John Watson se sentía el muchacho más afortunado de toda Inglaterra mientras se acomodaba el nudo de su corbata roja. Todavía no podía creer del todo como había conseguido que Sherlock Holmes en persona hubiese aceptado ir al baile con él. Aun conservaba el fresco recuerdo en su memoria.
Flash Black
—Sherlock…di algo por favor, se que consideras que es una de esas tradiciones inútiles y estúpidas que deberían ser erradicadas por el bien de la sociedad, pero…créeme puede ser realmente divertido con la compañía adecuada y…
—¿tu quieres ir al baile conmigo? —preguntó Sherlock poniendo la expresión más descolocada que John había visto en todo su tiempo junto a él
—si…bueno, es…lo más adecuado, ya sabes para pasar una velada divertida—dijo sonriendo con su característico optimismo—será muy gracioso cuando el director expulse a Anderson del evento por intentar verter alcohol en el ponche como todos los años.
Sherlock nuevamente permanecía en una mudez total, observando fijamente a John con gravedad
—oh vamos Holmes si no quieres ir…está bien, solo dime que estás pensando yo…pensaba que podía ser bueno distraerse, después de todo somos adolescentes
—Jamás he ido a un baile—fue todo lo que dijo él, desviando la mirada hacia la nada, su tono de voz era neutral, su expresión vacía. Pero john detectó la soledad que se escondía tras esas simples palabras
—¿nunca te habían invitado a un baile?
—No…por lo que desconozco el protocolo, las normas sociales y el procedimiento a seguir
—estamos hablando de un baile Sherlock, no de uno de tus experimentos
—todo en la vida es un experimento Watson, debes seguir los pasos adecuadamente para conseguir tu objetivo, sobre todo si no me he enfrentado a una situación similar antes
—¿entonces aceptas? —Sherlock lo miró de reojo
—si prometes que será “emocionante” como podría negarme—John sonrió, era evidente, el jamás respondería a su propuesta directamente, pero esta era su manera de aceptar al más estilo Holmes.
—bien…—dijo sin lograr disimular su alegría
—¿y cuál es el protocolo a seguir?
—ah pues…veamos, nos reunimos antes del baile o a fuera de la escuela, como prefieras, y hay que ir de esmoquin, es una ocasión formal, el gimnasio estará acondicionado como una gran sala de baile, podemos comer, bailar, habrá una gran bola brillante en el centro de la pista y hay muchas luces que le otorgan un carácter psicodélico al entorno.
—¿bailar? ¿Qué clase de música?
—de todo un poco—dijo John despeinándose el cabello algo incómodo, recordando la música romántica—ya sabes, movida, electrónica y…lentos, como dije, de todo.
—soy un bailarín bastante ágil—dijo de pronto, John sonrió ante el comentario—pudiste ir con Stacy, ¿por qué me estás pidiendo esto a mí? —preguntó repentinamente
—No le pregunté esto a Stacy…porque ella no es mi mejor amiga, no es con ella con quien quiero divertirme esa noche, es una ocasión importante y…ella no me interesa…no como tu—siendo consciente de sus últimas palabras intentó restarle importancia a la confesión—además considero inaceptable que un muchacho no haya ido a ningún baile a sus 17 años—dijo John aun algo sonrojado.
—de verdad me consideras tu amigo…
—claro que sí...mi mejor amigo.
El sonido de un coche lo sacó de sus recuerdos, Sherlock había insistido en pasarlo a buscar en uno de los automóviles conducidos por los empleados de su hermano. Se miró por última vez en el espejo, estaba perfectamente peinado hacia atrás, con su clásico esmoquin negro que solo ocupaba para esas ocasiones—A la batalla—dijo con emoción. Finalmente suspiró y bajó a toda velocidad, una vez adentro del coche vio a Sherlock. No pudo disimular su expresión de sorpresa, Sherlock lucía…perfecto, se veía muy guapo, sus indomables risos estaban perfectamente peinados, su esmoquin era nuevo, y le quedaba perfectamente ceñido al cuerpo.
—¿ya terminaste tu inspección? —se burló Sherlock enarcando una ceja
—yo…no estaba…bueno olvídalo, luces bien—admitió Watson acomodándose a su lado, desviando su vista hacia la ventana
—Lo se…tu no lo haces nada mal
—que puedo decir, soy un galán—dijo John emitiendo una carcajada, Sherlock también sonrió divertido
Cuando hicieron ingreso al gimnasio varios ojos curiosos se voltearon a verlos, John fue consciente de las indiscretas miradas, observó a Sherlock que permanecía absolutamente ajeno a la gente que lo rodeaba y lo imitó alzó la vista e ignoró a todos los presentes. La comida estaba deliciosa, se contentó viendo a sus compañeros que bailaban en el centro de la pista sin atreverse a pedirle a Sherlock bailar con él, Holmes no parecía demasiado interesado en el resto de los humanos que le rodeaban, la verdad parecía tener una sutil expresión de aburrimiento e irritación por el fuerte retumbe de la música electrónica en todo el gimnasio.
Tomó aire para reunir el valor de formular la pregunta que llevaba esperando hacer toda la noche—Sherlock me preguntaba si…
Sin embargo, no pudo finalizar su frase ya que una hiperventilada y ebria Stacy se le colgó del cuello
—ah vaya, por fin te encuentro, ya empezarán los lentos guapo, vamos…baila conmigo—John iba a protestar, pero Stacy apretó su agarre—Sherlock supongo que no te molesta que te lo quite por un rato
—no, por favor…estás en todo tu derecho—fue la escueta respuesta del rizado acompañada de una cínica sonrisa de su parte que fue plenamente correspondida por la chica. John se vio arrastrado hacia la pista por la muchacha que bailaba insinuadoramente a su alrededor, en medio de una de las vueltas John logró ver como Holmes se alejaba del salón rumbo al exterior. Stacy comenzó a aproximarse con la intención de besarlo, pero el la tomó por los hombros, alejándola.
—Stacy por favor detente, no estás bien, creo que se te pasaron las copas, ya debes irte a tu casa, además yo también debo irme
—ah vamos, te he estado vigilando, deja a ese presumido en paz, pareces un perrito faldero siempre detrás de él, es irritante. Además, si te quedas conmigo quizás esta sea tu noche de suerte, mis padres no están en casa, sabes a que me refiero—propuso guiñándole un ojo provocativamente
—lo siento Stacy, pero realmente debo retirarme—replicó John impaciente, sin dejar de observar la salida del gimnasio
—¿De verdad lo prefieres a él antes que a mí? —interrogó ella alzando la voz, algunos de los presentes se voltearon a presenciar la escenita.
John los observó sin ánimo de seguir con esa inútil discusión, suspiró y le regaló a la chica la mejor de sus sonrisas, para luego dirigirse hacia la salida—adiós, disfruta la velada y deja de beber…es por tu bien Stacy.
—¡Dios John!, te has vuelto igual de raro que él, ¿sabes qué? …vete con tu noviecito, ¡son unos frikis!, ¡todos lo han notado! —gritó en dirección hacia John, pero este no respondió, ignoró los indiscretos comentarios a su alrededor, necesitaba encontrar a Sherlock, corrió hacia el exterior y lo divisó a lo lejos apoyado bajo la sombra de un gran árbol en medio de uno de los jardines observando a la nada, parecía molesto.
—lamento eso—dijo John acercándose a él entre el pasto húmedo
—será mejor que me vaya—fue todo lo que dijo Holmes, incorporándose sin el más mínimo interés por entablar una conversación
—¿de que hablas?
—esa muchacha está loca por ti John, debes aprovechar. La verdad este tipo de escenarios no son de mi agrado, demasiada estupidez concentrada en un solo lugar, adolescentes revolucionados por sus hormonas, es…irritante,
—Lo sé, quizás traerte aquí no fue la mejor de mis ideas, pero… aquí no hay nadie, estamos solos tu y yo—dijo John avanzando por el paso húmedo, era verdad, todos permanecían en medio de la fiesta.
—aun así, ya es tarde—evadió Holmes.
—está bien, nos iremos…pero antes…—suspiró intentando encontrar el suficiente valor para pronunciar las próximas palabras—antes baila conmigo, al menos esta pieza—En esos momentos sonaba un lento en el gimnasio
—John…no es apropiado
—no me importa lo que sea apropiado—dijo el rubio aproximándose, tomando a Holmes con osadía de la espalda, atrapando una de sus manos en el aire, comenzando a mover sus pies lentamente al ritmo de la canción. A pesar de sus protestas iniciales Sherlock lo siguió, ambos comenzaron a bailar lentamente al son de la música, John posó su rostro en el hombro de Holmes, era la primera vez que se atrevía a tocarlo, la primera vez que tenía el valor suficiente para aproximarse, se sentía emocionado y nervioso al mismo tiempo, quizás jamás lograrían tener un momento igual por el resto de sus vidas. La canción cesó y Sherlock se detuvo, soltando la mano de John, este se separó un par de pasos para observarlo a los ojos, esos profundos ojos que ahora lo miraban contrariados—eres increíble
—lo sigues diciendo
—lo sé—dijo John sonriendo avergonzado—bailas bien
—Tus movimientos también son bastante coordinados—en ese momento John se percató que estaban susurrando, no pudo evitar sonreír, Sherlock frunció el entrecejo
—yo…sé que lo que estoy a punto de hacer es…una completa locura, pero quizás jamás vuelva a suceder un momento así en el curso de nuestras vidas, Sherlock—dijo tomando el rostro del moreno entre sus manos—quiero asegurarme de que la primera persona que tenga el privilegio de besarte…de verdad te valore y te quiera ¿entiendes? Si no quieres besarme está bien…pero…yo lo haré—Holmes no respondió, sus ojos permanecían abiertos, sus puños cerrados con fuerza, John cerró los ojos y se aproximó con lentitud, hasta de pronto sentir la suavidad de los labios de Holmes, lo besó con extrema delicadeza, sintiendo el dulce sabor de su beso inundando sus sentidos, Sherlock no le devolvió el beso, pero tampoco se había alejado, John posicionó una de sus manos en la nuca de Holmes para ejercer un poco más de presión a su muestra de afecto, en el ultimo instante sintió un leve movimiento de los labios contrarios contra los suyos, aunque bien pudo haberlo imaginado…Finalmente Holmes lo separó con delicadeza, solo unos centímetros, John sonrió complacido, por primera vez tenía el valor para acercarse a Sherlock de esa forma.
Holmes reaccionó repentinamente, pronunció unas palabras atropelladas por lo bajo, que John no alcanzó a comprender del todo, y pasó apresuradamente por su lado rumbo a la salida, dejando al rubio confundido y con el rumor de un beso aun en los labios.