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Teenlock: Sherlock in high School por sherlocked221B

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—vaya, vaya…miren a quien tenemos aquí…—dijo Anderson con voz burlona mientras sus colegas acorralaban a Sherlock, uno de ellos tiró el bolso del rizado lo abrió y esparció todo su contenido por el suelo—pero si es el señor importante ¿Holmes verdad? —Sherlock no se dio por aludido, mantenía el rostro en alto y la mirada desafiante—¿qué te sucede marica? ¿acaso te crees superior a nosotros con tu aire de misterio? … ¿te las das de elegante señor? Eres patético… ¿que pretendes al usar ese abrigo de anciano? Pareces un demente —dijo Anderson tomando el cuello del abrigo de Sherlock sacudiendo el delgado cuerpo del rizado quien sin dudarlo de un golpe apartó las regordetas manos de Anderson de su persona.

—no entiendo a que te refieres…pero no es muy inteligente de tu parte entrometerte conmigo, te recomiendo que te vayas.

Su comentario sacó risas entre los presentes—¿o qué mariquita?

—o tendré que defenderme—dijo Sherlock entrecerrando los ojos sin la menor señal de intimidación. Lo cual puso de peor humor a Anderson, quien comenzó a arremangarse la camisa.

—¿tu defendiéndote? Pero si eres un maldito debilucho, con suerte te puedes mantener en pie…vamos “señor revolucionario”, dame el dinero que traes y dejaremos que sigas tu camino…es eso o te muelo a golpes…tú decides fenómeno.

—así que te crees muy imponente con esa tropa de idiotas que siguen tus pasos resguardando tu espalda…crees que los impresionas con tus estupideces, que te reafirmas como el líder del grupo, No tienes ningún futuro, en un par de años serás un criminal robando en las mugrientas esquinas de Londres, en 5 años más serás un indigente pidiendo limosna, si sigues ese camino Anderson…tu vida acabará antes de lo que imaginas, ¿tu padre te golpea verdad?…a no espera, no es tu padre es tu padrastro, si…y tu madre es alcohólica, te han maltratado hace muchos años…así que desahogas tus frustraciones en los más débiles, el colegio es tu reino.

Anderson puso una expresión de sorpresa, frunciendo los labios con ira, sus colegas comenzaron a susurrar tras él—cállate, eso no es cierto…no se de dónde sacaste esas estupideces, pero…

—ah sí…y tu novia, ¿angélica, verdad?…crees que ella es tu salvación, con ella reafirmas tu masculinidad, es la chica más linda de la clase…y solo la puede tener el líder, tu mandas…bueno Anderson lamento decirte que tu chica duerme con tu amigo…si ese pelirrojo de allá—dijo apuntando al muchacho que lo miraba incrédulo— su perfume está impregnado en él y mira los cabellos rubios esparcidos por el cuello de su abrigo, además tiene un leve rastro de pintalabios lila en el cuello de la camisa…solo había una chica con ese color de labios hoy…estaba sentada a tu lado y mira como protege su móvil, apuesto a que ahora tiene alguna enrevesada contraseña, se mensajea con ella constantemente—Anderson observó al muchacho de su izquierda incrédulo, comprobando todas las observaciones que Holmes había hecho momentos antes, el pelirrojo se acercó exasperado a Sherlock y le dio un fuerte golpe en el estómago que lo hizo doblarse sin aire, retorciéndose en el piso.

—no te metas en lo que no te importa imbécil—dijo propinándole un par de patadas, pero no pudo continuar ya que su agresión fue interrumpida por Anderson abalanzándose sobre él al descubrir el engaño con su novia. Sherlock se incorporó algo adolorido con el labio roto, pero con una sonrisa satisfecha…había cumplido su objetivo, “la unión hace la fuerza” y él los había dividido con solo unas palabras.

—así es como comienzan a cuestionar la autoridad del líder…por una muestra de debilidad, y finalmente el grupo se separa—dijo con una sonrisa arrogante, los demás muchachos que habían acorralado a Sherlock en el callejón reaccionaron ante su provocación aproximándose con actitud amenazante, Sherlock se preparó para defenderse pero entre él y ellos se interpuso una rubia cabellera, los acontecimientos se desarrollaron de forma bastante abrupta, John practicaba lucha por lo que sabía justo donde propinar los golpes para dejar a los agresores fuera de combate, Sherlock se encargó de reducir a dos más. Sintieron las patrullas policiales acercándose, ambos se observaron y no hubo necesidad de palabras, comenzaron a correr a toda velocidad, alejándose rápidamente del lugar entre las enrevesadas callejuelas de Londres.

Cuando estuvieron a una distancia prudente Sherlock se detuvo apoyando las manos en sus rodillas, con la respiración acelerada, intentando recobrar el aliento, John estaba igual, habían corrido varias calles, sintió sus rodillas flaquear, ambos se observaron y no pudieron evitar una sonora carcajada

—eso fue…lo más estúpido que he hecho en mi vida…y de verdad he cometido muchas estupideces—admitió John entre jadeos.

—¿por qué no me sorprende? —dijo Sherlock alzando el rostro con el rastro de la sonrisa aun iluminando sus facciones. John tuvo tiempo de observarlo con mayor calma, su piel denotaba una palidez sorprendente y sus pómulos estaban muy marcados, eran aun más notorios cuando sonreía, era un muchacho bien parecido sin duda, aunque era una belleza bastante peculiar.

—no debiste…decirle eso a Anderson—le reprendió John finalmente—eso fue cruel…lo heriste.

—el me provocó con acciones…yo me defendí con palabras…fue justo “ojo por ojo”

—no sabía que sufría de violencia en su casa, eso explica su comportamiento extremadamente agresivo en clases, no eres al único al que acosa, le gusta humillar a los más débiles.

—si…hay claros signos de violencia, son muy notorios—Sherlock observó la expresión incrédula de John—bueno, al menos para mí lo son…

—¿cómo lo notaste?

—cuando se arremangó la camisa…había hematomas, algunos producidos hace de varias semanas, lo golpean con una especie de varilla, otras agresiones fueron producidas por dedos…dedos fuertes que apretaban sus brazos, dedos de hombre, en el pecho también los tiene y…hay marcas de quemaduras de cigarro, normalmente el agresor o agresora las realiza en estado de ebriedad…un disparo en el aire y salió bien. Anderson utiliza su apellido materno, no fue reconocido por su padre, pero las agresiones son de un hombre fornido lo más probable es que fuera…el novio de su madre, en su ropa se percibe un leve aroma a alcohol y cigarrillos, pero él no estaba bajo la influencia del alcohol, entonces ¿de dónde viene ese aroma impregnado? Las fibras vegetales son muy buenas para atrapar los aromas, solo es necesario tener un buen olfato. 

—el nauseabundo aroma viene de su hogar…

—exacto…sumado a la extrema violencia…no fue difícil adivinar que proyectaba las conductas que ve en su casa, su propio dolor y frustración…el abuso contra el más débil—Sherlock abrió los ojos como si hubiese recordado algo importante—Por cierto, ¿por qué me ayudaste?

John lo observó algo sorprendido, no sabía cómo explicar su impulso sin que sonara algo obsesionado—bueno yo…vi que esos chicos te siguieron hacia el callejón y…sabía en que terminaría todo esto, eran demasiados…6 contra uno, es demasiado para cualquiera.

—eso lo entiendo…pero no has contestado mi pregunta ¿por qué me ayudaste?

John pateó una piedra distraídamente mientras apretaba sus puños con expresión incómoda—yo…no lo sé, supongo que no podía dejarlo así…no podía dejar que en tu primer día te agarraran a golpes…simplemente no podía permitirlo.

Sherlock lo observó con intensidad, para luego asentir sutilmente—gracias. —susurró al fin

—No fue nada—replicó John con modestia, sacudiendo su rubia cabellera para aplacar sus nervios—aunque espero que aprendas la lección y dejes de ser tan engreído, eso no le agrada a las personas…

—si a las personas no les agrada entonces no tienen por qué acercarse a mi…nadie los obliga a hablarme—dijo Sherlock con arrogancia, John lo observó con preocupación…sabía que detrás de esas filosas palabras se escondía algo más…Sherlock debía ser un chico solitario, no consideraba que alguien como él tuviera muchos amigos, a pesar de ser tan inteligente…de todas formas a las personas no les agradaba la inteligencia. Miró sus pies mientras pensaba en que el también se sentía solo…incluso aunque normalmente estaba rodeado de personas, de chicas y sus compañeros de escuela, aún así…se sentía muy solo…así que quizás fuera capaz de entender a ese extraño muchacho.

—debes socializar Sherlock…estás obligado…vivimos en sociedad, te guste o no—replicó John finalmente con cierta resignación en sus palabras mientras caminaba junto al más alto.

El rizado sonrió de lado—socializar es aburrido, y complicado—asentí con energía, la verdad es que por lo general para mi también era tedioso lidiar con la gente a diario, pero…me resignaba e intentaba hacerlo lo mejor posible ser amable, caerles bien— por lo general no entiendo lo que dice la gente…aunque me es bastante fácil descifrar a las personas en otros aspectos, sus gestos y actitudes, soy un lector de personas…

—a que te refieres

—al menos en lo que respecta al ámbito racional…para mí la gente es como un libro abierto John, no hay secretos que no logre descifrar…puedo conocer su historia de vida tras un vistazo

—pero en cosa de sentimientos…estás muy lejos de ser un experto

—¿a qué te refieres?

—hoy me insultaste con tu actitud durante la mañana, cuando tropecé contigo…ni siquiera te quedaste a escuchar mis disculpas, luego ofendiste a la maestra, a pesar de que ella fue bastante amable contigo al principio y luego ofendes a Anderson con tu “deducción”

—no lo hice con esa intención…solo…me cuesta entender por qué la gente se ofende…por qué las personas… “sienten” los seres humanos son muy…complicados.

—Somos complicados—corrigió John con una sonrisa. Sherlock levantó el cuello de su abrigo, nuevamente estaba comenzando a llover

—no puedo llegar así a casa…

—¿a que te refieres?

—mi camisa está rota, además tengo magulladuras en el rostro…no quiero preocuparlos

—¿a tus padres? …tienes razón—dijo observándolo tenía el labio roto y una cortadura en la mejilla, además su camisa estaba bastante sucia por el lodo al igual que su abrigo, John se miró a si mismo, él no podía presumir de higiene, estaba bastante sucio luego del duelo con los brabucones, sumado a que su chaleco estaba agujereado. —bueno si quieres…mi casa está cerca, puedo prestarte una camisa de mi padre, creo que no hay mucha diferencia de altura entre ustedes y puedes limpiarte

Sherlock pareció pensarlo durante unos momentos, pero finalmente asintió,  ninguno de los dos tenía ánimo de quedarse a la intemperie en medio de la tormenta. 


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