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Tu la guerra, yo la muerte. por MichaelJ2099

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En cuanto sintió el primer rayo de sol brillando sobre su rostro se levantó enseguida. Una sonrisa se denotó y salió pronto de la cama.


-¡Otro día con la milicia!-Exclamó. Cuando salió de su alcoba, notó que el comedor estaba vacío. El desayuno de él estaba pero no el de su hermano mayor.


Sin la sonrisa en su rostro se asomó en la habitación contigua. Bastante distinta puesto que cada pertenencia estaba perfectamente acomodada. Lygar (Loki) era bastante perfeccionista con su entorno. Sin embargo, la última pieza faltaba. Aren cerró la puerta.


-Sabía que le gustaba levantarse temprano, pero no a tal extremo.


Se encogió de hombros y se dispuso a vestirse para regresar a las arenas de los guerreros que tanto le habían gustado. Ya tendría tiempo de buscarlo, ahora mismo no contaba con la facilidad de moverse por el castillo a placer. Confió en que estaría bien y se distrajo con demás preparaciones.


Lejos de las habitaciones, un sutil movimiento de muñeca hizo que una gran lámpara se apagase. Ya había amanecido y los rayos solares ahora eran excelente fuente de luz. Loki siguió hojeando los libros en su poder. 


Sin temor alguno de vez en cuando veía las figuras fantasmagóricas que se movían por todo el sitio. Era muy cierto que el inmenso conocimiento que guardaban esos desgastados libros había tomado presencia en el lugar y ahora extraños ojos se movían por las paredes. Siempre mudos, pero siempre atentos. Loki no temió de ellos, de cierta manera siempre había estado metido en temas que involucrasen conexiones con el otro mundo. 


Había decidido ahorrar tiempo en buscar algún entretenimiento que lo alejase de las impertinencias del príncipe de Asgard. Sabía que ese día casi al terminar el atardecer, Thor hijo de Odín lo estaría buscando en el sitio donde acordaron. 


"Que obstinado es este muchacho" pensaba y pasaba la hoja rudamente.


Tuvo cuidado con sus siguientes palabras, así que una vez más encajó sus ojos en las hojas del burdo texto entre sus manos y se dispuso a leer.


Empero, aquél libro en sus manos no había podido mantenerlo al tanto, hasta que encontró una ilustración (bastante tosca) un hombre de facciones duras que extendía sus manos hacia la tierra, de esta brotaron tres personajes. 


Las runas con las que estaban escritos sus nombres eran de una lejana época. Loki había visto ese tipo de escritura con regularidad, así que se las ingenio para poder traducirlo.


-Vili... Ve... Odín. 


Y repasando sus palabras comprendió que se trataba del nacimiento de los tres hijos de Bor entre ellos, el padre de todo.


-Oh vaya, un árbol genealógico.- Dijo.


Estaba a punto de entregarse nuevamente a los ajenos pensamientos cuando un pequeño fragmento del texto llamó su atención.


"La vida clama por iluminación divina, pues he aquí, la era de la naturaleza encarnada ha comenzado"


Alzó la ceja, lo releyó un par de veces más mientras se perdía en los desgastados colores que tenían los protagonistas de la vieja imagen.


Como si la respuesta de un acertijo se tratase los ojos de Loki brillaron. 


-Lo tengo, tal vez esto le haga cambiar de parecer.-Susurró en voz lúgubre. Con una nueva sonrisa colocada en su rostro, tomó el siguiente libro y así, hasta que hubo saciada su curiosidad. Estaría inmerso en el mar literario hasta que la hora llegase. 


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Era impresionante la escena, una docena de corpulentos hombres forrados únicamente por una piel de zorro se movían de manera tan sigilosa como veloz por entre los árboles. 


Los Huscarle guardaban silencio mientras observaban a sus contrincantes.


-No se lo esperan.-Susurró Thor.


Tan pronto terminó la frase, un hacha se clavó enseguida a tan solo unos centímetros de su rostro.


-¡Ataquen!


Entre gritos feroces y varoniles los hombres agitaban en el aire las hachas como si de una varita de carrizo se tratase.


-¡No olviden sus flancos!


Prontamente se cubrían sus partes endebles y seguían con la batalla. Algunos cayeron simplemente con el peso de su cuerpo mientras eran amenazados para no volver a ponerse de pie, el selecto grupo de Thor sometió a los demás y pronto los golpes bruscos acabaron. 


Thor se secó el sudor de la frente.


-Bien hecho, hombres.


Ambos bandos se pusieron de pie e hicieron un saludo al príncipe en símbolo de respeto.


-Necesitamos mejorar un poco la defensa.- Dijo y enseguida salió Fandral por su lado.


-Amigo mio, son tan mortales que antes de que se cubran con el escudo habrán destruido a dos o tres contrincantes.-Decía feliz y algunos huscarle sonrieron.


-Cierto. Pero no son carne de cañon de Fandral y es mejor siempre velar por el bienestar de la mayoria.-Dijo tomando sus armas del suelo y colocándolas en su espalda.


-Suenas a tu padre ahora.


Graznaron un par de aves que se posaron en los hombros de Thor.


-Oh no.


-Oh si, ahora irán de chismosas a contarle a mi padre que andas haciendo comentarios fuera de lugar.-Se burló Thor. Fandral simplemente sonrió nerviosamente.


-Bien hombres, descansemos por ahora, llevamos toda la mañana y ha sido vigorizante. Vayan a las caballerías y cambien las armas. Nos vemos en las arenas en media hora.


Los hombres dieron un grito de contestación y se alejaron. Thor y Fandral tomaron sus caballos.


Thor suspiró pesadamente antes de poner en marcha a Sleipnir.


-¿Qué pasa troglodita? ¿Ha sido demasiado para ti esta mañana? Sé que extrañas estar con los jarls pero tu padre tuvo la grandiosa de dejárselos a Sif. ¡Nunca los he visto tan temerosos! Parece ser que eras muy blandos con ellos, o eso he oído.


Rieron ambos ante el comentario. A paso lento callaron por un momento antes de que el príncipe reiniciara la conversación.


-Me pregunto si esto durará.


El rubio a su lado no dijo nada enseguida, había visto demasiadas veces el semblante de Thor como para saber a qué se refería. 


-¿Has hablado con tu padre?


-¿Para qué? De nada serviría, sus palabras siempre son: "Paciencia y sabiduría, por mis barbas te juro que algún día terminaré con esto" 


Thor se movía de un lado a otro con una voz extrañamente ridícula. Fandral rió mientras los cuervos graznaron.


-Creo que tu ofensa ahora es mayor a la mía, y ellas irán a decírselo. Relájate Thor, no ha pasado nada. Admiro tu templanza para mantenerte siempre alerta, pero tampoco es lo mejor. Hay que disfrutar la paz que tenemos ahora, dure lo que dure. 


Los ojos del príncipe se nublaron por un momento.


-No sé si cometo un error por 'desear' la guerra.


-No es que la desees, sino que estas tan tenso pensando en que pasará, que deseas que pase de una vez para que tu angustia acabe.


Las palabras de Fandral tenían razón.


-Aun así, no es suficiente para volverme un dios como mi padre. Estoy seguro de que puedo leer en sus ojos: "A tu edad yo ya gobernaba Asgard y era adorado"


Fandral hizo una mueca.


-Si bueno, pero el tuvo que perder a sus hermanos, enfrentarse a su padre y aplacar la ira de Hela... Con un panorama así, es dificil no obligarte a ser un Dios.


Thor miró a su amigo como si de una broma se tratase. Claro que no deseaba tener que pasar por una era de oscuridad, pero no podía aplacar lo que en su corazón repicaba como el tambor del soldado en medio del campo de batalla.


Finalmente los hombres se olvidaron de la plática y siguieron su camino para continuar el entrenamiento. 


El día avanzó y poco a poco el sol fue recorriendo con paciencia el azul cielo que a su vez se volvía de un color entre rosado y naranja. Thor no había dicho nada a sus compañeros pero muy dentro de él tenía el nerviosismo de lo que iba acontecer al final del día. Sentía un escozor en la base de la espalda, un cosquilleo que rodeaba su cuerpo y dejaba escapar una sonrisa ladina. 


Con total pesadez los hombres se movieron al final el entrenamiento, dejaron las armas donde se debía y aunque ofuscados estaban también se alejaron felices de poder regresar a sus hogares.  Así pues una vez que todos se fueron, Fandral camino galante para abordar al príncipe.


-¿Qué tal una taberna llena de vino y lindas doncellas? Ya ha sido bastante el estrés que hemos pasado. Ahora mismo Hogun y Volstagg deben estarse moviendo para la taberna de la abuela Ymir.


-No estoy de humor.-Respondió cortante mientras tomaba sus cosas.


-¿QUÉ? ¿Thor el poderoso no tiene deseos de regocijarse en atención y caricias de féminas?-Decía incrédulo.


El mencionado le devolvió la mirada con una sonrisa de medio lado. Le golpeó el brazo en señal de amistad.


-Será otro día Fandral. Dile a Volstagg que tome mi ración de vino.


El rubio no podía creer que en verdad uno de sus mejores amigos lo dejaba varado. No pudo decir algo más antes de que el hombre saliera disparado alejándose de las arenas de combate. Casi instintivamente sonrió y corrió lo más que pudo dentro de los pasillos. Algunas reverencias y saludos ceremoniales y pronto colindó con la esquina que había que doblar para llegar al jardín.


Antes de hacerlo respiró hondo. 


-¿Qué tal me veo?-Preguntó a una criada que simplemente barría por ahí. Estaba más nerviosa que nunca por la repentina pregunta.


-Muy bien, mi señor. 


Thor se apartó un par de mechones que por el sudor se habían pegado a su rostro.


-Cierto, ¿será buena idea que tome un baño?


Alzó su brazo y olisqueó su axila. Acto seguido hizo una mueca de desagrado.


-Bueno, no creo que le moleste, cof, cof. Se podrá cubrir con el aroma de las flores.


Tomó nuevamente aire y salió de su escondite. Caminó un poco dentro de las grandes jardineras y tras un par de arcos de hierro forjado estaba ahí, de espaldas. Contemplando tranquilamente las rosas que crecían. 


Habiendo hecho suficiente ruido vio que el chico se giró sobre sus talones con mucha gracia. Sus ojos esmeralda lo miraron con parsimonioso gusto e hizo una reverencia.


-Me alegra que hayas venido.-Dijo.


-No tenía de otra, me lo habías ordenado.-Su melodiosa voz apenas y resaltaba.


Acto siguiente Thor dejó sus cosas en el suelo.


-¿Y bien? ¿Qué aprenderemos hoy?-Decía emocionado. Loki sonrió de medio lado.


-Nada.


Acto seguido todo quedó en silencio. La mirada desencajada del príncipe no tenía forma de describirse.


-¿De qué hablas? Dijiste que harías algo.


-Dije que lo intentaría, pero también le advertí de que esto podía resultar inútil.


-¿Cómo puede decir si es inútil si ni siquiera lo has intentado?


Loki se acomodó uno de sus mechones tras la oreja.


-Verás, no puedo enseñarte a ser alguien que ya eres por sí mismo. 


Thor seguía sumido en la confusión así que Loki prosiguió.


-Gracias a tu invitación a la magnífica biblioteca de tu padre pude descubrir gran parte del origen que han tenido ustedes como sociedad y dioses. Y la verdad Thor, es que creo que gran parte de la ansiedad que sientes es la ignorancia de no saber precisamente esto, tus raíces. 


Moviéndose elegantemente añadió:


-Ustedes, los grandes regentes de Asgard que ha dado el linaje de Bör son más especiales de lo que creen, ¿a qué me refiero? A qué por alguna razón (que desconozco) el Yggdrasil extendió sus ramas y dio carne a sus más preciados dones.


Ante la mirada aún atónita del rubio agregó:


-El padre de todo, Odín, es la encarnación del vigor que nace de la justicia, la fuerza para tomar las riendas de un mundo y salir victorioso. En pocas palabras, Odín es la forma física de la energía bélica, de la guerra. La reina Frigga es la encarnación de la vitalidad, de la fuerza de las féminas al dar a luz y de saber convivir con la naturaleza en paz. Es por ello que es la diosa de la fertilidad.


Thor sintió que sus ánimos decaían.


-El espíritu de las tormentas, de la energía del rayo y de la fuerza de los vientos tomó forma a base de carne y hueso. Y ese eres tú. Tu por sí mismo tienes la fuerza para ser un Dios y no hay manera de que alguien pueda enseñarte. Es por ello que doy por terminada mis lecciones contigo. No hay nada que yo pueda instruirte.- Sentenció satisfecho y tras unos segundos dio una nueva reverencia para despedirse.


-Un momento.-Habló tajante.


Loki permaneció inclinado.


-No es del todo cierto lo que dices. De ser así, yo podría mover a voluntad los cielos y sin embargo no puedo sino es con mi martillo Mjölnir.


Thor se acercó y Loki le confrontó con la mirada.


-¿Cómo lo haces?


-¿Disculpa? - Loki parpadeó un par de veces.


-¿Cómo puedes mover entonces los objetos sin necesidad de tomar una herramienta sagrada en tus manos?


Loki se mordió el labio, temió haber abierto un tema que no debía tocar.


-Mi poder reside en el control, no en la creación. Yo controlo los elementos que hay a mi alrededor pero estos deben existir ya para poder tomarlos. Puedo decirte que sé como mover las olas del mar a voluntad, pero solo si estoy delante de él. A diferencia tuya que en medio de un día soleado puedes atraer huracanes y tormentas.


-Entonces enséñame a controlar. Con el paso del tiempo y con esos conocimientos deberé ser capaz de crearlos.-Habló seriamente. 


Los ojos verdes chispearon. No había obtenido otra cosa más que meterse en otro lío. Hasta ahora lo único que había conocido del príncipe era su terqueza, una muy dura, así que sabía que no podría escaparse de ella. Tuvo que rendirse por esta vez.


Bufó. Asintió con los ojos cerrados. El príncipe volvió a sentir ese entusiasmo. Dio un salto en el aire. 


-¡Bien! ¿Qué estamos esperando? Mira.


Se giró y se acercó a la fuente donde hacía unos días habían tenido su primer encuentro.


-Es una excelente oportunidad para que me enseñes a controlar el agua. Si empiezo por ahí seguramente podré convocar tormentas.-Su entusiasmo dejaba entrever una ingenuidad y hasta inocencia inusual. Thor, era alguien especial y Lygar (Loki) pronto se daría cuenta. 


Loki no dijo nada, se acercó y miro su figura moverse en las ondas. 


-Bien. Creo que es algo sencillo de hacer.


Respiro hondo y extendió la palma de su mano. Movió su muñeca y de la fuente, como si una orden hubiese sido comenzó a moverse en la misma forma en que lo hacía la extremidad del forastero de cabello negro.


Sus ojos titilaban un brillo verdoso y con movimientos ligeros hizo que la forma acuosa saliese de la fuente y levitara delante de él. La hizo girar y removerse como lo haría en un vaso de cristal.


Thor permaneció callado y asombrado.


-¡Increíble! 


-Puede parecer fácil, pero deberás controlar mucho los movimientos de tu muñeca, si te mueves en ondas erráticas...-Hizo un brusco ademán con la mano y el agua se congeló en un instante para salir disparada y clavarse en el árbol próximo. 


-Encontrarás tu muerte en un descuido.- Añadió una vez que sus ojos dejaron de brillar. 


-¡Quiero intentarlo!


-¿¡Qué!?


-Vale más la práctica que la teoría ¿no?


Estuvo a punto de negarlo pero vio en ese momento un excelente ejemplo para generar una travesura. Pocos lo sabían, si acaso Aren, pero Loki tenía un especial gusto en ver a los demás sufrir una que otra peripecia inocente. Por milésimas de segundos recordó su primer encuentro con el príncipe en una remota cueva de Muspelheim, podría volver a molestar al niño ingenuo.


-De acuerdo.


Sus ojos volvieron a brillar y alzó con ambas manos una cantidad razonable de agua. Casi como una danza sus dedos se movieron y formaron ondas.


-Te la entregaré y deberás ser capaz de retenerla, que no se escape una sola gota ¿esta bien?


Con el agua meneandose estiró sus lánguidas extremidades, el líquido levitó hasta estar por encima de la cabeza de Thor.


-Alza tus manos.-Le dijo. Así lo hizo, antes de semejante acto pudo ver la tonta sonrisa del as.


-Ahí va.


Y cerrando sus puños dejó el agua libre de su poder. Así fue excepto por el hecho de que el príncipe se quedó esperando con los brazos extendidos, no hubo nada que ver más que presenciar como el agua caía encima de su cabeza empapándolo de cuerpo completo.


Se llevó una mano al vientre mientras contenía sus carcajadas. No pudo más y dejó salir una risa genuina. Thor no reaccionaba del todo, tan solo se sentía mojado y estúpido. Delante de él estaba el joven que se reía con una lágrima brotando de su ojo. En otro momento se hubiese molestado, pero sin saber realmente la razón, no pudo sino sentir empatia y el ligero cosquilleo que genera la risa.


Negó con la cabeza mientras se pasaba los dedos por los cabellos mojados. Se rió por lo bajo. 


-Creo que esa lección no es para mi, todavía.


Cuando recobró la compostura, Loki se ajustó sus ropas.


-Tal vez tengamos que practicar en ello solamente.- Se sorprendió incluso de sus palabras, hacía unos momentos se negaba rotundamente a ayudarle. Tosió un poco, supuso que con el tiempo el asgardiano se desalentaría y dejaría la práctica.


-Podemos primero pensar en el origen de cada emisión de poder.


Thor se sacudió un poco, casi como un perro salpicando un poco a Loki quien se alejó. Con un leve ceño fruncido movió nuevamente su mano y una ráfaga impresionante de aire arrasó el cuerpo del rubio. Lo dejó completamente seco, aunque con los cabellos revueltos.


-Decía...


El pupilo se acomodó los cabellos.


-¿Que no se trata de una habilidad ya adquirida? Bien has dicho que soy la forma física del espitiru de las tormentas.


-"Espíritu"


-Eso.


-Es cierto, pero aún así no eres capaz de hacerlo a voluntad, es necesario que veas que ha sido aquello que te 'despierta' que te llama a convocar tu propia naturaleza.- Dubitativo esperó alguna respuesta.


- Me imagino que en algún punto de tu vida has tenido 'escapes' de ese poder.-Añadió con un dedo bajo el mentón, pensativo.


Thor se rascó la barbilla donde hizo sonido su pequeña barba.


-Bueno, mi padre antes de darme a Mjölnir, me enseñó a convocar mis poderes a través de él.


Loki prestó atención, le llegó un recuerdo lejano...


-¿Ah si? ¿Cómo?


Thor sonrió y habló:


-Bueno, como bien te dije, somos (bueno ellos son) dioses, y pueden escuchar las voces de quienes piden su ayuda y favor, sin importar en qué lugar se encuentren. Entonces yo solo debía rezar para que mi padre me diera permiso de liberar mi poder, él me escuchaba y en cuestión de segundos veía si la situación era prudente y me permitía hacer uso de él.


Los ojos verdes del maestro centellearon. Ahora tenía sentido el extraño primer encuentro que tuvieron ellos dos, hace varios siglos...


FLASHBACK Capítulo III "La luna y los mares"


Tormentas del valle, tomen mis miedos y vuélvanlos cenizas. Brote de mi, alas para naufragar sin temor. Toma mi poder dios Odín y devuélveme aquello que me diste al momento de nacer.


Escuchó una voz recitar algo de manera muy baja. No comprendió hasta que una impresionante fuerza hizo que todo el humo a su alrededor se dispersara. 


Y ahí estaba, un niño rubio de ojos azules tumbado sobre el suelo. ¿Ese era el hijo del poderoso Odín?


FIN DEL FLASHBACK


"Ahora entiendo" pensó.


-¿Sigues aquí?


El moreno se giró, al parecer había dejado hablando al rubio.


-Si, si. Bueno, entonces, piensa en qué cosas pensabas además de las palabras de oración a tu padre.


-¿A qué te refieres?-Preguntó con auténtico desconcierto.


-Thor, todo en este mundo tiene un motor. Las hojas reverdecen con el sol y el agua, pero caen con el aire durante el otoño y permite que nuevas flores lleguen. Todo funciona como un perfecto mecanismo, ¿qué cosa te movería a ti a ejercer tu fuerza divina?


La noche acaecía y sumidos en un indiferente silencio se sentaron en la verde hierba. 


-No creo encontrar la respuesta pronto, ¿qué tal un poco de teoría? Dime tu, ¿cómo consigues dominar lo que hay a tu alrededor?


Vaciló un momento, manipular la verdad serviría para darle una perspectiva. No podía decirle exactamente de donde venía... Porque él tampoco lo sabía.


Ciertamente, Loki ha sido el único Jötun de su época que podía poseer poderes desde control de elementos, control de ilusiones y hurgar mentes sin alcanzar a controlarlas, entre otras cosas. Nadie había sabido explicarle qué había sido la diferencia de él con los demás. Había leído que en el inicio de la historia, los jötnar vivían en total paz con los demás reinos y que estos apoyaban en todo lo que podían a sus vecinos. Para ello, se dice que la savia del Yggdrasil les otorgó la fuerza sobrenatural, la previsión de los climas, conocimientos de herbolaría y poderes mágicos como control sobre fauna o flora, eran los más allegados a la naturaleza misma. Se dice, que ellos fueron los primeros en tener este conocimiento y que se lo heredaron a los demás reinos,a los elfos, a los vanir, a los asgardianos e incluso a los midgardianos. Sin embargo, estos últimos al parecer desencadenaron varias guerras entre ellos debido a esto, y en algún punto de la línea histórica decidieron olvidarse de esos saberes. Claro está que para los jötnar en algún punto  de la historia contaban la repentina caída de estos gigantes de hielo amables, tildándolos hasta la actualidad como seres meramente salvajes e incapaces de hacer algo más que ser destructivos y posesivos.


Mentir no lo hacía sentir mal, pero sí no saber con certeza quien era... Por el momento lo ignoró.


-Realmente, casi no tengo recuerdos decentes de mi infancia. Fue un trauma muy grande cuando...- tragó saliva.


-Cuando los elfos oscuros atacaron el lugar donde había nacido.-Mintió.


-Es como si mi vida se hubiese acabado en ese sitio y al mismo tiempo comenzar de nuevo, no recuerdo algo más atrás de mi pasado que simplemente encontrarme en medio de los cuerpos de mi familia, de las ruinas de mi ciudad y de la terrible nube oscura de maldad que había quedado encima de nosotros.


Endureció la mirada esta vez, algo más que mentiras se colaba en su mente. El rostro de su padre, el trato inferior hacía el, los comentarios que lanzaban los demás sobre su apariencia. Sus crecientes deseos de que todo eso acabase, que el velo del óbito se llevara todo aquello que lo hería.


-La muerte...


Thor alzó la ceja, había notado como la mirada de su maestro se había vuelto realmente oscura, sus ojos ya no brillaban y sus labios estaban en una impasible línea recta. Sin saber qué decir exactamente, se limitó a preguntar:


-¿Cómo dices? ¿La muerte?


Con el semblante ensombrecido dijo:


-La muerte me ha acompañado desde ese día, así que si lo pienso mejor, fue justo en esos momentos cuando descubrí mis habilidades. Podría decirse que eso fue lo que me impulsó. La idea de morir para acabar mi sufrimiento, la idea de la muerte como un paro total, que deja todo en calma también.


Esto último lo dijo con un ápice de tristeza. Thor permaneció serio a su lado. Esta vez el silencio que se suscitó fue bastante incómodo. No sentía ganas de continuar con ello, temió haber tocado alguna hebra sensible.


-¡Que bueno que el anciano Egil los tomó bajo su cuidado! 


Fingió una sonrisa de lado a lado intentando reconfortarlo. Loki pudo apreciar su intento de animarlo. Las cosas no se las había contado tal cual era, ni siquiera cruzó palabra alguna con ese tal elfo, murió sin ser él el autor de los hechos. No debía demostrarlo, así que le siguió el juego y sonrió.


-Si, que suerte...


Suspiró por lo bajo, así que cambió el tema.


-Ahora entiendo más a que te refieres con el origen. Eso quiere decir que mucho de esto, tiene que ver con las emociones ¿no es así?


-Es una manera de verlo, si. 


-En ese caso, creo que lo que más me llena a mí es lo mismo que a mi padre. La guerra.


Los ojos verdes rodaron hasta ver el semblante orgulloso de Thor.


-Cuéntame... Es tu turno de escupirlo.


El rubio sonrió de medio lado. 


-Cuando nací, había existido por varios siglos una guerra entre los reinos de Asgard, Muspelheim, Vanaheim y Alfheim contra los jotnar de Jötunheim. 


Loki se tensó sobre su sitio.


-Así que mi recibimiento a este mundo fue bastante glorioso pero no lo demasiado debido a los roces con esta nación. Realmente de mi padre y de mi infancia recuerdo que él siempre estaba ocupado con los demás líderes buscando el final y la victoria. Recordarlo en Sleipnir salir a combatir y que mientras se ausentaba los juglares cantaban sobre sus proezas en la batalla.


Era complicado el tema, Thor quería que fuese lo más animado posible, pero incluso para él, esta historia tenía su lado amargo.


-De la misma manera, no podía pasar mucho tiempo conmigo. Solo tenía oídos a lo que los generales le decían. Fue así como intentando seguirle el paso me fui haciendo más fuerte en las arenas de combate, me gustaba espiar los encuentros con los generales y siempre intenté colarme a las travesías que realizaban. Esto apenas hizo que él se fijara en mí. Claro eso no hizo que menguara mi cariño hacía el, solo fue... complicado, creo. No espero vivir las terribles situaciones que él a mi edad pero, espero poder lograr ser algo digno.


Guardó silencio por un momento.


-La guerra...


Loki lo miró con paciencia.


-La guerra ha estado aquí antes que yo, y a su vez ha marcado mi vida. Creo que ese podría ser mi emoción a explotar para desarrollar mis habilidades. Quisiera ayudar a mi padre, ser yo quien acabé la guerra que se inició.


Su maestro soltó un poco de aire. 


-Suena bien, me parece un excelente campo de trabajo. 


Contempló el cielo nocturno.


-Tu la guerra, yo la muerte... ¡Vaya dúo!-Dijo el hechicero.


Soltaron algunos bufidos de risa mientras a momentos se miraban por el rabillo del ojo. Loki no tenía pensado para nada en sincerarse (a medias) con el príncipe de Asgard, y aunque estaba realmente contrariado, tampoco podía decir que se había sentido incómodo.


Ni a Aren había confesado estas cosas y ahora se encontraba en medio del palacio de Odín confesándolo a su hijo. Antes de que siguieran sus pensamientos haciendo mella, disfrutó un poco más de la estadía en el jardín.


En total silencio ambos miraron el cielo mientras el crepúsculo avanzaba rápidamente. Las estrellas naciendo y brillando en su esplendor, el viento nocturno que revolvía sus cabellos. La tranquilidad. Esa misma sensación que ninguno había podido vivir. No se daban cuenta de la atmósfera en la que caían y sin embargo, la disfrutaban tanto como si los problemas no existiesen. 


Thor se incorporó en silencio para estirar su brazos hacía el cielo. Los volvió a dejar sobre el césped. Sin intenciones de hacerlo, su mano 'cayó' sobre la de Loki. Se miraron unos segundos a los ojos y tras un extraño brillo en ellos, se separaron.


-¡Ah! Lo lamento.-Susurró el as.


Loki soló apartó unos centímetros su mano.


-No pasa nada.-Dijo con nerviosismo.


Por una milésima de segundo, sintió un escozor en su espalda, como si sintiese cosquillas. ¿Qué había pasado? Solo fue un pequeño 'descuido' y aun así sintió el calor subir a su rostro. Fingió mirar a otro lado, pero con nula intención terminó por regresar la mirada al as.


Y se sorprendió de saber que él también estaba mirándolo desde hace quien sabe cuando. Volvía el silencio, nada incómodo pero era palpable la ansiedad que les generaba. No se decían nada, pero tampoco apartaban la mirada.


"¿Qué pasa?" se preguntaron en sus cabezas.


-¿Te encuentras bien? Estás rojo como tomate...


Loki se llevó las manos al rostro casi golpeándose. Abrió los ojos como platos, no era normal en un jötun sentir tanto calor. Se apartó un momento.


-Debe ser que el viento nocturno no me ha sentado bien. Será mejor descansar, terminemos la clase por hoy.-Dijo a una velocidad no propia de él. Se puso de pie a la misma velocidad del rayo y le dio la espalda a Thor para encubrir su estado.


-Espera... Yo...


Pero fue muy tarde, Loki terminó de despedirse y se echó casi a correr para irse. Thor se quedó en la hierba un poco perplejo. Aún así, tenía que coincidir en que la situación se había tornado un poco... ¿cálida? ¿sería esa la palabra? 


Un poco pensativo se quedó, hasta que una voz lo hizo salir de sus cavilaciones.


-¿Thor?


Alzó la mirada para toparse con su madre. Le miraba con ternura.


-¡Ah, madre! ¿Cuánto tiempo llevas aquí?-Se dijo y repitiéndose la escena él también se coloreó el rostro de rojo. 


Frigga ignoró esto y guardándose la risa para sí prosiguió:


-Tu padre te ha hecho llamar. Vamos, querido.


Estiró su mano y prontamente Thor se sacudió la hierba y la alcanzó. En una llevadera plática los dos se internaron de nuevo en el palacio. Completamente aliviado, el joven pudo conversar sin más reparos.


Mientras tanto, varias columnas alejado de ahí, estaba el moreno con la mano sobre el pecho. Se mordió el labio y se retiró a su habitación. Deseó no toparse con su hermano...


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  Gracias a todos por leer. Nos leemos en el próximo capítulo.  


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