—No entiendo cómo pudo suceder, estudié mucho para este examen y obtuve un mediocre 6—señaló John con decepción doblando el examen para luego ponerlo en el fondo de su bolso mientras caminaban por los pasillos de la escuela rumbo a la salida—en cambio tu sacaste un 10, ni siquiera sabías del examen, no estudiaste nada en absoluto ¿Cómo lo haces? —inquirió con tono demandante
—¿hacer qué? —preguntó Sherlock con actitud distraída, volteando repentinamente a ver a John
—el examen Sherlock, hoy estás especialmente desconcentrado
—no es eso, este tipo de conversaciones triviales…las tengo en tono “semi-mudo”
—¿es enserio? —inquirió John fastidiado, arrugando la nariz con frustración. De pronto Holmes se detuvo, observando la hoja que traía en su mano, observó su calificación y rodó los ojos, ¿Cómo podía explicarle a John que ese tipo de exámenes no importaban? No representaban su conocimiento real, bueno…su conocimiento en biología era mucho más profundo que las simples preguntas que habían formulado en la asignatura, pero aun así eran evaluaciones estandarizadas construidas por ineptos.
—estás…molesto—replicó Sherlock como si estuviera pensando en voz alta, poniendo uno de sus dedos bajo sus labios en actitud concentrada, John alzó el rostro contrariado—bueno, considerando que…si de verdad piensas estudiar medicina debes obtener mejores calificaciones que estas, puedo ayudarte en Biología.
—¿de verdad? Gracias
—es una forma de saldar mi deuda por ayudarme a defenderme de Anderson y su séquito de ineptos—John sonrió ante la usual ironía de Sherlock, ya se había acostumbrado a ella
—aun así, gracias… ¿pero cuando estudiaremos? Además, tenemos que asignar un lugar, tu casa o la mía—Sherlock arrugó el entrecejo en desaprobación.
—No—dijo tajantemente— el estudio de biología es una actividad compleja y demandante, requiere de un espacio óptimo de concentración y silencio, un lugar…independiente, el entorno influye bastante en la adquisición de nuevos saberes, es un gran estimulante mental—observó a John con cierto recelo, sabía que Watson conocía bien las calles de Londres, pero no estaba seguro de si este era el momento indicado para contarle una de sus tantas confidencias—reunámonos mañana, siete en punto. La dirección es 221B de Baker Street—dijo con aire de misterio, tras sus últimas palabras hizo un leve gesto con la mano en forma de despedida y comenzó a caminar, John lo observó pasmado alejarse por la calle, Sherlock volteo la cabeza levemente hacia donde estaba Watson y esbozó una sutil sonrisa ladina, guiñándole un ojo en señal de confidencialidad.
John también sonrió ante el gesto y sacudió la cabeza, definitivamente Sherlock Holmes tenía una debilidad por el misterio y los enigmas…y era precisamente eso, la imposibilidad de conocerlo por completo o seguir el ritmo de sus pensamientos, los matices y sombras que se proyectaban a su alrededor lo hacían obsesionarse más y más por ese fantástico muchacho.
Alzó la vista hacia los pocos estudiantes que quedaban aun en la escuela y divisó a Stacy junto a Dave y Jeffrey que ahora lo observaban con cierto desdén, haciendo comentarios por lo bajo, se había alejado de todo el mundo a causa de su extraña fascinación por el chico nuevo. Incluso habían empezado a correr ciertos rumores, probablemente iniciados por Anderson quien seguía resentido al ver como dos muchachos le habían pateado el trasero a sus brabucones. John era plenamente consciente que estaba dejando de lado su antigua vida, pero por primera vez en muchos años…había dejado de sentirse solo. Cuando caminaba junto a Sherlock nada faltaba, se sentía pleno y emocionado, era como estar frente a un campo de batalla, el tiempo y la realidad misma se distorsionaba, se sentía poderoso y constantemente intentaba descifrar el enigma que era Sherlock Holmes.
Ese chico era tan sabio en algunos aspectos, espectacularmente ignorante en otros, pero su mente funcionaba de una forma única y deseaba ser testigo de cada una de sus deducciones. Además…en ciertas ocasiones pensaba que Sherlock también se sentía de esa forma, quizás compartir el tiempo de escuela juntos le hacía sentirse menos solo…aunque el siempre defendía el confort y la comodidad de su soledad…era tan complejo…tan complicado…Se restregó el rostro con pereza, “ya basta” se reprendió, no podía continuar todo el día pensando en Sherlock, al inicio creyó que su fanatismo se curaría durante el curso de las semanas pero no podía parar de repasar en su cabeza cada cosa que Holmes decía, especialmente las que omitía…quizás la información más valiosa, recurrentemente por su cabeza transitaban los gestos de Holmes, su sentido del humor único, sus gestos y esos ojos verdes indescifrables.
Finalmente ingresó a su morada, dirigiéndose automáticamente hacia el baño, se empapó el rostro en repetidas ocasiones, necesitaba concentrarse…jamás había sentido tanto interés por alguien.
—¿Qué me está pasando? —cuestionó con actitud tortuosa frente al espejo de su baño—…me estoy volviendo loco—dijo para luego suspirar con cierto aire de resignación, sonrió con los ojos cerrados ante la posibilidad de ver a Sherlock la tarde siguiente—¿Baker Street? —se preguntó extrañado recordando sus últimas palabras.
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—Buenas tardes señor Watson—saludó Sherlock con pomposa actitud teatral haciendo una exagerada reverencia al ver a John de pie junto a la entrada de la residencia, evidentemente tenía mucho frío…mantenía los hombros encogidos, los brazos cruzados en torno al pecho, haciendo titánicos esfuerzos por no tiritar.
—Dijiste a las 7—reprochó John, torciendo el gesto con indignación había pasado esperándolo media Hora afuera del edificio congelándose a la interperie.
—oh…lo siento—dijo Sherlock tras una mirada sorprendida—tranquilo pronto entrarás en calor. De pronto abrió la puerta de la entrada, John lo miró con extrañeza recibiendo solo una mirada elocuente y un movimiento presumido de cejas. El rubio torció el gesto para finalmente hacer ingreso a la residencia. Adentro había una mujer mayor que abrazó a Sherlock con sincero cariño, él a pesar de su eterna frialdad le devolvió el abrazo con una sonrisa en los labios, John observó la escena extrañado, Holmes se veía tan cálido…tan “humano” cuando sonreía, no esas sonrisas ladinas que proyectaban una falsa idea de felicidad y que al mismo tiempo albergaban un dejo de tristeza. Ahora era diferente, realmente estaba feliz.
—Señora Hudson, él es mi compañero John Watson—dijo presentándolos con un ademán, La mujer observó a John con la misma amabilidad que miraba a Sherlock.
—Oh por dios, pero mira que guapo es este chiquillo—dijo tomando las mejillas de John con excesivo cariño—elegiste bien Sherlock—dijo guiñándole un ojo con complicidad. Sherlock no alcanzó a captar el gesto pues ya se encontraba subiendo rápidamente las escaleras
—¡apresúrate John!, espero que hayas traído tus apuntes de biología
—emmm…si, ¡voy en un momento! —gritó hacia arriba—disculpe, ¿Qué dijo? —interrogó algo dudoso dirigiéndose hacia la señora Hudson
—oh no te avergüences querido, hay de todo aquí—dijo sonriendo, para luego desaparecer en la planta baja de la casa, dejando a John algo confundido.
—¡John! —volvió a gritar Sherlock desde las alturas.
—¡ya voy! —al subir se encontró con una hermosa sala, aunque estaba bastante empolvada y desordenada, Paseó su mirada por el curioso papel tapiz de la pared, deteniéndose en el gran escritorio de roble que adornaba el centro de la sala, para finalmente observar con atención un cráneo sobre la chimenea
—¿eso es un cráneo humano?
—amigo mío—dijo Sherlock divertido, pero al ver la expresión de John se retractó—cuando digo amigo…ya sabes.
—déjame entender…¿este es el apartamento de algún familiar tuyo?
—nop. Es mio, bueno lo será…me estoy mudando—aclaró Sherlock con cierto tono de orgullo
—pero tienes 17—cuestionó el rubio sin entender la urgencia de Holmes por huir de su casa. ¿acaso tenía problemas con sus padres?
—seeep
—¿tus padres no tienen problema con eso?
—¿por qué habrían de tenerlo? —cuestionó el rizado
—¿y que hay de tu hermano?, es muy sobreprotector—dijo John recordando la desagradable primera impresión que le había causado el pelirrojo.
—¿Mycroft? Claro que no—negó Sherlock arrugando la nariz repentinamente disgustado—ya te lo dije…es un pésimo hermano.
—¿y se puede saber cómo financiarás todo esto? Es un piso muy bonito…y tiene una ubicación céntrica…
—haces demasiadas preguntas Watson—replicó Sherlock rodando los ojos con aburrimiento.
—lo siento…es que es, “poco convencional” que un chico de 17 años que viene de una buena familia se independice tan pronto, y este piso debe ser muy costoso
—para un chico de 17 sin ingresos tal vez…pero por el momento tengo trabajo—dijo esbozando una sutil sonrisa presumida.
—¿hablas enserio? ¿trabajas en algun local de comida rápida o algo así? —cuestionó John sonriendo divertido, recibiendo una mirada poco amable de Holmes en respuesta.
—soy detective consultor. En Scotland Yard conocí a un Detective inspector que finalmente me hizo caso, me dio una oportunidad…y deduje cada posible pista del cuerpo, hace unas semanas, lograron atrapar al asesino porque yo les proporcioné la información decisiva…así que he estado a prueba por un mes. Pero finalmente ha comenzado a confiar, me consulta regularmente respecto a esos casos que tienen a la policía perdida en las profundidades...dice que soy incluso mejor que los miembros de su equipo
—¿detective consultor?
—sip, soy el único en el mundo…yo inventé el puesto, te dije que trabajaría en esto.
—así que con eso te estás costeando un apartamento—reflexionó John admirado, observando a su alrededor maravillado.
—necesito mi espacio…para hacer mis experimentos, en casa mi madre se espantaba cuando…no importa—dijo finalmente
—¿y qué te parece? —cuestionó Holmes conservando su buen humor de esa tarde.
—es muy lindo—confesó el rubio manteniendo los ojos muy abiertos, aun algo aturdido por toda esa información, acaba de comprender por qué Holmes siempre desaparecía entre clases tras unos extraños mensajes que llegaban a su móvil, su contante misterio que iba en aumento, era evidente…había mantenido su proyecto en secreto hasta lograr ganarse la confianza del detective inspector—esa es realmente es una historia increíble
—sip. Pero es un apartamento bastante espacioso, creo que en el futuro necesitaré un compañero de piso…para los gastos de la renta y todos esos asuntos…
—sería una buena idea, aunque tu estilo de vida no es fácil de llevar
—seep, no soy una buena compañía, ¿Quién me querría de compañero después de todo—dijo con cierta arrogancia?
—yo…digo, sabes que te considero una buena compañía—pero no tengo los medios para…venir a vivir aquí.
Sherlock se recostó en un largo sillón, mirando hacia la nada—eres uno en un millón, Watson
El rubio sonrió ante su comentario, y de pronto recordó la alocada idea que se agolpaba en su interior amenazando por salir de sus labios en cualquier momento
—ah…Sherlock, hablando de eso, bueno yo…¿recuerdas que mencioné el baile de primavera hace unas semanas? Será en 2 días—Sherlock lo observó atentamente con el rabillo del ojo—y bueno sé que es un evento estúpido y todo eso pero pensándolo mejor, se me ocurrió una idea, ya que yo no tengo pareja…y tú, creo que tampoco, podríamos ir juntos…digo…como amigos claro, y todo eso…no lo sé, dime que te parece—lo dijo tan rápido que no sabía si Holmes había logrado comprender una sola palabra, Sherlock se incorporó observándolo con profundidad, con los labios entreabiertos por la sorpresa, el silencio reinó en Baker Street por lo que a Watson le pareció una eternidad.