho. Sherlock era realmente interesante, al igual que su familia, además aún no comprendía totalmente como es que el rizado lograba hacer esas brillantes deducciones, siempre percatándose de los detalles mínimos…esas minucias que todos pasaban por alto, bueno todos menos Sherlock Holmes. Se sentó en su pupitre aguardando la llegada de su intrépido compañero, observando con atención hacia la entrada al salón, pero los minutos pasaban, toda la clase hizo ingreso aguardando por la maestra…Sherlock no llegó.
No pudo evitar sentirse decepcionado, era su segundo día de clases y el muy engreído decidía faltar, pensó que había sido bastante desconsiderado, al menos podría haber tenido la gentileza de avisarle considerando que la tarde anterior habían pasado varias horas juntos. Luego se reprendió a sí mismo, apenas conocía a ese chico, ¿por qué estaba tan interesado en él? Quizás porque jamás había conocido a alguien como Sherlock y le agradaba su espíritu rebelde y desafiante, sin temor alguno a decir lo que pensaba, aunque los demás lo odiaran por eso. Aun así, pensó que no debía darse atribuciones que no le correspondían, de todas formas, no tenía el menor derecho a saber con antelación lo que haría o no el chico nuevo. Vio a Stacy mirándolo traviesamente desde los primeros puestos con la intención de que el rubio se acercara a entablar alguna conversación, pero John solo desvió la mirada y comenzó a observar distraídamente las primeras gotas de lluvia que descendían por la ventana.
John Watson luego de la primera clase caminó con desánimo por los pasillos de la escuela a lo lejos vio como Anderson le dirigía una mirada iracunda, sabía que no le dejaría pasar que hubiese defendido a Sherlock la tarde anterior, sin embargo…no le importaba demasiado lo que Anderson planeara. Se dirigió a su casillero con desánimo, nuevamente había olvidado la maldita combinación…la había cambiado tantas veces que olvidaba la contraseña actual, comenzó a luchar con el Locker, hasta que unos delgados dedos se pusieron en medio apartando las torpes manos de John con delicadeza, luego de unos segundos el casillero estaba abierto. Miró con incredulidad a la alta figura a su lado, Sherlock le dirigió una mirada presumida, enarcando una ceja
—woow…eso fue ingenioso—dijo sonriendo repentinamente de buen humor, no sabía si estaba más feliz porque finalmente el casillero estaba abierto o porque Sherlock a pesar de todo había asistido a clases.
—Lo sé—Dijo Sherlock por toda respuesta esbozando un de sus típicas sonrisas engreídas
—pensé que ya no vendrías—replicó John algo dolido
—Durante la mañana tenía asuntos que resolver…pero debía venir, tenía que devolverte esto—dijo alzando el paraguas de John—gracias, por cierto.
—no es nada…¿te quedarás entonces? Ahora tenemos biología…hay examen—dijo John frunciendo los labios con frustración
—¿de verdad?
—¿no sabías?
—No importa…—replicó Sherlock con expresión de aburrimiento
—yo no estaría tan tranquilo si fuera tú, esos exámenes son realmente difíciles
—ya lo imagino—replicó Sherlock, iba a abrir la boca para hacer una observación cuando una voz chillona taladró sus oídos
—Vaya John…deberías presentarme a tu amigo—dijo Stacy con una cínica sonrisa—¿eres el chico nuevo verdad? Soy…
—Stacy…ya lo sé—interrumpió Sherlock deseando terminar esa conversación tan rápido como había empezado.
—ah claro…supongo que John ya te habló de mi—dijo tomando al rubio del brazo, posesivamente, apegándose a él.
—¿John ese es tu paraguas? —interrogó inquisitoriamente descolocada al ver que Sherlock le había “devuelto” ese paraguas café que ella conocía tan bien.
—oh si…Sherlock me lo devolvía…ayer se lo presté había una tormenta terrible, ya sabes.
—vaya…cuanta confianza hay entre ustedes en tan poco tiempo—dijo Stacy enarcando las cejas con cinismo—bien John, te veo en el almuerzo—dijo besando la mejilla de Watson, quien se sonrojó ante el gesto. Sherlock observó a la muchacha frunciendo el gesto con cierta exasperación, ella le recordaba todo lo que le desagradaba de las personas.
—¿qué quiso decir Stacy? —preguntó John retóricamente en voz baja, en ese momento se percató de las curiosas miradas de sus compañeros cercanos, que estaban posadas en ambos, al parecer ya se había corrido el rumor del “chico nuevo”, como era de esperar nadie se le acercaba…y sus compañeros se preguntaban ¿por qué John Watson estaba interesado en ser su amigo?
Sonó el timbre sacándolos a todos de su trance, la horda de gente comenzó a avanzar hacia los salones a sus respectivas clases, durante el examen Sherlock fue el primero en entregarlo, John suspiró algo preocupado, probablemente el muchacho no había contestado nada al no saber del examen con antelación. En el almuerzo John se dirigió con su bandeja hacia la mesa con su grupo de amigos, pero a mitad de camino divisó a Sherlock sentado solo en una de las mesas leyendo un libro, Stacy le hizo una seña a John para que viniera a comer con ellos, pero finalmente decidió sentarse junto a Holmes. Sherlock no lo observó de inmediato, terminó de leer la página del libro para luego dirigir su atención hacia John.
—¿por qué no estas almorzando? ¿El horario de colación es para eso sabes? No puedes vivir de aire…—bromeó John manteniendo una sonrisa divertida mientras jugueteaba con una manzana en sus manos
—comer es aburrido—replicó Sherlock tajantemente
—comer nos mantiene vivos—dijo John extendiéndole la manzana
—es tu postre Watson, no necesito que tu…
—está bien…quiero hacerlo Sherlock y es de mala educación no aceptar los obsequios
Holmes rodó los ojos ante el comentario, pero finalmente acepto la fruta, dándole una buena mordida
— ¿“La ciencia de la deducción”? —interrogó John leyendo la portada del libro, al revés desde el ángulo desde donde estaba sentado sin dificultad alguna, Lo cual no pasó desapercibido para Holmes, esa era una curiosa habilidad— ¿quién lo escribió?
—Fui yo…—admitió Sherlock sin mayor interés
—¿tu escribiste un libro y lo empastaste?
—es…un borrador, lo estaba corrigiendo.
—eres increíble—dijo emitiendo una carcajada sin disimular su asombro.
—lo dices de nuevo
—lo siento…dejaré de hacerlo—replicó John encogiéndose de hombros, temiendo en parecer demasiado interesado…aunque ya era demasiado tarde.
—no…está bien, creo…—replicó Sherlock bajando la mirada
—Tengo preguntas—dijo John recordando el cúmulo de interrogantes que se agolpaban en su mente
—Obviamente—Sherlock hizo un elegante ademán con la mano para que Watson continuara
—¿Cómo lograste abrir mi locker? Ni yo recordaba la contraseña y es imposible que tú la supieras—
—es fácil descifrarla, deberías usar guantes siempre que uses esas cosas. Los depósitos de grasa de tus dedos, y el desgaste de los números…solo eso se necesita para comenzar a descifrarla. Tu contraseña está compuesta por 3 dígitos, los mayores depósitos de grasa estaban sobre el número 5…pero luego la secuencia era casi imposible de seguir, considerando que olvidas constantemente la combinación, necesitas algo fácil de recordar, algo que siempre puedas ver en tu recorrido habitual de la casa a la escuela, ¿qué numero de tres dígitos vimos ayer cuyo primer cifra era 5? El número de tu casa 573—John quiso hablar, pero…el asombro lo dejó mudo durante unos instantes
—bri…brillante—dijo atropelladamente, Sherlock asintió satisfecho— bueno…em… ¿por qué no viniste hoy a la primera clase? —interrogó el rubio
—haces demasiadas preguntas Watson
—bueno…no estás obligado a responderlas
—estoy trabajando en un caso. Siguiente—dijo Sherlock hablando a gran velocidad
—creí que no te dejaban trabajar en los casos, por ser menor de edad y todo eso…
—conocí a alguien. Desea darme una oportunidad. Ahora es mi turno ¿por qué anoche dijiste eso frente a Mycroft? —preguntó Sherlock con expresión grave mirando fijamente a John, mientras apoyaba sus codos sobre la mesa, recargando su barbilla entre sus manos cruzadas. John pensó que esos claros ojos del rizado pretendían atravesarlo y conocer hasta sus más profundos secretos
—¿A qué te refieres? —dijo carraspeando algo intimidado por la actitud que había tomado Sherlock
—dijiste que eras mi amigo—Sherlock deseaba expresar muchas cosas, las ideas se agolpaban en su mente, esa palabra retumbaba en lo más profundo de su cabeza y un montón de dudas afloraban ¿por qué John Watson deseaba ser su amigo? ¿por qué era amable con él? ¿qué pretendía? Y aún más importante… ¿por qué él mismo se había sobresaltado al escuchar esas simples palabras salir de los labios de John? Ese chico no lo conocía, no sabía quien era Sherlock en realidad, sus secretos, las oscuras sombran que lo acompañaban a todas partes…Sherlock sabía que estaba solo, y estaba demasiado acostumbrado a su confortante soledad, alejaba a la gente intencionalmente, los consideraba peligrosos, la simpatía y el cariño eran defectos químicos hallados en el lado del perdedor. Sin embargo, a pesar de sus convicciones debía admitir que John le agradaba y en lo más profundo de su ser Holmes también deseaba su amistad.
—pues después de todo lo que pasamos durante la tarde pensé que era lo correcto decirlo, además los amigos protegen a la gente y tú…solo eres un blanco fácil
—¿por eso prefieres venir a sentarte conmigo que con tu grupo de amigos? —preguntó Holmes observando hacia la mesa ubicada en la otra esquina del comedor, John miró tras su hombro y vio a su grupo de amigos cuchicheando mientras tenían la mirada clavada en ellos dos.
—esa es mi decisión—replicó John bajando la mirada algo avergonzado.
—aun así…estas no son tus batallas, los brabucones como Anderson son problema mío, de nadie más.
—bueno…—John lo pensó un momento, finalmente tomó aire y lo dijo—quizás no puedo evitar inmiscuirme, no quiero que sean solo tus problemas…después de todo, mereces ser protegido, eres un muchacho brillante…y si esta a mi alcance evitar que te rompan la nariz, entonces lo haré—dijo sonriendo
Sherlock también esbozó una sutil sonrisa. Tal vez contarle a John sobre su caso no fuese tan mala idea después de todo, quizás Watson podría ser un buen colaborador.